Desde que Tom Brady dijera adiós a la franquicia, los Patriots se han convertido en lo más parecido a los Chicago Bulls de la era post Michael Jordan. Un equipo que se hartó tanto de ganar que ahora vive en una resaca emocional eterna. Llegan y se van jugadores como si nada, o directamente, son muchos los que ni quieren lucir estos colores. Entre ese vaivén cual navegante desorientado, la franquicia más laureada de la NFL -junto con los Steelers- ha encontrado en Drake Maye, su Boston Light.
En la minúscula y rocosa isla de Little Brewster, a la entrada del puerto de Boston, el Boston Light ha servido como guía y protección para los navegantes desde el siglo XVIII. Este faro, el primero construido en América del Norte en 1716, es una estructura que ha soportado guerras, destrucción y reconstrucción. Casualidades del destino, mejor no se puede definir a día de hoy a los New England Patriots. Y que también, por casualidad o no, llevan el nombre de quienes erigieron este espléndido y romántico monumento.
La torre original fue destruida en la Guerra de la Independencia, y su reemplazo, erigido en 1783. Su historia está llena de tragedias y desafíos. Su primer farero, George Worthylake, murió ahogado junto a su familia en las traicioneras aguas del puerto de Boston, un episodio tan significativo que fue plasmado en una balada por el joven Benjamín Franklin. Pero, pese a estas fatalidades, el Boston Light sigue en pie con su mística y orgullo. De hecho, es el único en Estados Unidos que sigue contando con personal de la Guardia Costera, a pesar de haber sido automatizado en 1998.
Al igual que el faro de Boston, Drake Maye representa una luz de esperanza en tiempos oscuros para los Patriots. Desde la salida de Tom Brady en 2020, el equipo ha luchado por encontrar una identidad sólida en la posición de quarterback. Jugadores como Cam Newton y Mac Jones pasaron por Foxborough sin lograr establecerse -algo lógico- como el anhelado sucesor de Brady. Pero ahora, con el debut de Maye, una luz comienza a vislumbrar al final del túnel.
Nacido en 2002 en Huntersville, Carolina del Norte, decidió seguir los pasos de su padre y jugar para la Universidad de North Carolina, llegó a la NFL con grandes expectativas. Su rendimiento en el College destacó por su precisión y capacidad atlética y los Patriots lo seleccionaron en el pick 3 del Draft de 2024. A diferencia de otros casos, Maye esperó para tener su oportunidad. Las prisas nunca son buenas consejeras y su debut aguardaba en el Gillete Stadium luciendo el uniforme retro de la franquicia. Como en los buenos tiempos.
En su primer partido, 3 pases de touchdown y 2 intercepciones marcaron su actuación, además de liderar al equipo en yardas terrestres. Si bien la derrota ante los Houston Texans duele, la lectura de esta es más que esperanzadora. Ojo con esto. Maye es el primer quarterback de la NFL desde 1950 en lanzar tres pases de touchdown y liderar a su equipo en carreras en su debut. En otras palabras, no le tiembla el pulso a la hora de asumir galones.
No obstante, como todo faro que enfrenta tormentas, Maye también tuvo sus momentos complicados. Sus dos intercepciones mostraron que todavía tiene áreas que pulir, algo que él mismo reconoció tras el juego: “Creo que recibí un par de sacks en los que podría haber tirado el balón o haber hecho check-downs en lugar de llevarme el sack”, comentó Maye. Sin embargo, el reconocimiento de sus errores y la disposición para aprender son aptitudes esenciales para un quarterback en la NFL, especialmente uno tan joven como él.
Tras el partido, recibió consejos de CJ Stroud, quien es un admirador del juego de Maye: “Sé tú mismo. Todo lo que te ha traído hasta aquí te llevará a donde quieres ir y confía en ti mismo. Tendrás días malos. Tendrás días buenos, pero siempre se trata de levantarse al día siguiente y seguir adelante”. Eso construye a un jugador distinto. Eso es a lo que aspira Drake Maye.
Si bien es solo el inicio de su viaje en la NFL, el joven quarterback ha mostrado que tiene la capacidad para guiar a los Patriots en su travesía por las agitadas aguas de esta liga tan bonita como cruel.
Ahora es el turno de enfrentarse a los Jacksonville Jaguars en suelo inglés. Lugar idóneo para revolucionar la franquicia, así como lo hicieron en su día los encargados de armar el motín del té. Aquel grupo de colonos disfrazados de amerindios que arrojaron al mar del puerto de Boston la carga de té de tres buques británicos en señal de protesta contra las tasas que Gran Bretaña les imponía.
Todo lo vio el Boston Light.
Porque la luz siempre guía.