Los Chiefs han vuelto a diseñar la maquinaria perfecta. Tras perder este verano a uno de los tres mejores receptores de la NFL, Andy Reid se metió en el laboratorio y no paró hasta conseguir diseccionar la tendencia imperante entre las defensivas NFL. Hoy, casi 10 meses después de la salida de Tyreek Hill, podemos decir que el “genio loco” lo ha vuelto a conseguir.
En 2020 la liga tenía como objetivo único frenar a los Kansas City Chiefs, su ofensiva era la mejor en cuanto a yardas por partido (415.8 YPP) y se encontraba entre las tres mejores en cuanto a eficiencia (0.177 EPA/jugada). La NFL seguía dominada por defensas con un safety profundo, pero entrenadores como Vic Fangio o Brando Staley comenzaban a instaurar sus sistemas con dos safeties profundos con el fin de limitar los pases largos y las jugadas explosivas de, entre otros, Patrick Mahomes y Tyreek Hill.
En 2021 estos esquemas se comenzaron a propagar y las defensas Cover-6 de Fangio con dos safeties profundos comenzaron a ser la norma en la NFL. Los Chiefs sufrieron un pequeño bache. Eran efectivos, conseguían mover el balón, pero no eran explosivos y no conseguían transformar yardas en puntos… solo convertían en touchdowns el 62.2% de sus viajes a la zona roja (11º en la NFL)
Estas defensas tienen como objetivo frenar cualquier pase profundo y trabajar desde el fondo del campo hasta la línea de scrimmage, placando con seguridad y limitando las yardas tras la recepción. Lo hacen alineando dos safeties profundos y jugando una defensa distinta para cada lado del campo. En el lado fuerte de la formación (el lado con más jugadores a los que defender en un pase) juega una Cover-4, y el lado débil de la formación juega una Cover-2. De esa manera, la defensa siempre tiene una ventaja de números frente al ataque: 4 defensores contra 3 atacantes
En 2022 los ataques se han dado de bruces contra este tipo de defensas, que ya son la norma. Acostumbrados a atacar los puntos vulnerables de defensas con un solo safety profundo, principalmente las bandas y las seams, la producción ofensiva ha caído este año a niveles que no se veían desde hacía más de una década. Los ataques aéreos están promediando 218.5 yardas por partido (la marca más baja desde 2009) y 1.4 touchdowns por partido (empatando registros de 2017).
Y, sin embargo, el porcentaje de completos es del 64.2% muy por encima del 60,9% de la temporada 2009. Esto es, se completan más pases pero más cortos y menos agresivos. Dentro de esta tendencia, la anomalía son los Chiefs. Los de Andy Reid son el equipo que más puntos por partido, yardas por partido y yardas de pase por partido ha promediado en 2022 (los Chiefs consiguen 30 yardas de pase por partido más que el segundo).
¿Y cómo lo han conseguido? Pues dándole la vuelta a estas defensas Cover-6 de Fangio y destrozando sus reglas. Los Chiefs han popularizado los sets de 4x1 tan comunes en el futbol americano universitario. En estas formaciones se colocan cuatro receptores en un lado del campo, con lo que las defensas de Fangio dejan de tener esa ventaja de números que comentábamos en el lado fuerte del campo.
Desde ahí todo el juego de screens son prácticamente yardas gratis para Mahomes y los suyos. En esta jugada el jugador #4 de los Chargers queda fijado por el movimiento del corredor y ante la igualdad de números los dos receptores de los Chiefs salen a bloquear abriéndole camino a su tight end que recibe el balón con el safety a casi 20 yardas de él. Pase sencillo y mucho verde por recorrer.
Me sigue sorprendiendo el poco valor que se le da a entrenadores como Andy Reid o Bill Belichick, todos los años nos encaprichamos con algún juguete nuevo y se nos olvida que estos dos genios siguen siendo las mejores mentes de la NFL. Aún cuando, por edad, deberían estar disfrutando de su jubilación.