Con un récord de 7-2 los Baltimore Ravens han igualado el mejor inicio en la historia de la franquicia. En una de las tres ocasiones anteriores en que lo hicieron terminaron ganando el Super Bowl (2012), mientras que en las otras dos (2006 y 2019) sufrieron sendas prematuras derrotas en playoffs. Aunque el juego del ataque, y en concreto del quarterback Lamar Jackson, merecen todo tipo de cumplidos y análisis, hoy quiero enfocarme en el otro lado del balón, en su defensa. El coordinador de segundo año, Mike Macdonald, tiene a su unidad jugando el mejor football de la liga pese a no contar con uno de esos jugadores diferenciales tipo Myles Garrett, Micah Parsons, Aaron Donald o T.J. Watt. Su nombre está en las quinielas de principales candidatos para ser futuro head coach, tan pronto como en 2024. Veamos qué hace de su defensiva la número uno de la competición hasta el momento.
Cuando no dispones de ese elemento trascendental, ya sea en ataque o defensa, tu esquema debe crear situaciones favorables para que el bloque sea capaz de compensar la brillantez individual de una súper estrella. Los Ravens lideran la competición con 35 sacks tras nueve encuentros. Lógicamente, más de una vez estos big-plays han llegado a partir de una gran jugada de un defensor que gana su emparejamiento uno contra uno. Sin embargo, cada jornada estamos viendo cómo los diseños de rush de Macdonald y sus asistentes son los que elevan el juego de sus pupilos. Un buen ejemplo de esto que os comento sucedió en el primer sack sobre Geno Smith del pasado domingo. Seattle va a reforzar su protección al quarterback dejando dos hombres extra en el backfield, el runningback Zach Charbonnet y el tight end Noah Fant. Baltimore va a ir al rush con cinco hombres, es decir, se va a encontrar en una desventaja numérica de siete contra cinco, pero, incluso así, el esquema de la defensa va a facilitar que gane la batalla.
Observad cómo el frente de los Ravens muestra una sobrecarga de tres hombres en la línea a la izquierda del center rival. En el otro lado queda el outside linebacker número 50, Kyle Van Noy, en técnica-9. Entre medias encontramos al inside linebacker, Roquan Smith, incrustado en la línea en técnica-3 sobre el guard derecho rival. Es una formación defensiva muy habitual en la NFL de hoy día, y que por ejemplo solemos ver con los San Francisco 49ers y Fred Warner. El caso es que Smith no va a presionar, sino que retrocederá en cobertura. En su lugar será el otro linebacker, Patrick Queen, el que vaya al rush, pero lo bonito de la jugada es que lo hará realizando un “stunt” con el nose tackle número 58 y a su vez con el defensive tackle número 92, quien también formará parte del juego. Este último, Justin Madubuike, retrasará su presión de inicio para dejar que sus compañeros (los “pickers”) le limpien el camino a él, que pasará a continuación por detrás (el “looper”).
Con la acción en marcha vemos como la ausencia de Smith en el rush obliga al guard derecho a ayudar al center en su bloqueo contra el nose tackle, que ataca con fuerza el gap-A para ir generando espacio para su compañero por detrás. Los bloqueadores extra de Seahawks, tanto runningback como tight end, se enganchan con el “rusher” que no estaba asignado de inicio en el patrón de bloqueos, el linebacker Queen. Esto deja a Madubuike en principio con un emparejamiento favorable contra el guard izquierdo Damien Lewis, quien se ve completamente obstaculizado por el perfecto sistema defensivo de los Ravens. El defensive tackle tiene el camino libre para lograr su sack 7.5 en la campaña.
Para completar el círculo en una maestra jugada defensiva de los chicos de Mike Macdonald, fijaros como la caída zonal de Smith empareja perfectamente con la ruta “caliente” de Smith, que es el receptor del slot en este caso. El quarterback se ve obligado a aguantar la pelota porque su primera lectura está inutilizada y esas décimas de segundo extra son lo único que necesita Madubuike para cazar al quarterback. Otro ejemplo más de lo que comentamos muchas veces que hacen las mejores defensas, casar su sistema de ataque al quarterback con el juego de cobertura por detrás.
Estas defensas con tres jugadores de línea defensiva muy pesados y cuatro linebackers por detrás, usando los exteriores como defensive ends en diferentes situaciones y a los interiores en juegos de blitz con los tackles, son muy de la escuela de Bill Belichick, desde su etapa en los New York Giants de los ochenta bajo los mandos de Bill Parcells. En ese sentido, hay que destacar el trabajo del entrenador de outside linebackers, Chuck Smith, un ex jugador profesional (58.5 sacks a lo largo de su carrera en Atlanta Falcons) que fue contratado esta pasada offseason por el head coach John Harbaugh pese a no haber realizado los habituales pasos para ser entrenador en la NFL. Desde su retirada, Smith ha desarrollado un programa de práctica del pass-rush que han utilizado muchos jugadores y entrenadores profesionales y de college. Apodado el “Doctor Rush”, ha colaborado en diferentes training camps a lo largo de los años hasta que finalmente ha recibido esta oportunidad con los Ravens.
En el momento de su contratación Harbaugh afirmó que “Chuck trae una singular visión, experiencia y pasión a los Ravens, y estamos seguros de que tendrá un inmenso impacto en nuestro grupo de outside linebackers”. Ciertamente, Smith está dejando huella en esta defensa y lo está logrando con las bajas de algunas de sus piezas más importantes, como son Tyus Bowser y David Ojabo. El veterano Kyle Van Noy firmó a finales de septiembre y en apenas seis encuentros ya ha registrado cinco sacks. Otra incorporación veterana al grupo fue la de Jadeveon Clowney, quien gracias a los esquemas de Macdonald y el coaching del “Doctor Rush” está revitalizando su carrera. Contra los Seahawks, el ex número 1 del draft mostró una cara que hacía años que no veía, atacando el juego terrestre desde el backside con explosividad y siendo pieza clave en el pass-rush. Sigue manteniendo la fuerza en el “bull rush” que nos tenía acostumbrados, pero se le ve mucho más ágil y ligero.
La defensa de Mike Macdonald no solo recuerda a las de Bill Belichick. Otra de sus fuentes de inspiración es Dick LeBeau, histórico coordinador defensivo de Pittsburgh Steelers y Cincinnati Bengals. Sus defensas “zone blitz” son muy utilizadas en estos Ravens. Para ser concisos, en esa estrategia defensiva se trata de confundir a la ofensiva rival variando los puntos de ataque del rush, utilizando jugadores en el blitz que no se esperan en un primer momento y mandando en cobertura a otros, generalmente hombres de línea, en su lugar. En el duelo contra Seattle vimos el último ejemplo de “zone blitz” de estos Ravens, pero con una vuelta de tuerca con el sello Macdonald. En una situación clara de pase, Baltimore alinea cuatro hombres en la línea defensiva y un solo linebacker en la caja, Roquan Smith. El otro linebacker, Patrick Queen (círculo rojo), está en el slot, en principio con asignación de cobertura sobre un wide receiver. En realidad, Queen irá al rush, y su lugar lo ocupará el safety de ese lado (círculo verde). Si os fijáis pre-snap, el safety aparece por detrás en la misma línea del linebacker, un indicador claro de blitz, pero normalmente esto se utiliza con la combinación safety-slot cornerback, no con una de safety-linebacker, por lo que la ofensiva está menos preparada para la ocasión. En el otro lado de la defensa tenemos al outside linebacker nº 99, Odafe Oweh (círculo amarillo), que retrocederá en cobertura, completando la acción de “zone blitz”.
Desde la toma de la end-zone vemos como la amenaza de Smith (círculo azul) para el blitz obliga a la línea a realizar un “slide” hacia su izquierda a modo de prevención, quedando el tackle derecho aislado contra Clowney, quien está en técnica-9. El peligro viene en realidad camuflado desde el otro lado. Queen realiza el timing tan bien que apenas a décimas de iniciarse la jugada todavía no está en el campo de visión de la realización televisiva.
Una vez que la jugada se pone en marcha vemos como Oweh (círculo amarillo) cae en cobertura y Smith no entra al rush, lo que deja a cuatro hombres de la línea de ataque contra solo dos defensores de Baltimore. En cambio, el tackle derecho se ve en inferioridad numérica, pues a su asignación original de Clowney se une la del blitz de Queen. Entre dos aguas, el tackle es incapaz de bloquear a ninguno y el linebacker entra impedido hacia el quarterback, quien además no puede completar el pase rápido pues el safety ha cubierto a su compañero que entró al blitz. Otra brillante estrategia del entrenador Macdonald.
Acciones como ésta, en la que finalmente entran cuatro jugadores al blitz, no computan en la estadística como blitz, por eso Baltimore ocupa a día de hoy la posición 29 en ratio de blitz (23.2% según Next Gen Stats). Sin embargo, para muchos analistas, el más importante en mi opinión, Greg Cosell, sí son a niveles efectivos contabilizadas como blitz. Así que sin llegar al nivel de “locura” de su predecesor en el cargo, “Wink” Martindale, las defensas de Mike Macdonald han de ser consideradas como agresivas. Y no lo hace únicamente con sus jugadores del front-7, la utilización de los componentes del back end es igualmente apasionante y serían merecedoras de otro artículo por separado. El safety Kyle Hamilton llegó a realizar hasta tres sacks en un único encuentro a primeros de temporada. Todos los jugadores de la unidad están dando un paso adelante en sus carreras, quizás nadie más que el safety Geno Stone, quien está supliendo la baja por lesión del titular Marcus Williams de tal forma que podría acabar siendo incluido en el equipo del Pro Bowl a su ritmo actual. No solo es que lleve seis intercepciones para liderar la NFL, es que está siendo capaz de firmar acciones tan brillantes como ésta:
En resumidas cuentas, Mike Macdonald tiene a la defensa de los Ravens jugando como un bloque impenetrable. Con un calendario de segunda mitad de año realmente demoledor, Baltimore seguirá necesitando de más actuaciones como las que ha conseguido hasta ahora. De ser así, tendremos un claro contendiente al título cuando cambiemos el calendario a 2024.