Calificar la edición 2024 del Draft de la NFL como histórica es una obligación. Lo dicen los datos, unos datos muy llamativos que nos obligan a interpretarlos. Lo primero que llama la atención es la inflación en el puesto de quarterback, ni más ni menos que seis en los primeros doce puestos. Nunca antes en la historia del Draft en era Super Bowl –desde 1967– habían sido elegido seis QBs en la primera docena de picks ni tampoco cinco en el top10. Una sola vez habían sido elegidos seis QBs en primera ronda, en otra clase que fue histórica y de la que salieron nombres que todos recordamos como los de John Elway o Jim Kelly y cuya sexta elección fue un tal Dan Marino… El caso es que ese sexto QB lo más alto que había sido elegido fue en el puesto 27, en el que aquel año los Dolphins seleccionaron a ‘Dan the man’’. Esta vez el sexto fue Bo Nix, pero su posición fue la 12ª y esto nos lleva a pensar que hoy en día cubrir o asegurar la posición de QB se ha vuelto más importante que nunca, pero lo que la historia también nos advierte es que de los seis equipos que apostaron por QB en esa fiebre temprana por seleccionarlos, como mínimo tres se van a estrellar, se van a equivocar y su apuesta no va a funcionar. Tres como mínimo… podrían ser más. Es lo que nos dice la experiencia. Precisamente, de aquellos seis de 1983 hemos citado a los tres que pasaron a la posteridad con su nombre en letras doradas; de los otros tres pocos o nadie se acuerda ahora –Blackledge, Eason y O’Brien–, pues vayamos preparándonos para que la mitad o más de los de esta clase sufran el mismo destino.
Sin lugar a dudas la apuesta más extraña es la de los Atlanta Falcons. Tan solo seis semanas después de firmar a Kirk Cousins un contrato de 180 millones con 100 de ellos garantizados, han escogido en el puesto 8 del Draft al que en teoría estaría llamado a sustituirle: Michael Penix jr. en una fórmula que resulta difícil de defender. Para tratar de explicarlo es sencillo recurrir al caso de Jordan Love, cuyo resultado va por un camino magnífico, pero la situación es muy distinta. Para empezar, en el mejor de los casos, Cousins debería como mínimo ejercer como titular los dos próximos años, lo que supondría que Penix heredaría el puesto a sus 26 años. Si Cousins se quedara más, tu QB de futuro empezaría a jugar a los 27 o 28 (¿y pretendes tener un QB para diez años?). Jordan Love debutó como titular en los Packers a los 24 años esta temporada, la misma edad con la que Penix va a llegar a la NFL. Algo aquí no cuadra. Lo de aprovechar los años baratos de Penix por el contrato rookie es una ventaja de la que los Falcons no van a disfrutar y si no lo hacen, Atlanta se habrá dado el lujo de gastar un 8 del Draft con el dinero que eso supone para dilapidar el contrato rookie en un Back up. Digamos que sucede la otra opción, que Penix se haga con el puesto de titular este año o el que viene, sea por lesión de Cousins o porque le gana el puesto o deciden apostar por él… entonces la ruina absoluta llega con los 100 millones que tienen consignados obligatoriamente para Cousins. Es como si se hubieran condenado a que de alguna manera salgan perdiendo.
De entre el resto de QBs escogidos entre los primeros 12, lo de Caleb Williams tiene toda la lógica del mundo para los Bears y más, con el talento con el que lo han rodeado: Odunze fue la guinda en el pastel de un hábitat ofensivo ideal para un número uno del Draft llamado a marcar una época en el tercer mayor mercado de los Estados Unidos. La apuesta saldrá bien o mal, porque eso nunca se sabe, pero sin duda esta es la manera de hacer las cosas. De hecho todo el Draft de los Bears ha sido magnífico y son uno de los ganadores del fin de semana. Los Commanders parecían tenerlo muy claro con Daniels y el resto de Draft debe tener una nota muy alta, deben estar muy satisfechos.
El caso de los Patriots es especial. No solo por renunciar a las importantes ofertas por subir al puesto tres que llegaron desde Giants y Vikings para mantenerse en su sitio y llevarse a un Drake Maye sobre el que sin duda parece que puede construir, sino porque algo ha cambiado de manera radical en la manera de hacer las cosas en la franquicia y se explica de manera muy sencilla con esta sucesión de acontecimientos: en el último Draft en el que Bill Belichick estaba al cargo se escogieron tres jugadores defensivos en las tres primeras elecciones; en el primer Draft sin él y con Elliott Wolf a los mandos, las cinco primeras elecciones de New England fueron cinco jugadores ofensivos, entre ellos dos receptores. El cambio de paradigma se explica solo. Vienen nuevos tiempos para los Patriots y la primera declaración de intenciones es muy ilusionante.
Los Vikings querían a Maye y se conformaron con JJ McCarthy, algo que no tiene porqué estar mal, sobre todo porque el entorno que va a rodear al joven QB salido de Michigan es el ideal para desarrollar su talento. Luego nos queda Bo Nix, cuya elección ha sido ensombrecida por la de Michael Penix Jr., pero igualmente viene con grandes dosis de sorpresa y riesgo.
Pero no solo los QBs han marcado el Draft, lo han hecho también los jugadores de ataque. Fueron catorce jugadores ofensivos seguidos en las catorce primeras elecciones, la marca anterior estaba en siete (2021) y la otra cifra que llama la atención son los 23 jugadores ofensivos escogidos el primer día –el anterior récord estaba en 19– y eso hace que se hayan igualado al mismo tiempo los récords de: QBs escogidos en 1ª ronda con seis (1983), WRs elegidos en 1ª ronda con siete (2004) y linieros ofensivos escogidos en 1ª ronda con ocho (2008). Todo al mismo tiempo. Por cierto, en total fueron seleccionados 55 jugadores de línea ofensiva en este Draft, lo que habla de la mayor importancia que la OL está tomando en la NFL y en la manera de atacar.
En esta tendencia hay un poco de que en la liga cada vez se da más importancia al ataque y que era una clase muy buena en lo ofensivo, es una mezcla de ambas circunstancias.
Entre los equipos que me llaman la atención por su buen hacer voy a destacar un puñado. Antes de eso he de decir que tengo la agradable sensación de que la mayoría ha hecho un buen trabajo encarando sus necesidades y, a priori, resolviéndolas con acierto. He citado ya a Patriots y Bears pero no quiero dejarme a otros grandes ganadores:
Roseman lo vuelve a hacer
Los Philadelphia Eagles lo vuelven a hacer, Howie Roseman lo vuelve a hacer. De alguna manera, el GM de los Eagles siempre encuentra la manera de aprovechar una pizca de fortuna –como el hecho de que te llegue el primer CB disponible a tu primera elección cuando esa es tu necesidad más acuciante– y poner su parte de magia, para clavar un Draft magnífico. Salir de la primera ronda con Quinyon Mitchell es un lujo para Philadelphia, pero después de eso llegaron un total de ocho traspasos que para empezar terminaron de apuntalar la maltrecha secundaria con Cooper DeJean, reforzaron la línea de Linebackers y resolvieron unos cuantos problemas más y dieron profundidad a posiciones como la pass rusher, OL, RB o WR para el roster de Philadelphia.
Ossenfort cocina a fuego lento y el guiso huele estupendamente
Otro equipo que merece ser destacado son los Arizona Cardinals, que tenían una enorme cantidad de elecciones pero que a la cantidad le han sumado calidad. Se llevaron un WR cuyo calibre es de estrella desde el día 1 de la próxima temporada en Marvin Harrison jr. (y un muy buen RB en tercera ronda con Benson) y a la vez dieron respuesta a la enorme necesidad de reforzar una defensa que el año pasado sufrió por su falta de talento. Hasta seis jugadores defensivos para dar armas en la secundaria y el pass rush, dos lugares donde había bastante urgencia por mejorar.
Monti Ossenfort está teniendo paciencia pero a la vez su mano se está notando para muy bien en unos Cardinals a los que podríamos ver mejorando ostensiblemente.
Los Steelers saben lo que quieren
Para mi gusto, Pittsburgh es uno de los grandísimos ganadores de este Draft. Sabían lo que buscaban, saben a lo que quieren jugar y han buscado los mejores medios para aplicarlo. Y cuando digo los mejores medios en este caso hablo la Línea Ofensiva. Reforzar las trincheras era el objetivo principal y lo han cumplido con creces. Los Steelers con Arthur Smith como coordinador ofensivo van a querer fundamentarse en la dureza y en correr el balón como prioridad y da la sensación de que están mucho mejor equipados para hacerlo ahora. También para proteger a Wilson o Fields, aunque realmente el puesto de QB es el que más dudas genera en un equipo cuyo colectivo parece estar en un muy buen lugar.
Los campeones tapan agujeros
Los Kansas City Chiefs tenían dos necesidades importantes en ataque, WR y OL, y las han cubierto las dos. Misión cumplida: Xavier Worthy y su velocidad para ir en profundo que permitirá llegar a un tercer nivel que parecía olvidado en el ataque de KC y para el Left Tackle un Kingsley Suamataia que competirá por el puesto de titular y podría hacerse con él en el mismo training camp. Lo dicho, misión cumplida. Quizá extraña que no hayan sumado en la posición de CB, pero también es cierto que su grupo de jóvenes en la secundaria da mucha confianza. Volverán a ser temibles, quizá más que el año pasado y eso que son los campeones.