Con el Scouting Combine en marcha y el Draft 2023 en el horizonte, me propuse a hablar con Ian Rountree, analista de NCAA en Máximo Avance y scout certificado, para encontrar pistas sobre el arte de evaluar prospectos NFL.
No exagero cuando digo que Ian es la persona que mejor entiende y conoce en México el ecosistema de futbol americano colegial.
¿Qué tan decisivo es el Scouting Combine con miras a hacer lecturas anticipadas sobre los prospectos?
La gran mayoría de las calificaciones de los prospectos están ya fijadas en un 70-80 por ciento. El combine únicamente te obliga a mover un poco a los jugadores en tu board; pero si un jugador no se vio bien en tape durante dos años, no importa que tan rápido sea o que tan fuera sea, es muy poco lo que cambia. Si lo vemos desde la perspectiva física y atlética, realmente el combine no es tan decisivo.
Los aspectos que sí son sumamente importantes del combine, y los fanáticos no tenemos a acceso a esto, son, en primer lugar, las medidas. Muchos de estos jugadores nunca han sido medidos correctamente. Todos los rosters del mundo mienten. El combine y el Senior Bowl suponen la primera vez en que estos jugadores realmente son medidos. Dos: las evaluaciones médicas. Es decir, que te revisen todos los doctores de todos los equipos, que te saquen todas las radiografías necesarias. Tres: las entrevistas. Todos estos jugadores se entrevistarán por primera vez con gerentes generales y entrenadores principales. Sentarte frente a un Andy Reid, un Bill Belichick no es lo mismo que sentarte con un scout.
¿Qué aspectos se sobrestiman y qué aspectos se subestiman a la hora de evaluar a un prospecto?
Están muy sobrevalorados, en general, los aspectos físicos y atléticos. ¿Son importantes? Claro que son importantes, pero son parte de una evaluación mucho más grande. Existe cierto estándar atlético con el que tienen que cumplir los jugadores. Un jugador con mucha producción en colegial no necesariamente es el mejor atleta. Los fanáticos se dejan llevar mucho por la palabra llamada "talento". No es talento. Talento es una palabra floja que usan para no explicar porque un jugador es mejor que otro. ¿Es más rápido, es más explosivo? ¿Qué es lo que lo hace mejor? El combine expone ciertas cosas. En ese sentido, sí te puede dar una idea del estándar en el que puede estar colocado el jugador en el futuro. Otro aspecto muy sobrestimado son las 40 yardas. Hay dos o tres casos al año que sorprenden a todo el planeta. De pronto crees que es un jugador de 4.5 y en realidad es un jugador de 4.3 y puede que esto provoque que un jugador suba en el ranking, pero no lo convierte de una quinta ronda a primera ronda.
Por otro lado, el aspecto más subestimado son las mediciones. Existen parámetros históricos, muy bien establecidos, acerca de los jugadores y las posiciones, y todos los rosters en el mundo mienten al respecto. Todos hacen que sus jugadores se vean más grandes, más fuertes, más rápidos. Tienes que cumplir ciertos estándares para que tu valor como jugador se mantenga.
¿Qué tipo de narrativa impera en la clase de este año? ¿Hay alguna posición particularmente fértil?
La gente tiende a pensar, erróneamente, que todas las clases son más o menos iguales y que siempre hay 32 jugadores que ameritan una primera ronda. El promedio de jugadores anuales que ameritan una primera ronda suele ser alrededor de veinte. Es más, la data nos muestra históricamente que del 1 al 20 son básicamente el mismo jugador, a nivel de calificaciones. Y que del 20 al 40 también son básicamente el mismo jugador. Este año las tres posiciones más fuertes son edge players, ala cerradas y cornerbacks. Esas son las tres más profundas y mejor rankeadas este año. Y en términos generales, podemos decir que la narrativa es que estamos ante una generación que carece de muchos jugadores de impacto inmediato. Si bien estamos hablando que esta generación pueda tener, redondeándolo, cerca de 15 jugadores con calificación primera ronda, realmente solo hay cinco jugadores con calificación élite: los tres quarterbacks, Jalen Carter, el DT de Georgia, y Will Anderson, el edge player de Alabama. Es una generación profunda, donde puedes encontrar titulares en la liga incluso en la quinta ronda, pero que no tiene muchos jugadores capaces de ser All-Pro el primer año.
De cara al draft, ¿qué jugadores te han provocado mayor conmoción?
En el caso de los quarterbacks, mi favorito es Will Levis, de Kentucky. Lo veo como una selección top 4 o top 5. Percibo que en muy pocos lugares está como quarterback número uno, aunque a mí como prospecto es el que más me gusta. Es el que más upside creo que tiene, junto a Anthony Richardson, de Florida, que está más abajo en calificaciones. En cuanto a corredores mi favorito es Zack Charbonette, de UCLA. Quizá se puede colar en segundo ronda, pero yo creo que es talento de tercera ronda. Entre los linieros internos, aunque todos hablan de John Michael Schmitz, a mí me encanta Joe Tippmann, de Wisconsin. En la generación de los tackles hay varios prospectos de primera ronda, pero yo me quedo con Peter Skoronski, de North Western, una calca de Rashawn Slater, quien tuvo una gran temporada de novato con los Chargers en 2021. En términos generales, no es una generación muy profunda en cuanto a receptores. Para mí, Zay Flowers, de Boston College, va a dar mucho de que hablar. En alas cerradas pienso en Dalton Kincaid, de Utah. En el caso de la línea defensiva, entre los internos, me gusta Keeanu Benton, de Wisconsin. No por arriba de Jalen Garret, es cierto, pero es un estilo de juego que me encanta. Entre los edge players, estoy enamorado de Keion White, de Georgia Tech, quizá un prospecto de finales de primera ronda o principios de segunda. De los linebackers me gusta mucho Drew Sanders, de Arkansas. En el caso de los corners, me llama la atención Julius Brents, de Kansas State, quien puede que se cuele a la tercera ronda, aunque yo creo que es una cuarta. Pasando a los safeties, me emociona mucho JL Skinner, de Boise State, al que creo que poco a poco irá conociendo más y más gente.