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Los Texans van a por todas y otras conclusiones de una animada Agencia Libre 2024

El traspaso de Stefon Diggs desde Buffalo a Houston ha supuesto la traca final de una Agencia Libre NFL 2024 en la que, salvo L’Jarius Sneed, ningún jugador de auténtica primera línea ha cambiado de equipo. Aunque lo que llevamos de offseason ha podido cambiar el panorama de manera importante para varios equipos –para bien y para mal–, tampoco nos engañemos: no todos los años vamos a tener cambiando de equipo a una pieza premium en el mejor momento de su carrera como Tyreek Hill o una pieza premium lejos de su prime como Aaron Rodgers buscando nueva casa. Y aquellos movimientos calificados como grandes blockbusters que anunciaron el fin del reinado de los Chiefs y el renacimiento del equipo que más años lleva fuera de los Playoffs… no provocaron ni una cosa ni la otra.

Esta offseason algunos jugadores con la etiqueta de estrella han cambiado de casa pero, en su inmensa mayoría, estrellas cuya luz empieza ya a apagarse y están lejos de sus mejores días. Lo que sí hemos visto es a varios equipos ser muy agresivos y enviar un mensaje claro de que la próxima temporada quieren ser protagonistas –Texans, Jets–, a otros que esperábamos tratando de fortalecerse les hemos visto inoperantes –Cowboys– o yendo para atrás –Bills–, incluso alguno ha querido mejorar ampliamente su colectivo esperando la guinda del Draft –Bears y Commanders, que casualmente escogen en el uno y en el dos–. Por último, queda la incertidumbre de qué pasará con los dos WRs más codiciados de entre los que podrían estar disponibles: Tee Higgins, al que los Bengals se resisten a soltar y han colocado el Franchise Tag con la intención de disfrutar un año más de la pareja que forma con Ja'Marr Chase y buscar el anillo con Burrow lanzando a este lujo de receptores; el otro es Brandon Aiyuk, un receptor que empieza a llamar a la puerta de la élite de la posición de WR y que sabe que eso se paga muy bien. Con los 49ers pagando a Bosa por encima de 30 millones al año, a Deebo por encima de 20, contando con McCaffrey como el RB mejor pagado de la NFL y con Kittle también entre los que más ganan entre los TEs, por mucho que a Purdy aún le reste algún año a precio de ganga, el espacio salarial no da para pagar a todos. Aiyuk pide lo que él merece y otros equipos sí están dispuestos a pagarle y las ofertas con primeras rondas y algo más ya están llegando… veremos cómo gestiona esto San Francisco. Quizá la noche del Draft podríamos tener noticias con alguno de estos jugadores. Pero mientras tanto, vamos a echar un vistazo a las principales conclusiones de lo que ha pasado en una más que interesante Agencia Libre.

Los Houston Texans no quieren esperar y van a por todas

Buffalo Bills wide receiver Stefon Diggs (14) looks on prior to an NFL football game against the Los Angeles Rams, Thursday, Sep. 8, 2022, in Inglewood, Calif. (Ben Liebenberg via AP)

Los Houston Texans quieren ganar ya. Es lo que tiene darte cuenta de que has acertado con tu QB y que tienes una ventana de unos pocos años en la que puedes disfrutar de un jugador que ha demostrado que puede marcar las diferencias a un precio de contrato rookie. C.J. Stroud no ha cambiado los planes de los Texans, simplemente los ha acelerado. DeMeco Ryan como Head Coach y Nick Caserio como General Manager consiguieron enderezar el rumbo de una franquicia que llevaba ya varios años a la deriva, pero además ese movimiento estratégico del pasado Draft que supuso la llegada de Stroud y Will Anderson, dos jugadores diferenciales en las principales posiciones de ataque y defensa les abre una ventana de oportunidad con la que no contaban o con la que al menos no contaban tan pronto. Eso no significa que vayan a llegar a una Super Bowl el año que viene, ni significa que sea seguro que les vayamos a ver en la Final de Conferencia, ni siquiera garantiza que ganen la división; la NFL no son matemáticas y el éxito del pasado año no se traduce obligatoriamente hacerlo mejor este año. Pero obviamente cuando tu QB rookie te demuestra lo que Stroud demostró la pasada temporada es lógico que como mínimo lo intentes. Y los Texans están intentando con todas sus fuerzas ganar ya; porque aunque lo que decíamos antes es cierto, no tienes nada garantizado, lo contrario es igual de cierto, si haces las cosas bien puedes conseguir el premio gordo. Y los Houston Texans van a por él.

Un total de 16 incorporaciones en esta offseason, incluída la más reciente de Stefon Diggs, que apuntala un cuerpo de receptores donde ya había juventud y talento en Nico Collins y Tank Dell (veremos cómo y cuándo vuelve de la lesión), al que sumas la experiencia de un Diggs al que ya se le empiezan a notar síntomas de bajada de nivel pero, incluso así, se fue casi a las 1.200 yardas la pasada temporada. La incorporación, unida a la venta de la primera ronda del Draft –el puesto 23– a los Vikings, indica que para los Texans, más allá de Harrison, Nabers y Odunze no había ningún receptor que valoraran lo suficiente para cogerlo en primera ronda y han preferido tomar el cambio de la veteranía y de un jugador al que poder sacar todavía un par de años decentes. La historia reciente nos dice que más allá de los 31 años los WRs difícilmente ofrecen grandísimas prestaciones, pero tanto Stefon Diggs como Mike Evans –que ha recibido un contrato de dos años, 52 millones para quedarse en Tampa– son dos apuestas interesantes para revertir esa tendencia. Además, ninguno de los dos tendrá que asumir el papel de WR1, en ambos casos esa designación se disipa compartiendo responsabilidades con Collins uno y con Goodwin el otro. La misma reflexión vale para Keenan Allen en los Bears, aunque aquí DJ Moore sí parece un WR1 más claro, la pareja que formarán será un lujazo para Caleb Williams o el QB que llegue a Chicago con el primer pick de Draft.

Pero decíamos que Diggs es la guinda, antes que él, para el ataque llegó Joe Mixon que, a sus 28 años puede ofrecer buenas temporadas coincidiendo con el periodo rookie de Stroud y no solo mejora el juego de carrera sino que puede ser un complemento en el juego de pase. Junto a ellos, la renovación de Dalton Schutz apuntala un ataque que ya funcionó a gran nivel la pasada temporada en manos de un Bobby Slowik que sonó para ocupar un puesto de entrenador principal en algún otro lado y cuya continuidad también supone una gran noticia para Houston.

En defensa es donde de verdad puede llegar el salto: Danielle Hunter, Denico Autry, Folorunso Fatukasi y Azeez Al-Shaair ofrecen un salto de calidad real a un Front-7 donde ya estaba Will Anderson y con el que DeMeco Ryans puede hacer maravillas aunque todavía puede haber alguna duda con la secundaria. La defensa ha mejorado ampliamente respecto a la pasada temporada.

Con todo, los Texans pueden ser considerados uno de los grandes ganadores de esta Agencia Libre, sino directamente el gran ganador. Han pasado en dos años del pozo más profundo de la NFL a uno de los equipos que podría estar en el grupo de aspirantes a llegar lejos en la Conferencia Americana y eso de por sí ya supone devolver la ilusión. La temporada pasada fue un éxito para ellos, ahora quieren más y el mero hecho de buscarlo de manera agresiva merece un aplauso.

¿Pueden los Jets aprovechar la ventana de Aaron Rodgers?

New York Jets quarterback Aaron Rodgers (8) warms up before an NFL football game against the Buffalo Bills on Monday, Sept. 11, 2023, in East Rutherford, N.J. (AP Photo/Rusty Jones)

La sequía de los New York Jets en cuanto a presencia en los Playoffs dura ya 13 años, desde 2010 no visitan las eliminatorias por el título y la llegada de Aaron Rodgers la pasada temporada, no nos engañemos, no solo perseguía romper esa maldición sino que buscaba meter a los Jets entre los equipos capaces de llegar lejos en la durísima y exigente Conferencia Americana. La ilusión disparada se pinchó como un globo a los cuatro snaps que duró en el campo en su debut el QB llegado de los Packers. Este año, con Rodgers de vuelta, recuperado de la rotura del tendón de Aquiles –de la que llegó a afirmar que se recuperaría y volvería a jugar en la pasada temporada aunque finalmente no lo hizo–, más un buen puñado de incorporaciones, podrían reimpulsar ese hype: Dos veteranos como Tyron Smith y Morgan Moses que vienen de sendas muy buenas temporadas y un Mike Williams sale de lesión pero podría ser un buen complemento a Garrett Wilson.

Sobre el papel, el ataque mejora: recuperas a Rodgers, cuentas con Bryce Hall y Garrett Wilson, que son dos jugadores jóvenes que marcan las diferencias, sumas a Williams, mejoras la protección sobre el QB… Deberían ser mucho más competitivos en ataque que la pasada temporada. A la vez, tu ya de por sí más que competente defensa, que los dos últimos años ha sido tu principal argumento para mantenerte vivo y ganar partidos ha, incluso, mejorado. Haason Reddick se une a un grupo de Pass Rushers jóvenes y sobre todo a la fuerza de la naturaleza que llega por el interior llamada Quinnen Williams (al que acompañará el también recién llegado Kinlaw), eso más una magnífica pareja de LBs formada por el hermano de Quinnen, Quincy Williams y CJ Mosley y una pareja de CBs estupenda con Sauce Gardner y D.J. Reed, deberían permitir mantener o incluso elevar el nivel de una defensa que ya estaba entre las mejores de la NFL.

Los ingredientes parecen estar ahí. Aaron Rodgers de QB, un mejor ataque, que suma armas y protección, una defensa que da la talla; nada debería impedir a los Jets tratar de volver por fin a los Playoffs… otra cosa será ver si podrá competir por estar con los mejores de la Americana. Su división se ha debilitado, pero la conferencia sigue superpoblada de favoritos. Veremos dónde acaba un equipo cuya ventana de éxito se reduce a la gasolina que le quede en el tanque a Rodgers. Sin duda va a ser apasionante comprobar el resultado de esta apuesta.

Cousins y Wilson lideran una lista interminable de quarterbacks en movimiento

Altanta Falcons Quarterback Kirk Cousins speaks during a news conference, Wednesday, March 13, 2024, in Flowery Branch, Ga., near Atlanta. Cousins has one playoff victory in his long career. The Atlanta Falcons are betting at least $100 million that he's the guy who can lead them to the first Super Bowl title in franchise history. (AP Photo/Mike Stewart)

¿Sabían que hasta 22 QBs han cambiado de equipo en esta offseason? Vamos a repasar la lista: Kirk Cousins a Falcons, Russell Wilson a Steelers, Justin Fields también a Pittsburgh, Kenny Pickett a Eagles, Mac Jones a Jags, Sam Howell a Seahawks, Desmond Ridder a Cardinals, Gardner Minshew a Raiders, Joe Flacco a Colts, Jimmy Garoppolo a Rams, Sam Darnold a Vikings, Mitch Trubisky de vuelta a Bills, Jacoby Brissett de vuelta a Patriots, Tyrod Taylor a Jets, Jameis Winston a Browns, Tyler Huntley también a Cleveland, Mason Rudolph a Titans, Drew Lock a Giants, Marcus Mariota a Commanders, Nathan Peterman a Saints, Brett Rypien a Bears y por último Carson Wentz a los Chiefs.

Muchísimos movimientos y un puñado de ellos que escenifican el fracaso de estos QBs como proyectos de titulares en sus equipos de procedencia. Pero los dos casos más llamativos tienen que ser a la fuerza los de Atlanta y Pittsburgh. Los Falcons, cansados de utilizar picks en el top10 del Draft para reforzar el ataque (Pitts, London, Robinson) y que esta ofensiva no funcione porque el QB no da la talla, han ido a lo seguro: Un veterano que no será de la élite pero cumple por encima de la media y ofrece ciertas certezas en lo que te puede ofrecer. Es decir, Cousins. El ex de Minnesota, más allá de estar firmando una carrera espectacular en lo financiero a la que suma otros 100 millones garantizados, en sus últimos años sobre el campo antes de la lesión ha reforzado la idea de que es un QB capaz de elevar un ataque que tenga las piezas adecuadas. Y eso es precisamente lo que esperan de él en Atlanta.

El caso de Pittsburgh es distinto. ¿Russell Wilson y Justin Fields mejoran la sala de Quarterbacks que formaban el año pasado Kenny Pickett, Mitch Trubisky y Mason Rudolph? Rotundamente, sí. ¿Son argumentos suficientes para salir del eterno récord positivo pero nada más que eso? Es algo que está por ver. Recordemos que los Steelers llevan desde 2017 sin lograr avanzar una ronda en los Playoffs de la NFL. Si para alguien eso es suficiente le doy la enhorabuena, es más que probable que este año vuelvan a alcanzar las nueve victorias, es más que probable que el equipo como mínimo luche por los Playoffs. Pero más que eso, realmente, no lo sé. El equipo se ha reforzado de manera inteligente en defensa, Patrick Queen y DeShon Elliott mejoran sus respectivas posiciones. Cambiar a Diontae Johnson por Donta Jackson no me emociona y sustituirlo en el puesto de WR por Quez Watkins y Van Jefferson no me convence. En general la nota puede ser buena y todavía queda el Draft donde podría venir otro salto de calidad. Arthur Smith mejora ampliamente a Matt Canada a los mandos del ataque… pero todo esto nos lleva a la pregunta: ¿Pueden Russell Wilson o Justin Fields elevar esta situación? Creo que tendríamos que acotarlo al veterano Wilson ya que ha sido nombrado públicamente como QB1 y Fields parece una apuesta más a medio plazo –veremos si no es más a corto que a medio–.

Lo que más me llama la atención de la decisión de fichar a Wilson por muy barato que sea es que el año pasado fue el QB que menos pasó por el centro del campo cuando Arthur Smith lleva años con ataques que están entre los tres que más pasan por el centro. Es un encaje estilístico extraño. Lo que me transmite a gritos este contexto es que los Steelers apoyarán su propuesta en la defensa y la carrera. No me extrañaría que acaben la temporada entre los equipos que más veces utilizan el juego terrestre de toda la NFL.

A mi modo de ver, Russell Wilson a estas alturas de su carrera es un fichaje con cero riesgo económico pero con un techo deportivo bajísimo. Los Broncos se van a comer 85 millones de dinero muerto por un motivo. ¿Los Steelers pueden ganar con él? Sí, hasta cierto punto; que puedan ganar por él ya es algo que dudo mucho más.

A mí lo que no deja de venirme una y otra vez a la cabeza pensando en los Steelers es si van a desperdiciar los mejores años de un jugador tan diferencial como TJ Watt sin conseguir llegar lejos, sería una pena.

El ¿florecer? del mercado de los RBs

Tennessee Titans running back Derrick Henry (22) carries the ball during a Monday Night NFL football game against the Buffalo Bills, Monday, Oct. 18, 2021, in Nashville, Tenn. (AP Photo/Matt Patterson)

En la pasada offseason la frustración de los RBs tocó techo en lo que a su mercado se refiere. Se acabaron los contratos largos y mucho más los muy lucrativos. Los grandes nombres se llevaron un buen puñado de Franchise Tags y ninguno de ellos consiguió un contrato a largo plazo, el jugador que más dinero consiguió al año al margen de los que recibieron el tag fue Dalvin Cook con apenas 7 millones y en cuanto al total, Miles Sanders, que firmó 25 (curiosamente ambos resultaron ser sonoros fracasos para sus equipos).

Sin embargo, algo ha cambiado en esta Agencia Libre, donde se han firmado más y mejores contratos. El que más dinero al año ha conseguido es el Saquon, con 12,5 millones al año y el mayor total se lo ha llevado Josh Jacobs con 48 millones que casi doblan al más cuantioso de la pasada temporada. Además, un buen puñado de jugadores han encontrado acuerdos que rondan un rango entre 5 y 8 millones al año, lo que eleva a 16 la cifra de RBs que ganan más de 5 millones al año de media. Esta mejoría en el panorama para los corredores tiene dos explicaciones: La importancia que el juego de carrera ha cobrado en los últimos tiempos en la evolución de las ofensivas en la NFL y, por supuesto, el importante salto del salary cap. Pero, ¿realmente es un salto tan grande? Si miramos los salarios de los mejores Running Backs de hace diez o doce años, sin duda el mercado ha retrocedido de manera evidente; si miramos los contratos de estas últimas tres o cuatro temporadas, entonces sí que la tendencia es positiva, aunque sin tirar las campanas al vuelo. Por cierto, una última curiosidad, CMC es el RB que más gana de media al año, 16 millones al año –algo que nos cuadra, hoy en día es claramente el mejor–, pero ¿quién es el que tiene el mayor contrato total? Alvin Kamara, con 75, 11 millones más que McCaffrey.

En lo concreto, principalmente llaman la atención tres movimientos de RBs en esta offseason: En primer lugar, Derrick Henry, con el que es fácil que venga a la cabeza que sus mejores años ya han pasado, pero lo cierto es que en la última temporada todavía siguió siendo el jugador que más veces llevó el balón en carrera de toda la NFL y siendo el jugador que más cajas pesadas encaró (siete o más jugadores en la caja), consiguió ser el octavo RB que más yardas después del contacto sumó. Su presencia en el ataque de los Ravens va a ser un complemento excelente que va a obligar a las defensas a tomar decisiones que pueden facilitar la vida a Monken y, sobre todo, a Lamar Jackson.

Saquon Barkley también merece ser mencionado por cambiar a un equipo de la misma división pero sobre todo porque puede ofrecer alternativas muy distintas a las que aportaban los RBs con los que últimamente han contado los Eagles. Su versatilidad, sus magníficas manos para recibir pases… es un jugador total que puede dar mucho y de muchas maneras.

Tanto Barkley como Henry, de mantenerse sanos, van a ofrecer un upgrade a sus respectivos nuevos ataques. El tercer caso no solo lo destacó por la calidad sino por la cierta sorpresa que supuso: La llegada de Josh Jacobs a Green Bay después de que Aaron Jones fuera uno de los principales argumentos para los Packers en su carrera por entrar y avanzar en los Playoffs. Yo al menos no esperaba el movimiento, porque Jones el pasado año ya aceptó reducir su contrato y por su buen nivel y peso en la ofensiva de LaFleur; pero pensando en frío es un movimiento que tiene mucho sentido. QB joven, cuerpo de receptores jovencísimo, el equipo más joven de la liga y cambias un RB que este año cumplirá 30 años por otro de 26 y que aunque su antecesor era bueno, el recién llegado lo mejora y tiene los mejores años por delante y no a su espalda.

¿Debemos sacar a los Bills y Cowboys de la lista de aspirantes?

Buffalo Bills quarterback Josh Allen (17) stands for the National Anthem before an NFL football game against the Los Angeles Chargers on Saturday, December 23, 2023 in Inglewood, California. (Ben Liebenberg via AP)

Así, a botepronto, me sale decir que sí. Pero vamos a ver qué ha pasado. De una tacada, los Buffalo Bills han perdido a Stefon Diggs, Gabe Davis, Trent Sherfield, Deonte Harty, Tre'Davious White, Micah Hyde, Jordan Poyer, Siran Neal, Mitch Morse, Nyheim Hynes y Tyrel Dodson. ¡Buf! Esto tiene aspecto de final de una era. Podemos discutir todo lo que queramos sobre los motivos por los que estos Bills, que aspiraron con fuerza al anillo, se quedaran por el camino y cuyo logro más recordado será, lo quieran o no, la derrota en Arrowhead en la ronda divisional que provocó el cambio en la norma de la prórroga en los Playoffs de la NFL. Podemos hablar de si Stefon Diggs acabó bajando su nivel o fue cosa del esquema de Joe Brady, de si fue cosa de la plaga de lesiones en defensa o es que realmente no tenían el nivel para alcanzar las cotas que un pequeño puñado de equipos sí lograron en esa ventana… Pero la realidad que tenemos que concluir en esta offseason es que aquel equipo se acabó y si realmente pueden mantener viva la ventana o abrir una nueva en un plazo de tiempo próximo será con una composición de plantilla muy distinta.

Los Bills tiene un total de 11 selecciones en el próximo Draft pero cuesta pensar que eso sea suficiente para cubrir los enormes huecos que quedan en su roster. ¿Pueden quizá tratar de conseguir a Aiyuk en traspaso? Desde luego algo deben hacer si quieren mantener sus vitola de aspirante en la Conferencia Americana y de dominador de su división por mucho que Josh Allen sea un jugador muy capaz de elevar a los jugadores que tiene alrededor y al colectivo en general. Va a ser curioso comprobar de qué son capaces.

De una manera muy distinta, pero otro equipo que parece haber perdido el paso en esta Agencia Libre son los Dallas Cowboys. Aquellas declaraciones desde la gerencia que hablaban de un All-In de cara a la próxima temporada han quedado en agua de borrajas. Aunque parezca extraño, Dallas es uno de los equipos que menos dinero gasta en cuanto a Cash dedicado a pagar a la plantilla –una cosa es el espacio salarial con el que se puede jugar y otra el cash flow que realmente se gasta– y no parece que en un futuro cercano ese vaya a cambiar. Un solo fichaje, solo uno en toda la Agencia Libre, la incorporación de veterano LB Eric Kendricks. Poco botín para un equipo que pretende ser aspirante. Mientras sus principales rivales no han hecho más que mejorar, los Cowboys se han quedado estancados y pierden terreno.

Suena algo irónico, pero los Cowboys son el segundo equipo con más victorias en temporada regular de las tres últimas temporadas… claro luego llegan los Playoffs y sus descalabros son cada vez más desastrosos. Con los contratos de Micah Parson, CeeDee Lamb y ¿Dak Prescott? en el horizonte, ahora mismo solo les queda hacer un gran Draft para mejorar y aunque vienen haciéndolo muy bien en ese aspecto en los últimos años (salvo el último), tanto en la identificación como el desarrollo de talento propio, esta vez parece que no será suficiente. Veremos si con lo que tienen y los rookies que puedan llegar les basta, pero de primeras no parece muy probable.