A lo largo de su rica historia, que se originó allá por 1960, los Dallas Cowboys han tenido entre sus filas a muchos jugadores élite en diferentes posiciones tanto de ataque como defensa. Hasta 26 de ellos han ingresado en el Salón de la Fama. Solo Chicago Bears y Green Bay Packers, franquicias con décadas de ventaja en cuanto a antigüedad, superan a los tejanos en miembros en el club más exclusivo de la NFL. Si nos centramos en los wide receivers lo cierto es que Dallas prácticamente siempre ha contado con uno dominante, desde los tiempos de Bob Hayes en la década de los sesenta, pasando por Drew Pearson en los mejores años de la dinastía de Tom Landry, Michael Irvin en la época gloriosa de los noventa con Jimmy Johnson a los mandos, y ya en el nuevo milenio con la corta pero productiva etapa de Terrell Owens y más recientemente Dez Bryant, a día de hoy el máximo anotador vía aérea en la historia de la franquicia con 73 touchdowns.
Tanto Pearson como Irvin como Bryant lucieron a la espalda el número 88, un dorsal que acarrea mucho peso en el conjunto de la estrella solitaria y que ahora cae bajo los hombros de CeeDee Lamb, quien en su cuarta temporada en la liga está confirmando lo que muchos pensaban desde el día de su selección en el draft, que puede ser un más que digno sucesor en la línea de receptores abiertos de los Cowboys.
Lamb fue uno de los seis wide receivers que poblaron la primera ronda del draft de 2020. En concreto fue el tercero elegido, en el puesto 17 absoluto, por detrás de Henry Ruggs y Jerry Jeudy y por delante de Jalen Reagor, Justin Jefferson y Brandon Aiyuk. En su primera campaña aprendió al lado de Amari Cooper los detalles técnicos para correr las rutas, algo muy valioso en la transición de college a los profesionales donde generalmente hay mucho menos espacio en el exterior para trabajar y tienes que ser más perfeccionista y consistente en tu juego. No alcanzó las 1000 yardas como rookie por la lesión de Dak Prescott en la semana 5. En cinco partidos con él acumuló 433 yardas (86.6 yardas por choque), en once encuentros sin él registró 502 yardas (45.6 de promedio). En su segundo año ya lideró al equipo en recepciones y yardas aéreas, y sin Cooper en la plantilla se estableció como el indiscutible líder del cuerpo de receptores la campaña pasada, en la que sumó 107 capturas para 1359 yardas y 9TD. En 2023, tras los dos primeros compromisos de Dallas, saldados con sendas victorias, Lamb marcha con 15 recepciones (de 17 “targets”) para 220 yardas, viniendo de un partido ante New York Jets y su dura defensa realmente excelso. Estudiemos pues hoy el juego de una de las grandes estrellas de la NFL.
En primer lugar, siempre que analizo wide receivers busco su posicionamiento en el campo. Desde su etapa universitaria en college, donde por cierto recibió pases de su ahora rival Jalen Hurts, ha mostrado la polivalencia para jugar tanto en el exterior como en el slot. No obstante, en su etapa en Dallas esa polivalencia ha ido siendo utilizada de diferentes maneras. Como novato 666/731 snaps los jugó en el slot (91%). Sin embargo, un año después se invirtió el dato al alinearse en 606/990 snaps por fuera. El año pasado su ubicación en el campo fue más homogénea que nunca: 594 snaps en el slot por 523 abierto. Sin embargo, esta temporada ha vuelto de momento más a lo que vimos de él como novato, en dos encuentros acumula 78 snaps en el slot por 30 en el exterior (datos de PFF).
Una vez estudiado donde inicia Lamb sus jugadas ofensivas, lo segundo en lo que quería fijarme es hacia dónde se dirige cuando se ejecuta el snap. De sus diecisiete targets en la campaña, nueve de ellos han llegado en pases por debajo de las diez yardas. Dallas utiliza a CeeDee en acciones de screen, bien situándole en el slot y apoyándose en los bloqueos de sus dos compañeros wide receivers en una pantalla hacia el exterior, bien usando el bloqueo del tackle izquierdo sobre el linebacker en una pantalla más hacia los números. Además, Lamb es el receptor de movimiento del equipo. Los Cowboys no son el mayor exponente de motion en la liga (51.1%, 19º puesto en la NFL), pero cuando lo usan generalmente es para dirigir el balón hacia él. Desde la campaña pasada Lamb es el jugador con más yardas y touchdowns vía aérea haciendo shift/motion (estadísticas Next Gen). Más de una vez veremos al número 88 atacando la zona intermedia de la defensa en combinación con las rutas de dos compañeros más en lo que se conoce como “three-level stretch”, acción muy típica de la “West Coast Offense” que emplea Mike McCarthy y que pudimos ver el otro día ante Jets en un ejemplo muy claro en el último cuarto.
Lo que también he podido comprobar analizando la cinta y los datos es que Lamb es más utilizado cuando se alinea en el lado izquierdo para ir profundo respecto a cuando se coloca en el lado derecho. En esa parte del campo jamás en cuatro temporadas ha sido objetivo de un pase de 20+ yardas en campo abierto. El pasado domingo, Sauce Gardner identificó esa tendencia y estuvo a punto de interceptar un pase tardío de Dak Prescott al adelantarse a la ruta de Lamb.
Suficientes datos por hoy. Vayamos al juego y observemos las habilidades que hacen grande a Lamb. Desde el primer cuarto pudimos comprobar su capacidad para bajar caderas y cortar en movimiento. Para su estatura (1.88m) es un receptor muy móvil y nada linear. Esto es un gran problema para los cornerbacks rivales, pues corren el riesgo de darle mucho espacio si le defienden en “off”, pero a la vez pueden ser quemados si juegan “press” contra él. Además, Lamb ha mejorado mucho físicamente desde que llegó a los profesionales. Por eso, en esta acción contra D.J. Reed se sobrepone a un claro agarrón para continuar la ruta y finalizar con una gran atrapada en la que mostró también su elasticidad.
Esa recepción fue el preludio del primer touchdown de la tarde para Cowboys. Ya en el segundo cuarto, Lamb nos dejó claro lo peligroso que es con el balón en sus manos. En una slant generó muchas yardas “after catch” eludiendo al único safety profundo en la defensa Cover-3 de Nueva York. El pase de Prescott es perfecto por su timing y colocación, fijaros como cuando realiza el lanzamiento su compañero está todavía por llegar a la ventana que quieren atacar.
Desde la pasada temporada Lamb lidera la liga en yardas desde el slot, lo hizo la campaña 2022 y lo está haciendo de nuevo este año, 124 de sus 220 yardas han llegado desde ahí. Para jugar en el slot has de mostrar una dureza física y mental especial, pues normalmente vas a estar más expuesto a los golpes de linebackers y safeties en las rutas cruzadas, a su espalda o por delante de ellos que ejecutes. En esta acción del segundo cuarto Lamb se lleva un duro golpe del safety, pero aun así mantiene la posesión del balón. El salto para atacar la pelota en su punto más alto también es espectacular.
Sin embargo, esa acción te demuestra igualmente lo inteligente que es Lamb en el terreno de juego. Fijaros de nuevo como la defensa de Jets está en Cover-3, es decir, cuatro jugadores en la zona media y tres en la zona profunda (los dos corners en el exterior y el único safety profundo). La ruta de Lamb es ideal para atacar el espacio entre el defensor del slot que va a la zona “curl/flat” y el safety profundo. Mirad en las imágenes cómo en el mismo momento en que Lamb rebasa al defensor del slot e identifica que es esa defensa zonal, gira su cabeza hacia Prescott para ofrecerse como objetivo. Además, aminora su ruta para no entrar demasiado en conflicto con el safety. Si volvéis a ver el vídeo de la jugada comprobaréis como esa desaceleración es la que le permite atrapar el pase. De haber corrido a tope y sin freno seguramente se habría topado con el safety e imposibilitado el pase para su quarterback. Detalles que marcan la diferencia.
De momento Lamb está siendo el foco claro del juego ofensivo de Cowboys en lo que respecta al pase. Sus once recepciones de la semana 2 fueron la mejor marca de su carrera. De las 398 yardas de pase de Dallas, 220 han ido para él. Ese 55.3% de yardas del equipo es la mayor marca de la liga y representa al único jugador de la NFL que sobrepasa la mitad de las yardas de su franquicia. A lo largo del año esa marca irá disminuyendo a medida que las defensas rivales acentúen su cobertura sobre Lamb al tiempo que McCarthy haga bien involucrando más en el juego al resto de wide receivers. No obstante, ya hemos visto que su polivalencia convierte a CeeDee en un jugador difícil de tener siempre “doble marcado”. El número 88 está cumpliendo con las expectativas y seguramente reciba en el futuro próximo una renovación de contrato más que merecida. La línea de sucesión de los grandes receptores de Dallas Cowboys está asegurada.