Entramos en el último mes de competición antes de los playoffs. Aparece la nieve, el juego comienza a llevarnos hacia partidos mucho más duros y con los equipos conociéndose mejor que en los tres meses anteriores. Con todos estos ingredientes, llegamos al momento de la temporada donde se decide todo. En la previa de la semana 14, me voy a centrar en tres duelos de la Conferencia Nacional. Tres partidos con un alto componente dramático en ellos y en los que se pueden decidir muchas cosas.
El día de Acción de Gracias fue un fecha muy bonita para ambas aficiones. Sus equipos ganaron y pudieron comerse el pavo con la tranquilidad que eso supone. Sin embargo, el duelo que se jugaría una semana después, no permitió demasiadas celebraciones. Los Detroit Lions son el mejor equipo de esta conferencia, son temibles y lo demuestran a cada encuentro que juegan. El año pasado, los Packers iniciaron su remontada en este mismo estadio, dando una exhibición y haciendo parecer a los de Dan Campbell muy vulnerables. Y eso es algo que al fantástico entrenador de los Lions no le gusta nada.
Contra los Bears, Detroit pareció un vendaval en los dos primeros cuartos, pero se vino abajo en una segunda parte donde se le comenzaron a ver algunas lagunas en defensa. El pass-rush es un problema para ellos. La llegada de Za’Darius Smith les da más posibilidades, pero nada llena el hueco dejado por la lesión de Aidan Hutchinson. Cuando te enfrentas a los Packers, lo haces contra una de las líneas ofensivas más físicas de lo que llevamos de temporada, y no ser capaz de dominar ahí, puede exponer a la zona media y profunda de la defensa. Matt LaFleur está generando una barbaridad de estrés, en sus rivales, con el balón por tierra, lo que abre a Jordan Love la espalda de los linebackers. Los lanzamientos a ese centro de la defensa suelen traer consigo grandes ganancias de yardas y, además, querrá aprovecharse de un nuevo contratiempo en su rival. Las lesiones han vuelto a golpear a los Lions con la baja para toda la temporada de Rodriguez, quien estaba haciendo un gran año acompañando a Campbell y Anzalone.
Al otro lado, la maquinaria de Ben Johnson sigue funcionando a las mil maravillas. Cada día nos sorprenden con nuevos conceptos que facilitan las lecturas de un Jared Goff muy seguro en su juego. Una de las características de este año en Green Bay es la facilidad que tiene para evitar el juego a la espalda de sus safeties. Xavier McKinney provoca pánico en los quarterbacks rivales por su capacidad de lectura y rango, siendo una máquina de generar intercepciones. Sin embargo, el coordinador de los Lions no va a dudar en mandar situaciones donde se estire a la defensa verticalmente y así aprovechar los espacios generados en las primeras 10 o 15 yardas. Jugadores como Amon Ra-St. Brown o Jameson Williams son muy peligrosos atacando esa zona y tienen mucho talento para las yardas después de la recepción.
En la imagen de arriba, los Lions alinean una formación cerrada y con el running back por detrás del quarterback. La posibilidad de carrera está ahí, por lo que la defensa tiene que estar muy atenta a saltar hacia delante. St. Brown se abre al exterior justo antes del snap y hace que el cornerback también lo haga. Una vez que la jugada se inicia, tanto St. Brown como el otro receptor de ese lado juegan rutas profundas para estirar a los dos defensores de su zona. Al mismo tiempo, Jameson Williams, alineado al lado contrario, juega una ruta cruzada por delante de la línea ofensiva. Los linebackers dan dos pasos hacia donde corre Gibbs y eso provoca que Williams tenga la ventaja. El wide receiver de Detroit aprovecha su velocidad, el espacio generado por las rutas verticales y el movimiento del linebacker ante la amenaza de la carrera, para recibir el pase y ganar muchas yardas más.
Con dos ataques como el que tienen Lions y Packers, cualquier error de lectura y de disciplina puede significar una big play para el rival. Johnson y LaFleur fijan mucho su plan de juego en cómo sacar de posición y en estresar a la zona media defensiva. Ya sea con los movimientos antes del snap o después, los quarterbacks suelen encontrar pases más o menos cómodos que dan como resultado buenas ganancias de yardas. Sin duda, estamos ante el que puede ser el mejor partido de la semana. Un duelo entre dos equipos que aspiran a llevarse la mejor división de este curso en la NFL, por lo que el espectáculo está asegurado.
Los Falcons vivían una situación muy cómoda hace tres semanas. Los Buccaneers se habían caído, en gran parte por los problemas de lesiones, y ellos comandaban la división con dos partidos de ventaja. Ahora mismo, todo eso ya no existe, y se ven con la necesidad imperiosa de mejorar prestaciones si no quieren ver como se les escapa la posibilidad de playoffs. El rival de esta semana tampoco favorece a su objetivo, y las dudas con Kirk Cousins pueden seguir creciendo si no hace un buen partido. Hacer un buen encuentro frente a los Vikings es una misión algo complicada, por lo que todo se vuelve mucho más difícil.
La realidad es que el equipo de Kevin O’Connell lleva 10 victorias esta temporada y nadie habla de ellos. Me resulta algo injusto que pongamos a otros equipos por delante de ellos sin una razón consistente. Los Vikings defienden muy bien, son capaces de poner puntos en el marcador y tienen a una súper estrella en su ofensiva. Durante sus encuentros, es cierto que aparecen errores, pero cuando más importa, siempre encuentran la manera de ganar, ya sea remontado un resultado adverso o aguantando con su defensa el marcador. Si a estas alturas, estás con ese número de victorias, es que haces muchas cosas muy bien.
Los Falcons siguen dejando detalles de ser un equipo con un gran talento entre sus filas. Por momentos, se ve en el campo a un conjunto serio y bien entrenado, pero errores individuales terminan por fastidiarlo todo. Bijan Robinson ha explotado definitivamente y es el eje del juego ofensivo. Si el running back ve mucho balón, las cosas van a funcionar para los de Raheem Morris.
En la secuencia de arriba, tenemos un ejemplo de algunas de las virtudes del chico salido de la Universidad de Texas. Una vez con el balón en las manos, Robinson presiona el interior de la línea ofensiva para hacer saltar a uno de los linebackers a los dobles bloqueos que se están produciendo. Cuando este defensor corre hacia esa posición, el running back de los Falcons corta hacia el exterior aprovechándose del agujero creado por el tackle izquierdo y por el bloqueo del tight end. Una vez cruzada la línea de scrimmage, Bijan sigue leyendo a los jugadores que aparecen en apoyo contra la carrera, y con sus fantásticos cortes, sigue quitándose oponentes de encima. Es asombrosa la capacidad que tiene el joven corredor de ganar yardas extras una vez que alcanza el segundo nivel.
Correr bien va a ser importantísimo para los de Morris, porque todo lo que sea irse a terceros downs largos terminará siendo un problema. Primero, porque Brian Flores es un maestro generando presiones al quarterback y, segundo, porque el propio Cousins viene de un partido muy malo y que puede hacer que vuelvan a aparecer imprecisiones y dudas en sus pases.
Este es un duelo donde el favorito para sumar una victoria más es el equipo de Minnesota. Sin embargo, la necesidad de ganar por parte de los Falcons, sumado al inmenso talento que hay en su ataque, hacen que todo se iguale mucho más y que estemos ante un partido con altas dosis de imprevisibilidad. Para los de Atlanta, perder podría significar caer al segundo puesto de la división, y eso crearía cierto caos en una franquicia que parecía haber encontrado su camino hace pocas semanas.
Los Seahawks estaban casi muertos al inicio del segundo cuarto en el encuentro que disputaron el pasado domingo en el MetLife Stadium. Sin embargo, la intercepción y retorno de Leonard Williams cambió el panorama de ese encuentro, dándole otro aire al equipo dirigido por Mike McDonald. Aunque Pete Carroll ya no está, ese espíritu competitivo sigue estando muy presente en la franquicia de Seattle. Se agarran a los partidos con uñas y dientes, y eso les hace muy peligrosos. No es el equipo más seguro del mundo, pero, en una división tan irregular como está siendo la NFC Oeste, sus siete encuentros ganados los coloca como el mejor equipo.
Este domingo se enfrenta a uno de sus rivales divisionales. Los Arizona Cardinals han pasado por buenos y malos momentos en la temporada, y este parece ser de los malos. Después de avasallar a los Jets en el State Farm, dos derrotas consecutivas los ha bajado del primer puesto que ostentaban hasta la semana pasada, y ahora se encuentran ante la oportunidad de volver a recuperar ese puesto. Para ello, necesitan que su defensa siga creciendo y evite las big plays que suelen completar los Seahawks con esos dos receptores tan talentosos que tienen en sus filas. DK Metcalf y Jaxon Smith-Njigba son dos wide receivers diferentes y que se complementan muy bien en el terreno de juego. Ambos pueden ser una pesadilla en las primeras yardas, Metcalf por potencia y físico y Smith-Njigba por calidad en sus rutas y velocidad, haciendo que las defensas individuales sean un sufrimiento constante para el que las aplica. Además, son dos jugadores que pueden atacar la espalda de la defensa con muy buena productividad y a Geno Smith, su quarterback, no le da miedo lanzar al tercer nivel.
En la secuencia de arriba, tenemos a Smith-Njigba alineado junto a Jake Bobo, su compañero de posición, y enfrentándose a una defensa individual. Una vez que se inicia el snap, Smith-Njigba juega una ruta wheel, aprovechándose de la ruta de Bobo para crear tráfico y así tener un mejor release al inicio. Con esto, el receptor de Seattle acelera, genera separación y finaliza la recepción de la mejor manera posible. Arizona necesita generar dudas en Geno Smith con cambios defensivos post snaps y atacando a la línea ofensiva para no darle tiempo al quarterback a leer la ventaja que estos dos receptores suelen tener frente a sus defensores.
Los Seahawks están ante la oportunidad de dar un golpe a su favor para llevarse la división, ya que ganarían a su rival directo y podrían ponerle, mínimo, dos partidos a los otros dos conjuntos con los que comparte división. Los Rams reciben a los poderosos Bills y los 49ers están inmersos en un abismo de donde es muy complicado salir, así que Mike McDonald está ante la posibilidad de llevar a su equipo a los playoffs en su primera temporada como entrenador en jefe, algo que no creo que quiera desaprovecharlo.