Cambiar el horario en el que se juega un partido de football podría parecer un movimiento sencillo. En vez de que los equipos se presenten un día a una hora, lo hacen en otra. Después de todo el juego es el mismo, el rival y la sede no cambian, no debería de haber mayor problema. Sin embargo, cuando este juego es de NFL hay muchas partes a las que un cambio así impacta. Aquí las exploramos entre dólares y yardas.
Una liga como la NFL normalmente busca mejorar el espectáculo de su producto final, es decir de los partidos. Recordemos que se trata de un producto muy escaso y que se concentra en una época específica del año, por lo que hacer que cada momento tenga un brillo propio es una prioridad.
Una vez que tenemos esto claro, entonces entendemos la razón por la cual la liga coloca su producto en horarios premium, es decir momentos en los que puede maximizar la atención. Algunos ejemplos claros:
- El nuevo partido que será jugado en "Black Friday" (un día después de Thanksgiving), el cual pretende aprovechar un momento en el que se sabe que la gente en Estados Unidos está en su casa.
- En diciembre, usa los sábados en la noche aprovechando que la NCAA ha terminado su temporada y existe una audiencia acostumbrada a consumir football en ese horario.
- No publica los horarios de la semana 18 desde mayo, para así detectar los partidos de mayor interés y colocarlos en los mejores horarios en uno de los puntos más álgidos de la temporada.
Las razones de negocio
No podemos dejar de hablar del aficionado; estos cambios pueden causar inconvenientes de agenda y arreglos de viaje para los que deciden emprender la aventura de ir a otra ciudad, estado o país para ver un partido en persona desde el estadio en el que sucede.
Sin embargo estos inconvenientes, ante los ojos de la liga, parecen ser marginales con respecto al "bien de la mayoría". Es decir, los 70 u 80 mil aficionados que asisten a un partido en el estadio son apenas aproximadamente el 0.4% de la cantidad de gente que ve el partido mediante una transmisión de televisión o streaming, unos 16.7 millones en promedio en 2022.
Después de todo la liga en su comunicación oficial indica que quien tenga boletos de temporada o para un solo encuentro deberá estar pendiente de los posibles cambios de horario y hacer sus planes de acuerdo a eso.
De tal forma que sí, los cambios en los partidos de horario estelar son un movimiento para mejorar el espectáculo, pero son, sobre todo, movimientos con los que la liga procura a sus más importantes clientes: las televisoras y servicios de streaming, quienes representan por mucho la mayor parte de sus ingresos. Un beneficio colateral es el hecho de tener partidos más atractivos en horarios que facilitan su exposición a la mayor cantidad de gente posible y eso ayuda a que un aficionado casual se interese más en la NFL.
El hecho de que los equipos deban alterar sus sus ciclos de preparación para el siguiente partido, además de las implicaciones operativas y logísticas, sumado a que los jugadores también deban cambiar sus ciclos de recuperación entre juegos, pasa a segundo o tercer término.
Desde cambiar el horario del chárter que llevará al equipo de una ciudad a otra y modificar las reservaciones de hotel, tener más o menos tiempo, según sea el caso, para elaborar e instalar un plan de juego, hasta los días de rehabilitación de lesiones menores de los jugadores, son aspectos que se ven afectados por este tipo de cambios.
El proceso para hacer los cambios
Para tratar de maximizar las oportunidades de conseguir el mejor producto en horario estelar y hacer el menor de los daños a los aficionados, equipos y jugadores, existen una serie de condiciones que se deben cumplir antes de que se tome la decisión de cambiar de horario un partido.
Los partidos de domingo por la noche llevan años con la posibilidad de ser intercambiados, es por eso que las reglas son más relajadas, pero este año se agregan los de lunes y jueves.
Para los de domingo, entre la semana 5 y la 10 se pueden cambiar solo dos partidos, pero entre la semana 11 y la 17 estos cambios se hacen a discreción de la NFL. En el caso de los lunes se pueden hacer todos los cambios que se consideren convenientes entre las semana 12 y 17, ninguno antes de eso. Si hablamos de los jueves en la noche, aquí solo se podrá cambiar un máximo de dos juegos entre las semanas 13 y 17.
La anticipación con la que se decide y se da a conocer el cambio es un aspecto importante. Para los de domingo en la noche, entre la semana 5 y la 13 y los de lunes entre las semanas 12 y 17, el anuncio se debe dar con un mínimo de 12 días de anticipación. En el caso de los juegos de de domingo en la noche de semana 14 a 17 la decisión y anuncio vendrá a más tardar con seis días de anticipación. En el caso de los cambios de jueves, la decisión deberá tomarse a más tardar con 28 días de anticipación de la fecha del encuentro.
Algo importante a tener en cuenta es que únicamente los partidos programados para la tarde, es decir a las 4:05 y 4:25 pm, son elegibles para moverse a horarios nocturnos de domingo, lunes o jueves. Además, estos mismos encuentros pueden ser cambiados al horario de la 1:00 pm. Es decir, que lo único que no puede pasar es que un juego que inicia temprano pase a la noche.
Utilizando una frase de Andrew Brandt: "El negocio de la NFL siempre gana", lo cual queda claro una vez más en este caso.