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Purdy y Pickett contra el “Sophomore slump”

La NFL es una liga que no da tregua. Te engulle y te escupe y ni siquiera te da oportunidad de presentar batalla. Y con los quarterbacks mucho más. No será la primera vez que vemos un pasador que despunta en el primer año y a partir de ahí su carrera tiene más luces que sombras.

Eso es lo que conocemos como “sophomore slump”, que básicamente se podría traducir como “bajón de segundo año” y que es especialmente relevante en los quarterbacks. El primer año los equipos se encuentran con una sorpresa y es ya en el segundo cuando tienen vídeo suficiente para, en la posición más importante de cualquier deporte, analizar hasta la más mínima tendencia.

Si un quarterback titular de la NFL arquea un mínimo la ceja izquierda cuando va a pasar hacia el lado izquierdo, el coordinador defensivo rival lo sabrá. Si cuando va a marcar una jugada de carrera, posiciona el pie derecho detrás del izquierdo, el coordinador defensivo lo sabrá. En el segundo año de un quarterback la sorpresa deja paso al talento puro y duro.

Y dos de los quarterbacks que más demostraron el año pasado, Brock Purdy y Kenny Pickett, empiezan su temporada más difícil contra dos defensas que son auténticos cocos.

Pickett en 2022 demostró ser un QB que maneja muy bien las primeras 5-10 yardas del campo, con gran precisión en esa zona y un buen entendimiento de la ofensiva de los Steelers.

Pero es que además en esta pretemporada le hemos visto soltar mucho más el brazo en profundo. Un buen ejemplo de ello fue el partido contra los Falcons. En esta situación los Falcons juegan defensa al hombre con un solo safety profundo.

Cuando Pickett ve el uno contra uno favorable en la parte superior de la pantalla no duda un segundo y aprieta el gatillo. Poco le importa el hecho de que el safety profundo esté totalmente girado hacia ese lado, el pase es una auténtica maravilla y acaba aterrizando perfectamente entre el cornerback y el safety, justo en las manos de Diontae Johnson.

Esa agresividad, esa decisión y sobre todo esa precisión hacen que el ataque de los Steelers pueda ampliar mucho más sus horizontes. Y sobre todo me parece un pase que destacar porque Pickett lo lanza cuando apenas ha transcurrido tiempo en la bolsa de protección, con buena anticipación y evitando así que le llegue la presión. Algo que tendrá que realizar ante un front-seven feroz de los 49ers.

Purdy, en el otro lado, también tiene una prueba de fuego espectacular. El equipo le dio por completo los mandos de la nave aun con su lesión cuando traspasó a Trey Lance a Dallas a cambio de una selección de cuarta ronda del Draft y con todos los grandes contratos que San Francisco ha ido repartiendo su nivel tiene que mantenerse para que este equipo sea contendiente

Todos sabemos que la ofensiva de San Francisco está muy bien construida, que Shanahan es probablemente el mejor entrenador ofensivo de la NFL y que tanto Christian McCaffrey, como George Kittle y Deebo Samuel son auténticas superestrellas de la NFL. Pero este ataque dio un paso adelante el año pasado cuando entró Purdy y cayó Garoppolo y eso fue por algo.

Y ese algo. Ese algo que no tiene Garoppolo, que sí tiene Purdy, y que es clave para la supervivencia en la NFL, es la capacidad de improvisación cuando la jugada se cae. Purdy puede sacar petróleo cuando no hay nada y eso le da a la ofensiva de los Niners una marcha más. Una sexta o séptima marcha que hace ganar campeonatos.

Jugadas como esta con Garoppolo estaban muertas y con Purdy son touchdowns. Y eso, en una temporada larga de 20 partidos puede suponer la diferencia entre ganar el título y quedarte a las puertas.