La derrota en el Gran Baile ante los Chiefs presagió no volver a ver más a los Eagles en dicho escenario. O al menos, estar cerca de él, ya que para colmo, ambos coordinadores tomaron otro rumbo lejos de Philly. Si tras el anillo de 2018, la ciudad entró en un camino de incertidumbre, saborear la gloria y terminar degustando la amarga derrota, acabaría con ella. Pero no. Todo lo contrario. Un fondo de pantalla es todo lo que necesitó Jalen Hurts para no perder la meta de su vida. Verse reflejado cada día en su móvil viendo cómo abandonaba el State Farm de Arizona, mientras que Mahomes levantaba el Vince Lombardi ha sido el motor de su redención.
Jalen Hurts, hijo de Pamela y Averion Hurts, se crió en un entorno que no se entiende sin el deporte, y este a su vez solo se comprende bajo la palabra “familia”. Casualidades del destino, ese niño que nació en Houston acabaría siendo el líder de un equipo que representa a la ciudad del “amor fraternal”. Sus padres jamás se perdieron un partido. Uno iba al de Jalen y el otro al de Averion Jr, el hermano mayor.
Hurts hizo la secundaria en Channelview High School. En su último año fue nombrado MVP general del Distrito 21-6A. Calificado con 4 estrellas, Texas A&M se lanzó a por él tras haberse quedado sin quarterback titular por la marcha de Kyler Murray a Oklahoma. Hurts pensó que ahí no triunfaría y terminó escogiendo a Alabama en 2015. Su año freshman no tuvo sentido alguno. 2780 yardas, 23 touchdowns y todos los récords que habían como Roll Tide los derrumbó, convirtiendo así 2016 en una temporada histórica con Nick Saban al mando. Sin embargo, no concluyó como desearía.
Deshaun Watson lo derrotó por 35-31 en el National Championship celebrado en Tampa. Hurts sufre el primer hook por parte del deporte. Al año siguiente vuelven a la final y ante Georgia, ‘Bama’ se corona como campeón del fútbol universitario. ¿Todos felices? No mucho. En el descanso, un joven Tua Tagovailoa sustituyó a Hurts y eso se convirtió en un punto de inflexión al verse relevado al banquillo. Tocaba sentir el jab.
Terminó sus estudios y al tener opción de posgrado, fue consciente que su vida necesitaba un cambio. Firmó por Oklahoma, esa que rechazó previamente. Su futuro estaba en juego. Aterrizó en su último año como elegible para el Draft. Es decir, O hacía una temporada increíble o adiós a la NFL. En su primer partido ante los Houston Cougars responde con 508 yardas. Ahora era él quien mostraba su arsenal de golpes. Hurts cerró su etapa de College firmando su mejor temporada: 3.851 yardas, 32 TD, 1.298 yardas terrestres y 20 TD de carrera. En el Heisman Trophy quedó por detrás de Joe Burrow, pero daba igual. Su trabajo estaba hecho y su recompensa aguardaba al otro lado. Los Philadelphia Eagles lo seleccionaron con el pick 50.
Hurts llegó a una ciudad literalmente enamorada de sus equipos... ¡quizás demasiado! Es una de las siete urbes estadounidenses capaces de ganar títulos en cada uno de los deportes principales. Los aficionados esperan anillos sí o sí. Además, lo tiene todo: historia, cine y comida. Lo primero se debe a que aquí se celebró la independencia de los Estados Unidos. Lo segundo, un clásico. La mítica escalera del Museo de Arte famosa en todo el mundo por Rocky Balboa y lo tercero, una absoluta delicia: el Philly Cheesesteak.
Los Eagles son el equipo que ha jugado más Championship de la NFC en el nuevo milenio, pero no estaban en su mejor momento. El primer año de Hurts no es el esperado con Doug Pederson que acabó siendo despedido. Antes del arranque del nuevo curso, Sirianni -nuevo head coach- anunció que Hurts será el titular. Fue el primer paso de una simbiosis que solo generaba esperanzas en las calles. Philly volvió a los Playoffs, pero cayeron en el Wild Card ante Buccaneers de Brady. Perder ante el más grande de todos los tiempos solo te puede hacer mejorar. Y tanto. Al año siguiente, Philadelphia acabó la temporada regular con un récord de 14-1 y con el billete a la SuperBowl. Pese a una actuación histórica, el uppercut que encajó Hurts le hizo tocar la lona, pero no tirar la toalla.
La NFL no iba a despedirse del Fly Eagles Fly tan pronto. Esta legión de jóvenes no quieren caer bien. Al revés, les pone joder con tal de ganar y lo hacen con muchísimo gusto. Hoy por hoy, son el mejor equipo de la liga y con el mejor récord: 10-1.
Hurts quiere un nuevo fondo de pantalla. Ese que todos sabemos. Ese donde es el campeón.