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NFL Salvaje w16: Netflix, Navidad y la NFL

Muchas veces, para conocer donde estamos, es bueno revisar de dónde venimos. El hecho de la sobrecarga de partidos televisados, de que cada vez haya más lesiones particularmente en la defensa y la sobreprotección del QB, tiene un origen. Si todo lo ponemos en semanas decisivas de unos inminentes playoffs, tenemos el cóctel perfecto. Permítame el lector este recorrido.

Si Pete Rozelle, Tex Schramm y Jim Kensil levantaran la cabeza verían en lo que se transformó el monstruo de la NFL cuya arquitectura del calendario cambiaron a partir de un 15 de enero de 1967... El Super Bowl I, que ganaron los Packers, había atraído a 61.946 espectadores al Coliseo de Los Ángeles, mucha asistencia, pero unos 30.000 menos que la capacidad del estadio. Rozelle, que creció en el área de Los Ángeles, estaba decepcionado. En el vuelo de regreso a Nueva York, Pete se dirigió a Jim Kensil, entonces director ejecutivo, y a Weiss para soltar aquella famosa frase "Nunca más habrá un partido de lucha por el Campeonato en el que no se agoten las entradas". Y nunca lo ha habido. Según Weiss, al comisionado no le gustó nunca demasiado el término "Super Bowl". En los primeros años de Weiss en esas reuniones con el fin de favorecer el mayor acercamiento de público, Paul Brown, entonces propietario y entrenador de los Bengals, fue un duro opositor a los cambios propuestos. Pete Rozelle creó el Comité de Competición en 1968, dos años después del anuncio de que la NFL y la AFL se fusionarían antes de la temporada de 1970. Reemplazó al Comité Normativo, que se formó en 1932 para ayudar a desarrollar las reglas de juego del juego profesional a medida que se alejaba del libro de reglas universitario, que se usaba en los primeros días de la liga. Por aquella época, aunque se retiró como entrenador, Paul Brown siguió siendo presidente y General Manager de los Bengals y mantuvo su puesto en el Comité de Competición de la NFL. El comité estaba presidido por Tex Schramm y, durante gran parte de los años 70, incluyó a Brown, Don Shula y Al Davis. La supervisión del staff estuvo a cargo inicialmente de Jim Kensil y luego, después de que Kensil se fue para convertirse en General Manager de los Jets en 1977, por el nuevo director ejecutivo Don Weiss. El Comité de Competición operaba en un plano teórico diferente, dividido en partes iguales de: 1) sesión de tormenta de ideas 2) el Comité Normativo, y 3) grupo de expertos. Durante los años 70 cambiaron numerosas reglas de las que no voy a enumerar ahora, siempre bajo el lema de Rozzelle: “think league first”.

Además de los pequeños cambios en las reglas, Schramm fue el principal arquitecto de los cambios más importantes. Pero no todas las ideas nuevas surgieron del Comité de Competición. Durante el verano de 1976, Jim Kensil pasó gran parte de su tiempo libre en la mesa del comedor de su casa en Massapequa, elaborando una serie de gráficos y fórmulas que no terminaría hasta el otoño, un modelo para una forma de programar el calendario deportivo completamente nueva. Mientras que anteriormente la liga se había conformado con una fórmula de rotación pura (home & home dentro de la división, más un ciclo de rivales de conferencia y fuera de conferencia que rotarían cada año), Kensil pensó más allá, una forma que no sólo aumentaría el deseo de la liga para enfrentamientos top que todo el mundo querría ver con las consecuencias económicas que ello podría traer, sino que avanzaría la visión presentada por primera vez por Bert Bell a finales de los 40. Este fue uno de los cambios más importantes en la historia y que tiene su repercusión en la NFL actual. En lugar de limitarse a jugar contra otros equipos excelentes cuando la rotación lo requería, esto es, cuando tocase, el calendario de Kensil preveía que los ganadores de división de la liga deberían jugar contra todos los demás ganadores de división. De manera similar, los equipos en cuarto lugar de la liga jugarían cinco partidos contra otros que hubieran quedado en cuarto lugar. Llamó a su plan "position scheduling" y en un memorando sin fecha dirigido a Rozelle, probablemente escrito a principios de noviembre, Kensil se lo acabó remitiendo con una explicación detallada de todo lo expuesto. No fue una coincidencia que la idea surgiera en un momento en que la liga se estaba preparando para discutir una nueva ronda de contratos televisivos. No podía ser de otra manera.

El 5 de noviembre de 1976, Rozelle envió una carta a Art Modell – propietario de los Browns- y al propietario de los Chargers, Gene Klein, antiguos miembros del Comité de Radiodifusión de la NFL, y compartió por primera vez las líneas generales del plan de Kensil. Al exponer el problema del actual sistema de programación y el número limitado de enfrentamientos atractivos, Rozelle escribió: "La mejor solución parecería ser 'apilar' el calendario. Esto se lograría enfrentando fuertes contra fuertes y débiles contra débiles (basado en clasificación del año anterior) para los partidos fuera de división. Aseguraría un gran aumento de partidos atractivos para espectador, pero también nos daría una gran probabilidad de carreras divisionales fantásticas con muchos más equipos que permanecerán en la propia competición, luchando por algo durante más tiempo".

Esta última idea es clave. A su vez, se desarrolló un fuerte impulso en la liga para pasar de un calendario de temporada regular de catorce a dieciséis partidos, reduciendo el calendario de pretemporada de seis partidos a cuatro. El pensamiento de Rozelle era que, en el caso de que los clubes votaran a favor de partidos 16-4 (Temporada Regular – Postemporada), eso significaría, por supuesto, ingresos adicionales por televisión. Y una de las principales objeciones que se oponían a un calendario de temporada regular de 16 partidos, esto es, que los equipos más débiles tenían dos partidos más para fracasar y las trayectorias de equipos terminaban demasiado pronto, se vería solucionada por un calendario así organizado por posición, por nivel, todo según resultados de la temporada anterior.

En las reuniones de primavera de la liga en marzo de 1977, se aprobó el calendario de dieciséis partidos, junto con una forma modificada del calendario acumulado, menos severo que el originalmente previsto por Kensil, pero aun así aseguraba más enfrentamientos atractivos y ofrecía la promesa de partidos más competitivos. Además de un calendario cargado y dos semanas adicionales de partidos importantes de la temporada regular, había otro elemento que la liga ofrecería, una adición ideada por Don Weiss, quien señaló que, en cada una de las tres temporadas anteriores, un equipo con récord de 10-4 no había logrado clasificarse a los playoffs, lo que resultaba un tanto injusto. Al agregar un comodín (wildcard) a cada conferencia, argumentó Weiss, la liga podría sumar un fin de semana adicional de playoffs, recompensar a cada uno de los campeones de división con una semana para que descansen los jugadores y mantener a más equipos en la contienda por los puestos de playoffs más adelante en la temporada. "La idea de paridad o equilibrio competitivo o como se quiera llamar está detrás de casi todo lo que habló la liga durante los años 60 y 70", dijo Weiss. Para tratar de lograr un mejor equilibrio, mantener a la gente en la lucha por más tiempo y cosas así, era lo que se pretendía. La combinación de todo eso y las divisiones más pequeñas y el calendario ideado para hacerlo más competitivo y darles a los equipos más débiles una especie de descanso, todo era parte de lo mismo, claro.

Y el resultado final fue hacer que la liga fuera lo más competitiva posible. Con todo eso sobre la mesa, Rozelle entró en negociaciones para el próximo contrato de televisión confiando en que podría lograr un aumento considerable, aunque había mantenido magistralmente las expectativas bajas, señalando los problemas en la industria y la dificultad que estaban teniendo CBS y NBC para competir con ABC cuya programación en horario de máxima audiencia dominaba la televisión en ese momento. El acuerdo resultante, anunciado en octubre de 1977, sorprendió a todos: un contrato de cuatro años y 576 millones de dólares que el New York Times describiría como "el mayor acuerdo en la historia de la televisión". No se trataba simplemente de que los ingresos anuales por televisión de cada equipo casi se triplicasen, de poco más de 2 millones de dólares a 5,3 millones de dólares. Por primera vez, los equipos de la NFL obtendrían más ingresos por los derechos de transmisión de sus partidos que por la venta de entradas de los partidos mismos. Sin embargo, esto fue sólo la mitad del trabajo. Unas semanas después de regresar de su viaje de pesca con Rozelle, Tex Schramm voló a Hawaii y a la reunión agendada por el Comité de Competición armado con el mandato de iniciar los cambios más radicales en una generación, todo con el fin de favorecer los ataques y la televisión.

Y ahora sí, estimado lector, la vida televisiva actual se entiende mejor, ¿verdad?. Hagan cábalas, crucen datos y saquen sus propias conclusiones. Kansas City Chiefs jugarán en once días, 3 partidos del deporte más duro y eso sí, con grandes contratos de televisión. Tantos partidos en poco tiempo tocó y/o toca a Lions, Packers, Texans, Ravens…Pero esto ya lleva sucediendo años. Las lesiones y pérdida de espectáculo ya no importan porque la NFL se ha transformado en un monstruo tan grande que da igual que le falten piezas, hay otras que las sustituyen y esa maquinaria sigue en funcionamiento. Es un gigante que pisa cabezas, hay demasiado gasto que precisa ser financiado…think league first, recuerden a Rozzelle.

El fin de los finales

Y Chiefs sigue ganando. Da igual como se mire, da igual la diferencia por la que gane, da igual que Mahomes no esté al 100% físicamente, mientras su cabeza esté, la dirección del juego está. El común de los aficionados lo razona diciendo que el QB de Kansas está jugando mal y lo que está sacando adelante es puro azar, suerte. Parece que no se ve a Chiefs ni a Mahomes. Kansas puede dejar cerrado el seed 1 de la Conferencia Americana ganando a Steelers. Pero lo importante es que cuando Mahomes lidera ese equipo en el campo, lo hace sabiendo y conociendo la complejidad de las cosas, aún lesionado y con dolor: “ Si le pido a mi gente, a mis compañeros que hagan un esfuerzo más y juego con dolor, yo soy el primero que lo tengo que hacer”. En este partido se dan dos equipos antagónicos en el manejo del tiempo decisivo en los encuentros importantes, de esos de final de campeonato.

Hay quien sabe acabar partidos, y hay quien no sabe. Partidos como este, los Texans tuvieron varios a lo largo del año. Solo pensar en aquel que tuvieron a Detroit contra las cuerdas, da la sensación de la bisoñez que padecen, aunque aquel fue mucho peor. DeMeco Ryans lo decía al final de partido: “…creo que los chicos lucharon bien, solo nos falta terminar”. Como en todos los deportes, el remate final es lo que el talento y experiencia da. No perder en los estertores de los partidos, saber ganar cuando los jugadores están cansados y la cabeza vuela a territorios más confortables, y por supuesto, hacerlo en partidos importantes, es el santo grial del deporte. Por eso Mahomes está en otro ecosistema a cuya puerta llaman Lamar, Allen y Burrow, pero claro, para eso hay que ganar. Con buenos equipos todos ellos, se les pide que lo lleven a la victoria. Nada más y nada menos.

Las cuentas de la Nacional

Minnesota

Al terminar la temporada 2023, Vikings contaba con un récord global en la NFL de 523–435–11. El mayor récord positivo de la liga entre los equipos que no ganaron un Super Bowl. Si hay algo que Minnesota hace y ha hecho es ganar la gran mayoría de partidos ganables, como esta temporada. Escuchaba el otro día en una emisora americana, perdone el lector si omito algún dato, que de sus 14 partidos (12-2-0) solo se había enfrentado a 2 rivales con récord positivo: Lions con el que perdió; y Houston al que ganó. El resto de los 12 partidos se enfrentó a equipos con récord negativo y 2 con récord 0.00 (Packers y Cardinals). Todo esto dice lo mismo, Vikings es un equipo fiable. Lo que tiene que ganar lo gana. Contra Seattle no iba a ser una excepción. Un equipo paralizado en su evolución, con una OL que no abre pasillos, pero sobre todo con falta de juego de ataque que es bueno no confundir con no tener ataque. No existe separación por diseño de ruta/concepto abusando de habilidad de sus receptores o de lanzamientos 50/50. Y si además te enfrentas a un equipo con jugadores tan buenos en todo su espectro, como Jefferson, Hockenson, Addison o Aaron Jones, todo se tuerce. Esta era la primera bala de Vikings para asaltar el Seed 1 y la ha salvado. Con la derrota de Eagles lo deja todo en su mano. Queda la siguiente, la de Packers. El próximo domingo recibe a Green Bay y los Cheeseheads se juegan mucho. Es la segunda bala que le queda salvar para jugárselo todo en la jornada 18 en Detroit y tener esperanzas para buscar ventaja de campo y semana de descanso. Las cuentas son claras, ganar los dos partidos que quedan. Darnold está haciendo la temporada de su vida, en un gran equipo. ¿Quién no cree?

Detroit

El partido contra Bears fue más un trámite que otra cosa, pero las cuentas, tras esa derrota de Philly son muy claras: Ganar los 2 partidos. Misma aspiración y cuentas que Vikings. Si Minnesota pierde en un divisional muy duro contra Green Bay en esta semana 17, el objetivo es aun más claro: Ganar en San Francisco. Le bastaría ganar uno de los dos partidos que quedan para ser seed 1 de la Nacional, pero claro, ganando en Santa Clara, casi habrá dos semanas de Bye para Lions. La semana 18, contra Vikings, sería para que entren jugadores recuperados con poco ritmo, descansen titulares, y sin presión, poder poner a tono al equipo y que no esté 2 semanas completas sin competir. Gibbs está al nivel que se esperaba agarrando los mandos del backfield, Amon-Ra en su infinita línea de regularidad y Jameson Williams dando profundidad al equipo con la estabilidad que le da siempre su OL. Su defensa es la gran incógnita. Hacen falta efectivos, no hay mucho pass rush. Chicago lo perdona y es posible que estos niners también, pero en un divisional o en la lucha por ganar la Conferencia, la ausencia de capacidad de llegar al QB rival se paga muy caro. El ataque deberá poner, partido tras partido, de treinta puntos en adelante cuando no acercándose a los cuarenta. Menos, será una moneda al aire. Con esto todos ganamos, ver a Ben Johnson desmelenado y a calzón quitado hará de cada partido de Detroit una ruleta de disparos.

Philadelphia

Presentarse en Landover y estar a un minuto de ganar el partido con Kenny Pickett a los mandos dice mucho de esta plantilla. Es un gran equipo, y pese a quien pese, bien entrenado. Que hay cosas que mejorar es indudable, pero el equipo es lo que muestra partido tras partido. Sus trincheras son su fuerza y las pocas lesiones, lo sostendrán en Playoffs si todo va normal, aunque curiosamente fue una lesión la que condicionó el partido. Hay mucho talento en esa plantilla. Todos tenemos la sensación de que, si Jalen Hurts no hubiera pasado por el protocolo de conmoción, Eagles no hubiera perdido el partido frente a Washington. Otra vez Saquon se puso la capa con 150 yardas y 2 TDs. Pickett hizo lo que pudo y hasta donde supo. El seed 1 ya no depende de Philly y necesita que Lions pierda los dos partidos y que Minnesota haga lo propio contra Packers. Difícil.

No quiero dejar de hablar de Jayden Daniels. Un QB rookie que está haciendo las cosas de una manera muy por encima de la que se esperaba. Primer rookie en la historia de la NFL en completar 5 touchdowns y 65 yardas de carrera. Desde Rypien en el 91, la Franquicia de Landover no tenía un QB que completaba ese número de touchdowns. Hay mucho por lo qué sonreír en Washington.

Y dejo para el final a Lamar Jackson y Ravens. El QB no necesitó un partido especialmente productivo contra Steelers, pero de verdad, todos aquí nos sentamos delante de la pantalla para ver algunos detalles que nos deja, a cada partido. Solo le falta aquello que dijimos: Dirigir al equipo para ganar, porque plantilla tiene y entrenador también. Ganar es exigible para él. Respecto a la división tiene un calendario mejor que el de Pittsburgh al que le queda Chiefs y Bengals, pero no está en sus manos.

Pongan la TV, disfruten de lo condensado de las sesiones de NFL, y si la arruga es bella, porqué no una rotura de ACL o Aquiles. Disfruten de lo que queda. Apenas mes y medio. Felices Fiestas.