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NFL salvaje: la entrega de poder

Todos, absolutamente todos, tenemos cierto ego y aprecio por nosotros mismos. Cualquier cesión de lo que es nuestro siempre conlleva un interrogante. El problema no es ver en corto, es ver a lo lejos. Siempre debemos ceder cosas en nuestra vida, sean personales o laborales. Decidir cuáles y a quién, debe ser la pregunta.

Desde que Nick Sirianni se hizo cargo del equipo, Eagles tiene un sistema de juego muy definido y va a ir con él hasta el final. Se le fueron los dos coordinadores, ofensivo y defensivo, y no es fácil de asimilar, pero el planteamiento con Jalen Hurts sigue siendo el mismo, hacer lo que conviene en cada jugada y la decisión está en él. No hay mayor cesión de poder en la NFL de un HC a un jugador, que lo que se da en las RPOs y en las Zone reads. Todas estas jugadas que contemplan una opción de pase o carrera, y por dónde dirigir los movimientos, son tomadas por el quarterback. Saber si tu quarterback tiene esa capacidad de decidir según la situación, parece vital. En estos casos se hace imprescindible una confianza ciega del staff en quien va a tomar decisiones dentro de un partido, pero por otro lado está lo que quizá sea más importante es saber si ese jugador puede tomar las decisiones correctas, si tiene esa capacidad decisión y hacerlo de forma certera. Nick Sirianni no tiene dudas con Jalen. Aquella frase de Benedetti se da plenamente en la NFL: “Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas”. Y es que ante cualquier oposición cambiante debe haber cierto margen que permita al quarterback, más allá de audibles o checks with me, dar una respuesta a la nueva oposición planteada por el rival. Dos son los elementos que en cualquier deporte conforman ese proceso de valoración en plena competición. Por un lado, el factor cognoscitivo, formado por el conocimiento de lo que percibe el deportista, de la situación que le rodea, de la dificultad a afrontar. Este elemento está integrado por un fundamento perceptivo que es básico para el segundo factor, el decisional, el volitivo, la toma de decisiones en función de aquel conocimiento, de aquella percepción. Una mala percepción de la situación, de lejanía de peligro, de menos rivales que le rodean, de proximidad de compañeros, condiciona una decisión más o menos acertada. De lo que no cabe duda es que Hurts tiene una capacidad de decisión más que correcta. Se podría decir que Sirianni ha acertado con la entrega de poder, con la cesión de soberanía y de mando en el juego. Ante esto, y cuando tienes un equipo que toma las decisiones según la oposición rival en no pocas ocasiones, lo que genera son tendencias de juego dentro del mismo partido. Cuando provocas tendencia por la que corres con tus running backs o con tu propio quarterback de forma ,más o menos regular, y ejecutas pases a la flat, rutas cortas y screens, al final lo que provocas es un acercamiento de la secundaria rival a la caja, de los Lbs y de una falsa confianza en que todo se decide en la zona de influencia de la LOS. Estas tendencias, bien empleadas, hacen que, en cambios de juego, pueda obtenerse el éxito en un partido, siempre dentro del control y correcta ejecución. Philadelphia genera muchas dificultades para defender, porque sus opciones son muchas. Aquí Eagles genera tendencias para provocar a posteriori, eliminando a los safeties de la ecuación, dejar en 1x1 a los receptores:

Como alguien que sigue College Football, lo he mencionado muchas veces, me cuesta criticar a un jugador venido de la universidad en sus dos primeros años. Tardes-noches de viernes y sábados, ver a chicos que se “parten” el pecho sin ganar un peso (hasta contratos N.I.L.), me producía una empatía más allá del mero entretenimiento de lo que genera el Football. Con Justin Fields no iba a ser una excepción. A mí, este chico me gustaba en Ohio State, con un juego de pase predominante, pero en el que también tomaba sus riesgos. Recordemos , expulsado por taunting, en las semifinales por el campeonato nacional de 2020. Para aquellos que no lo siguieron en su etapa universitaria puede ser útil para comprender su situación, ver el siguiente cuadro de estadísticas de pase/carrera en su periplo universitario:

En la NFL, seleccionado por los Chicago Bears en el draft de 2021, Fields se ha convertido en otro jugador. La carrera ha pasado a ser un elemento fundacional de su rutina competitiva. La duda surgía al principio sobre si este tipo de juego, -del escape constante del pocket, de no guardarlo y casi, sentirse incómodo en él- tenía su origen en una necesidad o en una imposición dentro del esquema de juego empleado por Eberflus. Procedería preguntarse si en Chicago se está adaptando el jugador al sistema del HC o bien se está cambiando el sistema para adaptarlo al jugador; pregunta absurda viendo lo que está ocurriendo. El sistema para Chicago, está por encima del quarterback y no sé si eso es lo mejor considerando que tu juego ofensivo dependerá de él. A la vista de todo, apunta a que el juego deseado por Eberflus, parece estar compuesto por esos esquemas que tanto están de actualidad -que no nuevos- para que el Qb decida según la situación, considerando los atributos de Fields, capacidad atlética, brazo y elusividad. Esto que ya comentamos con Hurts, hacer impredecible cualquier acción a la defensa dotando al quarterback de ese poder decisión, no es algo automático, como una tarjeta de datos que la introduces y comienza a funcionar. Depende de la capacidad humana de la toma de decisiones, pero, sobre todo, de la percepción que uno tenga de la situación, esto es, del elemento cognoscitivo del que antes hablamos para que, entonces sí, decidir correctamente en la mayoría de las situaciones donde entra en juego la voluntad humana. Esto no parece funcionar en Fields. Ni procesa rápido para este tipo de juego, ni toma las mejores decisiones para el equipo. Su percepción de cada situación no siempre es la correcta, la de minimizar daño e incluso ganar terreno para el equipo. Esto que describo sucede mucho más de lo que sería deseable. Cierto que el staff en el game plan tampoco ayuda. No quiere decir que no pueda ejecutar pase o que no lo haga, al contrario, lo hace en ocasiones, y sale bien. El problema es la regularidad, la constancia de una ejecución con sentido en el liderazgo del ataque. Su mala toma de decisiones en la retención de balón cuando no debe hacerlo, daña al equipo y es algo palpable sin necesidad de ver al ALL22. Sirva este clip, de ejemplo:

El verso libre

Micah Parsons, el Edge rusher de los Cowboys, está en otro nivel ahora mismo. Nivel, no tanto de producción, que también, aunque más igualado (e incluso peor como luego se verá) a otros en esta faceta estadística, sino en la búsqueda de soluciones defensivas. Su desempeño como Linebacker y Edge desde College, le da otra dimensión a su juego. No, nunca ha sido un tipo disciplinado en el gap ya desde Penn State. Las asignaciones no han ido con su juego. Él es un jugador de instintos, lo ha dicho en otras ocasiones y eso se transforma en algo totalmente imprevisible para la ofensiva. Pero no transformemos esto en un chico poco cerebral que se guía por su naturaleza; a esto hay que unir una muy buena lectura de la de la línea ofensiva cuando se trata de advertir sus debilidades o deficiencias convertidas en gaps no cubiertos, errores en los movimientos, etc… Esta jugada, una de las defensivas de la semana, que bien pudiera ser un stunt normal, como sucede en cientos de movimientos defensivos, es algo más. Cuando alinea en lo que parece un 9 tech para llegar por el exterior y ver como los linieros se juntan demasiado hacia su lado, nos sorprende con un swim move por el que evita entrar en contacto con el Tackle ofensivo de su asignación y se pasa por el aro del triunfo a los tres linieros que enfrenta. Algo que solo una gran capacidad atlética unida a esa visión de lo que sucede en la OL y tras ella, destroza cualquier plan ofensivo. Su movimiento es élite:

Este tipo de jugadores que dependen de sus instintos, tienen otros problemas. El hambre. Son dependientes de él. Este puede provenir de amasar la mayor cantidad de dólares posibles para su nuevo contrato o por querer ser el mejor de la liga; ese ego funciona en algunos jugadores aunque no en todos. Otros, como Nick Bosa o TJ Watt, son rushers que, no exentos de instintos aunque no tan desbordantes como Parsons, sí basan su éxito en una depurada técnica además de su capacidad atlética. Esa técnica, más rica que la de Micah, es posible que les dé mayor duración, no lo sé, al final cuando empieza a fallar lo aleatorio o instintivo, acabas tirando del conocimiento, y esto es difícil de sustituir. En algún momento Parsons no será tan determinante, al menos, tan a menudo como ahora. Lo decidirá él. Veremos si tendrá que ver con su nuevo contrato o con, simplemente, el paso del tiempo. De momento, es una fuerza imparable.

Los carriles que se diluyen

Aquel mantra -que yo mismo he sostenido en no pocas ocasiones- por el que, el juego de carrera depende de la Línea Ofensiva, ellos son los que crean los carriles y por donde debe correr el running back, desaparece cuando corredores como Bijan Robinson o Saquon Barkley deciden romper los partidos o, cuando menos, sostener a sus equipos en ellos. Sigue habiendo jugadores diferenciales en la carrera, que consiguen más que los demás, más que las yardas previstas en el game plan y que cambian el encuentro. Corredores que deciden los partidos, como en esta semana. Ambos lo hicieron contra Green Bay o Arizona.

En esta acción, Bijan Robinson se carga cualquier teoría sobre el juego de carrera y rompe cualquier planificación defensiva por parte de Green Bay contra el avance por tierra. De nuevo lo imprevisible se hace más complejo de defender. Aquí vuelve a haber cierta entrega de poder, como sucede en las carreras de zona a favor de los running backs. En ellas el corredor tiene todo el poder, él decide por dónde y cuándo:

Por otro lado, Saquon no quiso que NYG dejase el partido. Estas dos acciones son propias de un jugador por encima de un running back. No es un running back, es un game changer, es un jugador que recibe para anotar o mover cadenas, que corre y hace creer al equipo. Dos jugadas extraordinarias que nada tienen que ver con el plan, con los papeles, Saquon es capaz de romperlos y hacer que el partido gire:

Una lástima su lesión. La NFL es salvaje, y ni los mejores, los más atléticos o más rápidos se salvan de ellas. El problema es que se empieza a convertir en constante. Ojo.

La responsabilidad del Qb

Que Josh Allen está jugando con su físico, no es algo nuevo. Es un quarterback que tiene una capacidad atlética indudable y debe usarse para mover cadenas. Pero me preocupa, como supongo que a muchos, empezando por su staff, sus repetidas prolongaciones de la jugada. Muchas son las veces que viendo cuando gana el primer down no opta por salir por la banda o hacer el qb slide. Esto que lo vemos a menudo, aun puede empeorar cuando lejos de mantenerse en pie, intenta saltar rivales. Poco le queda para ir al ruedo, de recortador o de corredor, en los San Fermines. Es peligroso, para él y para Bills. Esto que intenta aquí tanto en la primera como en esta segunda semana, no se entiende, yo por lo menos, ni lo entiendo ni comparto. Aunque pudiera haber salido bien. Ya no es una cuestión de resultado, el fin no siempre justifica los medios y el día que Bills no lo tenga disponible, se tomarán decisiones, ¿por qué no hacerlo antes de que ocurra? 2 Clips:

Herbert – Cousins – Goff

Cuando hablas de los mejores quarterbacks de la liga, el nombre de Herbert siempre está en ese top 5, 6 o 7. Pero en los Qbs hay siempre algo más, aquello intangible para hacer ganar partidos, de tomar las decisiones conducentes para ello. Brady ha sido un ejemplo de eso. Sin tanto talento de pase como otros, desbordaba en talento decisional. Justin lleva en los últimos 4 partidos: 1.130 yardas, 282,5 yds por partido, 7 TDs, 0 INT y 65,9%. Ha perdido los 4 partidos. Su récord es 0-4. Cuando tienes alguien que pone esos números y aun así pierdes, resulta obligado mirar a la banda. Herbert es capaz de jugadas como esta, pero ni aun así su equipo gana. Esto que hace no está en ningún libro, es algo extraordinario, de nuevo es algo impredecible, solo cabe disfrutarlo:

Kirk Cousins está jugando su mejor football en estos dos partidos, con un jugador élite a su lado como Jefferson, uno top en su posición como Hockenson y otro rookie que apunta alto tomando la vertical, J.Addison. Está sabiendo mover al equipo, pero no gana. Lo que sucede con la moneda de cara y cruz. Año 2022 vs. 2023 (inicio). Antes la tostada caía del lado del pan, ahora cae del lado de la mantequilla. Que nadie se preocupe, todo se corrige, todo.

Goff por su parte, completa un 80% en 35 pases, pero su entrenador no le favoreció. Rendir los cuartos downs, no ir a por el partido en su momento clave y otras decisiones, no ayudaron, pero él sigue ahí, a pesar de una interceptación y cuando llegaba para batir el récord de Aaron Rodgers, 402 pases sin interceptación. Goff alcanzó la cifra de 383 pases, cifra nada desdeñable. Buen número y clave en la segunda mitad de la temporada pasada y comienzo de esta. Cuidar el balón no es una cuestión baladí.

El Concepto de la semana: Jalin Hyatt y el Yankee

Empezar el tercer cuarto cuando todo está perdido con un concepto de lectura vertical puede ser una opción cuando cuentas en tu equipo con un receptor que vaya bien en profundo. Estos conceptos hi-lo donde parten de rutas contrapuestas, son excepcionales para, por un lado, romper dinámicas y por otro, aprovechar una amenaza profunda. El Yankee concept está compuesta de 2 rutas que tienen su origen en lados opuestos.

1- Ruta Deep cross over – Ruta engaño para bajar al Safety.

2- Ruta Post – Ruta Objetivo

Es un combo para gran yardaje buscando crear conflicto en el single/free Safety. Obligar al Safety a decidir será la clave de este concepto abandonando la ruta opuesta. Lo interesante en es que el safety más profundo muerda la ruta interior del lado contrario y cuando se dé cuenta de la profunda, ya sea tarde. Aquí Hyatt la corre de manera extraordinaria. Speed release y ya no hay marcha atrás para el Db.

Hyatt es una amenaza y NYG ya lo sabe; el problema es guardarlo y no exponerlo. Quien tiene profundidad y sabe usarla, tiene una ventaja.

Equipos con/sin profundidad

Viendo el Patriots vs Dolphins, te das cuenta de las armas de uno frente a las de otro. Y no hablo puramente de calidad si no simplemente de algo fundamental en el Football, de la profundidad de campo. Hay equipos como Dolphins, que son capaces de estirar el campo vertical y horizontalmente con receptores como Hill o Waddle. Esto hace que los safeties estiren y que los Cornerbacks dejen espacio importante -cushion- con los Wrs o que el rival utilice mucho Split safeties. Esto condiciona enormemente a la defensa. Si lo aprovecha bien, al ataque le permitirá tener mucho éxito con jugadas por la espalda de los Lbs y en screens. La distancia entre secundaria y línea es ancha y permite que no haya mucho jugador en caja para frenar avances desde el backfield. Este es un ejemplo perfecto:

Por el contrario, Patriots no puede estirar el campo en profundo, el acercamiento de las defensas a la presión a Mac Jones y caja, es más efectivo y habitual. Si tú te encoges, el rival se acerca, si eres capaz de estirarte, el rival toma precauciones. Pero pensemos también en otros equipos sin profundidad. Detroit Lions. A la espera de que se reincorpore Jameson Williams, la mayor amenaza es un receptor de slot como Amon-Ra Sr. Brown. Carece de alguien que estire el campo, aun así tiene alguien en la banda como Ben Johnson, su OC, que imagina cosas. Este video que se expone, es una de las salidas que pueden emplear estos equipos para ganar profundidad con posibilidades de éxito al carecer de Wrs verticales que ganen en velocidad o 50/50. A falta de jugadores verticales, buenos son estos diseños:

Cortos:

  • Saints. Su defensa funciona. Va a ser incómodo ganarles, no van a regalar ningún partido. Dennis Allen, su HC, fue su coordinador defensivo cuando mejor funcionó, de 2016 a 2021. Ver a Demario Davis moverse detrás de la Línea es una amenaza a cualquier ofensiva.
  • Seattle. No sé quién los deshauciaba, pero en una plantilla con Locket, Metcalf y Njigba, yo nunca lo haría. El running back de Michigan, Charbonett suma kilos y avance al juego de carrera que ya tienen con K.Walker. Me parece un buen equipo aunque falta algo de imaginación con esas estrellas.
  • Carolina. Fuera Brady Christensen, la OL y la protección al pick n.#1 del draft de 2023 se resiente. Aún así y con estas dificultades, los números son los que son para Young: · 42/71(59%) ·299 yardas de pase ·2 pases de TD ·68.0 avg. Passer rating. Su rating es el más bajo de todos los rookies qbs titulares. Me preocupa. Era un jugón en College. Un jugón.
  • 2 Edge Rushers en 8 cuartos de liga:
  • TJ Watt-: 4 sacks, 8 QB hits, 3 TFL’s, 2FF, 2FR, 1 TOUCHDOWN
  • Micah Parsons: 3 sacks, 6 QB hits, 4 TFL’s, 1FF, 1FR
  • La defensa de Steelers: En su segundo partido mejoró números. 6 Sacks; 4 fumbles forzados; 3 fumbles recobrados; 2 Touchdowns defensivos; 1 interceptación. Esta defensa sí da miedo. Su ofensiva dio pena y la de Cleveland ganó en todo, en yardas de pase, en yardas de carrera y en posesión de balón. Pero el partido lo ganó la D.
  • La desgracia de los running backs: Esta semana han caído por lesión, Nick Chubb, Saquon Barkley, David Montgomery, Jamaal Williams y Chase Edmonds. Esto se une a los de la semana pasada, JK Dobbins, Aaron Jones, Austin Ekeler y Kenneth Gainwell. Ya tienen sus limitaciones para renovar contratos, y como siempre, su facilidad para lesionarse. Hay que replantear ciertas cosas en torno a esta posición.

Esto no ha hecho más que empezar y ya estamos comenzando a adquirir esa frustración de no poder tener todo bajo control. Se me hace imposible seguir a 30 equipos, ojo, como tampoco era posible seguir a 30 jugadores por posición en el draft. Ambas cosas se plasmaban con sobrada seguridad en clasificaciones varias en las RRSS. Habrá que optimizar esfuerzos, seguir viendo lo que nos gusta y sacrificar tiempo. Al final quien sacrifica lo hace para centrarse en singularidades que a la postre nos acaban aportando mucho más. Y es que la NFL es salvaje, pero también es sacrificio. No queda nada. 15 jornadas, Playoffs y la Super Bowl. Con esto por delante, tómenlo con moderación, y lean, lean mucho.