Terminado el primer mes de competición, me deja la sensación de mucha igualdad en casi todas las divisiones. Es cierto que hay equipos con mejor pinta que otros, pero nada que no se pueda resolver, por parte de los que más derrotas llevan, a lo largo del octubre fascinante que se nos presenta. Salvo contadas excepciones, todas las franquicias que se ven peor ahora mismo, están en disposición de darle la vuelta a la situación. Además, en octubre comienzan los partidos internacionales en Europa, así que, como no podía ser de otra manera, y sin desmerecer en nada a los otros dos encuentros que he elegido, os tengo que hablar, en esta previa, de ese Vikings-Jets que se disputará en el estadio de Tottenham.
La semana comienza con un más que interesante partido entre rivales divisionales de la NFC Sur. Hace dos meses, hablábamos que esta división podría encontrarse entre las más bajas en cuanto a nivel de toda la liga. Sin embargo, y si exceptuamos a los Panthers, los otros tres conjuntos están jugando muy bien al football y están consiguiendo que todos giremos los ojos hacia ellos. Para este Thursday Night Football, tenemos a los Buccaneers buscando ampliar la ventaja que tienen con Falcons y Saints. Precisamente, estos dos equipos vienen de jugar un gran partido que se tuvo que decidir en el último segundo con un excepcional field goal de Koo en favor de los Falcons.
A pesar de haber gastado picks altos en el draft para cubrir las posiciones de skill players en ataque, los de Atlanta no ven que esos jugadores estén dando el salto que ellos esperaban. Ni Drake London ni Kyle Pitts parecen estar a la altura de las expectativas creadas con su elección. Podemos argumentar, y con razón, que la franquicia no los ha puesto en las mejores condiciones para evolucionar en estrellas, pero también podemos decir que ambos jugadores no han demostrado mucho más. Quizás London sí esté dando pasos hacia adelante, pero lo del tight end comienza a ser muy preocupante.
Raheem Morris se trajo consigo a otro coordinador de ataque más salido del paraguas de Sean McVay para hacer que su ofensiva pudiese aprovechar todo el talento con el que cuenta, y es evidente que hay momentos donde Zac Robinson hace muy bien su trabajo. Sin embargo, nadie encuentra la manera de involucrar más a Kyle Pitts en un ataque que necesita de su tight end para generar ventajas y puntos. La apuesta por el juego de carrera como centro de la ofensiva es clara. Bijan Robinson es el jugador que mejor está jugando en las primeras 80 yardas del campo, aunque luego su producción, en forma de touchdowns, sea mínima. Aquí, en la red zone, es donde Kyle Pitts debería ser un arma más que potente para Cousins, pero no es algo que estemos viendo en ningún momento.
Si los Falcons quieren acercarse al ritmo anotador que los Bucs pueden ofrecer, necesitan de Pitts. En la imagen de arriba podéis apreciar una de las pocas veces que hemos visto al tight end ser dominante en el ataque. La defensa de los Chiefs juega con dos safeties profundos antes del snap, pero rotan hacia single high una vez que Cousins tiene el balón en las manos. El quarterback de los Falcons gira sus ojos a la ruta profunda de Drake London y congela al safety más profundo, haciéndole girar sus caderas para arrancar en esa dirección. En el otro lado, Pitts sale desde la línea ofensiva para buscar el espacio generado por fuera en el lado derecho del ataque. Bate por velocidad a Justin Reid, y Cousins, con el safety profundo desplazado al lado contrario, puede lanzar el balón a su tight end y conseguir una gran ganancia de yardas. El foco de atención en otros jugadores en el juego aéreo (London, Mooney o incluso el propio Bijan), tienen que servir para que Pitts pueda ganar en su ruta a los defensores que estén con él. De momento, son más las veces que es al revés, pero los Falcons no pueden dejar de intentarlo.
Los Buccaneers, por su parte, son un equipo más poderoso de lo que realmente pensamos. Todd Bowles tiene a todos los jugadores enchufados y dando lo mejor de sí mismos. Con una defensa muy agresiva en el blitz, siendo capaz de defender bien en el interior contra el juego de carrera y con una secundaria oportunista, le dan a la ofensiva la tranquilidad de saber que si algo no sale bien en ese lado del campo, ya están ellos para seguir dándoles opciones. Lo que ocurre es que, precisamente, Baker Mayfield está jugando el mejor football de toda su carrera y consigue mover cadenas con mucha facilidad. Parecía que la salida de Dave Canales haría que los Bucs pudiesen tener un pequeño retroceso en su juego de ataque, pero ha resultado ser todo lo contrario. Godwin vuelve a ser el jugador dominante desde el slot que era antes de la lesión, Mike Evans sigue produciendo touchdowns como churros, su juego terrestre ha encontrado en Bucky Irving a un running back capaz de llevar el peso por el suelo y su línea ofensiva es muy sobria. Con estas herramientas, Tampa anota y ahoga a las defensas rivales. Si los Falcons no consiguen bajar ese ritmo anotador este jueves, van a tener pocas opciones de llevarse el partido.
Es muy posible que los Minnesota Vikings sean el mejor equipo de la liga antes de que se inicie la semana cinco de la NFL. Los de Kevin O’Connell cuentan sus partidos por victorias y, además, con un juego a ambos lados del campo más que bueno. Sam Darnold ha sido la sorpresa en este primer mes y se ha convertido en el jugador determinante que parecía poder llegar a ser cuando llegó a la liga como primera ronda de su draft. Precisamente, fueron los New York Jets quienes lo eligieron para que fuera su quarterback de futuro, pero el desastre que ha sido esta franquicia en los últimos años no permitió sacar todo el talento de brazo con el que cuenta Darnold. El propio jugador tampoco fue capaz de evolucionar de la mejor manera y, tras varios tumbos por la liga, parece haber encontrado su sitio en Minneapolis. Con él, O’Connell puede desarrollar un ataque muy versátil donde Jefferson sigue siendo la gran estrella, pero acompañado de unos secundarios que cada vez se muestran más solventes. El juego de screen con Aaron Jones les está generando muchos primeros downs y facilita la labor del quarterback para mover cadenas. La vuelta de Jordan Addison fue importantísima para la victoria del pasado domingo en territorio enemigo como es el Lambeau Field de Green Bay y, además, Hockenson, el extraordinario tight end que aún está recuperándose de su grave lesión, tiene muy cerca la vuelta a los terrenos de juego, por lo que esa ofensiva puede ir subiendo aún más de nivel.
En el otro lado, los New York Jets tuvieron una semana para ilusionarse con el nuevo proyecto tras su victoria frente a los New England Patriots. Sin embargo, la vuelta a la realidad frente a los Denver Broncos ha puesto en entredicho a varios componentes de la franquicia, y en especial a Robert Saleh. La indisciplina mostrada durante todo el duelo, representada por las innumerables penalizaciones del ataque, deja claro que este equipo no parece el mejor entrenado del mundo. En un día lluvioso, Rodgers no pudo jugar a su mejor nivel, aunque fue capaz de darle la oportunidad a su kicker de ganar el partido con un field goal que se fue por fuera de los postes. Preocupa mucho la poca participación de Garrett Wilson y la poca producción de Breece Hall, quien no está encontrando ayuda por parte de la línea ofensiva para correr con el balón. Los Jets no dejan de renunciar al juego terrestre y es probable que cada vez veamos más a Braelon Allen. El rookie se está erigiendo como uno de los mejores jugadores del ataque y consigue correr con más efectividad que Hall. Por ello, y aquí va primera clave, es muy posible que el equipo neoyorquino opte por jugar con formaciones ‘pony’ para aprovecharse de las facultades de ambos running backs.
En la situación de arriba tenéis un ejemplo de este tipo de formaciones. En ‘pony’, el ataque alinea a dos running backs en el campo. En este caso, Allen y Hall están situados a cada lado de Rodgers en el backfield, en una formación muy abierta. Antes del snap, Allen juega en motion para cambiar de lado, lo que provoca un movimiento en el cuerpo de linebackers. Una vez que se inicia el snap, Rodgers lee la arrancada del linebacker y finta jugar una screen con Breece Hall en el lado derecho de la ofensiva. Sin embargo, la idea original es la de mover a la defensa para generar espacio al lado contrario para Braelon Allen, quien se dirige hacia allí para recibir el balón y jugar con los bloqueos campo abajo de su línea ofensiva. La superioridad numérica es clara y Allen consigue el touchdown. Con los dos running backs en el campo, la amenaza de carrera es importante, pero también la de pase, ya que ambos jugadores han demostrado tener muy buenas manos para ser parte vital del juego aéreo.
El otro gran problema que deben solucionar los Jets es la defensa que se van a encontrar en Londres. Estos Vikings son un verdadero dolor de cabeza para los quarterbacks. Los múltiples fronts que presentan antes del snap generan muchísimos errores en el pasador y en los bloqueos de la línea ofensiva. El equipo de Robert Saleh sufrió de lo lindo con la agresividad en el blitz que mostraron los Denver Broncos el pasado domingo, y la línea ofensiva se vio superada en muchos momentos del partido. Si Rodgers no está fino con sus lecturas pre-snap, pueden tener una tarde muy larga en la capital inglesa. Brian Flores no va a dejar de atacar al veterano quarterback en los 60 minutos que durará el encuentro. Por todo esto, y por muchas más cosas, estamos en disposición de decir que la NFL no podía haber elegido mejor partido para su estreno en Londres.
El Sunday Night Football nos trae un encuentro con sabor a otra época de football americano. Dos franquicias legendarias que llevan unos años por debajo de su historia y que se encuentran en un momento delicado en cuanto a la necesidad de ser importantes en la post temporada. Los Steelers han empezado muy bien el curso y se mantienen como líderes de su división aún contando la derrota del pasado domingo en Indianapolis. No fue un buen partido para ellos y volvimos a ver a un Justin Fields con muchas dudas dentro del pocket, algo que parecía haber mejorado en las tres primeras semanas. La defensa de Tomlin sigue siendo élite y es capaz de mantener a su equipo compitiendo cada duelo, pero necesitan que su ataque dé ese paso adelante que no han dado desde la retirada de Ben Roethlisberger.
Los Dallas Cowboys, a pesar de ganar su duelo divisional frente a los Giants, salieron del encuentro con un sabor agridulce. Demarcus Lawrence se va a perder varias semanas por lesión y es muy posible que Micah Parsons no esté disponible para este domingo. Son dos bajas vitales para una defensa que ha sufrido más de lo que se esperaba en muchos momentos del primer mes de competición. Sin ellos dos, el pass-rush va a ser menos peligroso y eso es algo que debe aprovechar Fields para atacar las defensas zonales de Mike Zimmer.
En la secuencia de arriba podéis ver una de las mejores acciones como pasador del nuevo quarterback acerero. Antes del snap, Austin se mueve en motion hacia el lado contrario y esto provoca que la defensa mueva a los safeties, dándole la lectura al quarterback de que solo habrá un jugador defendiendo la zona profunda. Una vez que se inicia la jugada, Fields lee la rotación de safeties y al linebacker que se encarga de la zona hook. Pickens desde el slot va a atacar la espalda de ese linebacker y su compañero jugará para hacer dudar al defensor. Fields está leyendo las caderas del linebacker y cuando ve que no cae con Pickens, lanza con muy buena anticipación a la zona desierta de la defensa. Consiguiendo un primer down más una gran ganancia de yardas.
La irregularidad en el juego de pase hace que la carrera no termine de funcionar de la mejor manera. Además, las bajas en la línea ofensiva de los Steelers se están multiplicando y están haciendo que todo sea más complicado. En un partido donde la anotación puede que no sea muy alta, cualquier error de las ofensivas puede decantar la balanza para un lado u otro. Los ojos de la defensa acerera estarán enfocados en CeeDee Lamb, algo que puede aprovechar Prescott buscando a Cook o a Ferguson. Estamos ante dos equipos con solera que necesitan de la victoria para seguir manteniendo sus objetivos vivos. Objetivos que no pueden ser otros que los de mirar al mes de enero con esperanza de volver a reverdecer laureles pasados, algo que, de momento, parece algo lejano.