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Entrenar a los Dallas Cowboys (y lidiar con Jerry Jones)

Cuando **Jerry Jones** compró a los Dallas Cowboys, en 1989, decidió despedir al mítico entrenador en jefe de muchos años: Tom Landry. Los Cowboys en los ochentas no tenían buenos resultados, y la salida de Landry era algo que tenía que, quizá, haberse realizado algunos años atrás. Máxime con los éxitos de rivales en la conferencia Nacional en esa década como los San Francisco 49ers, los New York Giants y los Washington Redskins. Prácticamente entre estos tres se llevaron todos los Super Bowls de la década.

Con todo y que la decisión de Jones había sido lógica de acuerdo a resultados, Tom Landry era un consentido de la afición y la llegada de Jimmy Johnson en su momento tenía que funcionar rápido. La primera temporada de Jimmy a cargo de los de la estrella solitaria no fue nada buena: una victoria y 15 derrotas, la ofensiva 28 de la liga y la defensiva 24 (de 28 equipos que entonces había en la NFL) fue el resumen de aquella campaña.

Intentos ha habido: Bill Parcells y Wade Phillips, como mentes defensivas, buscaron llevar el barco a buen puerto, pero no funcionaron. Jason Garrett y Mike McCarthy, del lado ofensivo, tampoco tuvieron éxito. Siendo Parcells y McCarthy ganadores de Super Bowls con otros equipos, la formula de Jerry Jones ha fracasado en sus intentos de volver a levantar un trofeo Vince Lombardi.

Y es claro, el común denominador en todo este tiempo ha sido uno: Jerry Jones. No es para nada fácil poder hacer el trabajo de head coach en un equipo NFL. Se necesitan muchas habilidades de comunicación, gestión de talento, delegación y supervisión, toma de decisiones, conocimientos estratégicos y tácticos, creatividad y procesos mentales de generación de ideas y un largo etcétera que podría llevarme un artículo entero. Pero lidiar con un jefe como Jerry Jones creo que debe ser una de las cosas más difíciles de afrontar en Arlington, Texas.

Y es que los Dallas Cowboys es un equipo sumamente popular en casi cualquier parte del mundo, el equipo de América ha tenido épocas doradas en los años 70’s y 90’s y con eso ha recaudado un buen número de aficionados. Los cuales, por ser tantos y haber iniciado su afición en su mayoría en alguna de las épocas doradas le exigen el titulo a su amado equipo. Como todo equipo grande en afición, si pasa un año y no consiguen el título, es un fracaso.

En la historia de la liga ha habido un sin número de intentos de varios equipos de contratar a algún entrenador que haya sido campeón en el pasado. Los propios Cowboys lo intentaron con Bill Parcells y ahora con Mike Mcarthy. Solo pocos casos que pudiéramos contar como exitosos has llegado a los libros de la historia de la liga. Dick Vermeil llevó a Philadelphia a un Super Bowl que perdieron, para después ganar con los St Louis Rams y formar una de las mejores ofensivas de la historia con “The Greatest Show on Turf”. Bill Parcells fue exitoso con Giants, pero no pudo ganar un anillo ni con Patriots ni con los propios Cowboys. Andy Reid no tuvo suerte para ganar un título NFL con los Philadelphia Eagles, pero sí lo logró con los Kansas City Chiefs. Mike Holmgren pudo ganar un Super Bowl con los Packers, pero no lo logró con los Seahawks. Y ni siquiera el mayor ganador de todos los tiempos, Don Shula, pudo ganar con los Baltimore Colts el Super Bowl III, conquista que alcanzó posteriormente con sus amados Miami Dolphins.

Ganar un titulo en la NFL es muy difícil. El límite salarial, la evolución constante que tiene el juego, la suerte de mantenerse lo suficientemente sano como equipo, encontrar el balance entre ofensiva y defensiva, tener un adecuado juego complementario, estudiar y vencer estratégicamente al rival, que los jugadores entrenen y ejecuten correctamente el plan de juego además de cada una de las jugadas. En fin, se deben conjuntar una serie de factores. Ganar en los Dallas Cowboys, es incluso más complicado. La presión de una afición exigente al máximo, el involucramiento de un dueño con el que es difícil de lidiar y la presión propia de una liga tan competitiva con la NFL hace la ecuación más complicada.

Por todo esto, Mike McCarthy tiene la presión de ser campeón con los Dallas Cowboys. Muchos le quitan el mérito de haber ganado el Super Bowl XLV más por el talento de Aaron Rodgers que por haber sido un gran head coach. Yo creo que, si bien Rodgers aportó mucho en ese 2010, McCarthy tuvo una buena gestión de talento y logro conjuntar los elementos necesarios para lograrlo. Está por verse si consigue llevar a los Dallas Cowboys a la gloria absoluta; de momento afronta su cuarta con el equipo tejano y las sensaciones no ayudan al coach de 60 años de edad.