Skip to main content

My call: "Bill" Parcells, el resucitador

Brillante y ganador. También arrogante y terco. Un resucitador de equipos. Eso es Bill Parcells. Es uno de los head coach más respetados de la NFL, mentor de Bill Belichick; otro entrenador brillante, ganador, arrogante y terco. El éxito los hermana. Los New England Patriots también.

Tenemos que comenzar esta historia contando que Parcells no se llama Bill. En realidad es un apodo que adoptó cuando era estudiante porque no soporta su verdadero nombre.

La carrera de Bill Parcells como entrenador comenzó y terminó en la Costa Este de Estados Unidos. Las puertas de la NFL se le abrieron con los New York Giants como coordinador defensivo al lado de Ray Perkins. Tras un efímero paso con los Patriots como entrenador de linebackers, Parcells volvió en 1981 con los Giants y heredó el trono de head coach dos años después, cuando Perkins se marchó al futbol colegial. Era 1983, y el imberbe entrenador osó mandar a la banca al quarterback Phil Simms. Lo pagó caro con un récord de 3-12-1 que por nada y le cuesta el trabajo. Parcells enderezó esa nave que naufragaba y comenzó a enseñar sus cualidades, sobre todo defensivas.

La recompensa no tardó en llegar. Logró tres temporadas ganadoras consecutivas, incluida la de 1986 (14-2) cuando los New York Giants ganaron el Super Bowl XXI por 39-20 a los Denver Broncos. La defensiva del equipo neoyorquino era una aplanadora compuesta por el mejor linebacker que ha vestido un uniforme en la NFL: Lawrence Taylor, quien estaba acompañado de Carl Banks, Harry Carson y Leonard Marshall. La ofensiva se gestaba en la chistera de Phil Simms. Eran los Giants del pateador mexicano Raúl Allegre y de un grupo de muchachos que hasta entonces pensaban que con ese equipo nunca serían campeones. Ese triunfo, cosechado en el Rose Bowl de Pasadena, California, tiene el toque especial de que fue la primera vez que un head coach recibió un baño de Gatorade. El nose tackle Jim Burt levantó el contenedor de la bebida hidratante y se lo echó en la espalda a Parcells, un ritual que llegó para quedarse.

Fue el primero de dos anillos de Super Bowl que Parcells ganó con los Giants en las ocho temporadas en las que fue su head coach. El segundo título llegó para la campaña de 1990 en el Super Bowl XXV que los fanáticos -y los propios integrantes de los Buffalo Bills- todavía recuerdan con lágrimas. Los Giants tuvieron una campaña espléndida de 13-3 y derrotaron en la final de la NFC a los San Francisco 49’s de Joe Montana. A Phil Simms lo habían perdido al final de la temporada por una lesión, así que el quarterback suplente, Jeff Hostetler, y el corredor veterano Ottis Anderson le sacaron las castañas del fuego a su head coach.

La escena del SB XXV es de las más icónicas porque pasó lo impensable. Los Bills tenían en la pierna de su pateador Scott Norwood el camino a la gloria con el marcador 20-19. En la última jugada del encuentro al que le quedaba un segundo en el reloj, Norwood intentó el gol de campo de 47 yardas que se fue cargado hacia la derecha. Fue la primera de las cuatro derrotas al hilo que marcaron a los Bills de los noventa.

Parcells se fue de la NFL después de ese triunfo debido a los problemas de salud que acusaba, principalmente en el corazón. Con él, los Giants ganaron tres títulos divisionales (1986, 1989 y 1990) y tuvieron récord de 8-3 en la postemporada. Durante su ausencia de los emparrillados incursionó como analista en los juegos de la cadena NBC. Los Tampa Bay Buccaneers y los Green Bay Packers coquetearon con él. A ambos les dijo que no estaba interesado en volver.

Pero el retiro de Bill Parcells no duró nada. En 1993 fue el head coach que llegó a los New England Patriots para decirles levántense y anden. Venían de una desastrosa temporada de 2-14 y seguían siendo el eterno equipo en reconstrucción. Parcells los fue a traer del inframundo. La mejor de sus cuatro temporadas con New England fue la del Super Bowl XXXI que, paradójicamente, perdió (21-35) ante los Packers de Mike Holmgren, el hombre que sí aceptó el trabajo que Parcells rechazó.

Bill Parcells salió de los Patriots en 1996 después de una confrontación pública con el dueño Robert Kraft. Su inolvidable frase bien podría ser su epitafio: “Si quieren que cocines la cena, al menos deberían dejarte comprar algunos de los comestibles”. Esa declaración fue, literalmente, su tumba. Tiempo después el coach reconoció que fue terco y necio, que pudo haber tomado con mayor serenidad las diferencias que tenía con Kraft.

De su paso por New England Bill Parcells se llevó el apodo The Big Tuna. Él mismo lo contó en una entrevista con The New York Times. Los jugadores estaban bromeando con él y ´les dijo: ¿Creen que soy Charlie the Tuna, como un tonto? “Después de eso, me llamaron Tuna. Lo que mucha gente no sabe es que ‘Tuna’ es sólo otro apodo, igual que ‘Bill’”. Charlie the Tuna era un dibujo animado que servía para anunciar en televisión el atún Star-Kist.

El resto es historia. Bill Parcells entrenó a los New York Jets y a los Dallas Cowboys, y después cambió el campo por el trabajo de oficina. A los Jets también los levantó de entre los muertos: tuvo una temporada de 12-4, la mejor del equipo, y los metió a la final de la AFC que perdieron ante los Broncos que eventualmente ganaron el SB XXXII. Lo dicho: Bill Parcells es un resucitador.