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Los Redondos: recorriendo la offseason en Mundo NFL

Llegó el mes de abril al calendario NFL. Con él, pasó la primera tormenta de la offseason: free agency. Me parece redundante ponernos a repasar cada fichaje, hablar de qué equipos lo hicieron bien y cuales tomaron demasiados riesgos.

Lo único que quiero acotar acerca del período de free agency que hemos tenido es que, a diferencia de años anteriores, la sensación general que noto es una de conformismo. Me refiero a que casi no hubo casos de contratos excesivos, ni de franquicias que hayan hipotecado su futuro por firmar a tres o cuatro jugadores que no mueven la aguja. Los distintos GM´s se han movido con cautela, priorizando la flexibilidad y, aunque para nosotros quizá sea más divertido cuando alguno pierde la cabeza con un fichaje inexplicable, la realidad es que bien por ellos.

Ahora sí, la razón principal que nos convoca: comentar las historias más interesantes que van dejando estos meses sin actividad dentro del campo de juego (y relacionarlas con música típica de mi país).

Ya pasamos por el género cumbia con La Nueva Luna. Para esta entrega, elegí homologar estas cinco reflexiones con canciones de la banda más representativa de la Argentina (guste a quien le guste, es así): Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Comencemos:

Preso en mi ciudad

Sin dudas, la “novela” del invierno/primavera en los Estados Unidos lleva el nombre de Lamar Demeatrice Jackson Jr. El QB de Baltimore Ravens está casi literalmente preso en su ciudad. Los Ravens le ofrecieron la franchise-tag no exclusiva (que le permite a otras franquicias negociar con él, pero le deja el derecho de matchear cualquier oferta a Baltimore).

Lamar anunció que ha realizado un pedido de traspaso formal, justo cuando su entrenador en jefe John Harbaugh se sentaba a dar una rueda de prensa. Evidentemente, la relación entre Jackson y la franquicia está quebrada (por lo menos en este momento).

En resumidas cuentas, ésta es la situación: Lamar pretende un contrato garantizado similar o superior al que consiguió Deshaun Watson por parte de Cleveland Browns. Los Ravens no parecen dispuestos a dárselo, al menos no con una extensión mayor a 3 años. Al mismo tiempo, no parece haber otra franquicia dispuesta a negociar con Lamar, al menos no por ahora.

Creo que las dos últimas palabras del párrafo anterior son clave. Imagino que hay varias franquicias que están esperando a que concluya el Draft (del 27 al 29 de abril, en Kansas City) para, una vez que hayan optado (o no) por un quarterback, ahí si sentarse con Lamar. Recordemos que cualquier equipo que firme al ex MVP deberá entregarle dos picks de primera ronda a los Ravens. Si un equipo ficha a Lamar antes del Draft, perderá la chance de seleccionar jugadores en posiciones premium en 2023.

Ahora ya no llora, preso en mi ciudad. Casi ya no llora, atrapado en libertad.

Un ángel para tu soledad

Desde aquella reveladora “entrevista” con Pat McAfee que todos estamos esperando el final de la historia. Aaron Rodgers, creemos, será jugador de New York Jets. Así lo comunicó el propio Rodgers con el gran McAfee, confirmando los rumores que venían circulando durante semanas.

Las declaraciones de Rodgers ocurrieron el 15 de marzo y todavía no hay nada oficial. De confirmarse, sería una verdadera revolución para los Jets, que volverían a los primeros planos de la NFL después de más de una década. En lo estrictamente deportivo, cuentan con un roster de elite, salvo en la posición más importante del fútbol americano.

Para el todavía QB de Green Bay Packers, este movimiento representa la chance de demostrar su vigencia después de varios años de fracasos en la postemporada y de confirmar el error cometido por Green Bay al draftear a Jordan Love y alienar a su legendario quarterback.

Mientras tanto, seguimos actualizando notificaciones esperando ese tweet de Schefter/Rapoport.

Ángel de la soledad. Y de la desolación. Preso de tu ilusión, vas a bailar. A bailar, bailar.

Superlógico

Hay veces que no hace falta darle tantas vueltas a un tema, ni buscar quién le robó a quién. Hay veces que no hay perjudicados ni beneficiados. Hay veces que una transacción es 100% lógica.

Chicago Bears enviando la 1° del Draft a Carolina Panthers, a cambio de la 9°, la 61° y una futura pick de 1ra y 2da ronda (además del talentoso receptor, DJ Moore), tiene todo el sentido del mundo.

Justin Fields hizo lo suficiente como para ganarse la confianza de la nueva gerencia de los Bears, que ahora cuentan con mucho más capital para rodear a su franchise QB. Los Panthers entregan material pesado pero necesario para escalar del puesto 9 al 1 y poder elegir a su quarterback del futuro. Simple y efectivo.

Superlógico (si). Superlógico (si). Superlógico (si si si si siiiiiiii).

Nadie es perfecto

Cerramos con lo que será la segunda tormenta de esta offseason: el Draft. Pasado el Combine, en estas semanas estamos presenciando los Pro Day´s (cuando los prospectos de élite vuelven a sus universidades para “mostrarse” ante los scouts que se presenten) y las entrevistas de los jugadores con sus potenciales empleadores.

Sigue habiendo gran incertidumbre respecto de quién será elegido con la primera selección del Draft. Que será un QB está claro. La pregunta es, quién. El favorito en las casas de apuesta es CJ Stroud, de Ohio State. Viene de un programa elite como OSU y es el quarterback con menos flaquezas a primera vista. Tiene todos los elementos para triunfar, aunque quizá un potencial no tan alto como Bryce Young, el otro gran favorito.

Young, al igual que Stroud, lideró a ni más ni menos que Alabama, otro peso pesado del College Football. Sus atributos son innumerables. Lo único que le podría impedir ser el 1° pick del Draft es su altura: 1.77, bajo para los estándares de un franchise QB.

La tercera opción sería Anthony Richardson, de la Universidad de Florida. Este chico sí que tiene absolutamente todo, inclusive la contextura física. Es ágil, tiene un cañón en el brazo, puede improvisar…en fin. El problema es que no cuenta con demasiada experiencia. Es la opción high risk high reward de este Draft. Como ven, nadie es perfecto. Por suerte, todavía hay tiempo para decidir. Nos vemos la próxima.

Ahora el tipo arropa, como un bolchevique, y con la soga al cuello va. Un viejo limón le banca la parada, el del business ya no es él.