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La previa de w11: el juego más esperado

La NFL no da respiro a nadie y cualquier error a estas alturas comienza a ser determinante. Entramos en la fase decisiva de la temporada y solo queda ver qué equipos saben aguantar la presión que les va a llegar con el paso de los partidos, y cuáles sucumbirán sin remedio. Los que mejor sepan lidiar con las adversidades, tendrán el premio que llevan buscando durante tanto tiempo. Vamos con la previa de esta semana 11.


Los Niners están sufriendo una barbaridad para sacar sus partidos adelante. La vuelta de Christian McCaffrey va a servir para que los de Kyle Shanahan vuelvan a dominar el tempo de los encuentros en base a su juego de carrera. A su vez, la eficacia en los viajes a la red zone debería aumentar exponencialmente con el regreso del running back, algo que han echado muchísimo de menos en la bahía. Aún así, el equipo ‘minero’ sigue pegándose tiros en los pies en situaciones donde siempre se han mostrado muy poderosos, al igual que hace el rival al que se enfrentan este domingo.


Los Seahawks llegan a este duelo con la sensación de haber desperdiciado un gran inicio de temporada. Los errores de Geno Smith en el pase y la sorprendente debilidad defensiva que han mostrado en muchos momentos han provocado derrotas que ponen al equipo de Seattle en una posición muy incómoda en su objetivo de alcanzar los playoffs. Frente a los Niners, los de Mike McDonald necesitan asegurar mucho mejor el balón y cerrar las vías de pase que le ofrece Shanahan a Purdy en campo abierto. Con la vuelta de McCaffrey, las defensas necesitan colocar más gente en la caja para frenar el juego terrestre, y esto provoca agujeros en la zona media defensiva donde suelen aparecer receptores con mucho espacio. En este curso, George Kittle está siendo mucho más importante en el juego aéreo de lo que lo fue la temporada pasada, y su conexión con Purdy genera una gran cantidad de yardas para los de Shanahan.

En la imagen de arriba podéis ver como los 49ers alinean con una formación pesada en personal 12 (un running back y dos tight ends), con Kittle situado al lado del tackle derecho. Deebo Samuel cambia de lado antes del snap y Purdy juega el play action tras recibir el balón de su center. Esto genera estrés en la unidad de linebackers ante la amenaza de una jugada por tierra y la ruta vertical del receptor aislado fija al safety profundo de ese lado, dejando muchísimo espacio para la deep over de Kittle. El tight end inicia su ruta atacando directamente al safety, acelerando y haciendo que el defensor se aleje mucho de la espalda del linebacker. Cuando Kittle corta hacia el interior, hay mucho espacio para cubrir por parte de esos dos defensores. La gran protección a Purdy permite al quarterback poner un buen balón para su compañero.

Día a día, el novato Ricky Pearsall sigue creciendo dentro de la ofensiva de Shanahan y empieza a ser un problema para las defensas, ya que está enseñando una gran lectura de los espacios libres que le proporciona el sistema. Si los Seahawks no son capaces de generar presión al quarterback, es probable que Purdy sepa atacar con facilidad esa espalda de los linebackers. Además, la vuelta de McCaffrey les vuelve a dar mucha más versatilidad para moverlo a él y a Deebo por todas las zonas del campo, creando así muchas ventajas en ataque. Los Seahawks, a su vez, también los veo con opciones de hacer daño a una defensa que, por momentos, permite muchas yardas a su rival. Geno Smith tendrá de regreso a DK Metcalf para acompañar a Jaxon Smith-Njigba y podrá hacer funcionar ese explosivo juego aéreo que, combinado con Kenneth Walker, podría hacer que la defensa minera sufriera. Lo que está claro es que, el que pierda este encuentro, puede quedarse en una posición realmente preocupante de cara a los playoffs.


Si hay un partido que el aficionado a la NFL espera de este domingo, no es otro que el que se va a jugar en el Highmark Stadium de Buffalo. Bills contra Chiefs se está convirtiendo un un absoluto ‘must’ cada año desde hace varias temporadas, ya que nos pone en el mismo campo a, probablemente, dos de los tres mejores quarterbacks que tenemos en toda la NFL. El duelo entre Josh Allen y Patrick Mahomes no deja indiferente a nadie y lleva tiempo dejándonos imágenes memorables para el recuerdo. Mucha gente cree que los Chiefs, si van a perder su imbatibilidad este año, deberían hacerlo en este campo. Los Bills siguen ganando partidos semana tras semana haciendo, muchas veces, lo justo y necesario. La línea defensiva se muestra muy sólida y, por detrás de ellos, Taron Johnson se ha convertido en un especialista en recuperar balones. En el otro lado del terreno de juego, la ofensiva sigue siendo irregular y mezcla buenos drives con posesiones muy poco eficaces. Todo lo tapa el talento inmenso de su quarterback, quien es, por sí solo, una amenaza constante tanto por aire como por tierra. 


Josh Allen tendrá delante a una de las mejores defensas de toda la liga, comandada por un coordinador defensivo el cual intentará mantener a Josh Allen dentro del pocket para evitar así esas jugadas rotas que tan bien sabe completar el quarterback de los Bills. Si Amari Cooper es de la partida, su enfrentamiento con Trent McDuffie apunta a ser una de las grandes claves en este duelo. Spagnuolo va a querer jugar muchas situaciones hombre a hombre para exigirle un extra tanto Allen en el pase como a sus receptores en las rutas, siempre con la idea de dejar a Nick Bolton como ‘spy’ para los posibles scrambles del quarterback. La utilización de James Cook por aire atacando a Chenal o Tranquill puede darle yardas extras al equipo de Sean McDermott. 


El otro gran nombre del partido, como no podía ser de otra forma, es Patrick Mahomes. Podemos seguir hablando de sus números (no son los normales para un jugador de esa talla), pero lo que es cierto es que, cuando su equipo necesita un drive ganador, Mahomes es capaz de conseguirlo sea la circunstancia que sea. Para el encuentro de este domingo, veo muy importante la utilización de DeAndre Hopkins tanto para mover cadenas como para ser mucho más eficaces en la zona roja.

En la secuencia de arriba, los Chiefs alinean en el mismo lado a Travis Kelce y a Hopkins. El motion del tight end al interior, provoca que el defensive back que estaba enfrente de Hopkins se acerque mucho más a la línea de scrimmage. Una vez que se inicia el snap, Kelce y el guard derecho salen hacia el lado contrario para bloquear a la carrera. Esto hace que los defensores de la zona media den un paso al frente, abriendo mucho espacio a su espalda. Los Chiefs y Mahomes juegan una RPO (run-pass option), donde el quarterback está leyendo a un jugador en conflicto, lo que le hará actuar de una manera o de otra. En esta jugada, Mahomes lee al defensor del círculo azul y reconoce esos dos pasos hacia delante que da, lo que le abre la opción del pase a la slant jugada por Hopkins. Esta situación tan rápida no le da el tiempo suficiente a la línea defensiva para llegar al pasador, por lo que el ataque puede mover cadenas sin presión ninguna. Hopkins puede verse muy favorecido de toda la atención que las defensas prestan a Travis Kelce, o al revés. Cada semana que pasa, vemos como Kelce empieza a ver mucho más balón y vuelve a ser tan determinante como lo ha sido toda su carrera.

Es un partidazo lo miremos por donde lo miremos. Hay duelos y claves casi en cualquier unidad de ambos equipos, y serán los detalles los que hagan desnivelar la balanza para un lado o para el otro. No se lo pierdan, porque merecerá la pena.


La pelea por la Wildcard pasa por este partido que será el que cierre la jornada del domingo. Hace dos semanas, la NFL decidió cambiar el Jets-Colts por un duelo entre dos conjuntos que se encuentran en un momento muy distinto de su temporada. Los Chargers son felices. Hacía mucho tiempo que no veíamos la tranquilidad y calma que se está viviendo estos días en la franquicia angelina. Jim Harbaugh ha instalado una cultura totalmente distinta a la que trajo consigo Brandon Staley y los resultados van llegando de una manera muy positiva. Cuando me pongo delante de la televisión a ver un partido de los Chargers, se ve a un conjunto muy bien entrenado y que es capaz de establecer sus fortalezas en el juego y, a su vez, tapar las debilidades. Esta estabilidad que ha traído el mayor de los Harbaugh, ha hecho que Justin Herbert vuelva a ser ese quarterback estelar que sabemos que es, y eso es mucho decir.


Por el contrario, los Bengals viven al límite del precipicio en estos momentos. Cada año necesitan de un esfuerzo extra en los meses de noviembre y diciembre por los malos arranques de temporada que se siguen sucediendo desde que Zac Taylor es su head coach. Esa rémora pone a los Bengals en una situación muy comprometida donde cualquier error puede llegar a ser mortal, y eso no es bueno para nadie dentro de la franquicia. Joe Burrow, JaMarr Chase y Trey Hendrickson están poniendo números descomunales en un equipo que lleva cuatro partidos ganados y seis perdidos. Es cierto que las tres derrotas contra Baltimore (en dos ocasiones) y Chiefs pudieron tornarse en victorias por pequeños detalles, pero esto no cambia en nada el momento actual del equipo. El ataque es explosivo, está capacitado para ser un martillo pilón con su juego aéreo, pero el escaso poder por tierra no les permite balancear la ofensiva, con lo que eso provoca en su defensa. Vemos como, en muchos partidos, la defensa tiene que estar bastante tiempo en el campo, y eso provoca que, en los últimos minutos, no tengan la energía suficiente para aguantar el resultado favorable que han podido conseguir. También es verdad que Lou Anarumo no está dando con la tecla para hacer que sus chicos sean más eficientes, aunque esto es algo que, al igual que los malos inicios de curso, hemos visto en otras temporadas. Su defensa comienza a funcionar de verdad en el mes de noviembre, así que aún hay esperanzas para que esto suceda. Lo que nadie puede dudar es del juego de Joe Burrow. El quarterback está dejando auténticas exhibiciones cada día, por lo que una e las claves para este encuentro cuando los Bengals tengan el balón, será ese juego aéreo que tanto muestran los de Cincinnati, así como la utilización de sus tight ends.

En la imagen de arriba, los Bengals alinean a JaMarr Chase (rojo), cerca de la línea ofensiva, y a Mike Gesicki a su izquierda, lo que completa la formación 3x1 del conjunto de Zac Taylor. Al otro lado de la línea ofensiva, alinea un segundo tight end. Justo cuando se inicia el snap, Chase se mueve horizontalmente haciendo creer a la defensa que se va a jugar una screen y así utilizar a sus otros compañeros como bloqueadores. Sin embargo, Burrow aguanta el balón y espera a que el defensor de Gesicki salte a la screen y así buscar al tight end en la ruta profunda. El pase es rápido, al sitio idóneo y le permite a Gesicki alcanzar la zona de anotación sin encontrarse a nadie en su camino. Si los Bengals fuesen capaces de establecer algo más su juego terrestre, dominarían mejor sus partidos de lo que lo están haciendo hasta el momento.

Los Chargers, por su parte, van a seguir siendo un grupo incómodo y que evita las pérdidas de balón para no dar ventajas a nadie. Jim Harbaugh sabe que esto es básico para mantenerse vivo en este duelo, por lo que va a incidir muchísimo en esta circunstancia. Si su línea ofensiva aguanta y le da espacio y tiempo a Justin Herbert, los Chargers van a tener grandes opciones de llevarse la victoria, aunque para ello necesitarán un esfuerzo extra de su defensa contra Joe Burrow y los suyos. Una plaza de Wildcard está en juego, por lo que la importancia del partido será descomunal.