El próximo 21 de noviembre se llevará a cabo, en el Estadio Azteca de la capital mexicana, un cotejo más de la serie internacional de la NFL, que esta temporada incluye también fechas en Londres, Reino Unido, y Múnich, Alemania. Los contendientes de “nuestro juego” serán los San Francisco 49ers, uno de los grandes consentidos de la afición mexicana, y los Arizona Cardinals, equipo que por la enorme migración de compatriotas a ese estado fronterizo y por haber tenido en sus filas al enorme Rolando Cantú tampoco es que carezca de afición local.
Este será el cuarto encuentro de temporada regular que celebre la liga en suelo mexicano, de cinco que se han llegado a calendarizar, pues en 2018 el juego ya programado se suspendió debido al pésimo estado del césped del Azteca (los locutores más veteranos o menos propensos al pudor le dice aún, al recinto, “El Coloso de Santa Úrsula). Aunque es imposible saber cómo se habría desarrollado el partido en cuestión si hubiese llegado a disputarse aquí, como estaba previsto, en vez de mudarse a Los Ángeles, como sucedió, hemos de decir que el juego que no se realizó en nuestro país resultó ser tremendo: un 55-51 de los LA Rams sobre los Kansas City Chiefs, con circo aéreo incluido del entonces floreciente Jared Goff y la promesa dorada que era ya Patrick Mahomes. Entre ambos sumaron diez touchdowns y casi 900 yardas por aire. Vaya filete de primera que nos perdimos por una mala organización.
Pero hay recuerdos mejores que esos. El primer juego oficial de la liga en la Ciudad de México se realizó en 2005 y, curiosamente, estuvo protagonizado justo por los dos equipos que se verán las caras este 21 de noviembre. En aquella ocasión el marcador favoreció a los de Arizona por 31-14 sobre San Francisco, ante un entradón de fábula de más de cien mil personas. Ese éxito enorme convenció a la NFL de que había un futuro muy lucrativo para el deporte más allá de las fronteras de EU.
Tuvieron, sin embargo, que pasar más de diez años para que a los mexicanos nos dieran otra fecha del calendario regular. Sucedió en la temporada 2016, de nuevo en el Azteca, ante otros favoritos del público mexicano como los Raiders (entonces todavía de Los Ángeles), que vencieron 27-20 a los Houston Texans (otro equipo con cierta simpatía por razones migratorias entre muchos nacionales). Un año después, sin embargo, los propios Raiders fueron vapuleados 33-8 por los Patriots de New England, al frente de los cuales lució como toda una estrella el mismísimo Tom Brady, ovacionado por miles de gargantas nacionales.
Siguió de allí la cancelación, pero en 2019 la liga programó otro juego más en el Azteca, esta vez protagonizado por los Kansas City Chiefs, que derrotaron 24-17 a Los Angeles Chargers en un duelo parejo, ríspido y de vaivenes. Sobrevinieron, después, los años de la pandemia del Covid-19 y la liga prefirió recoger amarras y no arriesgarse con eventos en el extranjero. Los estrictos protocolos impulsados por la propia liga y la Asociación de Jugadores complicaban al extremo un traslado internacional.
En fin. Eso quedó atrás. Ahora tendremos de nueva cuenta la oportunidad de disfrutar en persona de aquello que miles (o millones) de nosotros solo hemos podido ver por televisión. Ojalá sea un partido para recordar.