El afamado escritor y periodista John Carlin, escribía en “El córner inglés” un artículo que titulaba “¡Viva la injusticia!” publicado en el diario El País un 2 Marzo 2011. Traduzca el lector, Fútbol por Football o fútbol americano y tendrá todo el sentido que le queremos dar para nuestro deporte: “Aquel a quien los dioses desean destruir, primero lo vuelven loco (Proverbio griego) –“Quejarse de la injusticia en el fútbol es como quejarse de la lluvia, o de la muerte, o del apetito sexual de Silvio Berlusconi. Ahí están. Es lo que hay. El fútbol sin injusticia no sería fútbol; sería un deporte más. La injusticia define al fútbol como la muerte define a la vida y la lluvia define a los cielos y la lujuria al primer ministro italiano…Las injusticias percibidas en el fútbol se centran en dos elementos: en los resultados (“jugamos mejor y los otros no merecieron el empate”); y, con mayor incidencia de árbitros (“si nos hubiese concedido ese penalti habríamos ganado”, etc.). Estas palabras no se oyen después de un partido de baloncesto o de rugby o de tenis o de golf. El que ganó se lo mereció porque jugó mejor o porque el otro la pifió. Y punto. Y en esta diferencia básica, en la infinidad de interpretaciones que el fútbol ofrece para explicar una derrota o una victoria o un empate, radica el triunfo abrumador del fútbol como pasatiempo global”.
Partimos de justicia en tanto en cuanto nosotros, los mundanos fans de equipos, atribuimos libremente méritos que hace nuestro equipo para entonces encontrarnos ante esa gran pregunta: ¿nuestro equipo ha perdido justamente o merecía más? ¿qué méritos debemos valorar en un partido para deducir la justicia? Ante una derrota de nuestro equipo, solo una respuesta favorable calmaría nuestro ánimo angustiado. Pero créanme, ninguno vale lo suficiente. Todo se ve eliminado, borrado, desvanecido y olvidado con esa frase maravillosa que cae como una losa, como un edificio derruido, como si ya todo ese proceso de construcción de ese mismo edificio o, en nuestro caso, de un partido, no valiese para nada, y además que nos sirve para todo en la vida: “El otro ha sido más eficaz”. ¡Boom!. Dedicaos a otra cosa, no tenéis ni flaca idea. Da igual que un equipo mueva más cadenas hasta el doble que “el otro”, llegue a RZ trescientas veces más que el rival, tenga más posesión y defienda también mejor, porque si ese “otro” completa una big play y/o un par de buenos retornos de un kick o punt, tenemos el monstruo creado que provocará el insomnio del fan además de la necesidad de transcribir esa agonía en redes sociales. Esto actúa como calmante, como un rezo o como una liberación. Que cada uno encuentre su paz donde quiera, en la religión, en la lectura de ficción, una película o en la plancha de casa, cualquier medio es lícito para mitigar el dolor de donde solo deberían venir alegrías. Bastante tenemos con la vida real como para que, el deporte, nos devuelva bofetadas a diestro y siniestro en lugar del olvido de la realidad atosigante.
Y todo esto viene a razón del enfrentamiento Bears@Commanders. Cualquier aficionado que lo haya visto, más allá de los fans de uno u otro contendiente, acabó con la sensación de que, por lo visto en los 4 cuartos, se hizo esa “justicia” meritoria de la que hablamos. Lo cierto es que Commanders ganó en todas las grandes estadísticas: Más yardas totales, más yardas por jugada, más llegadas a RZ y más posesión. Quien cumple esto suele ganar el partido, pero no siempre, lo sabemos, en ocasiones lo hemos sufrido y en otras, disfrutado. A partir de ahí nos podemos engañar con esta o aquella falta no pitada, con que los árbitros van a por nosotros o con la vida porque creamos que siempre nos trae alguna que otra desgracia. Y lo cierto es que el resultado final es cruel por su desarrollo final al terminar con un hail mary, pero en modo alguno es una derrota inmerecida. Además de todo conviene poner en perspectiva lo que tiene Caleb Williams de su lado (DJ Moore, Keenan Allen y Rome Odunze) frente a lo que tiene Jayden Daniels (T.McLaurin, Noah Brown y Luke McCaffrey). El QB rookie elegido con el pick n.#1 del Draft está acompañado de 2 receptores de calidad y experiencia con un rookie de gran talento elegido en el puesto número 9 como Odunze. Y a pesar de esto, nada sale lo bien que debía. Evidentemente hay una OL sospechosa pero mejor que la del año pasado y todo esto sumado a que Caleb es rookie y le faltan cosas que solo da la experiencia como las lecturas presnap, conducen a partidos malos, se gane o no.
En la banda está Eberflus del cual desconozco los méritos acaparados entre la temporada anterior y esta para seguir en el puesto, más allá de una gran defensa, pero de lo que no cabe duda a nadie es que la forma de jugar de la ofensiva es infumable, difícil ver separación por ruta y sí, bastante más frecuente, vemos una separación por habilidad del propio jugador, de llegar a RZ de forma habitual, especialmente contra equipos competitivos, o de alcanzar cierto ritmo de ataque. Lo que evidencia la conformación de la plantilla de Chicago es que juntar nombres de skill players no garantiza ningún gran éxito, al menos no inmediato como no haya un staff competente. Por cierto, en rueda de prensa, el HC de Bears manifestó que daba igual esa jugada anterior al hail mary por la que Daniels gana 13 yardas con pase libre pegado a banda. Que cada uno lo juzgue como quiera, pero al rival no se le da ni agua, y no es lo mismo lanzar un pase con la LOS en la yarda 48 que en la 35 propia. Seguro. A toro pasado todo resulta más fácil de analizar, pero sería una mentira reducir la posible victoria o derrota de Chicago a esos últimos segundos obviando el desastre de ataque que propone. Ahí deben buscar las soluciones, en las formas de hacer, y no tanto en decisiones puntuales. Los fans de Chicago estuvieron a nada de emplear la frase: “ya, pero fuimos más eficaces”. A nada, pero no llegó.
La tortuga: El equipo escondido
Lento pero progresando adecuadamente. Sirianni, lejos de querer ser liebre como estos años, apostó todo a la fábula de Esopo y ser tortuga, a ver si esta vez sale de forma más exitosa. Están en el acople de dos piezas centrales: Barkley en el backfield y sustituir a Jason Kelce con Cam Jurgens. De Barkley ya sabemos qué puede dar mientras está sano. Tiene un talento intrínseco para correr hacia delante, leer protecciones, recibir y progresar en yardas tras primer contacto. Es un gran jugador y cada vez está mejor. De Jurgens me parece que progresa sosteniblemente bien. Cómo se mueve con la OL, la agilidad en los pulls y sus subidas al segundo nivel son marca de la casa y lo que el juego de Eagles pide. Le puede faltar poder en esos movimientos pero ese poder o kilates que ponía Kelce en cada partido es algo que aun está por ver. De momento, en movimientos, da mucho a ese ataque. El partido contra un buen equipo falto de algún talento como Bengals, lleva a Philly a confirmar que su progresión es evidente. Frenaron a un buen Burrow y al ataque de Cincinnati, pero a Philly aun le queda dar un paso más; no hay prisa. A veces la sobrealimentación al fan no es bueno, y cocinar éxitos a fuego lento y saliendo desde atrás es quizá lo mejor. Escondido como el águila del alcázar de Toledo, sin que se hable mucho y sin ser protagonista es el guion de esta temporada. Veremos hacia donde va y a qué punto llega.
La liebre: Camina o revienta
Detroit está en el otro lado de lo que acabamos de comentar y donde estuvo otras muchas veces Philadelphia. Es la liebre de la NFC, líder de la Norte y como los Dalton, en busca y captura. Protagonizando cada jornada con llamativas jugadas, con estrafalarias estadísticas de Goff y compañía o con algún momento simpático del HC que gobierna ese grupo en sus discursos de exagerada emoción. Lions ha subido mucho estos años y la caída puede ser más dolorosa. Ojo aquí con esto, parece que Ben Johnson está desatado y enseñando todo su libreto a diestro y siniestro. Perdieron por lesión a 3 Edge Rushers clave y ponen el acento en el ataque. Si hay que ganar aun encajando 20 o más puntos cada partido, se hace. Como aquel Barsa de Cruyff que ganaba metiendo más que el rival y encajando más goles de lo que cualquier equipo ordinario podía sostener. Detroit está preparando ese camino. De momento no parece haber vértigo en la ciudad del Motor pero harían bien en Allen Park en contratar cuánto antes a alguien para el rush exterior. Actualmente no hay nadie disruptivo en esa posición y se ve a cada partido, incluso en este último contra Titans. Si algo bueno tiene el ataque de Ben Johnson es que todo parece hacerlo sencillo. Pero de lo que fue esta franquicia a lo que es hoy, se ve en los pequeños detalles como los equipos especiales que trituraron a Tennessee. Un dato: finalizado el segundo cuarto, Lions llevaba 42 puntos con solo 6 pases completados de Goff, de los cuales 2 por detrás de la LOS y llevando a cabo solo 13 carreras. Todo se explica desde los equipos especiales. Cuando todas las unidades funcionan, eso te dice que es un buen equipo y bien entrenado. Todo parece en orden, a pesar de las lesiones que le pondrán el límite a este equipo, como a todos.
Vikings y la resaca
Minnesota venía con un rumbo impoluto antes de la derrota contra Detroit. El esfuerzo fue notable contra el equipo de Míchigan, cualquiera pudo haber ganado pero se notó la exigencia para jugar ya, tan pronto, un jueves contra otro equipo que exige a cada partido múltiples lecturas por cómo esconde cada jugada. McVay demanda al equipo contrario movimiento constante y además, recuperados Puka y a Kupp, no hay descanso para la defensa. Todos los equipos que jugaron contra la franquicia de Detroit durante la temporada se van de resaca al siguiente partido, de hecho, el récord contra equipos tras jugar con Detroit es 0-6. Cowboys, que venía del Bye tras jugar contra Lions, pierde con San Francisco y Vikings hace lo propio contra Rams. Minnesota es un buen equipo y se ve a cada partido, pero falta un salto y la afición lo apuesta todo a Hockenson. A la defensa de Flores se le tarda en tomar la medida por los rivales, pero empiezan a hacerlo, ahí toca apretar alguna tuerca, primero Goff y ahora Stafford completaron buenos números contra su desenfrenado blitz y llevan más de 60 puntos encajados en 2 encuentros. Darnold está con buenos números sostenidos partido tras partido, Aaron Jones es diferente y qué decir de Jefferson. Pero no todo es paz, hay un problema con la lesión de Darrisaw. Pierden mucho, pero sobre todo confianza en el backfield. ¿veremos al mismo Darnold? Vikings es un equipo que me deja la sensación de que falta algo de punch en ataque, probablemente algo de juego intermedio constante que mueva y descoloque al rival.
Al otro lado, Titans tiene toda legitimidad para considerar que podrá romper esta continuidad de resaca provocada por jugar contra los de Dan Campbell partido tras partido. Veremos, tengo ganas de ver cómo se desenvuelve contra los Patriots de Maye y compañía aunque venga de una lesión que esperemos que no sea nada.
One play break
Anthony Richardson descansó en una jugada durante el partido contra los Houston Texans y todo el mundo se rasgó las vestidura. Fue presionado en 25 de sus 39 dropbacks, un 64,1%. Fue objeto de 5 placajes, 8 Qb hits, 9 PBU’s y 7 pases que fueron dropados. Esta es una manera de verlo. La otra: Pasar de Payton Manning y Luck a Anthony Richardson es duro. Manning llegó a jugar con la mandíbula rota y ensangrentada, mientras que Luck jugaba y ganaba a los Denver Broncos, con un riñón lacerado y un abdomen desgarrado. Salieron muchas personalidades diciendo que nunca jamás habían visto esto, que el líder del equipo se aparte por un tiempo del grupo es inaudito. El tema es que debemos centrar dicho problema en 2 cuestiones. Partiendo de que está cometiendo muchos errores en el pase y se equivoca en decisiones importantes durante el partido, debemos decidir si es mejor o no que, con un agotamiento que podría estar justificado, fuese mejor mantenerlo y ser perjudicial para el equipo. Por otro, saber si es un tema cierto de cansancio o realmente es una cuestión mental, esto es, lo mal que lo está haciendo sumado al estrés del partido y su importancia. O ambas. Me sumo a esto último. Siempre creí en Richardson como un producto inmaduro, era un prospect por hacer, que llegaba muy crudo a la NFL, no exento de talento, pero que le falta esa experiencia que ahora, a marchas forzadas, está adquiriendo en el profesionalismo. No sé si llevarlo por este camino es lo más adecuado para Indianapolis, pero como siempre digo, cuando mi lejanía es grande, ellos sabrán.
El Partido de América
Un Dallas-San Francisco es un partido de arraigo histórico. De los más grandes si no el más grande que se puede ver en la NFL a nivel de popularidad. Pero se vino sin sus dos estrellas, McCaffrey y Micah Parsons. Al igual que McCaffrey, Parsons es un universo en sí mismo, cuando no está, los planetas y satélites alrededor de él no giran igual. Condiciona tanto el ataque del otro equipo que la tranquilidad para la OL y para el QB oponente es más que evidente. Pero Dallas no está funcionando como un buen equipo, les faltan mecanismos olvidados para improvisar por Prescott pases largos a Cee Dee Lamb, Tolbert o Ferguson. Sin embargo, en el otro lado, con todos los problemas de lesiones, 49ers sí funciona como un equipo trabajado. Con automatismos claros, con su juego de carrera aunque no está McCaffrey, con su forma de alargar jugadas y mover líneas. Funciona como un equipo de hoy, por tierra y por aire. Más de 220 yardas en la carrera y 260 en el pase. Cuando vuelva Christian McCaffrey, no será tarde. Suman cosas siempre, Pearsall, Deebo, Guerendo…Este equipo está hecho para ganar, bien entrenado (guste más o menos) y viene desde atrás, lo que, como dije con Philly, lo hace más peligroso que nunca.
Me llamó la atención que Cleveland se ha convertido en la piedra en la que siempre tropiezan los de Lamar y compañía. La criptonita de Lamar. El equipo de Jameis Winston, que tanto te tira una piedra a la nada, como una post perfecta, tumbaron a uno de los favoritos. Pista libre para Chiefs en la AFC a salvas del aguante de Bills, con un equipo que ataca de mil maneras, sumando jugadores y en especial a Coleman que empieza a dar un paso adelante y que, con Khalil Shakir, las soluciones de Kincaid, sumando a Cook y Ray Davis, deben mantener el nivel para que, si Kansas da alguna oportunidad, poder alcanzar algo difícil a día de hoy.
Se viene una gran semana con un Detroit Lions en Green Bay por la NFC Norte y un MNF tremendo que enfrenta a Buccaneers y Chiefs. Feliz Semana 9.