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Alejandro Villanueva, el español que anotó un touchdown

Madrid, España. Me encuentro de pie en un bar. Media docena de aficionados del Celtic de Glasgow, ruidosos pero desalentados, miran en una pantalla la paliza que el Atlético de Madrid le asesta a su equipo en Champions League. Por la Gran Vía he visto camisetas de los contendientes, rojiblancas del Atlético, verdiblancas de los escoceses. También abundan, desde luego, tanto entre nativos como entre los miles de turistas, las del Real Madrid, que en unas horas se medirá al Sporting de Braga.

En mitad de este reino del soccer, me brinca de pronto una camiseta que nada tiene que ver con las que dominan el panorama. Es el jersey negro y amarillo de los Pittsburgh Steelers. Lo lleva un sujeto de unos treinta años. Se llama José Manuel, es madrileño, tiene poco pelo y mucha barba y se sienta de espaldas a las pantallas donde se emite el partido de soccer. Yo, que estoy en la mesa de junto con una amiga española, llevo una gorra con el logotipo de los mismísimos Steelers y, claro, acabamos por trabajar charla con el vecino.

Me doy cuenta de que el jersey de José Manuel lleva en la espalda el número 78. Y viene a mi memoria una historia que ya tiene algunos años. La de uno de los poquísimos españoles que han jugado en la NFL y que llegó a destacar en Pittsburgh pero que, más allá de eso, protagonizó un fenómeno realmente singular.

Hablo, claro, de Alejandro Villanueva, tackle ofensivo español que nació en una base aérea de Meridian, Misisipi, porque su padre era un oficial de la Armada de su país que trabajaba para la OTAN. Debido a necesidades familiares, su infancia y adolescencia transcurrieron entre EU, Bélgica y España. Comenzó a practicar rugby en la secundaria pero luego se pasó al futbol americano. Y jugó como ala cerrada y ala defensivo para el equipo universitario del Ejército de EU (los famosos Army Black Knights).

No fue seleccionado en el draft, y pasó sin éxito por los campos de entrenamiento de Bears y de Eagles antes de llamar la atención de Mike Tomlin, el coach de Steelers. Tomlin lo convirtió en tackle ofensivo y le dio una oportunidad. Villanueva se ganó el puesto. Llegó dos veces al Pro Bowl y aunque su carrera fue corta (la línea es una de las posiciones más castigadas por lesiones en la liga), llegó a ser un tipo estelar.

Pero no fue por su buen juego que se le recuerda, sino por un episodio distinto. En el año 2017, en medio de las protestas de jugadores encabezadas por el entonces QB de San Francisco, Colin Kaepernick, que consistían en que las escuadras de arrodillaban durante el himno de Estados Unidos que se interpreta previo a los encuentros, Villanueva saltó al campo antes que sus compañeros y, en vez de arrodillarse, se mantuvo solo, de pie, saludando a la bandera.

Todo se debió a un malentendido (los Steelers habían decidido no salir del túnel de los vestidores sino después del himno y el tackle no se enteró a tiempo). Pero la imagen del liniero, con su pasado militar, honrando a la bandera en solitario dio la vuelta al mundo. Villanueva pasó a ser un héroe para ciertos estadounidenses y su jersey se convirtió en el más vendido de toda la NFL por unos días.

Pero él nunca quiso ser un icono. Se disculpó de inmediato con su coach y sus compañeros por su despiste y optó por mantener un perfil bajo. Se retiró en 2021, luego de solo siete temporadas en la liga, lastrado por las lesiones y ya como parte de los Ravens de Baltimore.

Sin embargo, José Manuel, en Madrid, no lo recuerda por eso sino por haber sido uno de los únicos cuatro españoles en la NFL, el primero en anotar un touchdown en la era del Super Bowl, en una jugada de trampa contra Denver en 2018, y el primero en marcar en el futbol americano profesional estadounidense en 88 años, desde que el legendario Aquilino Rodríguez lo hiciera en 1930. No es poca cosa. Estos últimos datos me los da José Manuel con una sonrisa de orgullo. Lo que viene a aprender uno en Madrid.