La semana de Acción de Gracias siempre es especial. Tendremos tres partidos el jueves, uno el viernes y la jornada de toda la vida de domingo y lunes. Muchos días para disfrutar del deporte que nos gusta, y con encuentros que pueden ser decisivos para determinados conjuntos. Preparen el pavo o lo que ustedes prefieran comer para estos días, porque se viene algo grande en la semana 13 de la NFL.
Habría que remontarse hasta 1923 para ver una victoria de los Green Bay Packers en su feudo en el día de Acción de Gracias. Esto ocurrió en la semana 10 de esa temporada y su rival fueron los Hammond Pros. El equipo dirigido por Curly Lambeau se llevó el encuentro por un marcador de 19-0 y propio Curly anotó un touchdown de recepción y uno de pase. Los queseros son el tercer equipo que más partidos ha jugado en esta señalada fecha con 37 duelos, por detrás de los Detroit Lions (85 partidos) y los Dallas Cowboys (57 partidos), pero solo dos veces lo han hecho como local. La otra ocasión en que los Packers jugaron en su propia casa fue en 2015, y los Chicago Bears consiguieron la victoria por 17-13. Para este jueves por la noche, el conjunto que visita Green Bay son los Miami Dolphins, los cuales llegan en el mejor estado de forma de todo el año, y con la esperanza aún de poder meterse en playoffs. No es fácil, y una derrota en la Frozen Tundra haría que la misión fuese casi imposible.
Tua Tagovailoa ha regresado de una manera excepcional. Desde que ha vuelto al puesto de titular, el quarterback de los Dolphins lidera la liga en porcentaje de pases completados (76.5%) y en rating de pase (116.2). Ha lanzado 11 pases de touchdowns por una sola intercepción y es el segundo quarterback con más primeros downs consigue con 77. Su juego ha elevado al ataque y ha puesto al conjunto de Mike McDaniel en otro nivel, involucrando a más jugadores en una ofensiva que vuelve a ser muy explosiva. La gran duda de los Dolphins para este encuentro la hallamos en el frío clima que va a presidir la noche del jueves. Desde la semana 16 de la temporada de 2016, los Dolphins llevan once partidos consecutivos perdidos en estadios al aire libre y con una temperatura de cinco grados o menos. El quarterback de los Dolphins ya ha expresado públicamente que quiere romper esta racha y que la climatología no va a influir en su juego. Además, el juego de carrera de Achane y el rápido release en los lanzamientos cortos de Tua favorece mucho a los Dolphins en este partido. Los Packers no son un equipo que sea capaz de generar presión con solo los cuatro hombres de la línea defensiva, por lo que Tua va a poder mover a su ataque con facilidad si esto no cambia. Los Dolphins están usando mucho a Jonnu Smith en su juego ofensivo, moviéndolo por todo el campo y dándole espacio para que genere yardas después de la recepción. Con los rivales pendientes de la velocidad y amenaza profunda de Tyreek Hill y Jaylen Waddle, la zona media queda muy vacía para ese juego rápido de pase con el tight end o incluso con los running backs. Jeff Haffley tendrá que mantener a su secundaria muy disciplinada con todos esos movimientos antes y después del snap que se producen por detrás de la línea ofensiva de los Dolphins.
Por el lado de Packers, Matt LaFleur está siendo capaz de darle muchísimo protagonismo al juego terrestre. Josh Jacobs asume mucho volumen de snaps y la línea ofensiva es capaz de dominar a su antojo cuando el balón va por tierra. Desde ahí, los queseros controlan los encuentros, sobre todo en los primeros cuartos. Si los Packers vuelven a establecer la carrera desde el inicio, los espacios en el juego de pase seguirán apareciendo tras play action.
En la situación de arriba vemos como los de Matt LaFleur suelen aprovechar muy bien los lanzamientos a la zona media en conceptos ‘dagger’. Nada más recibir el snap, Love lee muy bien la rotación en secundaria de los Vikings para reconocer una defensa zonal con dos jugadores en la retaguardia. En la parte izquierda del ataque, Christian Watson (círculo rojo) estira verticalmente a la defensa y arrastra a uno de los linebackers, liberando la zona central para el corte al interior de Jayden Reed (círculo verde). Al otro lado, la ruta corta de Wicks fija al otro jugador de la zona hook y genera mucho más espacio para Reed. La protección es muy buena y permite al quarterback leer todo esto con cierta facilidad, así como poner un buen pase.
Jordan Love ha mostrado ciertos problemas para cuidar el balón y es algo que, contra los 49ers, le pudo costar algún que otro susto. Siempre y cuando consiga limitar entregas de balón, el ataque de los Packers seguirá siendo capaz de poner muchos puntos en el marcador. El día de Acción de Gracias tendrá tres partidos interesantes, pero este último es, sin duda, la guinda del pastel.
El domingo nos encontramos con uno de esos partidos que están marcados en rojo desde hace algunas semanas. Y lo está, principalmente, por la participación de dos jugadores que mantienen una preciosa pelea por ver cuál de los dos es el mejor running back de la competición. Saquon Barkley viene de una actuación histórica en el pasado Sunday Night Football con 255 yardas de carrera, 302 yardas totales y dos touchdowns. La llegada de Barkley a Philadelphia ha sido una bendición para un equipo que empezó la temporada con muchas dudas, pero que ya lleva siete victorias consecutivas, las cuales les han colocado como líder de su división y como aspirante máximo a destronar a los Detroit Lions del seed 1 de la Conferencia Nacional. El conjunto de Nick Siriani muestra, en cada partido, un ataque muy solvente y que domina el tempo del juego desde su backfield. Una vez que Barkley y Hurts, en su faceta corredora, fijan a la defensa y obligan a colocar a muchos hombres en la caja, es AJ Brown quien explota el juego de pase. Además, el estado de forma de Barkley hace que la amenaza de big play sea constante, y eso pone mucho estrés en sus rivales, abriendo demasiados huecos por aire.
En el otro lado del ring está el Rey Enrique. Derrick Henry es otro estilo de corredor, diferente a Barkley, pero con una importancia descomunal en lo que los Ravens proponen cada domingo. La manera en la que mastica cada drive el ataque de Todd Monken, no sería posible sin la imponente figura de su running back. Henry va golpeando una y otra vez a la línea defensiva rival, desgastándola en los tres primeros cuartos para dar el golpe de gracia en el último. Es capaz de ir generando pequeñas cantidades de yardas, pero asegurando primeros downs y sosteniendo el drive para llegar a la red zone con la defensa muy cansada. Ahí, en las últimas 10 yardas, los Ravens se muestran casi imparables. En el pasado Monday Night Football, Lamar Jackson volvió a demostrar que es uno de los jugadores más imparables de toda la liga y, con la labor oscura de Henry, el quarterback puede castigar con lanzamientos profundos a la secundaria rival. La capacidad de extender jugadas, también hace que Jackson sea un quebradero de cabeza para los coordinadores defensivos. Por esto, Vic Fangio necesita que su línea defensiva juegue a un nivel extraordinario si quieren tener opciones. La baja de última hora de Brandon Graham hace mucho daño en el exterior de esa línea, así que serán los interiores quienes deban dar aún más de lo que ya están dando. En especial, su mejor jugador hasta el momento, Jalen Carter.
En la situación de arriba tenemos un ejemplo de lo peligrosos que son los dos defensive tackles del equipo de Philadelphia. Carter (en rojo) sufre muchísimos dobles bloqueos (e incluso triples) ante lo dominante que se está mostrando esta temporada. Esto deja en muchas ocasiones a sus compañeros en situaciones favorables de uno contra uno. El que más lo puede aprovechar es Milton Williams (círculo verde), quién encuentra mucho espacio para jugar por el interior. En la imagen podéis ver el doble bloqueo que sufre Carter y como Graham se lleva al tackle izquierdo en su intento de ir por el exterior. Esto abre completamente el gap B para Williams, quien, con un poderoso bull-rush se quita a su bloqueador de encima, colapsa el pocket y consigue cazar al quarterback. La inteligencia de la línea defensiva de los Eagles para mantener a Lamar Jackson dentro del pocket, se antoja vital para este encuentro. Si Jackson puede extender jugadas o tiene lecturas sencillas, encontrará situaciones favorables por todo el campo. Además, su conexión con Mark Andrews vuelve a ser excepcional, por lo que es un arma más a tener muy cuenta.
Muchos nombres propios en lo que está llamado a ser uno de los partidos de la temporada. Entre todos esos jugadores estelares, yo me quedo con la pelea que ambos running backs mantendrán para ver quién se lleva la etiqueta de mejor corredor en la NFL. Si me obligasen a quedar con Barkley o Henry, no sabría decidirme, porque ambos pueden ser decisivos de maneras diferentes. Dicen que los running backs ya no tienen la importancia de antes y que casi cualquiera puede jugar la posición con cierto nivel. Si me perdonan la opinión, yo estoy en la trinchera contraria a esa afirmación.
Las alarmas han saltado en la bahía de San Francisco. La derrota contra los Green Bay Packers fue demasiado contundente, pero lo peor es la sensación de equipo frágil que estamos viendo en los pupilos de Kyle Shanahan. Ustedes me hablarán de bajas importantes (o importantísimas), y tienen razón, pero lo que más me preocuparía, si fuese seguidor minero, sería la poca capacidad del equipo para mantenerse eficaz. En estos últimos años, los Niners se han mostrado como un equipo durísimo y que se adaptaba a cualquier situación. Un conjunto que cuidaba los detalles y que minimizaba los errores con una capacidad admirable. El partido del pasado domingo nos muestra demasiados errores individuales, penalizaciones inconcebibles y errores extraños desde la banda. Sin Nick Bosa, la defensa sufre, pero con él en el campo, tampoco es todo lo sólida que debería ser a esta alturas. Y eso, en el momento en el que estamos de la temporada, es un serio problema.
Y lo puede ser aún más este próximo domingo, porque su rival se encuentra en un estado de forma fantástico, viene de descansar después de derrotar al actual campeón y hasta hace dos semanas único equipo imbatido en toda la liga. Los Bills vuelven a ser candidatos a todo, y cuentan con uno de los dos o tres jugadores que optan a ser el MVP a final de temporada. Poco más se puede decir ya de Josh Allen. Su importancia en los Bills está fuera de toda duda y su impacto en el juego no para de crecer. Este año, sin la necesidad de lanzar más de la cuenta a un solo receptor, Allen está repartiendo mucho mejor el balón y cometiendo muchas menos pérdidas, lo que lo hace peligrosísimo en cada drive. Además, con la semana de descanso, Amari Cooper habrá tenido más tiempo para conocer mejor el playbook y estar en mejor sintonía con su quarterback, algo que puede hacer que el juego de Josh Allen siga evolucionando.
En la imagen de arriba, vemos a los Bills formando en stack con un wide receiver y con un tight end (en rojo). En ese mismo lado, y abierto, alinea Cooper en uno contra uno. Una vez que se inicia el snap, Allen se asegura de que la defensa juega con un solo safety profundo y en individual. Con los dos jugadores de ese lado izquierdo del ataque jugando rutas interiores, Amari Cooper queda aislado para que sea capaz de batir en velocidad a su defensor. Allen gira sus ojos rápidamente hasta esa opción y lanza un balón perfecto para el receptor. En la segunda imagen podemos ver la excepcional maniobra de Cooper para recibir con una mano, asegurar el balón y caer dentro del campo, completando un gran ganancia de yardas. Los Niners van a necesitar incomodar a Allen dentro del pocket, ya que si no lo consiguen, es muy posible que encuentre ventajas en el juego aéreo con Shakir, Cooper o Curtis Samuel. El pasado domingo, el cornerback Green tuvo muchos problemas contra Romeo Doubs, y a buen seguro que Joe Brady, coordinador ofensivo de Buffalo, querrá explotarlo.
Mientras escribo esta previa, aún no es seguro que Brock Purdy, Trent Williams y Nick Bosa sean de la partida este domingo. Son tres bajas muy sensibles para los Niners, pero el momento actual no permite excusas ni más errores. Necesitan ganar y lo necesitan ya. Por suerte para ellos, su irregularidad este año coincide con la de los tres equipos de su división. De momento, Cardinals y Seahawks se mantienen un partido por encima de los mineros, distancia que aún no es ni mucho menos insalvable. Yo sigo pensando que no están muertos y que cuentan con opciones serias de acabar como primeros de la NFC Oeste y poder así jugar en postemporada, pero están al borde del precipicio y cualquier derrota más puede condenar a los actuales subcampeones a terminar la temporada mucho antes de lo que ellos pensaban a principio de curso.