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Super Bowl LVIII: La obra de Kyle Shanahan en San Francisco

Desde Las Vegas, Nevada

Estos días se ha reflexionado mucho sobre el hecho de que Kyle Shanahan, responsable de haber sofisticado y redefinido la herencia de la West Coast Offense, está a una victoria en un escenario importante para legitimar su revolución conceptual.

Yo, sinceramente pienso que más allá de conquistar la gloria absoluta, la mejor manera de validar una obra es contagiar y transmitir la idea a tus jugadores, llevarla a cabo con prolijidad, cuidar hasta el último detalle y, en consecuencia, provocar la reverencia de tus pares. Bajo ese entendido, tras el último día de medios antes del Super Bowl LVIII, me quedó clarísimo que la influencia de Shanahan no solo es genuina, sino también palpable.

Mientras el running back Christian McCaffrey, el flamante Jugador Ofensivo del Año en la liga, definió su filosofía como “un nivel de conocimiento que no había visto antes”, el infravalorado y carismático quarterback Brock Purdy enfatizó que dominar su sistema es como “aprender un nuevo idioma”, puesto que requiere demanda un altísimo grado de implicación intelectual que, muchas veces, abruma a los jugadores.

En esa misma línea, el fullback Kyle Juszczyk, guardián de un arte en extinción, admitió que de no haber coincidido con Gary Kubiak —probablemente la segunda mayor influencia de Shanahan después de su padre, Mike—durante sus primeros años en la liga, le habría costado interiorizar el sistema; especialmente por la desmesurada cantidad de movimientos y formaciones distintas que propone.

Quizá el testimonio más revelador al respecto que pude recoger durante mi cobertura periodística sea obra de Steve Spagnuolo, con toda certeza el mejor coordinador defensivo del siglo XXI en la NFL, quien no dudó en describirlo “como una mente privilegiada y creativa que había absorbido todo lo bueno de su padre”.

Si a Kyle Shanahan se la ha criticado en exceso por las costuras de su game-management, es justo decir que estamos ante un entrenador que, títulos aparte, se ha ganado un sitio privilegiado en la historia táctica de la NFL por haber cambiado el juego.