Siempre me ha resultado fascinante revisar las ruedas de prensa post-partido en las que los entrenadores principales están involucrados. Especialmente cuando venimos de un juego con la tensión competitiva del 49ers-Eagles del fin de semana y cuando se trata de dos protagonistas del calibre de Kyle Shanahan y Nick Sirianni.
En mi hoja de servicio como periodista he tenido el privilegio de intercambiar reflexiones con ambos y puedo dar constancia de que son dos entrenadores que, sin ser el colmo de la pedagogía, suelen dejar contenido muy interesante para el análisis; ya no solo en aspectos tácticos, sino sobre lo que supone competir, preparar partidos y gestionar talento en una liga como la NFL.
Revisando la cinta de Shanahan tras la dominante exhibición de su equipo frente a los Eagles en una plaza tan hostil —quizá la más hostil de la NFL— como el Lincoln Financial Field, buena parte de las preguntas giraron en torno a cómo la ofensiva ejecutó tan bien después de dos drives desastrosos durante el primer cuarto. Dentro de las cosas que dijo, hubo algo que me llamó poderosamente la atención. Contrario a lo que se ha repasado en algunos sitios consagrados al análisis, Shanahan explicaba que su equipo no hizo nada particularmente distinto en ataque a partir del segundo cuarto, sino que simplemente ejecutaron mejor. En ese sentido, ponderó el trabajo de la defensiva al mantenerlos a solo 6 puntos de distancia, cosa que permitió que la ofensiva siguiera siendo paciente y se apegará al plan que habían diseñado. Un plan, dicho sea de paso, que tenía que ver con involucrar en situaciones favorables a sus innumerables playmakers.
De hecho, cuando lo cuestionaron sobre si Brock Purdy había encarado el juego como una revancha emocional tras la lesión que sufrió en la final de conferencia en ese mismo campo, Shanahan explicó que lo que más le gustó de su quarterback fue que siempre jugó de la manera en que el escenario lo pedía y que, estando abajo y en una situación de pánico, nunca trató de hacer más de lo que el sistema le exigía y buscar compensar con esfuerzos individuales lo que la defensiva de los Eagles le estaba negando.
Del lado de Nick Sirianni, para sorpresa de todos, la primera pregunta vino en torno a la llegada del linebacker Shaquille Leonard al equipo. Después de explicar que fue una decisión que tomó en conjunto con el general manager Howie Roseman para añadir profundidad a una posición en la que han sufrido lesiones, el head coach de Filadelfia fue cuestionado sobre la cantidad de yardas que los 49ers generaron después de la recepción. Ante este escenario, Sirianni se rindió ante la creatividad de Shanahan en el diseño y la manera en que provocaba dudas en su defensiva con los motions y las pantallas, un contexto que el analista Greg Olsen enfatizó durante la transmisión del partido en la cadena Fox.
Este aspecto fue el que dominó, por obvias razones, las preguntas durante la conferencia de prensa. De hecho, un periodista local insistió en el hecho de cómo se preparaba una defensiva para soportar a una ofensiva tan diversa en esquemas y situaciones. Ahí llegó la respuesta más interesante de parte de Sirianni, en la que admitió que su principal responsabilidad como staff era sensibilizar a sus jugadores sobre el reto que eso implica. Incluso hablo de una descripción de puesto, en la que se establecen los planes de acción para contrarrestar los múltiples paquetes de motions.
Si alguien no vio el partido, revisando a detalle las conferencias de prensa de los entrenadores se puede dar una idea muy cercana a lo que ocurrió en Filadelfia entre los dos mejores equipos de la NFC y, a fuerza de ser sinceros, de la competición.
Es realmente sorprendente la cantidad de información a la que podemos acceder directamente de los protagonistas si prestamos atención y tenemos la suficiente curiosidad.