La NFL no espera a nadie y ya hemos visto a un entrenador ser cesado. La paciencia es algo que no brilla mucho en la competición deportiva más importante de los Estados Unidos. Cambios de quarterback, revoluciones en los banquillos o franquicias que, en apenas cinco semanas, ya piensan más en 2025 que en la temporada que está en curso. Aún así, me quiero centrar en el día a día y por eso os traigo tres partidos que tienen muchas cosas en juego para sus protagonistas en esta sexta semana de enfrentamientos.
Es cierto que los Kansas City Chiefs siguen siendo los máximos favoritos para ganar la Conferencia Americana. Están invictos y cada partido encuentran una manera distinta de ganar, lo que los hace muy peligrosos en cualquier circunstancia. Sin embargo, hay un equipo que, ahora mismo, está jugando a un nivel superlativo. Estos Baltimore Ravens van muy en serio y el pasado domingo se llevaron un dificilísimo duelo demostrando una fortaleza enorme cuando más complicado se puso el encuentro. Su victoria frente a los Bengals les da una posición muy buena para seguir aspirando a ser el verdadero rival para el actual campeón.
Y si hablamos de contendiente frente al equipo de la AFC que está imbatido, también tenemos que ponerle la misma etiqueta a estos Washington Commanders en su propia conferencia. Los Minnesota Vikings son el mejor equipo de la Nacional, pero los de Dan Quinn están jugando el mejor football que se recuerda en Washington desde los años de Joe Gibbs. Su flamante número dos del draft está impresionando a propios y extraños con un juego desde la posición de quarterback casi perfecto. Jayden Daniels promedia un 82% de pases completados, una autentica salvajada en una liga que está viendo como los mejores pasadores sufren semana a semana. Kliff Kingsbury, coordinador ofensivo de los Commanders, ha diseñado un ataque repleto de alternativas para el joven quarterback, y las armas ofensivas de las que dispone el equipo se ven beneficiadas.
La primera clave de este encuentro es la efectividad de los Commanders en la zona roja. Los Ravens es un conjunto que promedia 29,4 puntos por partido, siendo el segundo mejor equipo en esta disciplina. ¿Los primeros en puntos por partido? Sí, los Washington Commanders con 31 puntos por duelo. Por eso, veo vital que los visitantes mantengan ese nivel de anotación para poder competir contra unos Ravens que cada vez muestran más alternativas en su ofensiva.
En la situación de arriba tenéis un diseño muy bueno de Kingsbury para atacar la defensa de los Cardinals. Los de Arizona van a caer con cuatro hombres a la zona profunda para resguardarse de una situación límite del ataque en un 3rd&Goal desde la yarda 10. Kingsbury manda una ruta post para arrastrar al safety y una ruta cruzada por detrás de la línea de scrimmage para ocupar al linebacker del medio. Además, Terry McLaurin va a jugar otra ruta post para ocupar la zona que deja el safety que se ve arrastrado y así atacar el outside leverage con el que está defendiendo el cornerback de ese lado. Mirad la buena protección a Daniels y la gran lectura del quarterback, quién pone un excelente balón para que McLaurin anote seis puntos más.
Los Commanders pueden hacer mucho daño con el juego de pase, pero también están encontrando recursos para jugar por tierra. Brian Robinson está produciendo en forma de touchdowns cuando su equipo se planta cerca de la end zone rival, y la amenaza constante de Daniels acarreando él el balón abre muchos espacios para sus corredores. Si son capaces de aguantar ese promedio de puntos que llevan hasta el momento, van a estar en el partido hasta el final.
Por su parte, la presencia de Derrick Henry les ha dado mucho a los Ravens, quienes, ante la falta de producción de Mark Andrews, han encontrado a otro tight end que empieza a ver mucho más balón. En las formaciones pesadas que juegan los Ravens para atacar tras play action, Charlie Kolar está encontrando muchos espacios en las defensas rivales para recibir el balón y poder llevarlo muchas más yardas hacia delante. Lamar Jackson lo busca y, de momento, el tight end está respondiendo.
Este domingo vamos a tener frente a frente a los dos equipos más anotadores de lo que llevamos de liga, lo que significa que estamos ante un partido que nos puede dejar acciones espectaculares casi en cada snap jugado. Sin embargo, y más allá de los fuegos artificiales, este duelo nos dejará a un equipo como el verdadero rival para los que tienen por encima. No se lo pierdan.
Tras las dos primeras semanas de competición, de lo único que se hablaba en Denver era de lo que estaba haciendo Bo Nix en ataque, lo cual era más bien poco. Nadie se estaba fijando en lo que Vance Joseph iba construyendo en el otro lado del balón. Después de la semana 5, muy pocos son ya los que están pendientes del quarterback rookie porque todos los focos se centran en una defensa que está aniquilando ataques cada domingo. El equipo de Sean Payton ha ganado los tres últimos encuentros con base en una unidad defensiva que cierra todas las vías posibles de las ofensivas a las que se enfrenta. El nombre por encima de todos es el de Patrick Surtain II, quien se está mostrando como el mejor cornerback de toda la NFL. Sin embargo, esa defensa esconde muchos más secretos de lo que los ojos del gran público captan. En su línea defensiva juega Zach Allen, un jugador que alinea por todo el frente y que se está convirtiendo en una pesadilla para las líneas ofensivas.
Listado como defensive end, podemos ver a Allen jugar en el interior para aprovechar su poderoso tren superior y pelear contra dobles bloqueos como si estuviese en el patio de su casa. Su gran primer paso al snap y su cuidado leverage le permite atacar a los tackles ofensivos por fuera o por dentro, y su juego de manos le permite quitarse el contacto con los bloqueadores para llegar hasta el quarterback, como podéis ver en la imagen de debajo.
Allen se sitúa enfrente del hombro interior del tackle ofensivo izquierdo, en el gap B. Sin embargo, su asignación es atacar el gap A una vez que se inicie el snap para poder batir por velocidad al guard izquierdo. El primer paso es muy largo y explosivo y le permite evitar el contacto con el bloqueador y encontrar el espacio para atravesar la línea ofensiva. Localiza el balón y reconoce lo que se está jugando en el backfield de manera muy rápida, dejándole en la mejor posición para llegar hasta el running back y hacer el tackle. En apenas décimas de segundo, Allen ha roto los bloqueos para la carrera y se ha presentado en el backfield sin oposición. Además de Allen, DJ Jones y Franklin-Myers se complementan muy bien en el interior de la línea defensiva para ser muy buenos contra el juego terrestre.
Los Chargers vienen de su semana de descanso que les ha servido para ir recuperando a jugadores lesionados o tocados. Aunque Justin Herbert esté algo más recuperado, el equipo de Jim Harbaugh necesita correr para que todo fluya de la mejor manera en su ataque. Si la línea defensiva de los Broncos completa un partido como los que lleva haciendo en las últimas tres jornadas, los Chargers van a tener que moverse hacia el juego de pase más de lo que desean y, ahí, la figura gigantesca de Patrick Surtain puede ser decisiva. Sin duda alguna, este duelo divisional tiene connotaciones importantes de cara a los playoffs de la Conferencia Americana.
El martes saltó una de las bombas de lo que llevamos de curso. Woody Johnson, dueño del conjunto neoyorquino, fulminó a su head coach el día en el que el equipo volvía a los entrenamientos para preparar su duelo divisional frente a los Bills. La noticia pilló a todos por sorpresa, incluido al propio Robert Saleh. Las dos derrotas cosechadas ante Broncos y Vikings han sido la gota que ha colmado la paciencia de Johnson, quién rápidamente colocó a Jeff Ulbrich como entrenador para lo que resta de temporada. Aunque pueda parecer extraño, el cambio en el banquillo puede haber llegado en un momento dónde aún se pueden reconducir ciertas cosas.
Enfrente de los Jets está otro equipo que ha visto cómo las expectativas e ilusiones tras las primeras tres semanas se han venido un poco abajo. Los Ravens los machacaron sin piedad en la semana cuatro y los Texans pudieron ganar gracias a una toma de decisiones muy mala por parte de Sean McDermott en los últimos segundos del pasado domingo. Con todo esto, el Monday Night Football se presenta como una buena oportunidad para evaluar en qué momento se encuentran ambas franquicias y cual puede ser el futuro que les espera. Además, y por si fuera poco, el que gane se colocará como líder de la AFC Este.
Tras un inicio de curso fulgurante en el plano ofensivo, los Bills han ido cayendo en su producción a medida que han pasado las jornadas. James Cook sigue siendo el valor más seguro del ataque (mas allá de Josh Allen, por supuesto), pero no parece suficiente cuando el marcador se pone en contra. El juego de pase sufre y hay un jugador al que los Bills necesitan como el comer. Las esperanzas en una gran temporada de Dalton Kincaid han chocado con la realidad. En cinco semanas, el tight end presenta 15 recepciones para 166 yardas y un solo touchdown. Tras la salida de Steffon Diggs y de Gabe Davis, la importancia en el juego de pase de Kincaid se aventuraba como vital, pero de momento no parece estar en esa sintonía. Es cierto que en todos los partidos se ven detalles de lo que puede llegar a ser, pero necesita que su coordinador ofensivo le incluya mucho más en el juego de ataque.
En la secuencia de arriba podéis ver una jugada dónde, tanto Josh Allen como él, demuestran de lo que son capaces. Kincaid se sitúa en el slot y ataca la espalda de los linebackers con una ruta deep over. Josh Allen recibe el snap y gira sus ojos hacia el lado derecho de la ofensiva. Rápidamente, cambia de lado y lee como está reaccionando la defensa al concepto de rutas que juegan los Bills ahí. Hay una ruta profunda por el exterior que congela al safety y una ruta hitch que mueve a los defensores de la zona media. Kincaid se aprovecha de esto para atacar el medio y encontrar mucho espacio para recibir el balón y poder suma muchas más yardas extras. Para el partido del lunes por la noche, los Bills necesitan más de su juego de pase frente a una defensa que se está mostrando muy sólida pero que suele conceder grandes recepciones en esa zona media del campo, algo que intentará explotar Josh Allen para poner puntos en el marcador.
Con el ataque de los Jets aún en construcción y con los problemas de su juego terrestre, si los Bills son capaces de encontrar un ritmo anotador alto, es posible que desnivelen la balanza a su favor para llevarse la victoria. Aaron Rodgers necesita cuidar mucho mejor el balón que el pasado domingo en Londres, dónde la defensa de Brian Flores consiguió algo que es realmente difícil: confundir al veterano quarterback. Solo una victoria calmará los nervios y ansiedades de una franquicia que vive en un estado de agitación que no es nada bueno para una competición como esta.