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My call: All you need is Love

La vida deportiva de Jordan Love está marcada por la tragedia. Su padre, la persona que descubrió antes que el propio quarterback de los Green Bay Packers su destreza para lanzar el balón, murió en 2013, cuando su hijo era apenas un adolescente de 14 años. Orbin Love, un sargento de la policía de Bakersfield, California, se arrancó la vida de un disparo en su casa. Ese día Jordan Love lo tiene tatuado en el alma porque le cambió la vida. Aquel 13 de julio es el día más negro que recuerda hasta hoy. Cuando de la boca de su tía salió la terrible noticia el dolor lo desplomó de inmediato. Lloró a mares. Su padre, su amigo, su entrenador, su mentor, su modelo a seguir y su faro espiritual en un instante se había esfumado de su vida.

Y es que mientras Orbin Love se regodeaba gritando a los cuatro vientos que su hijo sería un quarterback extraordinario y todos le daban por su lado, Jordan creció alimentado por las creencias de su padre, un hombre que no conquistó su sueño de ser quarterback. Al comenzar la High School, Jordan físicamente no pintaba para ser un jugador de futbol. Era pequeño, 1.67 de estatura y 59 kilos, pero la fe de su padre era inquebrantable. "Tú vas a ser un gran quarterback", le decía. Jordan no lo creyó ni siquiera cuando en noveno grado se convirtió en el quarterback suplente del equipo de su escuela. Sentía más confianza al atrapar balones que al lanzarlos.

Utah State quarterback Jordan Love heads off the field after failing to move the ball late in the second half of an NCAA college football game against Air Force Saturday, Oct. 26, 2019, at Air Force Academy, Colo. Air Force won 31-7. (AP Photo/David Zalubowski)

Con la repentina muerte de su padre, Jordan Love tambaleó sobre su futuro. No quiso ir a terapia y decidió afrontar su dolor en soledad. ¿Cómo exponer ante algún extraño la orfandad que sentía por haber perdido al ser con quien más tiempo había compartido? Aquel que sacrificaba tiempo con sus compañeros y amigos, el mismo a quien vio levantar 10 veces seguidas una barra de 140 kilos sin soltar una gota de sudor, el que le pegó con cinta adhesiva los tenis a los pedales cuando empezó a andar en bicicleta? ¿Cómo abrir su corazón roto para contar que el resto de su vida iba a extrañar a quien fungió como entrenador asistente voluntario en casi todos los equipos en los que jugó porque no le era suficiente verlo desde las gradas?

Un par de semanas después de la muerte de Orbin, Jordan colapsó. Le dijo a su madre que dejaría el futbol. Jordan era incapaz de ver lo que su padre sí. Anna Love fue amorosa con su hijo. No quería que Jordan tomara una decisión tan enorme con el corazón hecho garras. Le imploró que jugara un año y después decidiera. Entonces las palabras del profeta Orbin se materializaron: se convirtió en quarterback titular, ya lanzaba mejor y eso le dio la suficiente confianza como para ya no querer irse y su percepción de sí mismo por fin cambió.

Utah State quarterback Jordan Love (10) celebrates after being named the Outstanding Offensive Player as interim head coach Frank Maile looks on, following the New Mexico Bowl NCAA college football game in Albuquerque, N.M., Saturday, Dec. 15, 2018. Utah State beat North Texas 52-13. (AP Photo/Andres Leighton)

Orbin Love ya no tuvo la dicha de ver que Jordan guio a su High School a una semifinal estatal, ni tampoco que obtuvo una beca universitaria en Utah State, ni cómo las hordas de socuts de la NFL llegaban sólo para verlo entrenar. Su muchacho se transformó en un hombre de 1.93 metros de estatura y 99 kilos de peso que fue la selección 26 de la primera ronda del draft de 2020, uno de los mejores prospectos y que esta semana debutará como el quarterback titular de los Packers, tras la salida de Aaron Rodgers.

Los zapatos que hereda son los del campéon y MVP del Super Bowl XLV, del 4 veces MVP de la NFL, del 7 veces Pro Bowl y futuro Salón de la Fama, quien a su vez se sentó en el trono de su majestad Brett Favre, campéon y MVP del Super Bowl XXXI, 4 veces MVP de la NFL, 10 veces Pro Bowl y miembro del Salón de la Fama.

FILE - In this Thursday, Feb. 27, 2020, file photo, Utah State quarterback Jordan Love works out at the NFL football scouting combine in Indianapolis. For the first time in two decades the New England Patriots are preparing for the NFL draft without a clear picture of who their starting quarterback will be in 2020. (AP Photo/Charlie Neibergall, File)

Jordan Love tiene enfrente el reto más grande de su vida. Por fortuna lo acompaña el aliento, el apoyo y la creencia inquebrantable de su padre, la persona que tuvo que partir este mundo para que su hijo pensara que lo imposible era posible. Orbin Love tenía una visión muy clara del futuro de Jordan, ahora a él le toca alcanzar ese destino. Ha pasado tres años sentado aprendiendo de Aaron Rodgers. El corredor A.J. Dillon dijo hace poco que desde la salida de Rodgers todo el equipo vio con buenos ojos la oportunidad que ahora tiene Jordan, el muchacho de 24 años les llena del ojo y se siente un poco como cuando al propio Rodgers le tocó recibir la estafeta de manos de Favre.

Todos estaban concentrados en lo que el quarterback tenía que decir, y cuando los muchachos respetan y realmente quieren jugar para alguien es como: ‘Está bien, esto es lo que estamos haciendo, QB1, vamos a jugar’. Definitivamente es una nueva era aquí. Creo que va a tener una carrera increíble. Estoy emocionado de ser parte del primer equipo que lo intentará. A.J. Dillon, RB de Green Bay

A Jordan Love le inspira saber que su papá no se quitó la vida porque la depresión lo empujó. Haber tomado un medicamento para controlar la presión alta lo trastornó mentalmente y no estaba en sus cabales cuando disparo el arma en su cabeza. Eso lo deja tranquilo y lo mueve a seguir adelante, porque su padre era un hombre feliz y cariñoso que era amado por los suyos y por su comunidad, y tenía una capacidad descomunal para controlar sus emociones. Jordan juega con pasión, pero también tiene la virtud del equilibrio en situaciones de alta presión.

Creo que puedo hacer cualquier pase. Necesito mejorar en cuanto a ser más inteligente, saber cuándo lanzar el balón. Ahora tengo mucha fe en mi brazo. Definitivamente trato de llevarme su calma. Y es motivador saber que esto es lo que él quería para mí. Esto es lo que vio para mí. Jordan Love, en entrevista para NFL.com
*Adaptado a partir de "In the name of Love", de Chase Goodbread, en NFL.com