Lo que mal empieza, mal acaba.
El pasado verano hubo mucho debate sobre cómo los New England Patriots iban a llenar el vacío dejado por la marcha de Josh McDaniels a Las Vegas Raiders. Durante los últimos diez años, McDaniels había sido el coordinador ofensivo de los de Boston, por lo que no iba a ser fácil reemplazar su trabajo. La sorpresa saltó cuando Bill Belichick decidió darle el puesto a Matt Patricia, ex head coach de los Detroit Lions y quien había estado ejerciendo de coordinador defensivo en esos mismos Patriots años atrás. En realidad, el puesto de coordinador ofensivo era algo así como una combinación de tres personas: Matt Patricia, Joe Judge y el propio Bill Belichick. Sin embargo, quién cantaría las jugadas en los partidos sería Patricia. Todo esto sonaba raro y no auguraba un buen futuro, cosa que parece haberse hecho realidad.
Mac Jones entraba en su segundo año como profesional después de haber dejado muy buenas maneras en su temporada rookie. Ahora, la historia parece haber cambiado. El pasado jueves vimos a un quarterback algo sobrepasado por los acontecimientos, con un ataque que no carbura y con decisiones desde la banda que no invitan al optimismo. Patricia ha orquestado una ofensiva donde las situaciones de pase rápido son una constante. Es muy habitual ver a Jones lanzar por detrás de los sticks en una prueba de que la confianza en el quarterback/receptores/línea ofensiva no es mucha. Es cierto que los Patriots no son un equipo al que el talento en el cuerpo de wide receiver les sobre, pero también es verdad que la temporada pasada McDaniels fue capaz de generar bastantes situaciones donde Mac Jones aprovechaba el play action para atacar la espalda de los linebackers o para ir al exterior en lanzamientos más largos. Incluso con opciones de RPO (run pass option), donde las buenas lecturas de Jones le daban rendimiento al juego de pase. Se puso a prueba al rookie y éste devolvió esa confianza con un juego más que aceptable. Todo eso parece haber desaparecido en los Patriots de 2022.
El pasado jueves, frente a los Bills, vimos a un equipo débil en el aspecto mental, algo inaceptable bajo las órdenes de Belichick, y a un quarterback en clara regresión. Lo que ocurrió con Bailey Zappe tampoco ayudó a que Mac Jones se sintiera más seguro en su puesto y ahora comienzan a oírse rumores de todo tipo alrededor de la figura del quarterback, algo que puede ser peligroso. Belichick debe recomponer su staff técnico y buscar a alguien que esté mejor preparado que Matt Patricia para ese puesto, porque necesitan volver a ver a Mac Jones como alguien que les ayude a ganar, y no como alguien al que proteger para no perder.
Jalen Hurst merece la carrera por el MVP
La semana pasada, en el Sunday Night Football, Jalen Hurst fue capaz de correr para 157 yardas mientras maltrataba a la defensa de los Green Bay Packers por el suelo. Este domingo, pasó para 380 yardas y tres touchdowns en la victoria sobre los Titans, uno de los equipos más duros de toda la liga. Mientras hablamos de los grandes quarterbacks que tenemos en la Conferencia Americana, hay veces que se nos olvida mencionar al que está jugando mejor en la Conferencia Nacional.
Es cierto que aún necesita mejorar su juego de pies y alguna que otra lectura cuando de lanzar rápido el balón se trata, pero su brazo funciona a las mil maravillas cuando va campo abajo. En este tipo de situaciones, Hurst cuenta con un trío de wide receivers que le dan la oportunidad de mostrar esta virtud. AJ Brown es capaz de ganar en el exterior mediante rutas con dobles movimientos (out&go o stop&go), DeVonta Smith usa las deep over para atacar la espalda de los linebackers y Quez Watkins es una bala en rutas verticales. El campo cada vez se hace más largo para las defensas y esto lo aprovecha Hurst para ganar yardas por tierra cuando la jugada se rompe.
Los Eagles siguen ganando y siguen mostrándose muy versátiles en su juego ofensivo. Cada domingo son capaces de ganar haciendo cosas distintas al anterior partido y esto los vuelve demasiado imprevisibles para sus rivales. Jalen Hurst es el que dirige la orquesta, así que es uno de los grandes culpables del nivel de su equipo. Métanlo en la conversación por el MVP, no hay duda de ello.
Joe Burrow se hace mayor.
No es fácil volver a ponerte el casco y la coraza después de perder un Super Bowl en los últimos instantes. La sensación de haber tenido la oportunidad de tu vida y de no haberlo aprovechado puede pesar mucho. Y eso es lo que parecía con estos Bengals después de perder tres de sus primeros cinco partidos en esta temporada 2022.
Sin embargo, los chicos de Zac Taylor han ido encajando piezas durante los meses de octubre y noviembre y han llegado a diciembre siendo uno de los equipos más duros de toda la liga. Este domingo se enfrentaban al coco de la Conferencia Americana y su partido fue excelso. No es nada fácil mirar a los ojos a los Chiefs de Mahomes, sin miedo, y superarlos. Lou Anamuro, el coordinador defensivo de los Bengals, se ha convertido en la nemesis de Andy Reid y empieza a ser un incordio para el veterano entrenador. Sus cambios constantes en el número de pass rushers desde el front defensivo, más las coberturas de hasta ocho hombres hacen que las lecturas de Mahomes no sean las correctas, permitiendo mantener tanteos más asequibles para su ataque. Y ahí es donde aparece Joe Burrow.
El joven quarterback sigue dando pasos agigantados en su crecimiento como jugador élite de la liga y lo corroboró con un 3rd&11 majestuoso al final del encuentro y que finiquitó la victoria de los suyos. Movió a uno de sus receptores antes del snap, leyó la defensa individual preparada de los Chiefs, se plantó en el pocket mientras le llegaba la presión y soltó un lanzamiento perfecto hacia Tee Higgins para sellar el triunfo. El Super Bowl estuvo cerca hace casi un año. Si siguen a este nivel, es posible que estos Bengals vuelvan a acercarse lo suficiente como para no dejarla escapar.