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NFL Salvaje SB LIX: Hurts gana también a su pasado

Aquel 8 de enero de 2018, en el Mercedes Benz Stadium de los Falcons, dolió mucho a alguien en particular. Alabama, la número 4 nacional, venía de derrotar a Clemson, la número 1, en la semifinal de la Sugar Bowl. Por el otro lado, en la Rose Bowl, Georgia hizo lo propio contra Oklahoma, para disputar una final dibujada entre N.Saban y K.Smart, éste último salido del árbol del propio Saban como DC de Alabama hasta 2016. Aquel programa de Alabama tenía a gente como Jalen Hurts de QB titular durante toda la temporada, rankeando a los de Tuscaloosa como tercer programa de la SEC en yardas (2936) y noveno nacional. Nada especial. En la derrota que le endosan a Clemson en la Sugar Bowl de 1 de enero de ese mismo año, completa 16/24 por aire, con 2 TDs y 40 yardas de carrera. Ambas estadísticas bien pudieran ser las mismas de cualquier partido actual del QB de Philadelphia que entonces era Sophomore en el equipo de Mr. Saban. La final por el campeonato nacional estaba servida. Seguro que os suenan a todos nombres que jugaban en aquel programa de Alabama como Damien Harris, Daron Payne, Devonta Smith, Najee Harris, Henry Ruggs III, Josh Jacobs, Calvin Ridley… La NFL se nutre de ellos, la NFL nace en la NCAA.

Pero llegada aquella final, Jalen Hurts completa tan solo 21 yardas en un 3 de 8 en lanzamientos y, eso sí, 47 yardas de carrera. Todo ello en una nula primera parte. Números muy pobres especialmente cuando vas perdiendo 13-0 al descanso, y que motivan la sustitución del bueno de Hurts por Tagovailoa. El resto es historia y apelo a la curiosidad del lector para que se vea aquel partido, fácil de encontrar, donde acaban ganando los de la Crimson Tide 26-23 a los Bulldogs, dándole la vuelta al marcador. Aquel partido decide la temporada siguiente, donde Hurts sería el backup de Tua, jugando solo aquellos 4ºs cuartos, cuando ya todo estaba decidido en los partidos en los que Alabama se paseaba por los campos de la SEC. Ese año junior de Hurts, no hizo otra cosa que estallar en él aquel deseo de jugar en la NFL y que solo se cumpliría si jugaba de titular en algún programa notable, acabando por trasladarse a la Oklahoma al servicio del susurrador de QBs, Lincoln Riley. Esa temporada, Hurts, Cee Dee Lamb y los Sooners llegan a la semifinal, de nuevo en el maldito Mercedes Benz Stadium, perdiendo un 28 de diciembre de 2019, de paliz a(28-63) contra aquella LSU de Burrow, Chase, J.Jefferson, Klavon Chaisson y compañía. En esa Semifinal Hurts completa 15 de 31 pases intentados para 217 yardas, 0 Touchdowns y 1 intercepción, pero por tierra llega a 43 yardas y 2 touchdowns.

En el draft de 2020, justo en abril del año siguiente a aquella temporada, Jalen Hurts es drafteado por los Philadelphia Eagles en segunda ronda, pick 53. En esa temporada, con mucha discusión acaban, él y Pederson, la era Carson Wentz en Philly. Desde que toma los mandos en 2021 en la franquicia del estado de Pensilvania como QB titular, consigue llegar a Playoffs en cada temporada y a 2 Super Bowls, siendo desde esta semana, campeón y MVP en el SB LIX, que será recordado como el Super Bowl del aplastamiento a la dinastía del momento, la de Reid, Mahomes, Spags y compañía, y que nadie la descarte como hicieron con aquellos Pats que perdieron contra los Giants o Eagles, y que volvieron a ganar el Lombardi después de aquellas derrotas.

La historia de esta victoria se escribe y explica a base de derrotas, de la pertinaz persecución de un sueño y por supuesto, de la alea y suerte de caer en una franquicia con la ambición de ganar año tras año componiendo un equipo tan fuerte y con tanto talento, como irreductible en cada partido y a la altura de un Front Office capaz de llenar un roster con tanto talento como ganas por ganar.

El Super Bowl LIX tiene tan poca historia en sus 60 minutos que haríamos muy mal si la entendemos solo como un suceso de un día. Muchos decíamos que el favorito sobre el papel, por temporada, por números y por plantilla era Philly, pero con Mahomes, Reid y compañía, creíamos que Kansas tendría ese factor ganador. Philadelphia cerró el debate desde muy pronto, desde demasiado pronto. Cuando se cierra una primera mitad dejando al rival en solo 1 primer down además de cero puntos, hay algo que supera cualquier razonamiento, y no puede ser otro que un aplastamiento por un lado y una errática actuación por otro. Pero el partido que empezó con errores por ambos lados, no se puede explicar solo desde fallos del lado de Kansas, el partido debe explicarse desde el triunfo en cada envite por las trincheras a ambos lados del balón, de Philadelphia. Si comentábamos en su día que Eagles debía hacer incómodo el desplazamiento de Mahomes fuera de protección, lo cierto es que no se contentaron con ello, se lo hicieron imposible tanto dentro como fuera del pocket. La cara de Mahomes tras la primera mitad era de total y absoluta impotencia. Nadie de esa OL pudo parar nada, ni Smith, ni Thuney, ni Taylor, nadie pudo contener al front 4 defensivo de Eagles que no necesitaba blitz alguno para crear caos en esa derrotada OL. Los 5 de Kansas no podían con los 4 de Philadelphia, eso era un hecho, y Fangio no iba a mandar a más hombres poniendo en riesgo la cobertura frente a Mahomes cuando bastaban 4 para el caos.

Creaban huecos y atacaban a Mahomes por dentro, por fuera del Tackle y por el alley, con un Jordan Davis sensacional en la devastadora labor de colapso de la línea ofensiva de Chiefs y con un Jalen Carter más sacrificado que estrella, pero cumpliendo la labor de despiece del rival. Porque la estrella en esa percusión, fue Sweat, por fuera y contra el Tackle fue incontenible, en stunts y en bull no tuvo oposición. La secundaria de los de Pensilvania no dejaba a nadie libre y Patrick se veía obligado a retener el balón más de lo deseable, y a poco que caminaba en roll outs de derecha e izquierda así como intentando salirse por el centro dentro de una congestión insuperable, era tirado al suelo una y otra vez. No todo fue esa DL, la secundaria hizo una labor gigante tapando cualquier hueco para el pase de Mahomes. Pero sería un error explicar todo desde el lado exclusivo de la defensa, porque el ataque de Kellen Moore, le estaba dando un correctivo a la defensa de Spagnuolo digno de presenciar. Cuando Spags lanzaba blitz, o bien Philly encontraba la carrera outside tackle, o bien el pick del blitz por Barkley que le daba ese segundo extra a Hurts, como aquí:

No había manera, parecía que al bueno de Moore le estaban cantando al oído las jugadas defensivas del rival, como si por algún sortilegio el coordinador ofensivo de Philadelphia estuviera leyendo el play calling defensivo de Spagnuolo. Y por supuesto, no podemos dejar para otro momento esta lectura. Hurts decía antes del partido que encontraría la manera de ganar, que ese era su trabajo y no otro. Poco que argumentar contra tal aseveración que en el partido llevó a la práctica, eso sí con sus 3 segundos completos de rigor bajo la mejor protección de la liga, pero lanzando la primera big play en el primer TD en una Fade a Dotson que rompió por completo a Chiefs, buscando la espalda de Jaylen Watson al que le fue imposible seguir en fase a los receptores rivales. Y es que todo estaba diseñado para Hurts; cuando el pocket estaba bien guardado, él pasaba, cuando Chiefs entraba por el exterior, Hurts corría por el interior. Spagnuolo no encontraba la llave que abriera la puerta de esa maravillosa OL. Era tan difícil entrar en esa protección que solo un fallo clamoroso del propio QB de Philly, al comienzo del partido, daba esperanzas a modo de espejismo, a la fanaticada de la Franquicia de Missouri. Finalizada la primera mitad, solo era eso, una ilusión, el parte de guerra era asombrosamente kafkiano:

Puntos: 24-0; Drives: 7/7; Downs: 13-1 Yardas: 179-23 Posesión: 20 min – 10min; Pases Completados: Mahomes 43% - Hurts: 73%. El absurdo de ver una final por el campeonato de esta forma, donde el campeón fuera apaleado así, no encontraba razón. Ni en defensa ni en ataque.

La segunda parte no fue diferente en su tercer cuarto. Punt y pérdida de down por Chiefs en sus dos primeros drives para la recuperación por Philadelphia que castigaba cada error de Kansas poniendo, en los drives inmediatamente posteriores a esos dos de Kansas, un gol de campo y un touchdown para llevar el marcador a un 34-0 y game over. El resto fue un gesto de maquillaje del resultado por parte de Chiefs bajo el consentimiento de Philadelphia que ceñía al plan de conservar y no errar.

Recuerdo aquellos años de los videojuegos de finales de los 80 y principios de los 90, sea en salas recreativas de juegos o en consolas de Sega o Playstation 1 cuando cada reto era superar al monstruo final de cada etapa, llegando a concluir el mismo con la necesidad de acabar con él, y solo así darías el juego por terminado. Philly venció al monstruo final, a ese que ganaba a todos pero que en esta ocasión no tenía ni armas ni plan ni ejército para derrotar a la que fue, probablemente, la mejor plantilla de la temporada 2024/25. Como dije al principio, la victoria final se escribe con las derrotas de antes, con el banquillo de Hurts en Alabama, con la derrota de Sirianni por estos Chiefs en 2023 con aquel único error del QB de Eagles, a pesar de haber completado un gran partido, pero también aprendiendo de cada derrota y con los planes claros para que aquello no vuelva a suceder, y esos planes incluyen a Howie Roseman, encargado de construir una plantilla impenetrable, para que aquello no volviese a ocurrir.

Kellen Moore no se dejó ir por los cantos de sirena de la Franquicia de la ciudad que acogió su primer Super Bowl; acertó cada paso de Spagnuolo y tumbó cualquier esperanza de Kansas penalizando cada inoperancia de Chiefs, pero el tono del partido, la dirección y el empedrado que puso cuesta abajo la victoria, fue esa defensa extraordinaria de Philadelphia a la que le quedan muchos años de vida por su juventud y por lo equilibrada que demuestra ser. Veremos que sucede en años venideros, si Chiefs vuelve como aquellos Patriots, o si se instaura la propia de Philadelphia. ¿Quién sabe?, esto es la NFL, donde los sueños no siempre se cumplen pero donde todos ya conocen, que el monstruo final es vencible. No vaya a suceder que venga un nuevo monstruo de dos cabezas, de defensa y ataque, que nos arruine la alternativa de años por venir.

La temporada acabó, pero la NFL sigue, no para. Tengan una feliz offseason y mucha salud para verlo.