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Todavía hay esperanza para los Bengals y otras conclusiones de la Semana 5

En una temporada NFL donde nadie se destaca como un rotundo candidato a desbancar a los Chiefs, la diferencia entre ganar y perder se decide por detalles, de hecho, la diferencia entre los Houston Texans que van 4-1 y los Cincinnati Bengals que acumulan un 1-4 es de 3 puntos en el diferencial de la temporada. Es decir, los Texans acumulan un diferencial total de puntos de -12 pero lideran su división con mano de hierro y un balance de 4-1, mientras los Bengals, que solo han ganado un partido, cuentan con un diferencial total de -15 puntos. Pero aquí lo que cuenta es ganar partidos.

Cuesta proclamar un gran aspirante por encima del resto porque todos los equipos tienen carencias. Hasta la gran revelación de la temporada, los Minnesota Vikings, dejan alguna duda después de haber dilapidado grandes ventajas en las segundas mitades de los dos últimos partidos: 28-0 ante Packers y 17-0 ante Jets y en ambos encuentros estuvieron a punto de perder (aunque bien es cierto que los sacaron adelante, simplemente no está de más avisar que jugar con fuego suele llevar a quemarte). Los Ravens, que parecen los más sólidos en la Americana, estuvieron a un suspiro de ponerse 2-3; los Bills jugaron uno de los peores partidos ofensivos desde que Josh Allen es su QB, los Steelers empezaron 3-0 pero su ataque no funciona. Nadie parece dar un golpe sobre la mesa.

En la Nacional es todavía peor. El supuesto gran favorito, los 49ers, se deja remontar otra vez y tiene más derrotas que victorias y esa división, la NFC Oeste, que estaba llamada a ser una de las más potentes de la NFL, es ahora mismo una verdadera calamidad, con los Rams prácticamente desahuciados y liderada por unos Seahawks que fueron del todo dominados en su casa por los Giants. Los únicos que parecen crecer en la buena dirección son los Lions, que esta semana descansaron… pero a ver quién es capaz de sobrevivir a la NFC Norte donde todos los equipos están con récord positivo y todos aspiran a Playoffs.

El Doctor Cincinnati y Mr. Bengals

Exactamente igual que Jekyll y Hyde, los Cincinnati Bengals tienen dos caras completamente opuestas. En el lado ofensivo, la unidad liderada por Joe Burrow está convirtiéndose en una de las mejores de toda la liga –el segundo mejor ataque según la estadística avanzada– y desde que Ja’Marr Chase y Tee Higgins están participando al 100% de sus capacidades, estamos viendo la mejor versión de Burrow. Hasta logran disimular que su juego de carrera no es consistente. Es que con esos dos receptores, ambos siendo capaces de ganar en su lado del campo, obligas a las defensas a elegir, no puedes doblarlos a los dos, no puedes dedicar atención extra a ambos y así, Burrow siempre encuentra respuestas. Los Bengals están poniendo 30 puntos en el marcador de manera consistente y están dispuestos a ir a un tiroteo con cualquiera.

El problema llega en la defensa, que es un auténtico coladero. Tiene problemas para generar Pass Rush con cualquier otro jugador que no sea Trey Hendrickson, les cuesta muchísimo parar la carrera por el centro y la secundaria hace aguas (el juego de los safeties nunca ha vuelto a ser el mismo desde la marcha de Jessie Bates). Y eso, que en este partido ante los Ravens su propuesta comenzó funcionando –y acabó recibiendo 41 puntos–. La idea de Anarumo, el coordinador defensivo de los Bengals, era simple: poner muchos cuerpos cerca de la línea de scrimmage para presionar a Lamar y, sobre todo, para detener la carrera. Lo segundo funcionó durante todo el partido hasta que en la prórroga, después del desastre de intento de field goal que fallaron los Bengals y que pudo haberles dado la victoria, cuando Derrick Henry, que había estado bien controlado durante todo el partido, explotó con una carrera de más de 50 yardas que, básicamente, aseguraba la victoria para los Ravens. La propuesta de Anarumo poniendo siete y ocho jugadores cerca de la línea de scrimmage escondía una idea, que era poner el partido en manos de Lamar Jackson. Quizá no es del todo acertado jugar a que un doble MVP sea el que tenga que marcar la diferencia… Porque efectivamente, Lamar jugó un partido brillante. Navegó bien el pocket, tomó la responsabilidad y muy buenas decisiones, ejecutó a un nivel élite y nos regaló jugadas que vamos a recordar mucho tiempo, como la del touchdown que empieza con un balón que se escapa de las manos de Lamar, él mismo recupera y acaba haciendo magia para ponerlo en las manos de su receptor en la Endzone.

Otro fumble de Lamar, en este caso perdido en plena prórroga, pudo costar la derrota a los Ravens, pero las malísimas decisiones de Zac Taylor, que se conformó con tres carreras que no iban a ninguna parte para asegurar una patada de 53 yardas en lugar de atacar de verdad, acabaron en un desastre de intento de field goal donde el holder arruinó cualquier posibilidad de éxito y regaló otra oportunidad a los Ravens, que estos no desaprovecharon.

A pesar de todo y con esta situación tan desequilibrada entre ataque y defensa, no todo está perdido para los Bengals. El domingo jugaron de tú a tú frente a uno de los mejores equipos de la NFL y perfectamente pudieron ganar el partido. La ofensiva de Cincinnati demuestra que le puede aguantar un tiroteo a cualquiera y contra equipos peores que Ravens marcará la diferencia. El próximo mes es vital para los de Ohio, porque tienen un calendario del que podrían sacar tres victorias en cuatro partidos y reengancharse a la pelea por los puestos de Wild Card en la Americana. Podrían hacerlo porque, más allá de los líderes de división, no hay nadie verdaderamente consistente ni que se haya destacado. Eso sí, el margen de error se ha acabado y van a tener que seguir a un nivel estratosférico en ataque si la defensa sigue sin darles nada. Pero la esperanza no está perdida ni se les puede descartar por completo. No me extrañaría que llegado diciembre los Bengals sean un equipo muy peligroso que nadie quiera tener enfrente.

Los Chiefs dan miedo con 5-0 y mejorando

La duda era saber cómo se iban a sobreponer los Chiefs a la baja de Rashee Rice, no si lo harían, ya han demostrado suficientes veces que son capaces de encontrar soluciones a cualquier problema. ¿Cuál fue la respuesta? La vieja apuesta por formaciones pesadas, condensadas, con múltiples TEs juntos y asumiendo el protagonismo. Dos, tres y hasta cuatro Tight Ends jugando a la vez. Aunque para protagonista, Travis Kelce. Al TE más popular de la NFL, los Chiefs lo han tenido que ‘activar’ antes de lo planeado; ya la temporada pasada lo dejaron descansar hasta diciembre para que después se comiera los Playoffs. Este año había empezado por el mismo camino y cuando muchos lo estaban jubilando y hablando de un bajón drástico de su rendimiento, en el momento en el que es necesitado, se pone el mono de trabajo y firma un partido fantástico, sosteniendo el juego aéreo de Kansas City y siendo la referencia que ha sido siempre que Mahomes lo ha necesitado.

Los Chiefs no venían jugando del todo fluidos en ataque y en el momento de mayor necesidad, recurren a viejos patrones de juego que antaño ya les llevaron al éxito y a los que pueden recurrir siempre que lo necesiten. Mahomes estuvo más activo de lo normal a estas alturas de temporada y demostró que le quedan todavía varias marchas que subir cuando sea necesario. Cuando identificaba dos safeties profundos, se la daba a Kareem Hunt para que percutiera, cuando entendía que un satefy caería a la caja, jugada de pase. Además, Mahomes estuvo excepcional contra defensa individual (8/10 para 139 yardas), excelente en Play Action (10/12 para 167 yardas), lo bordó en las rutas que cortaban hacia el interior (9/11 para 143 yardas) y casi perfecto contra el Blitz (10/11 para 160 yardas) y quitándose el balón antes de 2,5 segundos (13/14 para 102 yardas). Un clinic de Mahomes en Monday Night Football.

Dos jugadores a los que se había considerado acabados fueron los mejores socios de Mahomes: Juju Smith-Schuster, que no valía para los terribles Patriots, logró 7 recepciones para 130 yardas, la mayoría de ellas after catch y Kareem Hunt, que no les servía a los pésimos Browns, firmó un partido de esos que te dan la tranquilidad de no tener a Pacheco pero sí un recambio de garantías, se fue a las 117 yardas totales y un touchdown. Andy Reid sin duda cree en las segundas oportunidades.

Aunque si el ataque mejoró, la defensa sigue a un nivel élite. En una NFL donde correr se ha convertido en los cimientos de muchas ofensivas, la defensa Spagnuolo ha logrado dejar a Derrick Henry en 46 yardas, a Zack Moss en 34, a Bijan Robinson en 31, a JK Dobbins en 32 y anoche a Alvin Kamara en 26 yardas terrestres. Todos, con una media de 2,6 yardas por acarreo. Desde que Steve Spagnuolo entiende muy bien qué demandar de su unidad defensiva para que al equipo le vaya bien y una vez más ha dado en el clavo. Eliminando anoche el juego terrestre de los Saints obligó a Carr a forzar, le llevó a cometer errores y le dictó el partido que más le interesaba a los Chiefs.

La asignatura pendiente para Kansas City es su efectividad ofensiva en la Red Zone, anoche consiguieron alcanzar esas últimas 20 yardas del campo en 7 de las 9 posesiones que tuvieron, pero sólo anotaron touchdown en 2 de esas visitas. En cualquier caso, la imagen de los Chiefs fue la de un equipo con la situación bajo control, que acelera cuando lo necesita y un partido en prime time es la ocasión perfecta para recordar a toda la NFL quién manda y que, por si alguien tenía dudas, están aquí para quedarse.

Prescott da vida a los Dallas Cowboys

Se mascaba la tragedia para los Cowboys en su visita a Pittsburgh. Si un defecto ha tenido el equipo desde que lo entrena Mike McCarthy es su desempeño en partidos en los que el rival plantea un nivel físico elevado, formaciones pesadas, juego de carrera que controla el reloj y que obliga a Dallas a ir por detrás en el marcador. Los 49ers, los Packers, los Lions… son equipos que han sacado la peor imagen de Dallas. Y el domingo por la noche los Steelers, aunque con mucho menos talento ofensivo que estos otros equipos, representaban el epítome del juego rocoso que iba a obligar a los tejanos a bajar al barro.

Y lo que es peor, sin Micah Parson ni DeMarcus Lawrence en defensa y sin la segunda opción para Prescott entre sus receptores con la baja de Brandin Cooks. La situación iba a exigir un Prescott dispuesto a echarse al equipo a la espalda y ejecutar en un contexto poco ventajoso. Y Dak Prescott no estuvo perfecto, pero sí lo suficiente valiente y acertado para marcar la diferencia y dar la victoria a su equipo. Con CeeDee Lamb constantemente recibiendo dobles y triples coberturas, el QB de los Cowboys supo apoyarse en Ferguson y Tolbert, recibió la ayuda de Rico Dowdle en un juego terrestre que venía siendo desastroso y aunque perdió tres balones por el camino, Prescott fue capaz de lanzar en ventajas muy estrechas y encontrar ventajas donde no las había. El ataque produjo 445 yardas ofensivas contra una grandísima defensa, incluyendo un drive ganador de 70 yardas en el que Prescott puso la guinda, primero con una carrera para dejar el balón pegado a la Endzone, después recuperando un fumble de su corredor que habría supuesto el final del partido y, por último, encontrando un pase de touchdown dificilísimo en un cuatro down desesperado que acabó sellando el triunfo para los Cowboys.

Los Steelers deben hacer algo con un ataque que apenas se fue a las 226 yardas ofensivas y que no es capaz de encontrar ritmo ni soluciones sostenibles. Esa incapacidad ofensiva les pone un techo a lo que su defensa sí es capaz de producir y a la larga les puede costar llegar lejos en la temporada.

El índice de preocupación: 49ers, Bills y Rams

Luz verde: San Francisco 49ers

Cuesta entender por qué los 49ers han abandonado el juego de carrera en partidos que tenían controlados por dos anotaciones en la segunda mitad. Pasó contra los Rams y de nuevo esta semana frente a los Cardinals, a los que San Francisco ganaba por 23-13 en el último cuarto y también acabó arrebatándoles la victoria. Son 35 pases por 26 carreras en un partido que tenían controlado en el marcador. A lo que hay que sumar la falta de uso del Play Action. Yo entiendo la confianza en Purdy, pero el juego de carrera es parte de la fundación de estilo de los 49ers de Shanahan y no es solo la baja de McCaffrey, es un giro en el reparto del juego hacia la opción aérea que no está beneficiando a San Francisco. Es cierto que Jordan Mason tuvo un fumble –en el que por cierto hay que mirar a los fallos de Kittle y Juszczyk, muy poco comunes–, pero al mismo tiempo el RB está demostrando ser muy sólido y en este partido consiguió 6.4 yardas por acarreo, un dato que merece más balón en sus manos.

Volver al juego de carrera puede evitar que, como sucedió en esta derrota ante los Cardinals, tus cuatro últimas series ofensivas acaben en turnover y que tus rivales te endosen un parcial de 0-14 en la segunda mitad. Volver a los básicos, volver a lo que te funciona puede ser el camino para que los 49ers vuelvan a recuperar su identidad y, de paso, un récord positivo. La buena noticia para ellos es que su división es un desastre y el jueves por la noche se enfrentan a unos Seahawks inconsistentes en defensa y desequilibrados en ataque (¿cómo pudieron correr sólo 7 veces con los RBs por 40 pases del QB?) y el liderato de la NFC Oeste estará en juego.

Los 49ers seguro serán capaces de meterse en Playoffs, es su techo el que de momento está en duda con sus actuaciones en este inicio de temporada y aunque tienen tiempo de ajustar, no podemos olvidar que para San Francisco el objetivo es el anillo.

Luz ámbar: Los Buffalo Bills

La defensa es un trabajo en desarrollo ahora mismo para Buffalo pero la imagen del ataque no es admisible para un equipo que cuenta con Josh Allen. DeMeco Ryans sabía que sin Khalil Shakir, el principal generador de separación entre los receptores de los Bills, la vida iba a ser muy difícil para Allen y apostó por casi el 40% de sus defensas en individual. ¿El resultado? Ninguno de los receptores de Buffalo fue capaz de crear espacio y Josh Allen solo pudo completar un pase contra la defensa al hombre. Fue peor contra el Blitz, donde no pudo conectar un pase ni una sola vez. Con todas las puertas al pase cerradas y la presión llegando por todas partes menos por el lado de Dion Dawkins, la ofensiva de los Bills nunca encontró fluidez y aún así estuvieron a punto de ganar el partido ante unos buenos Texans, que a veces muestran cierta inexperiencia y cuya línea ofensiva presenta bastante dudas.

Este es un partido que puede hacer pasar por la cabeza de Brandon Beane, General Manager de los Bills, hacer una llamada a Las Vegas para tratar de conseguir a Davante Adams, porque a pesar de la derrota, Buffalo sigue siendo favorito para ganar su división y puede ser un buen equipo. De hecho, tanto Bills como Texans apuntan a ser de los mejores de la Americana. Eso no quita que Josh Allen jugó un mal partido, de hecho es su tercer peor partido como pasador desde su temporada rookie. Un WR1 como Adams ayudaría cuando nadie es capaz de estar abierto.

Luz Roja: Los Angeles Rams

Es una lástima, porque los Rams son un equipo muy bien entrenado y con una magnífica propuesta, pero su temporada está ahora mismo girando por el sumidero. Simplemente no tienen las piezas necesarias. Obligan en cada partido a que Matt Stafford tenga que estar perfecto y es uno de los mejores QBs de la NFL, pero siempre perfecto no se puede jugar. Su planteamiento ante los Packers fue excelente y durante bastante tiempo dieron la sensación de controlar el partido, pero al final les faltan muchas piezas. Las lesiones les han esquilmado y en defensa su joven línea defensiva rinde a un grandísimo nivel pero está muy sola. Desgraciadamente, los Rams parecen fuera de la pelea por los Playoffs esta temporada.

La Decepción de la Jornada: Aaron Rodgers

Si Aaron Rodgers estaba llamado a llegar a Nueva York para marcar la diferencia para los Jets en el puesto de QB, no lo está consiguiendo. Sus dos últimas semanas han sido desastrosas y acumular un total de 5.9 yardas por pase completado, cuando el año pasado Zach Wilson, Trevor Siemian y Tim Boyle firmaron entre los tres una media de 5.6, no supone una gran mejoría. Tampoco la hace en lo que tiene que ver con la gestión de presión, que no está sabiendo evitar, ni tampoco los sacks. Su línea ofensiva no es confiable, es vieja y lenta, pero su QB también. Defensas que presionan con velocidad están poniendo en muchos problemas a los Jets y la incapacidad para correr con el balón tampoco ayuda.

Los problemas de Rodgers contra defensas individuales, sus problemas contra el Blitz, su falta de precisión atacando fuera de los números, su incapacidad de ir en profundo… Son muchos los problemas y pocas las soluciones. Básicamente se dedica a atacar las defensas individuales con back shoulders una y otra vez… y claro, en la jugada decisiva del partido en Londres, un CB experto como Stephon Gilmore lo estaba esperando, se anticipó y le interceptó para acabar el partido. Pero es que a Rodgers también le está costando procesar pre snap, en la primera de las tres intercepciones que tiene ante Vikings, Van Ginkel le engaña con una presión simulada, abandonando la línea de scrimmage tras mostrar un paquete de Blitz que los Vikings hacen habitualmente y cayendo para ocupar el espacio que el defensor sabía que es donde Rodgers iba a acudir porque siempre se quiere quitar el balón rápido y corto. El resultado fue un pick 6 y no es habitual que una defensa confunda así a Rodgers. La otra intercepción fue simplemente un lanzamiento nefasto de Rodgers en profundo, que puso el balón en las manos del defensor.

Rodgers no está siendo el Quarterback capaz de cambiar para mejor este ataque de los Jets y está demostrando estar muy lejos del nivel MVP de hace unos años. Hackett no le ayuda pero es que Rodgers tampoco quiere ser ayudado, se fue de Green Bay donde LaFleur le ofrecía un sistema muy amigable para él pero Rodgers quería hacerlo a su manera, y ahora mismo no tiene los recursos para ser capaz de marcar las diferencias. Si de verdad quieren tener alguna opción de pelear por los Play Offs, no hay nadie que necesite más a Davante Adams que los Jets. Lo necesitan como recurso desesperado de poner a funcionar este ataque y de encontrar a alguien de primer nivel con química con Rodgers, porque desde luego con Garrett Wilson le está costando generarla y eso que le envió el balón 22 veces contra los Vikings pero solo pudo completarlo en 13 de ellas.

Tuvo un gran día contra los malísimos Patriots que parecía indicar que el mejor Rodgers estaba de vuelta, pero desde entonces todo ha ido cuesta abajo y el futuro Hall of Famer no está siendo capaz de rendir cuando se topa con buenas defensas como las de Denver o Minnesota.

Robert Saleh, primer Head Coach despedido de la temporada

De momento, Robert Saleh es la primera víctima de esta situación en torno a Rodgers y los Jets y ha perdido su puesto como Head Coach en Nueva York, siendo el primer entrenador despedido de la temporada 2024 en la NFL. La falta de feeling con Rodgers era cada semana más palpable y la cuerda se ha roto por el lado más débil, que en este caso siempre iba a ser el entrenador. Veremos si con otro Head Coach los Jets pueden enderezar su rumbo y Rodgers recuperar su mejor nivel.

Ya en la victoria ante los Patriots se dio un conato de desencuentro entre Saleh y Rodgers, con un gesto poco amable del QB con su entrenador después de un touchdown… Si eso era así en una victoria, cabe preguntarse cómo habrá estado el ambiente de puertas para adentro tras dos derrotas muy duras y el peor nivel de Rodgers en mucho tiempo. Lo que cabe preguntarse ahora es si Aaron Rodgers tendrá voz en la toma de decisiones sobre la nueva contratación y si el nuevo Head Coach tendrá que contar con su bendición. Todo apunta a que el nivel de influencia de Rodgers en la organización es suficiente como para que la respuesta sea sí. Con la edad de Rodgers y su nivel lejos del óptimo, el tiempo se agota y la presión es grande para conseguir éxitos para los Jets.

MVP de la Jornada: Kirk Cousins

Hay que retroceder hasta el partido del jueves para encontrar al MVP y es que Kirk Cousins jugó probablemente el mejor partido de su carrera para derrotar a unos Bucs con los que jugó a placer. Kirko se viene encontrando mucho mejor físicamente cada semana y lanza con mucha confianza. En este partido encontró en Drake London a un WR1 claro y en Mooney a un recurso en situaciones complicadas que le saca las castañas del fuego en terceros downs y situaciones obvias de pase. Cousins está maravilloso atacando la seam y buscando los huecos en la secundaria. Hasta Kyle Pitts funcionó en este partido. Todo para 509 yardas de pase, 42 pases completados y 4 touchdowns. Y lo que es más importante, con este, ya van tres drives ganadores en la recta final del partido para Cousins, que está encontrando de nuevo su mejor nivel, ahora en Atlanta.

*Mención especial para Ja’Marr Chase y sus 193 yardas en 10 recepciones y 2 touchdowns, además de dejarnos de nuevo una de las jugadas de la semana. Chase está jugando a un nivel superlativo en las últimas semanas.

Rookie de la Jornada: Tyrone Tracy jr.

El Running Back rookie de los New York Giants aprovechó del todo la oportunidad ante la baja de Devin Singletary y se paseó contra una defensa de los Seahawks incapaz de parar la carrera cuando juega con dos safeties profundos. La propuesta de Mike McDonald es muy efectiva cuando tienes a Roquan Smith y su IQ guiando tu unidad defensiva, pero los LBs de Seattle ni se acercan al de Baltimore y Tracy siempre encontraba un gap libre que atacar para lograr más de 7 yardas por acarreo. Al final, 129 yardas terrestres para el rookie que permitieron a los Giants hacerse dueños del partido. Tracy demostró que está listo para tener más protagonismo en el ataque de Nueva York.

*Mención especial para Caleb Williams, que jugó su mejor partido desde que está en la NFL y está demostrando una progresión sostenida en cada semana de este arranque de temporada. Con los números uno y dos del Draft, Caleb Williams y Jayden Daniels jugando a un grandísimo nivel, los Patriots pueden caer en la tentación de poner a jugar al número 3, Drake Maye. Mejor que no lo hagan, porque sería como enviarlo al matadero en un ataque sin talento y sin protección para el QB. Lo único que conseguirían sería acabar con su autoestima y generar malos hábitos como ya le sucediera, por ejemplo, a Sam Darnold en los Jets en un ecosistema que le exponía completamente. Ahora en Minnesota parece otro QB. ¿Por qué hacerle eso a Maye? Mejor esperar a la próxima temporada y tratar de dotarlo de mejores recursos para que pueda desarrollarse.

Jugador Defensivo de la Jornada: Xavier McKinney

La exhibición que el ex de los Giants está protagonizando en este arranque de temporada con los Packers le mete de lleno en la lucha por el jugador defensivo del año. Son ya cinco intercepciones en los cinco primeros partidos de la temporada, algo que no había sucedido en toda la historia de Green Bay, ni tampoco en la era Super Bowl de la NFL. McKinney es el safety ideal para la manera de jugar en defensa de Jeff Hafley porque puede ir tanto para adelante para para atrás, caer en la caja o escalar a la post, una versatilidad que unida a su capacidad de lectura le permite anticiparse a los QBs y atrapar sus pases en todos los partidos. En este duelo ante los Rams, además de una intercepción, McKinney sumó un fumble recuperado, siendo absolutamente capital para darle la vuelta al partido y que los Packers pudieran llevarse la victoria.

*Mención especial a Patrick Surtain jr., que también consiguió recuperar dos balones esta semana, en este caso dos intercepciones, siendo una de ellas un pick6 de 100 yardas. Surtain se está convirtiendo en el mejor CB de la NFL y semana tras semana anula al receptor al que le toca marcar. Una estrella en ciernes de la liga.