A propósito de que los Seattle Seahawks lucieron su uniforme retro la semana pasada, el historiador de NFL Kevin Gallagher subió un video en Twitter sobre la primera aparición en horario primetime de la franquicia fundada por un consorcio presidido por los dueños de la famosa cadena de tiendas departamentales Nordstrom.
Las imágenes remiten a un Monday Night Football celebrado el 29 de octubre de 1979, entre los Seahawks y los Falcons. El throwback me permitió recuperar la leyenda de dos personajes que no han recibido el crédito que merecen como parte de la historia sentimental de la NFL: el relator Howard Cosell, figura paradigmática de las transmisiones deportivas, y el pateador mexicano Efrén Herrera, el primer jugador nacido en México en ganar un Super Bowl.
Gallagher recuperó la cinta de un engaño de gol de campo, donde el mexicano Herrera se convirtió sorpresivamente en el destinatario de un envío suave de Jim Zorn, que en aquel entonces fungía como quarterback titular y holder. Las reacciones de asombro de Frank Gifford y Cosell, la mítica pareja de la ABC, fueron maravillosas. Especialmente del segundo, que se rindió sin reparo ante la creatividad del head coach Jack Patera con una sentencia inolvidable: “I’m telling you this is what the NFL needs! Not parity but enterprise, inventiveness!”.
Cosell se volvió un personaje fundamental de la cultura popular por varios motivos: su refinado estilo, su arrogancia intelectual, su voz de apoyo a la causa “black power” durante la protesta de los atletas John Carlos y Tommy Smith en la ceremonia de premiación de los Juegos Olímpicos de México 1968, su cercanía con el fenómeno Muhammad Ali post-Vietnam, su antagonismo con el legendario periodista Jimmy Cannon, su mítica frase “The Bronx is burning” en el contexto de los incendios que desplazaron a miles de personas en Nueva York en la década de los setenta, su cobertura del secuestro y asesinato de miembros del equipo olímpico israelí a manos de un grupo extremista palestino en Munich 1972 y por haber sido el hombre encargado de anunciar en televisión nacional la muerte del músico británico John Lennon, el Beatle más popular, tras recibir cuatro disparos con un arma de fuego en la puerta del emblemático edificio Dakota.
Herrera, por su parte, alcanzó la gloria absoluta luego de haber sido parte del roster de los Dallas Cowboys que ganaron el Super Bowl de la temporada 1977, con Tom Landry en las laterales, Roger Staubach en los controles, Harvey Martin como el garante defensivo y Tonny Dorsett como la irrupción más emocionante del año entre los novatos ofensivos. Para ser justos, el nativo de Guadalajara, Jalisco no solo fue un actor de reparto, sino que lideró la NFL en puntos extra y fue invitado a participar en el Pro Bowl de ese mismo año.
Tras aquella historia de ensueño, Herrera, egresado de los Bruins de UCLA, aceptó una mejor oferta de los Seattle Seahawks, que estaban por afrontar su tercera temporada como franquicia profesional en la NFL. Curiosamente, su salida de Dallas propició el florecimiento de otro talento mexicano en la posición de pateador: el capitalino Rafael Septién, quien se mantuvo en la organización durante casi una década, disputando y perdiendo el Super Bowl XIII frente a los Pittsburgh Steelers.
Todo eso detonó un simple throwback tuitero de Kevin Gallagher. Rasgo de buen historiador, por lo visto.