Una vez terminado el Scouting Combine 2024 los equipos de la NFL tienen una mejor idea de los principales prospectos del próximo Draft en Detroit. Algunos jugadores impresionaron con sus números y mejoraron sus bonos, otros vieron como las cosas no salieron conforme a lo esperado y tendrán que esperar a sus Pro Days para tratar de reestablecerse.
Y luego está Caleb Williams, que está en medio de una vorágine de información que parece no tener final.
Williams, el joven QB que está catalogado como la opción más lógica para ser la primera selección global del próximo Draft, ha sido objeto de muchas críticas, incluso desde hace varios meses. Desde los reportes de que sus agentes le dejaron saber a los equipos que el QB querría acciones en el equipo que lo seleccionara hasta el reporte de que no se sometería a las pruebas médicas del Combine, los temas de conversación no han faltado.
Ahora, es válido preguntar: ¿Qué tan problemático es todo esto para el equipo que seleccione a Williams? Vamos, hemos escuchado y leído de todo: desde que es una pose de “diva” que podría resultar muy contraproducente, que el equipo que lo seleccione se está arriesgando de más, etc.
Pero… ¿en realidad estamos ante un caso totalmente nuevo para la liga? De repente da la impresión de que lo momentáneo nos hace olvidar que situaciones como esta se han vivido en el pasado, y en algunas ocasiones hasta de manera más extravagante. ¿No me creen? Permítanme contarles la historia del Combine de Deion Sanders.
El Combine de 1989
Deion Sanders, jugador que había tenido una extraordinaria carrera colegial en Florida State, fue invitado al Combine de 1989 y era considerado uno de los principales prospectos de ese año. Eso, sumado a la personalidad de Sanders, hizo que su participación en este evento fuera todo menos ordinaria.
En una historia que el mismo Sanders ha confirmado, los Giants agendaron una entrevista con él para conocerlo en este proceso. Cuando Sanders se sentó para esta entrevista una de las personas del equipo le dio un libro bastante grueso. El jugador dice que le recordaba a una guía telefónica, y cuando preguntó qué era ese libro le respondieron que era una prueba que le aplicaban a todos los prospectos que entrevistaban.
Sanders, viendo el tamaño del libro entregado, se limitó a preguntarles en qué posición del Draft seleccionaban. Cuando le contestaron que en la posición 10, se levantó y les dijo “Me habré ido mucho antes que eso. Nos vemos después” y se salió de la sala.
En la realidad se cumplió la promesa, ya que los Atlanta Falcons lo seleccionaron en la quinta posición, bastante tiempo antes de que los Giants estuvieran en posición de elegir. Por cierto, como mero dato que siempre me gusta compartir al hablar de este Draft, les recuerdo que aquel año los Cowboys seleccionaron a Troy Aikman con la primera selección, los Lions a Barry Sanders en el tercer puesto y los Chiefs a Derrick Thomas en el cuarto. Digo, para cuando queramos hablar de grandes Drafts.
El otro gran momento vino con la carrera de las 40 yardas. Semanas antes del Combine se comenzó a rumorar que Deion Sanders no participaría en este evento. Es más, se hablaba de que no participaría en ninguna prueba física. Poco después el mismo jugador declaró que lo único que haría sería hacerse sus pruebas médicas, correr las 40 yardas y luego se iría a casa.
Los recuerdos de ese día validan esa declaración. Sanders ya se había hecho las pruebas médicas, así que solamente le faltaba correr las 40 yardas. En su primer intento la mayoría lo marca en 4.3 (el tiempo oficial fue 4.29) y algunos pensaron que eso sería todo. Vamos, para alguien que había dicho que solamente iría a correr, con un intento tan bueno podría ser suficiente. A pesar de eso se volvió a alinear y corrió todavía más rápido, marcando oficialmente 4.27 segundos.
Lo mejor de la historia es que los espectadores vieron como Sanders llegó a la meta en su segundo intento, se siguió corriendo y mientras se despedía de todos moviendo la mano entró al túnel. Los scouts no lo volvieron a ver en el evento. Sanders cumplió su promesa de ir, hacerse las pruebas médicas, correr las 40 y luego irse a casa. Esta historia, por cierto, luego fue “mejorada” con la leyenda de que Sanders corrió por el túnel y salió hasta el estacionamiento donde lo esperaba una limosina para llevarlo al aeropuerto. Eso, sobra decir, no fue así.
¿Qué tiene que ver todo este cuento con Caleb Williams?
Aunque uno puede argumentar que toda esta historia es genial porque Deion Sanders terminó siendo un jugador del Salón de la Fama, la realidad es que en 1989 nadie podía saber eso. Los prospectos que llegan al Combine no tienen garantías y nunca las han tenido. Sanders podría haber sido otro caso de un jugador con mucha confianza personal que no logra trasladar su talento a la NFL. De esos casos hay muchos en la historia.
Caleb Williams podría ser uno de ellos. Pero también podría ser otra historia como la de “Primetime”: un jugador muy bueno que desde que llega al proceso pre-Draft sabe de sus capacidades y termina rindiendo por encima de lo esperado.
No hay forma de saberlo. Bueno, sí la hay: lo tienes que seleccionar y ver qué pasa con él. Dejar que el tiempo responda. A nadie le gusta esa opción, pero es lo que se debe hacer. Y precisamente por eso hay que dejar un poco de lado las especulaciones en torno a su carácter y simplemente trabajar para ver qué clase de historia termina siendo.