Tuvieron que pasar poco mas de 24 años para que Daniel Snyder dejara de ser parte de la NFL. El pasado 20 de julio del 2023, la asamblea de dueños aprobó la venta de los Washington Commanders el grupo lidereado por Josh Harris, dueño de los Filadelfia 76ers en la NBA y los New Jersey Devils en la NHL. El grupo de nuevos dueños lo complementa Mitchell Rales (millonario del distrito de Columbia, Earvin “el Magic” Johnson (Ex basquetbolista profesional y dueño de una parte de Los Ángeles Dodgers) y otros 10 individuos junto con dos familias que juntaron $6.05 mil millones de dólares para comprar al equipo. Esto supone el inicio de una nueva era en Washington.
El paso de Snyder por la liga se resume del lado deportivo en mediocridad, y seríamos poco exigentes con el calificativo. Cuatro gerentes generales, 10 head coaches, 27 quarterbacks, sólo 6 apariciones en playoffs, 2 victorias en esta instancia, y 3 diferentes nombres. Poco más se puede decir después de estos contundentes números en 24 años.
Del lado extra cancha es aun peor, Snyder llego a ser repudiado por la comunidad, la prensa, la afición y hasta por los demás dueños de la NFL. Un personaje con el ego más grande de la redonda, orgulloso y del cual poco bueno se podría decir. Problemas legales con el Departamento de Justicia, la Cámara de Senadores, la Casa de representantes, el FBI, la DEA, fiscales generales de dos estados y al final con la misma NFL. Puntilla que lo termino de sacar del selecto grupo de dueños.
Pero el que llega, Josh Harris, es al parecer un personaje diametralmente distinto. Sencillo, dispuesto a trabajar por la afición del equipo de Washington, de cambiar la cultura de la organización y de conseguir éxitos deportivos. En el primer entrenamiento de verano este mismo año se presentaron más de 10,000 aficionados del equipo. Una muestra de la esperanzada afición con la Nueva Era en Washington.
La nueva era no sólo queda ahí, en el plano deportivo el equipo estrena flamante coordinador ofensivo en el nombre de Eric Bieniemy, formado y creado bajo el árbol de Andy Reid – una de las mejores mentes ofensivas de tiempos recientes. Bieniemy ha impuesto su sistema y también disciplina. Su forma de trabajar y sacar el máximo provecho de sus jugadores ayudara sin duda a un cambio de mentalidad. El hombre importante será el quarterback de segundo año, Sam Howell, proveniente de la Universidad de North Carolina, en donde tuvo 3 años como titular. En pretemporada se le ha visto con tintes de poder ser el quarterback del futuro de la franquicia; aunque habrá que estar atentos, porque falta mucho para ello.
“Queremos trabajar en el equipo y en la experiencia del aficionado”, fueron las primeras palabras de Josh Harris un día después de haber sido aprobado por la asamblea de dueños. Y está cumpliendo: las instalaciones de entrenamientos del equipo estrenaron, días después, nuevas y amplias tribunas, mejores accesos, una tienda de productos y souvenirs y, por ello, se sintió una nueva energía en los entrenamientos. La afición ha regresado a apoyar. Para el primer juego de pretemporada, los aficionados que asistieron al FedEx Field pudieron presenciar mejoras en el mismo. Nuevas, modernas y mejores pantallas, así como un tablero de puntos de estreno. Pequeños detalles que hablan de la intención del nuevo grupo de dueños desde el día uno.
Incluso patrocinadores que habían abandonado al equipo han regresado recientemente a apoyar y acordar con la organización. Harris y sus socios han vuelto a hacer atractivo al equipo de Commanders: el interés de marcas por estar presente se puede ver. “El dinero es sabio”, se dice por ahí, y la afición renovada representa un potencial comercial.
En el plano deportivo, en esta pretemporada el equipo quedó invicto con 3 victorias, pero fuera de resultados que en esta instancia sirven de poco, los juegos en casa se han vivido y sentido diferentes. La afición está feliz e ilusionada de nuevo, buscan, sueñan y añoran los tiempos de gloria de los años ochenta y noventa. Se puede sentir una nueva conexión con la afición.
Los días de gloria se ven muy lejos en la capital de los Estados Unidos, pero al menos con este giro de 180 grados en su grupo de dueños, todo parece distinto. Una afición tan fiel y una historia tan profunda lo merecen.