Tras la victoria en Seattle que aseguró el título de la NFC Oeste para San Francisco, Brock Purdy se unió a Aaron Rodgers como los únicos quarterbacks desde al menos 1950 capaces de producir un rating de pasador de 115+ en cada una de sus dos primeras titularidades. Los 49ers han ganado siete partidos consecutivos, los tres últimos bajo el mando de un novato elegido en el pick que cerró el pasado draft de la NFL. ¿Cómo es posible que los niners continúen progresando su ataque esta temporada pese a las lesiones de Trey Lance y Jimmy Garoppolo?
La respuesta la encontramos en un staff técnico que está realizando un trabajo encomiable, encabezado por el head coach Kyle Shanahan, quien en su sexto año al frente de la franquicia californiana puede que tenga entre sus manos su equipo más poderoso.
El esquema ofensivo del head coach crea situaciones favorables para sus jugadores con sus continuos motions pre-snap, acciones con cambios de dirección, combinaciones de rutas para producir múltiples yardas tras la recepción y diabólicos ángulos en el juego terrestre que ponen en situaciones muy comprometidas a los defensores del primer y segundo nivel. Sin embargo, Shanahan sabía que necesitaba un ingrediente extra para que toda la receta surtiera efecto y el golpe de mano llegó el pasado 20 de octubre con el traspaso por Christian McCaffrey a cambió de cuatro elecciones futuras de draft: la segunda, tercera y cuarta ronda de 2023 y la quinta de 2024. Coincidiendo con su llegada, los niners han crecido notablemente en todas sus categorías ofensivas y no han perdido un encuentro desde que es titular.
McCaffrey es un runningback muy especial. Combina velocidad con potencia en una mezcla que incluye también unas sensacionales manos y un sexto sentido para correr sus rutas y ofrecerse a su quarterback como una opción viable en el juego de pase. No en vano, es uno de los tres únicos hombres en la historia de la liga capaces de sumar 1000 yardas de carrera y recepción en la misma temporada. El primero de ellos, Roger Craig en 1985, fue un legendario jugador de la franquicia californiana.
El nº 23 le ha dado a San Francisco una carta extra que no podía lanzar hasta ahora sobre el tapete. En su día, Shanahan trató de utilizar a Jerick McKinnon en un rol similar, pero las lesiones privaron de ver a ese jugador en la bahía. McCaffrey está siendo empleado de múltiples maneras en el juego de pase, siendo la más espectacular de ellas cuando se ha alineado completamente abierto fuera de los números como wide receiver puro. Así anotó ante Tampa Bay uno de los touchdowns más espectaculares de la temporada.
Sin embargo, estos highlights, aunque importantes, no dejan de ser lances puntuales en los juegos. El verdadero valor de McCaffrey en el renovado ataque de los 49ers se produce cuando sale del backfield y se muestra como válvula de seguridad para su quarterback, Jimmy Garoppolo en un principio y ahora el novato Brock Purdy. Son downs que pasan desapercibidos, ganancias de siete u ocho yardas que no saldrán en los resúmenes semanales, pero que significan la diferencia entre un drive que termina en punt y otro que acaba en la end zone rival. El pasado jueves en Seattle, Shanahan confesó haber “sobre utilizado” a su runningback por su incalculable valor en el juego aéreo. McCaffrey actuó en 57 snaps, el 89% del total del partido para San Francisco, y tocó la pelota en 32 ocasiones por segunda vez este año.
Veamos esta acción para ejemplificar lo que comentamos. Tenemos a McCaffrey en el círculo rojo, pero quiero que os fijéis en la ruta dig que correrá Brandon Aiyuk, perfecta para lo que será una defensa MOFO de Seahawks (centro del campo profundo abierto). El problema radica en que el guard Aaron Banks va a ser batido en su emparejamiento de protección por el defensive tackle de Seattle, L.J. Collier. Aunque podéis ver cómo Aiyuk tiene por esquema una zona abierta de la defensa para atacar, Purdy no va a disponer de esas décimas extra necesarias para que su receptor llegue a la ventana deseada. Entonces salta el plan B, o lo que es lo mismo, el plan Christian McCaffrey. En una acción muy meritoria, Purdy descarta rápidamente la lectura de Aiyuk y automáticamente salta a la de su runningback, que atrapa el pase y lo convierte en un primer down. Nada espectacular, pero muy eficiente.
El oxígeno que gana una ofensiva con estas acciones es incalculable. Además, el gran rendimiento de la línea de ataque de 49ers está posibilitando a Shanahan enviar continuamente cinco receptores a ruta, como era el ejemplo anterior. Hasta ahora el novato Purdy no está encarando demasiado blitz, pero cuando lo ha hecho su producción ha bajado notablemente. Tiene un rating de pasador de 122.9 contra 4 o menos hombres a la presión, por un 66.8 versus blitz (5 o más jugadores a la presión). Enviando hombres extra en defensa al rush aumentan las posibilidades de que McCaffrey se quede en el backfield bloqueando, eliminando su peligro como receptor. Esta es una variante táctica que habrá que vigilar en los partidos venideros de San Francisco.
Hablando del quarterback rookie, “Míster Irrelevant”, el pick 262 del pasado draft, Kyle Shanahan está consiguiendo sacar partida de sus habilidades respecto a Jimmy Garoppolo para potenciar más el ataque. Purdy no tiene la templanza en el pocket de Jimmy G, pero algo que sí puede realizar mejor que su compañero es lanzar en carrera. De esta forma, estamos viendo en San Francisco más jugadas en las que el quarterback sale en boot tras play-action para realizar un pase en movimiento. Estas acciones habían sido parte relevante del menú Shanahan en su periplo como coordinador ofensivo, pero como head coach en San Francisco con Garoppolo a los mandos habían pasado a un segundo plano. La premisa de esta situación esquemática es la de aprovechar la sobre reacción de la defensa a la carrera zonal exterior, pues ambas comparten el mismo desarrollo inicial, para atacarlas por la espalda con un lanzamiento al lado contrario hacia el que se mueven los defensores. Esto lo pudimos ver muy claramente en la victoria sobre Seattle que certificó el título divisional de los niners.
Desde una formación en I con personal 21, el favorito de Shanahan, San Francisco va a jugar play-action y realizar una combinación de rutas por niveles, una en la zona profunda, otra en la zona media y otra en la zona corta, todas atacando el mismo lado de la defensa. Esa sobrecarga va a generar estrés en los defensores y normalmente conseguir que uno de los receptores sea un pase muy franco para el quarterback. Por eso oiréis en las retransmisiones decir a los comentaristas que el esquema de Shanahan es uno muy amigable para los quarterbacks. Aquí la ruta clave es la intermedia, que va a ser ejecutada por Brandon Aiyuk. Observad cómo en el círculo azul, el linebacker Jordyn Brooks tiene la casi imposible tarea de darse la vuelta tras leer carrera y correr paso por paso con un receptor más rápido que él y con mejor inercia. El pase en carrera de Purdy es perfecto y los niners mueven así las cadenas.
Las trampas que va poniendo Kyle Shanahan a las defensas son continuas. Año tras año, su equipo encabeza la lista de yardas ganadas tras la recepción, desde 2017 siempre han finalizado número 1 en ese ranking. Por supuesto, el general manager John Lynch se ha conjuntado con el head coach para traer a la bahía hombres prototipo para producir en esa faceta del juego: Deebo Samuel, George Kittle, Aiyuk y por supuesto McCaffrey. No obstante, por encima de todo vuelve a situarse el plan de juego y la selección de jugadas por parte de Shanahan. Aquí hablamos de un diseño de rutas y combinaciones entre ellas específicamente creadas para generar ángulos favorables para sus hombres. La idea es que una vez tengan el balón en sus manos ya sepan qué hacer con ella y no improvisar sobre la marcha. Esto exige mucha sincronía entre los compañeros, muchas repeticiones y muchos partidos a las espaldas. Quizás por eso, habitualmente los equipos de Shanahan empiezan peor las campañas y cogen su mejor estado de forma a partir de noviembre.
En este ejemplo vemos a Brock Purdy en shotgun con cinco receptores abiertos en una situación de 3er down y 15 yardas por avanzar. La formación está muy condensada, los once atacantes de 49ers están prácticamente incrustados todos en la caja. Esto suele poner en alerta a las defensas de posibles rutas cruzadas y en consecuencia pick-plays que dejen algún hombre abierto. La reacción natural de una defensa va a ser la de caer en zona y protegerse de estos movimientos. Observad que pese a amenazar el gap A con dos defensores (double mug), Seattle va a retroceder siete hombres en cobertura. Aunque los cinco receptores de San Francisco van a ir a ruta, solo uno sabe que va a recibir el envío, se trata de Ray-Ray McCloud, quien os marco en el círculo rojo. Fijaros cómo todos sus compañeros se están situando en posición de bloquear a los defensores más cercanos. Es una jugada de screen completamente enmascarada. Cuando McCloud tiene la pelota en sus manos los defensores más próximos a él están siendo bloqueados o bien quedaron de espaldas a la dirección de la jugada. Dieciséis yardas después los niners tienen otro primer down.
Con la pérdida de su quarterback titular más de una franquicia habría sucumbido. Las pocas que hubieran sobrevivido se habrían desplomado al lesionarse su quarterback número 2. En San Francisco van ya por el tercero y no dejan de ganar partidos, contra equipos además con récord ganador. Es obvio que el poderío de los niners comienza este año con su defensa, pero es innegable que la ofensiva ha ido cada semana a más pese a las adversidades. Ante Seattle tampoco estuvo disponible Deebo Samuel, pero Kittle recogió el testigo con dos poderosos touchdowns. Brock Purdy sería irrelevante el fin de semana del draft, pero gracias a la labor de compañeros como Christian McCaffrey y a la dirección de Kyle Shanahan, es uno de los jugadores más mediáticos de la liga. Los 49ers ya tienen su plaza en playoffs asegurada y ahora quieren prepararse para realizar un largo viaje en ellos.