Una nueva temporada de la NFL está a punto de comenzar. Atrás quedó febrero. Marzo, abril y mayo: a la basura. Junio y también julio: a tomar por culo. Agosto? Le quedan un puñado de días y adiós.
Vivo en Argentina, así que los meses de abstinencia de NFL coinciden con los más fríos del año. Por ambas razones (y otras que no nombraré aquí), suele ser un período de tiempo amargo. Lamentablemente 2024 no fue la excepción, pero vamos, que la NFL no me contrató para que les cuente mis penas y que hay motivos de sobra para celebrar.
La primera reflexión que traigo cada vez que se aproxima una nueva temporada es el reconocimiento a la NFL por seguir guardando y cuidando las cualidades esenciales de su producto. Es probable que lean esta misma idea en este espacio más adelante, aplicada a diversos aspectos, pero en este caso me refiero al tiempo de competencia vs el tiempo de descanso y el efecto que dicho balance produce en nosotros, los fans.
Quizá esto me pase únicamente a mí, pero con el paso del tiempo cada vez me cuesta más generar expectativas ante el regreso de algún tipo de consumo, sea deportivo o bien una serie/película. La única excepción es la NFL.
La estructura del calendario (competencia entre septiembre-febrero y descanso desde febrero hasta septiembre) es perfecta por vía doble. Primero, en los meses de actividad, te ofrece la posibilidad de entregarte al 100% al disfrute, involucrándote desde distintos lugares como los propios partidos, el fantasy, las apuestas (siempre con cuidado, por favor) y todo tipo de narrativas. Ahora, cuando la temporada concluye, la NFL también te permite algo fundamental dentro del gran mapa de consumo deportivo actual: des can sar.
Durante los meses de inactividad, la NFL no pide demasiado de ti. A lo sumo, que estés chequeando las redes sociales en los primeros días de free agency. Que veas el Draft, sí, pero si quieres apagar después de la primera ronda no pasa nada. Y luego, ya con algunos meses de descanso encima, termina siendo uno mismo el que empieza a pedirle a la NFL: “como que ya podríamos ir arrancando, no?”
Fíjense lo que pasa con el fútbol. Las temporadas son cada vez más largas. Cuando termina la Champions y las ligas locales, comienza la Euro y la Copa América. Y además hay amistosos internacionales. Y fechas FIFA. Y copas de la liga y SuperCopas nacionales y SuperCopas internacionales. Y, y, y… basta!
La NBA ha tomado un camino similar. En lugar de reducir su temporada regular (elevando el interés individual de cada partido), han creado el In-Season Tournament. La F1 agrega más Grand Prix, no menos. Todos quieren llenarte de contenido hasta el hartazgo.
Si bien la NFL también aumentó su cantidad de partidos de fase regular (de 16 a 17 y, aunque el gremio de jugadores lo esté peleando, en algún momento llegaremos a 18), al menos lo hizo recortando la innecesaria pretemporada. Con la NFL sucede lo opuesto a lo que ocurre con el resto de los deportes: el consumidor quiere más cantidad de lo que la liga le está ofreciendo.
Considero esencial que la NFL mantenga el poder en esa lucha, entendiendo que hay factores claves que benefician a la liga de manera involuntaria: principalmente, el riesgo físico que implica para los jugadores la práctica de este deporte.
Todo lo anterior se puede resumir con lo siguiente. Sí, tenía muchas ganas de que vuelva la NFL y estoy feliz porque, dentro de un par de días, el gran show deportivo del mundo estará entre nosotros.
Poniendo el foco sobre las características específicas de la temporada 2024/25, la conversación tiene que comenzar con el (bi) campeón defensor. Los Chiefs de Mahomes, Kelce y Taylor Swift van a intentar convertirse en el primer equipo en realizar un Three-Peat en la historia de la liga.
Si ya defender el título era toda una proeza, el objetivo del tricampeonato pone de manifiesto que estamos ante la muy real oportunidad de presenciar un acontecimiento nuevo para este deporte, al menos en los 58 años que llevamos de Superbowl Era.
Cerramos la temporada pasada poniendo a Mahomes en una trayectoria similar a la de Lionel Messi. En este inicio de año NFL, Mahomes –y los Chiefs- se han apropiado de un lugar que, durante las primeras dos décadas de este siglo, estuvo reservado para los Patriots de Brady/Belichick.
A qué me refiero? A que primero, primero están los Chiefs. Y después, en un segundo escalón, está el resto.
Sí, la liga está muy pareja. Hay equipos que se han reforzado (Texans), QB´s que regresan de lesiones y pueden potencialmente elevar el techo de sus franquicias (Burrow, Rodgers), entrenadores nuevos que llenan de esperanza a sus fans (Harbaugh en los Chargers, Mike Macdonald en Seattle) y equipos que buscarán construir sobre un prometedor pasado reciente (Lions y Packers).
La AFC sigue siendo una carnicería. El lugar donde prácticamente todos los quarterbacks denominados elite residen. Será este el año para New York Jets? Suena poco creíble porque…son los Jets, pero vaya que hay material para ilusionarse.
La NFC es una incógnita. Siempre queda la duda de cómo responderá el perdedor del Superbowl, en este caso los temibles 49ers de Kyle Shanahan, en lo que será el tercer año del experimento Brock Purdy, fuente eterna de debate apasionado. Todo muy lindo y entretenido, pero la gran pregunta que nos hacemos todos es: alguno de todos estos puede competir en serio con los Chiefs??
En el medio pasará de todo. El jueves tenemos un verdadero partidazo. El viernes, Brasil. El domingo… el bendito primer domingo de la temporada, a puro RedZone. Y a partir de allí, a volar. Finales épicos, highlights, lesiones que cambiarán el rumbo, trades, Mic´d up (o microfoneado, como le decimos acá), Thanksgiving, Navidad, Playoffs y el Superbowl en New Orleans.
Pasó el invierno, gente. Lo mejor está por venir. Fue duro, pero lo importante es que lo logramos. Yo Adrian, we did it!
Que comience el espectáculo.