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Super Bowl LVII: Andy Reid y la grandeza de lo sencillo 

2022 · 14-3-0
2022 · 14-3-0

Durante las dos semanas previas al último partido del año, escuchamos y leímos sobre multitud de jugadores de ambos equipos. Siempre intentábamos llevar el encuentro a duelos entre éste o aquel jugador, entre una línea ofensiva y la línea defensiva rival o entre lo que podría suponer un emparejamiento en un determinado lado del campo. Cuando llega un acontecimiento como este, las estrellas deben dar lo mejor de sí porque su talento es lo que desequilibra un partido que está estudiado hasta el más mínimo detalle por cada coaching staff. Los head coach son los que tienen que colocar a sus jugadores en la posición idónea para triunfar y en este Super Bowl LVII hubo uno que estuvo por encima de todos.

A Andy Reid se le infravalora. De verdad. No creo que nadie de los que está leyendo estas palabras piense que el head coach de los Chiefs no es bueno, eso lo tengo claro. Pero sí pienso que no nos damos cuenta de la magnitud de su leyenda. Y no hablo de números, donde también es alguien que pertenece al Olimpo de la competición. Hablo de la capacidad para poner a sus jugadores en la mejor posición posible de triunfar. Nos hemos cansado de ver jugadas imposibles de Patrick Mahomes, sacando pases impensables donde su talento le hace ser no ya el mejor jugador del momento, sino también de los mejores en la historia de la NFL. Sin ese talento, todo es más complicado, evidentemente. Pero Reid sabe explotar el juego menos vistoso de su quarterback. El entrenador de los Chiefs dio una exhibición ofensiva ante una de las tres mejores defensas de la temporada haciendo que su quarterback no tuviera que buscar el lanzamiento heroico.

Durante las primeras 80 yardas, los Chiefs movían rápido el ovoide mediante las entregas de balón a la mano a Pacheco para jugar carreras clásicas, con misdirections por detrás de la línea de scrimmage que hacían coger malos ángulos a la zona media de Eagles o mediante screens. Así avanzaban, movían cadenas y desesperaban a su rival. Andy Reid no quería que Mahomes tuviese que ir leyendo progresiones desde el pocket por la amenaza del pass-rush de Eagles. Reddick, Cox, Hargrave, Sweat o Graham no podían golpear a Mahomes porque cuando querían llegar, el balón ya no estaba en sus manos. Sin ese pass-rush, los Eagles tuvieron que jugar con mucha menos iniciativa. Y ahí es cuando los Chiefs no te perdonan, porque no hay ningún entrenador en la liga con los recursos y capacidad para jugar en la red zone como lo tiene Andy Reid. Con el balón en las últimas 20 yardas del campo de ataque, los Chiefs son el equipo más impredecible que yo he visto nunca.

Los motions antes del snap se utilizan para varias cosas en un campo de football. Entre otras cosas, te puede facilitar la lectura real de la defensa, te sirve para buscar o generar un matchup concreto o puede hacer que algún jugador defensivo confunda su asignación o no la comunique a tiempo para que el ajuste sea el adecuado. Tras el descanso, los Chiefs fueron imparables en esta zona del campo. Primero fue Toney quien hizo creer a la defensa que iba a cambiar de lado para volver sobre sus pasos y encontrar un océano en la end zone. En el drive siguiente, el objetivo fue Moore para jugar una situación similar. Ambas acciones iban acompañadas de una clear route por parte del receptor del slot, el cual arrastraba al safety y evitaba la ayuda de este en ese lado del ataque. Fueron dos acciones en las que Mahomes lo único que tuvo que hacer fue lanzar el balón como si estuviese jugando en el parque con su hijo. Esa simplicidad, esa manera de crear un espacio tan grande en una zona tan estrecha del campo, es lo que hace que Andy Reid sea único. En una liga donde todo está estudiado, donde cada down se analiza al máximo, donde cada tendencia ofensiva se mide con números, es ahí donde el entrenador de los Chiefs se vuelve absolutamente impredecible. Y es ahí, en la red zone, donde se ganan partidos y campeonatos.

Los Kansas City Chiefs han cogido el testigo de los New England Patriots como equipo a batir por los otros 31 conjuntos que quieren ganar el trofeo Vince Lombardi. Son los mejores aunque los infravaloremos, aunque busquemos nuevos héroes o aunque queramos que otros equipos alcancen la gloria para seguir presumiendo de liga equilibrada e imprevisible. Sin embargo, ellos cambian, se adaptan, crecen y evolucionan como ninguna otra franquicia. Y lo hacen apoyados en un extraterrestre llamado Patrick Mahomes. Eso sí, si quieren mi opinión, anoche vi a un tipo más grande que el resto. Andy Reid es una leyenda de este deporte, pongámoslo en el lugar de la historia que merece.