El pasado 25 de diciembre los aficionados de los Kansas City Chiefs no recibieron un buen regalo de Navidad. Su equipo perdía en casa ante Las Vegas Raiders, su quinta derrota en ocho semanas, que dejaba el récord de la escuadra en un inusual, para ellos, 9-6, a falta de dos jornadas para la conclusión de la liga regular. Lo más extraño es que en su victoria, el equipo de Las Vegas no necesitó anotar un solo touchdown de ataque. Pensadlo bien, los Chiefs de Patrick Mahomes y Andy Reid, el mejor quarterback y entrenador ofensivo de su generación, no fueron capaces de sacar adelante un encuentro en el que su defensa no encajó un solo touchdown. Además, en su propio estadio. Kansas City anotó un par de touchdowns en ataque, pero concedió otros dos vía turnover (retorno de fumble y retorno de intercepción) en la derrota por 20-14. Aquella tarde los Chiefs tocaron fondo este año, pero estaban a tiempo para reconducir la situación y vaya si lo han hecho.
Después de vencer a Cincinnati Bengals en la Semana 17, asegurando el título divisional por octava temporada consecutiva, el equipo de Andy Reid ha enlazado seguramente sus dos mejores actuaciones en ataque de la temporada en los playoffs, lo que, junto a su dura defensa, le ha permitido avanzar hasta la final de conferencia por sexta campaña en sucesión. En el triunfo de Wild Cards ante Miami, Kansas City rebasó las 400 yardas en ofensiva por primera vez desde octubre, rompiendo una serie de diez partidos sin lograrlo que no tenía precedentes en la era Mahomes. El pasado domingo, en Buffalo, de nuevo el quarterback respondió a lo que nos tenía acostumbrados hasta este año, firmando su mejor rating de pasador de 2023 en una eficiente actuación en la que conectó 17/23 lanzamientos para 215 yardas y 2TD. No son los números espectaculares de otros años, pero más que suficientes para volver a tener a la liga en jaque. Veamos las características de este remodelado ataque de Chiefs que han improvisado sobre la marcha quarterback y head coach en estas últimas semanas.
Aunque tengamos la idea de Kansas City con Tyreek Hill y compañía en la cabeza, lanzando "bombas" constantemente, estos Chiefs son un equipo mucho más controlado en lo que hacen en ofensiva, especialmente en estos playoffs. Andy Reid está usando formaciones con dos o tres tight ends en casi el 60% de los snaps en el campo, lo que obliga a las defensas rivales a formar con un personal que no es su predilecto. En esta jugada ante Buffalo Bills encontramos a Mahomes en posición "pistol", con Isiah Pacheco detrás de él. Los dos tight ends están acompañando a Mahomes en el backfield. Pese a ser una situación de posible carrera, Buffalo deja a sus dos safeties profundos, lo que va a permitir que Travis Kelce (en el círculo amarillo) pueda tener un uno contra uno frente al hombre con el que querían aislarle, A.J. Klein.
El play-action en el backfield va a congelar el tiempo suficiente a los tres jugadores del segundo nivel (los dos linebackers y el slot corner Taron Johnson), mientras que las rutas profundas de los wide receivers están haciendo retroceder un poco más a los dos safeties. Esto va a crear espacio para Kelce, que además va a contar con un par de yardas extra para poder acelerar al haber salido desde el backfield en lugar de en la línea.
En el momento del pase Kelce tiene un paso ganado sobre el linebacker y ningún otro defensor de Bills está en disposición de realizar una ayuda por el concepto de rutas diseñado por Reid.
Ese play-action en el backfield tiene mucho valor porque Kansas City está pudiendo correr con Isiah Pacheco. El runningback de segundo año es un factor diferencial en este equipo. No solo añade un elemento físico por su agresivo estilo de juego (120 de sus 186 yardas de carrera en post-temporada han llegado tras contacto), sino que permite liberar muchísima presión de Mahomes, especialmente este año que apenas puede contar con dos armas fiables en el juego de pase, Kelce y el novato Rashee Rice. En final de conferencia Baltimore tendrá que limitar mucho su juego para tener una opción, pero probablemente tenga que hacerlo usando menos su personal favorito en defensa, la formación nickel (80,3% de snaps, quinta mayor marca de la NFL). Observad aquí como, de nuevo desde pistol y con personal 12 (dos tight ends en el campo), Kansas City aprovecha una defensa muy ligera para asfaltarla con la carrera. El bloqueo clave es del tight end Noah Gray #83, pero llama la atención el de Donovan Smith #79 sobre Taron Johnson #7, dos jugadores con setenta kilogramos de peso de diferencia entre ellos.
Un aspecto que tienen que cuidar los Chiefs es su rendimiento en zona roja. Las últimas veinte yardas del campo no han sido habitualmente plato de buen gusto para el entrenador Reid, pero en 2022, su equipo conquistó el anillo mostrándose mortífero (69% de conversión, segundos en la NFL) en este área. Sin embargo, esos datos han bajado considerablemente esta temporada (54%, 17º en la liga) y especialmente en playoffs los números son alarmantes (4/10 touchdowns en zona roja). Si Kansas City quiere convertirse en el primer equipo en casi veinte años que defiende exitosamente su título deberá pulir los defectos que han asolado al equipo hasta ahora. En algunas ocasiones, la llamada desde la banda no ha sido la más acertada. Mecole Hardman cometió en el divisional un fumble a escasos centímetros de la línea de marca que pudo costar carísimo en el último cuarto. Lo más significativo es que en una acción similar Hardman también había perdido el control del balón durante la primera mitad. Volver a él con el encuentro en su punto más caliente no fue la decisión más brillante de Reid. Sin embargo, el head coach también ha programado buenos conceptos que sus jugadores simplemente no han podido ejecutar. Es el caso del ejemplo que vemos a continuación.
Los Chiefs juegan rutas combinadas destinadas a atacar los dos tipos de defensa posible. Por un lado, Justin Watson (en amarillo) y Travis Kelce (en verde) van a intentar crear confusión en la zona media y que la ruta más profunda de Watson abra camino a la de Kelce por medio de un "pick" natural. Hacia la banda el concepto es el de poner mucha presión al cornerback por medio de una combinación que le estire de forma vertical con sendas rutas a diferentes niveles de altura.
La respuesta de los Bills es perfecta para lo primero que comentamos. El linebacker central corre con la ruta de Watson de forma impedida, mientras que Kelce (en verde) recibe una doble cobertura que lo saca de la jugada. Mahomes dirige entonces su mirada hacia la banda derecha. Observad cómo el cornerback #30 (en azul) está en la disyuntiva de cubrir la end zone en la parte exterior que está siendo atacada por Marquez Valdes-Scantling (en rojo), pero a la vez se ve amenazado por la ruta a la flat del runningback. El quarterback toma la decisión correcta, es agresivo en su lanzamiento y busca al wide receiver, pero el pase va fuera de sitio y los Chiefs se tienen que conformar con un nuevo field goal.
Fijaros no obstante en la protección de una línea ofensiva que no ha concedido un solo sack en los dos partidos de playoffs de los actuales campeones. Curiosamente, en 78 "dropbacks" en dos partidos en su carrera contra Baltimore, Mahomes no ha encajado un sack y ha lanzado siete touchdowns. Solo dos jugadores en la historia de los playoffs tuvieron tres partidos sin ser cazados una sola vez por la defensa rival: Mark Rypien en 1991 y Tom Brady en 2003. Ambos ganaron el campeonato aquella temporada.
Otro punto en el que quarterback y ataque flaquearon durante la liga regular fue el pase profundo (20+ yardas el balón en el aire). En la regular season, Mahomes completó 18/63 lanzamientos (28,6%) para 1TD-6INT y un pírrico rating de 34.1 En cambio, en post-temporada los Chiefs se están mostrando más en ritmo en esas acciones, como reflejan las estadísticas: 3/6 pases (50,0%), 84 yardas y 1TD para un QB rating de 135.4 Contra Buffalo, en la primera jugada tras el descanso, Reid y Mahomes sabían lo que iban a jugar, una "slot-fade" con el receptor más rápido del equipo, Valdes-Scantling. El envío y la captura fueron perfectos.
El juego terrestre de Pacheco, la protección de una línea ofensiva que puede no contar con su mejor pieza el domingo, el guard izquierdo Joe Thuney, la toma de decisiones y ejecución en la zona roja, los envíos en profundo o la utilización de personal con dos o tres tight ends en el campo. Os puedo contar mil cosas a nivel táctico, pero al final siempre hay que lidiar con el elemento improvisador de Patrick Mahomes, capaz de hacer magia con sus brazos, pero también con sus piernas.
Al dos veces MVP de la liga y del Super Bowl no le vas a engañar fácilmente. El otro día Sean McDermott intentó de todo, pero sin efectividad. Fijaros aquí como va a mandar cuatro hombres al rush de la forma más exótica posible, dos líneas interiores atacan, los dos "edge rushers" caen en cobertura, mientras que se añaden a la "presión simulada" de cuatro defensores los dos linebackers.
Estos movimientos van a generar el caos en el sistema de protección de los Chiefs, obligando a Mahomes a subir en el pocket para evitar un sack seguro. Esta vez sí, el pick natural que juegan dos receptores con puntos diferentes de salida al snap funciona, creando un espacio entre Valdes-Scantling y Rasul Douglas #31 muy peligroso, especialmente con el único safety (en azul) jugando tan profundo.
Los Bills tienen presión sobre Mahomes y todos los posibles receptores bien cubiertos, con excepción de MVS (en rojo), quien no obstante tiene un defensor por delante, el safety profundo, y otro por detrás, el cornerback.
La ventana es muy pequeña y el tiempo para reaccionar ínfimo, pero Mahomes procesa todo esto en décimas de segundo y completa un pase que probablemente sólo esté al alcance de él.
El domingo en Baltimore los Chiefs tendrán el examen definitivo, ante un equipo en mejores condiciones físicas que Miami y Buffalo y con un sistema realmente fascinante que pone sobre la mesa el candidato a head coach Mike Macdonald. Será un duelo digno de ver y que no podemos perdernos de ninguna manera. Aquí vienen Patrick Mahomes y los Kansas City Chiefs.
