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Por la cultura: Una leyenda con la latina “ñ” de “Muñoz”

Las lesiones son de las peores pesadillas de un jugador y Anthony Muñoz tuvo muchas en sus inicios, pero el ex liniero ofensivo se repuso de ellas, del dolor, de los rumores y de la incredulidad de las franquicias, hasta convertirse en el mejor tackle ofensivo en la historia de la NFL y ser considerado uno de los grandes orgullos latinos en la liga.

Nieto de un matrimonio de Chihuahua (al norte de México), Anthony nació en California en 1958, y como colegial jugó para USC Trojans tanto futbol americano, como beisbol, aunque al final perfiló más por las yardas que los diamantes…a pesar de que, justo por lesiones, solo pudo jugar 16 partidos en la universidad.

El año 1980 sería la inflexión de su carrera: llegó como 3ª posición del Draft de la NFL y por primera vez las sombras de las especulaciones por sus lesiones colegiales se postraban sobre sus hombros; elegirle era considerado un riesgo por sus problemas de rodilla y pese a ello, los Cincinnati Bengals abrieron las puertas de su campo y le permitieron ser titular en su temporada debutante, hasta escribir su nombre como una leyenda de la franquicia; una tan grande, que si bien los Bengals no han retirado oficialmente el número 78, nunca lo han vuelto a asignar a nadie más, desde Muñoz, que en el apellido lleva el más grande rasgo del orgullo latino en la marcada “ñ” que solo se utiliza en el idioma español.

“Me había perdido tantos partidos que mucha gente me descartó cuando salí de la universidad. Desde entonces he oído que los Jets (de Nueva York) y un par de clubes más se negaron a pasarme cuando estuve a las pruebas físicas previas al Draft. Es un negocio, y puedo entenderlo. Entiendo que pensaran que no era buena idea tomar conmigo el riesgo, desde el punto de vista financiero” dijo Muñoz, en 1985 en entrevista para LA Times.

Anthony fue tackle izquierdo por 13 temporadas y a pesar de que al ser seleccionado muchos dudaban de su situación física, solo se perdió tres partidos por lesión, en las primeras 12 de sus 13 campañas en la NFL. Fue liniero del año en 1981 y 1988 y fue reconocido por la Asociación de Jugadores de la liga con ese honor en cuatro ocasiones (1981, 1985, 1988 y 1989) y fue seleccionado al Pro Bowl en 11 ocasiones, entre 1981 y 1991, año en el que además recibió el premio Walter Payton.

Adicional a su talento en la línea y un gran físico, fue también un gran receptor: logró siete atrapadas para 18 yardas e hizo cuatro TD’s. Jugó dos Super Bowls: el XVI y el XXIII, ambos contra San Francisco y ambos los perdió.

Pero en 1994, en el aniversario 75 de la NFL, fue convocado en el mejor equipo de todos los tiempos de la liga. En 1998 fue inducido al Pro Football Hall of Fame y fue el primer jugador de Cincinnati que lo logró; poco después de este honor, renombraron un parque de su natal Ontario, California como “Anthony Muñoz Hall of Fame Park”.

En 2010 fue 12º en el ranking de los 100 mejores jugadores de la historia (la mejor ubicación para un liniero ofensivo) y en 2022 un panel lo nombró el mejor tackle ofensivo de la historia de la liga. Nada mal para un chico que tenía tan poca credibilidad el día que llegó a la NFL.

“En cuanto a ser una motivación, me rondó por la cabeza durante un tiempo. Cada vez que alguien duda de ti o te sugiere que tal vez deberías intentar otra cosa, surge el deseo de demostrarle que puedes hacerlo. Pero nunca ha sido mi prioridad. Mi máxima prioridad siempre ha sido alabar a Dios a través de mi actuación por el talento y la oportunidad que me ha dado”, confesó el creyente y orgulloso ex jugador latino.