Una vez finalizada la primera ronda de playoffs, es de justicia reconocer que la mayoría de los partidos han estado muy poco disputados por los equipos visitantes. Salvo los chicos de Dan Quinn, que asaltaron Florida, el resto de conjuntos que jugaron fuera de casa no llegaron al nivel que se esperaba de ellos, incluidos los que habían finalizado la temporada regular con un récord superior a su oponente. Sin embargo, todo esto puede cambiar con una Ronda Divisional muy potente, donde ya estarán los dos seed 1 de cada conferencia, los cuales harán su aparición el sábado por la noche. Vamos con la previa del, probablemente, mejor fin de semana del año en la NFL.
Jayden Daniels se presentaba en Tampa Bay con un bagaje bastante bueno a lo largo de sus primeros cinco meses como profesional, pero explotó en el día más indicado, algo que está reservado solo para los que son realmente muy buenos. Kliff Kingsbury, coordinador ofensivo de los Commanders, le ha dado un sello muy característico a su ofensiva, y todo gira en torno a las capacidades de Daniels para pasar y para correr. Esa doble amenaza que supone el quarterback rookie del equipo capitalino le abre muchas vías de acción a un equipo que, aunque pueda tener algo menos de talento del necesario en el cuerpo de wide receivers, lo solventa con muchísima creatividad desde la banda. Además, Dan Quinn parece empeñado en no dar ni un respiro a las defensas rivales, así que cada set de downs en campo contrario se convierte en cuatro oportunidades para avanzar las diez yardas que se exigen.
Y si hablamos de kamikazes, nadie como Dan Campbell para ejemplarizar este término en cuanto a football americano se refiere. Los Lions han tenido una semana de descanso para ir recuperando más jugadores a la causa y para que los habituales tuvieran tiempo para sanar heridas. Su último encuentro se remonta al 5 de enero cuando fueron muy superiores a los Minnesota Vikings, dejando la sensación de que seguían siendo el mejor equipo de la Conferencia Nacional. Después de ver los duelos del pasado fin de semana de sus oponentes en este lado del cuadro, no creo que eso haya cambiado. Para mí, siguen siendo el equipo más fuerte de la conferencia y el verdadero rival a batir para llegar a Nueva Orleans.
Las múltiples entrevistas que ha tenido Ben Johnson en esta semana, tampoco me parece que vaya a afectar en un ataque que se desenvuelve muy bien en cada traba que las defensas rivales intentan poner en su camino. Jahmyr Gibbs ha dado un paso al frente tras la lesión de David Montgomery y se ha convertido, por derecho propio, en la piedra angular de esa ofensiva. Una vez que la amenaza del juego terrestre se hace palpable, Jared Goff comienza a martillear a su rival con el play action y los pases a la espalda de los linebackers.
Aquí tenemos un ejemplo del daño que provocan los Lions cuando el play action afecta a las defensas. Los de Detroit alinean dos jugadores en el backfield y con Jared Goff debajo del center, lo que viene siendo una ‘formación en I’. Además, los receptores están pegados a la línea ofensiva, lo que genera una amenaza clara de carrera. Antes de iniciar el snap, St. Brown se mueve hacia el exterior y abre al cornerback. Cuando el snap se lanza, Goff juega el play action y esto hace que la unidad defensiva en la zona underneath sobre reaccione para parar la carrera. A su vez, Jameson Williams sale en ruta vertical, pero juega un corte muy seco hacia el interior aprovechándose de todo el espacio generado a la espalda de los linebackers. El quarterback se gira muy rápido y pone un buen pase para que Williams aproveche la separación e inercia de su ruta para ganar muchísimas yardas más.
Es evidente que Amon-Ra St. Brown es el wide receiver principal de ese ataque, pero la capacidad de big play que tiene Williams en cada jugada lo convierte en el atacante más imprevisible de todo el equipo. Con todo el espacio que genera la atención de la defensa en St. Brown, y en el juego por tierra de Gibbs, el ex de Alabama y Ohio State se encuentra con verdaderos agujeros con los que atacar a su rival para aprovechar su explosividad y velocidad a campo abierto. Esto lo sabe Ben Johnson, e intenta aprovecharlo cada vez con más asiduidad. Para este partido, es vital que la línea defensiva de Commanders juegue a gran nivel. La vuelta de Jonathan Allen en el interior de esa unidad es una subida de nivel descomunal. Junto con Payne y el rookie Newton, serán los encargados de cerrar vías terrestres para que Gibbs no se encuentre cómodo y no genere carreras que hagan del play action el verdadero puñal del seed número uno de la Nacional.
Los Detroit Lions son muy favoritos para su primer duelo en playoffs, aunque no deben estar tranquilos después de ver cómo Jayden Daniels hacía saltar por los aires a la defensa de Buccaneers. Dan Campbell no va a levantar el pie del acelerador en todo el partido, pero estoy convencido que Dan Quinn estará ahí para aguantarle el pulso y para darnos un partido muy divertido. No albergo ninguna duda que será así.
Sean McVay es muy bueno. Muchísimo.
Con estas seis palabras podría dejar lista la previa de este partido, pero voy a extenderme un poco más, ya que necesito rellenar esta columna con un número mínimo de palabras.
El pasado lunes, los Vikings y su flamante defensa, liderada por Brian Flores, llegaban a Arizona (desgraciadamente para los seguidores de los Rams, y debido al fuego que ha hecho tanto daño en la ciudad de Los Angeles, el partido se tuvo que disputar en el State Farm de Glendale) con la idea de hacer pasar una mala noche a Matthew Stafford. La realidad fue bien distinta, y lo fue porque McVay les tenía preparada una sorpresa.
Los Rams es un equipo que basa su ofensiva en la carrera y en establecerla para que aparezcan espacios en el juego de pase. Con Kyren Williams martilleando a la defensa rival con situaciones zonales por el exterior, con screens o con el juego rápido de pases, McVay suele mantener a su rival ocupado para luego soltar a Puka Nacua o Cooper Kupp a campo abierto. Sin embargo, todo esto cambió en el último Monday Night Football de la temporada. Desde el primer snap, McVay quiso ser muy agresivo lanzando a la espalda de los linebackers, y lo hizo porque sabía que Flores querría atacarlo con muchos jugadores nada más dar comienzo al encuentro. Mientras los Vikings dejaban sus coberturas con cinco o seis jugadores, McVay exponía los espacios generados tras blitz, dejando algún atacante extra en protección de pase y utilizando el play action para generar aún más campo para sus receptores. Esto hizo que Flores tuviese que ir ajustando sobre la marcha y, con Sam Darnold regalando el balón a su rival, los Rams terminaron imponiéndose con mucha claridad a un conjunto que había acabado la temporada regular con cuatro partidos ganados más que ellos. Y es que Sean McVay es muy bueno.
El problema para el siguiente reto es aún mayor, ya que la defensa de Vic Fangio siempre ha sido un dolor de cabeza para ese árbol de entrenadores que salen de la pareja Kyle Shanahan y Sean McVay. Los Philadelphia Eagles volvieron a dejar un ejercicio defensivo digno de reconocimiento frente a los Green Bay Packers. Por momentos, la línea defensiva fue capaz de cerrar espacios contra la carrera y eso le dio la opción a su secundaria de hacer jugadas contra los receptores queseros. La omnipresencia de Zack Baun por todas las zonas del campo también le da un plus a una unidad que se ha convertido, por derecho propio, en una de las tres mejores de toda la competición.
Al otro lado del campo es donde veo la verdadera clave de la eliminatoria. Saquon Barkley es el jugador por el que gira todo el sistema ofensivo de Kellen Moore, y más después de ver el enésimo mal partido de Jalen Hurts en el juego de pase. Sin embargo, para su enfrentamiento contra Rams, me parece muy interesante lo que pueda sacar el coordinador ofensivo de Eagles con el juego de pase hacia su running back estrella. Lo normal será ver a Barkley jugar muchos snaps por tierra, pero veo una gran oportunidad para atacar a los linebackers angelinos con su faceta de receptor.
En la secuencia de arriba, los Eagles forman con dos receptores a cada lado de la línea ofensiva y con Barkley en el backfield al lado de Hurts. Antes de que se inicie la jugada, hay un motion de un wide receiver para cambiar de lado, lo que provoca una repuesta en la defensa. El único safety profundo cae a la caja para igualar los números en el lado izquierdo del ataque, dejando así a solo dos jugadores al lado contrario. Se lanza el snap y hay un ruta vertical que arrastra al cornerback y que abre mucho espacio en el exterior del lado derecho del ataque. Barkley sale en ruta de pase y lee al linebacker que está cayendo a esa zona. El running back reconoce el espacio a la espalda del defensor y acelera para atacar en profundo. Jalen Hurts lee exactamente lo mismo y manda el ovoide a la end zone para que Barkley anote. Es importante que veamos la capacidad de Barkley como receptor en esta acción. Localiza el balón y ajusta su cuerpo para tener opciones de atraparlo, completando una recepción de mucho nivel.
Es muy posible que ambas líneas defensivas se impongan a las líneas ofensivas, por lo que ese juego en las trincheras será vital para desnivelar la balanza a un lado o al otro. El cuidado del balón se convierte en imprescindible para ambos equipos en un duelo que dejará al ganador a solo un partido de llegar a Nueva Orleans. Los Philadelphia Eagles son favoritos, juegan en casa y tienen una plantilla sensacional. Solo hay una cosa que puede hacerles caer, y no es otra que ese señor rubio y con camiseta de manga larga que estará de pie en la banda de los Rams.
Porque, sí, amigos, Sean McVay es muy bueno.
Para acabar la fiesta de la Ronda Divisonal, nos vamos a encontrar con la madre de todas las batallas. Los Ravens frente a los Bills. O lo que es lo mismo, Lamar Jackson contra Josh Allen. Y no me vengan con el manido discurso de que no es real la competencia porque nunca se verán las caras en el partido. Sí, tienen ustedes razón, pero vamos a hacer un esfuerzo por disfrutar de algo que puede ser sensacional y vamos a crear un discurso a favor del espectáculo. Aunque ustedes y yo sepamos realmente la verdad.
Ambos conjuntos dejaron claro que son favoritos absolutos para llegar a la Super Bowl LIX. Los Ravens pasaron por encima de su rival divisional sin aparente esfuerzo, y los Bills hicieron lo mismo después de empezar perdiendo contra los Denver Broncos. Además, los dos partidos se decantaron a su favor cuando los dos quarterbacks comenzaron a desnivelar con su tremendo talento. Que los Bills jueguen en casa es un dato muy a tener en cuenta, ya que el Highmark Stadium es uno de los estadios más complicados para cualquier oponente. Más allá del ambiente, los de Sean McDermott van a necesitar un esfuerzo extra para limitar daños en su defensa contra el juego terrestre, algo que parece imposible hoy en día en la NFL.
Derrick Henry nunca ha tenido tantas líneas de carrera libres como está teniendo esta temporada. Es cierto que el running back, por sí solo, genera una cantidad ingente de yardas por tierra, pero, si a esto le sumamos la amenaza de Lamar Jackson, las vías para traspasar la línea de scrimmage aumentan exponencialmente. Todd Monken, coordinador ofensivo de Baltimore, lo sabe, así que lo aprovecha en casi cada snap. Las read options han ido apareciendo más y más a medida que ha ido avanzando el curso y, frente a los Steelers, fueron capitales para destruir al front-7 del equipo de Mike Tomlin. Jackson lee muy bien al defensor sin bloquear y casi siempre toma la mejor decisión en la entrega o no del ovoide a Henry.
En la Wild Card entre Baltimore Ravens y Pittsburgh Steelers, Mike Tomlin optó por usar el scrape exchange para frenar al dúo Jackson-Henry, pero no salió bien. Os lo explico en este video:
Con la defensa amenazada por las carreras del quarterback, y con la línea ofensiva subiendo con facilidad al segundo nivel para bloquear, vemos situaciones en las que Henry puede tener hasta siete u ocho yardas antes de recibir el primer contacto. Y, claro, si el ‘Rey Enrique’ coge velocidad, ya puedes prepararte para que te pase por encima. Sin embargo, el juego de carrera de los Ravens tiene múltiples opciones para darle más posibilidades a su running back.
Aquí arriba tenemos una acción donde Monken quiere jugar ‘trap blocks’ y así darle la opción a sus líneas ofensivos de subir a bloquear a los linebackers. En esta jugada, vemos como ambos guards ofensivos salen de su posición para bloquear a defensores sin nadie delante, ayudados por el fullback, quien también realiza el ‘trap’. Con esto, el center, el tackle derecho y el tight end pueden subir a por los tres jugadores del segundo nivel y crear mucho espacio para la carrera de Henry. Además, Henry demuestra lo fantástico corredor que es leyendo el campo y a los adversarios que están llegando para derribarlo. Su visión espacial es excepcional, al igual que su lateralidad para encontrar el hueco, algo que es muy reseñable en alguien tan grande y pesado para la posición.
Con todo esto, la misión número uno de Sean McDermott será evitar que los Ravens controlen el tempo del partido a través de su juego de carrera. Cuando los de John Harbaugh entran en ritmo corriendo, todo se vuelve demasiado complicado para su rival, ya que, además de correr muy bien, Lamar Jackson es capaz de surtir de balones a sus receptores desde cualquier plataforma. La improvisación es una virtud más del actual MVP.
Al otro lado estará el máximo aspirante a arrebatarle la corona de mejor jugador del año. Josh Allen parece haber alcanzado su plenitud de la mano de Joe Brady, quien ha diseñado un sistema ofensivo que se adapta como un guante a todas las herramientas que trae consigo el excepcional quarterback de los Bills. Brady ha sido capaz de darle al ataque un juego terrestre poderoso con James Cook a la cabeza, pero que tiene en Ty Johnson y Ray Davis a dos suplentes muy versátiles que hacen que ese ataque se muestre muy imprevisible y que pueda dañar con facilidad a una defensa contra el pase más que sospechosa como es la de los Baltimore Ravens.
No podíamos haber pedido un partido con más glamour para finalizar la Ronda Divisional, así que solo nos queda disfrutar de los últimos equipos que quedan vivos y ver cuáles serán las cuatro franquicias que se disputen el pase final a esa Super Bowl que nos espera el 9 de febrero.