Pero no todo es color de rosas para el seis veces campeón del Super Bowl y los Pats, quienes han iniciado una temporada complicada, con varias piedras autoimpuestas en su camino. La victoria ante unos Buffalo Bills, a los cuales es difícil sacarles la ficha de qué tipo de equipo son, parece ser un oasis dentro de un desierto que ha visto como el ataque de New England pasa por uno de sus peores momentos en las últimas dos décadas.
Esta situación nos obliga a plantearnos varios interrogantes sobre el futuro inmediato de los Patriots, quienes llegaron a su panorama actual gracias a una conjunción de errores en la toma de decisiones de la franquicia.
Renueva Bill Belichick, pero el cambio es obligatorio
Tener a uno de los mejores entrenadores de la historia de la liga en el sideline sin dudas es algo de lo que muchos equipos solo pueden crecer en la envidia. Sin embargo, excluir a Belichick de culpas cuando hablamos del estado actual de los Patriots sería un error, y es su propia figura la cual ha ayudado a esa caída.
Robert Kraft le extendió las llaves de la franquicia a alguien que ha demostrado capacidades de sobra para convertir a casi cualquier plantilla en una ganadora, pero que también nos dio a entender, con el tiempo, que no puede estar a cargo de la tarea de ensamblar ese roster.
El experimento de Belichick como General Manager, más allá de que parece ser una idea que apunta a dar una concordancia entre los papeles y lo que se ve dentro del emparrillado, fracasó rotundamente. New England carece de talento ofensivo, siendo en un buen día un rejunte de buenos jugadores, y quién sabe qué analogía negativa se puede usar para el ataque aquellos días en que las cosas no funcionan. Y eso nos da un excelente pie para decir…
Mac Jones no es la respuesta para los Patriots
Elegir un mariscal en la primera ronda del NFL Draft no es el final del trabajo, es apenas el principio del mismo. El egresado de Alabama llegó a la liga con un pedigree interesante, pero sobre todo con un piso de juego que le era funcional a un New England que tenía que maquillar la ida de Tom Brady con, de mínima, un QB competente. Jones, podríamos decir, lo fue al menos durante los primeros juegos de su carrera.
Pero Patriots, de manera consciente o inconsciente, le fue dando de a poco la espalda. Sin playmakers a la altura de lo que pedía esa ofensiva, y sin un coordinador fijo (o mínimamente que le aportará algo al equipo), Mac Jones tuvo una regresión lógica en su desarrollo, al punto tal que se convirtió en el material descartable dentro de una plantilla que se acerca más a una planta recicladora que a un conjunto de fútbol americano. Los intérpretes deben ser otros a partir del 2024, y eso incluye la posición de mariscal.
Por amor al deporte, que Patriots de ahora en más tenga un OC
Traer a Bill O´Brien para esta campaña fue identificar el problema por parte de New England, aunque claramente ha mostrado, por estos primeros juegos de la temporada 2023, que no será parte de la solución. Los Patriots necesitan de un coordinador ofensivo competente, que sepa identificar la solución de anémica ofensiva que ha mostrado el conjunto de Foxborough.
La decisión del nombre, y el tipo de ofensiva que tendrá que guiar nuevamente al éxito a los de Robert Kraft, dependerá de quien sea el elegido para cargar con ese ataque de ahora en más, una pregunta que no tendrá respuesta hasta que termine el año, teniendo en cuenta que, como se ha expresado antes, el QB de New England para la campaña venidera no parece estar en estos momentos en su roster.
Patriots, a pesar de una victoria que sin dudas pone una mano encima de la mesa ante los Bills, tiene que replantearse muchísimas cosas. Bill Belichick no será una de ellas, y no es necesariamente un error (sobre todo porque falta mucho para que lo podamos catalogar de esa manera), pero deberán cambiar varias cosas si la carrera de Salón de la Fama que ha tenido su entrenador en jefe se cierre como su historia lo requiere.
