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Sorpresas y decepciones en lo que va de temporada

Las sorpresas:

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Washington Commanders · QB

El reconocimiento puede (y debe) ser compartido para todos los que conforman el entorno de Washington. Desde el fantástico ensamblaje del plantel de Adam Peters (General Manager), al trabajo y la eficiencia de Dan Quinn y el buen rendimiento de los jugadores recién llegados. Pero nada funcionaría sin la irrupción de Jayden Daniels. 


Semana a semana se establece como uno de los mejores jugadores de la liga a pesar de ser un novato. Sigue siendo su madurez su cualidad más destacable; decisiones correctas, ninguna situación parece ser lo suficientemente grande para desestabilizarlo, no comete errores, prioriza la seguridad del balón y la explosividad es un aderezo que dinamita toda su eficiencia. Hablamos del tercer quarterback con mayor porcentaje de pases completos en una liga donde habitan Patrick Mahomes, Lamar Jackson, Josh Allen, por nombrar algunos. Por primera vez desde 1996 ha logrado que Washington tenga marca de 7-2, un logró histórico que no es casualidad, porque Jayden es precisamente eso, un jugador histórico del que seguimos sin vislumbrar su completo potencial pero que sin lugar a dudas tiene un espacio con las grandes estrellas de la liga.

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Baltimore Ravens · RB

Había una expectativa de ver a un Derrick Henry moderadamente productivo, con un aporte principalmente enfocado en zona roja y situaciones de corto yardaje. El factor de la edad (30 años) y el descenso de su producción terrestre en los últimos tres años ayudaban a sostener la teoría sobre su impacto en los Ravens. Pero el Rey Henry volvió por sus fueros.

 

Lejos de ser un jugador comparsa, ha arrimado su silla junto a la de Lamar Jackson y se sienta en la misma mesa de protagonista central de la mejor ofensiva de la AFC. Ha sido el complemento ideal para un Lamar Jackson que ha abandonado un poco su faceta terrestre sabedor que todo puede recargarse en Henry y el éxito está garantizado. Si mantiene el ritmo, estaría finalizando la temporada con casi dos mil yardas terrestres y 25 touchdowns algo que sin lugar a dudas parece una locura, pero después de nueve semanas de constante asombro dudo que alguien quiera apostar en contra del que sin lugar a dudas ha sido el mejor refuerzo de la temporada. 

Nada en la offseason sugería un rendimiento como el mostrado hasta el momento. Mucho menos después de la lesión de JJ McCarthy, pues aunque no llegó como un quarterback elegido en el top 3, la conclusión colectiva indicaba que todo el equipo giraría en torno a él, no alrededor de un Sam Darnold que parecía ser un puente al cuál ver hasta que McCarthy estuviera listo. Lo cierto es que Kevin O’Connell ha hecho un gran trabajo colocando a los Vikings en posiciones insospechadas.

Las primeras semanas la súper agresiva defensa de Brian Flores sentó las bases para las victorias iniciales, después vinieron dos derrotas contra equipos contendientes donde la defensiva fue expuesta pero la ofensiva de Darnold, Aaron Jones y Justin Jefferson los mantuvo a flote fue creciendo a la par. Nuevamente han vuelto a la columna de las W’s y ambas unidades parecen haber encontrado norte una vez más. Vaya, encuentran formas de ganar y la cohesión ofensiva solo parece crecer semanalmente. 

Se puede considerar el año uno de Sean Payton tomando en cuenta que 2023 tuvo que lidiar con un Russell Wilson que no se adaptaba a su ofensiva y al cuál Payton no quería incluirlo. Ahora, con un novato como Bo Nix ha logrado establecer el tono de equipo al que se aspira: físico, adaptable y contundente. 


No es el circo aéreo de Drew Brees, pero es una ofensiva que no para de evolucionar. La versatilidad de Nix amplía el abanico ofensivo de un Payton que sigue empujando hasta ver cuál es su límite. La agresividad de Payton mezclada con la seguridad y precaución innata de Nix hacen una gran mezcla a la Doctor y Monstruo de Frankenstein. La defensiva merece mención aparte, pues sin tener talento top más allá de Pat Surtain II, han sido el bastión que permite seguir experimentado a la ofensiva. Han aprovechado el calendario y se han puesto en camino rumbo a la postemporada. Eficiencia pura.

No creo que muchos, por no decir nadie, apostaran por ver a los Cardinals en la cima de su división a media temporada y, lo más sorprendente es que han llegado con argumentos convincentes. Es un equipo tremendamente bien entrenado, disciplinado y eficaz y lo confirman tres situaciones:

  1. Next man up: han tenido demasiadas lesiones de jugadores titulares (Jonah Williams, Will Hernandez, Dennis Gardeck) y el equipo no da un paso atrás, al contrario, parecen jugar mejor. Los jugadores de primer o segundo año tienen un rendimiento preponderante, sin ser superestrellas son tremendamente fiables.
  2. Presión defensiva: es el equipo que ha logrado que más jugadores ejerzan presión sobre los quarterbacks rivales a pesar de no tener un solo elemento de primera calidad en el front seven. El esfuerzo no se negocia en el equipo de Jonathan Gannon.
  3. Las formas de ganar ofensivamente: son dominantes por aire, como hicieron ante Rams o Dolphins, o por la vía terrestre como hicieron ante Bears y Chargers. Son adaptables pero tremendamente físicos. 


Si un equipo tiene alguna debilidad notoria, Cardinals lo expondrá, explotará y, normalmente, saldrá con la victoria. La falta de talento premium sigue siendo su mayor debilidad, pero considerando el bajo nivel exhibido los últimos dos años, su versión 2024 es una sorpresa definitiva que no parece haber llegado a su punto más alto.

Las decepciones:

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Mike McCarthy - Mike Zimmer
HC - DC

Altas expectativas con Cowboys no había, pero la proyección invitaba a pensar en repetir escenarios similares a los de los últimos años: calificar a playoffs de una u otra forma, jugar un partido respetable y salir en primera o segunda ronda. Pero para eso, hoy, se necesitaría una especie de milagro.


Es completamente cierto que Dallas erró al no buscar refuerzos en ambos lados del balón en la offseason, pero considerando que es prácticamente el mismo grupo de jugadores que en 2023 ganó 12 partidos, la caída ha sido abismal. Son la ofensiva 30 en zona roja y la defensiva 31 en zona roja igualmente. Cierto es que han tenido lesiones de hombres clave, pero desde el punto de vista táctico se han visto superados incluso en partidos en los que han salido con la victoria. 

Mike Zimmer a sus 68 años de edad parece haber dado ya lo mejor de sí pues su defensiva no ha sido capaz de encontrar cómo frenar el ataque terrestre de los rivales, mientras Mike McCarthy luce como alguien que no reparó en buscar opciones en el playbook para compensar la falta de talento. Culpables hay muchos, pero la falta de jugadores de calidad es algo que se sabe desde junio, si los coaches no hacen adecuaciones, no se puede decir que no estaban avisados.

2
Indianapolis Colts · QB

Cómo cambia la percepción de un jugador en 12 meses, la corta muestra que había de Richardson en la NFL, sumada a la efectividad de Shane Steichen que mantuvo vivos a los Colts al final de la temporada pasada hacían creer que con un AR5 sano los Colts podrían competir con los Texans en su división, y en cambio hemos visto al quarterback más ineficiente de la temporada en cuanto a puntos sobre expectativa y pases completos sobre expectativa. 

Por una jugada grande de Anthony Richardson, hay 5 malas antes y 5 malas después. Sobrevivir así en la NFL, esperando el milagro cada 11 jugadas, es una pésima forma de buscar calificar a Playoffs. Se culpó a Shane Steichen de perder la paciencia demasiado rápido con Richardson, pero si él, que fue clave en el desarrollo de Justin Herbert y Jalen Hurts no vio un progreso esperado, me cuesta trabajo creer que realmente haya esperanza para un Richardson del cuál se esperaba ser el próximo gran playmaker de la NFL.

Las proyecciones eran clarísimas: boom or bust. Pero todo dependía siempre del estado físico del plantel, se sabía que si estaban bien eran contendientes de primera línea, si no estaban físicamente, serían un fracaso. Lo que no se esperaba era un fracaso por rendimiento con jugadores sanos y eso fue exactamente lo que sucedió.


Hasta la semana 8 no había continuidad ofensiva durante los partidos, ya ni pensar en algo sostenible semanalmente. La falta de sincronía entre Aaron Rodgers con algunos playmakers (Garrett Wilson) se vió aún más afectada por la nula influencia de la coordinación ofensiva (Nathaniel Hackett). La defensiva, el punto más sólido y estable del equipo, sufrió un bajón tras la salida de Robert Saleh. Por muy mal que sea su mitad de temporada, es de las pocas decepciones que pueden revertir la situación este mismo año, pues talento hay de sobra y la victoria vs Texans dejó una guía del camino a la reivindicación. 

4
Jacksonville Jaguars · QB

El camino fácil sería llevar la conversación por la relación desempeño-contrato recibido. Pero más allá de ello, el principal problema de Trevor Lawrence es lo poco que inspira verlo jugar cada domingo. 


Han habido demasiados episodios en que sus compañeros receptores parecen abandonarlo, demasiados drops, faltas de concentración, sí. Pero han sido igual de vastos los momentos en que Lawrence toma malas decisiones, en que tiene ventanas claras de pase y la precisión sencillamente no está ahí. Empieza muy lento los partidos, regularmente hay que esperar hasta el tercer cuarto para verlo entrar en ritmo y empezar a producir, momento para el cuál es muy complicado regresar a los partidos.

En cinco años en la NFL Trevor ha caído por 20 puntos o más durante los partidos en 325 ocasiones. WOW. A su favor, en casi la mitad de esas ocasiones ha logrado remontar y sacar victorias, pero es el reflejo fiel de las situaciones en las que él mismo parece enredarse y esta temporada no ha sido la excepción.

5
Mike McDaniel
HC

Todos los head coaches enfrentan bajas de jugadores pero en esta era de gurús ofensivos. hemos visto una y otra vez que siempre hay alternativas al plan original.

Kyle Shanahan llegó a Final de Conferencia con su tercer quarterback, Matt LaFleur ganó partidos con un quarterback que tenía menos de un mes en su equipo, Zac Taylor ganó 4 de 6 juegos con Jake Browning en 2023, el punto se entiende, una lesión no compromete el 100% de tu rendimiento ofensivo, hay alternativas.

Por ello es que la nula reacción de Mike McDaniel tras la lesión de Tua Tagovailoa resultó tan decepcionante, uno de los grandes genios ofensivos del último lustro entró en un bloqueo creativo que nunca pudo resolver y necesitó del regreso de Tua para desatorar la ofensiva. ¿La repercusión? Todos esos partidos perdidos donde Dolphins no mostró respuesta los tienen al borde de la eliminación de la carrera por playoffs a pesar de lo bien que se han visto desde la vuelta de Tua.