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El enigma que Kyle Shanahan no descifró

Durante la Segunda Guerra Mundial, una de las herramientas de combate más efectivas de la Alemania Nazi fue su máquina Enigma. Ésta era una herramienta electromecánica parecida a una máquina de escribir, que le permitía cifrar todas sus comunicaciones entre los miembros de su ejército, que sólo serían desencriptadas por otra herramienta idéntica en otro punto del mapa. Ese control de las comunicaciones se convirtió en una ventaja superlativa frente a sus enemigos aliados durante gran parte de la guerra. Fue por ello que ingleses, franceses y alemanes (ayudados por los polacos, quienes interceptaron la primera máquina Enigma) no escatimaron tiempo ni esfuerzo para conocer el significado de los mensajes de sus enemigos.

Inventada a principios de los años 20 para el cifrado de mensajes comerciales, fue utilizada por el ejército alemán a partir de 1931, y no fue desencriptada hasta 10 años más tarde gracias a los esfuerzos del departamento de criptoanalistas británicos de Alan Touring. Una vez encontraron la forma de interceptar los mensajes del enemigo, los usaron con moderación para anticiparse con sus decisiones a las de los alemanes y poder así ganar la guerra, la cual se piensa que acortaron hasta en 2 años.

Durante los recientes playoffs de la NFL, los Kansas City Chiefs (a quienes ni mucho menos quiero comparar con la Alemania bélica) nos han estado mandando mensajes constantemente, hasta el punto de que el pasado domingo estos fueron menos encriptados que de costumbre y podrían habernos hecho ver con antelación cuál iba a ser el desenlace.

Por primera vez en la era Mahomes-Reid, los Chiefs han tenido que llegar al gran partido visitando estadios ajenos en lugar de vivir cómodamente en Arrowhead. Por si fuera poco, el tramo final de Kelce parecía indicar que el QB de los Chiefs se quedaba solo, pero los mensajes que los vigentes campeones mandaban constantemente eran diferentes, y no pudimos descifrarlos hasta la Superbowl. Los Chiefs se reinventan cada año para ganarte de una manera diferente, incluso apoyándose en la defensa. Pueden dosificar su esfuerzo y su riesgo, incluso a Kelce, para que aparezca sólo en los momentos importantes, porque siempre aparece. Me recordó al Gronkowski del anillo en Tampa Bay. Y pueden parecer conformistas, cuando en realidad te están matando lentamente.

Todos sabíamos que a los Chiefs pre-2024 no se les ganaba anotando de 3 en 3, pero atribuímos la victoria frente a Miami a la ventaja de jugar con frío, la de Bills a una patada fallada a falta de casi dos minutos, y la de Ravens a una defensa superlativa que forzó un fumble decisivo cuando Zay Flowers estaba a punto de invadir su endzone. La realidad es que los Chiefs nunca perdieron el control sobre sus partidos, porque hasta el domingo, no hubo nadie que estuviera ni cerca de dominarles y con capacidad de rematarles.

Kansas City Chiefs quarterback Patrick Mahomes (15) drinks during a time out as Chiefs head coach Andy Reid stands during the first half of the NFL Super Bowl 58 football game against the San Francisco 49ers Sunday, Feb. 11, 2024, in Las Vegas. (AP Photo/Abbie Parr)

Como Alan Touring descifrando Enigma, reconozco que di palos de ciego hasta el último drive del tiempo reglamentado. Esos casi 2 últimos minutos finales me parecieron una obra de teatro, un ballet milimetrado. Me parecieron el ejército británico avanzando mientras neutralizaban a los alemanes al ritmo que le permitía no desvelar que habían descifrado aquella encriptación imposible, para que no la cambiaran. Los Chiefs cruzaban el campo en busca de los 3 puntos que le dieran el empate, a la vez que agotaban el reloj para no dejar el último balón a los 49ers. Procastinando el uso de los 2 tiempos muertos que Shanahan les había perdonado con sus pases del final del drive anterior.

El chispazo en mi cabeza fueron los últimos 40 segundos, en la frontera del *field goal range*, justo tras usar el primero de esos tiempos muertos. Patrick Mahomes, con el derroche de confianza y autosuficiencia habitual en momentos como ese, con fe ciega en Harrison Butker o en la jugada extra que Andy Reid siempre se saca de su cartulina, ya había resuelto el crucigrama. No era necesario cerrar el partido aún, incluso perdiendo el sorteo para el primer balón del tiempo extra, ellos decidirían que pasaría. Shanahan había preferido chutar una patada de 53 yardas antes que jugarse un 4ª y 4 que habría desangrado el reloj a su favor, y que de convertirlo, le habría dado el 6º anillo a San Francisco. Les había dejado el último balón exponiéndose a que ellos pudieran decidir el desenlace, de la misma manera que les hemos visto hacer muchas veces, y en menos tiempo. El mensaje era claro: "Podemos ir a la prórroga porque Shanahan no será agresivo si tiene el primer balón en ella."

San Francisco 49ers head coach Kyle Shanahan looks to his playbook during the NFL Super Bowl LVIII game against the Kansas City Chiefs on Sunday, February 11, 2024 in Las Vegas, Nevada. (Ben Liebenberg via AP)

Lo realmente curioso es que 49ers probablemente habría perdido antes el partido si Moody hubiera anotado el extra point que falló al inicio del 4º cuarto. La diferencia de 4 puntos habría exigido a Kansas jugar esos casi 2 minutos finales a 4 downs y a la endzone. Y ya sabemos cómo suele terminar eso. De hecho, lo recordamos poco después.

Pasamos constantemente por alto que nuestras decisiones, en la vida al igual que en competición, no son definitivas en sí mismas, porque tienen un efecto en la percepción que los demás tienen de nosotros. Eso les hará actuar posteriormente en función de cómo nos hemos mostrado ante ellos con esas decisiones. Y ahí Shanahan levantó sus cartas. Eso influyó a buen seguro en que Kansas no se viera en la necesidad de ir a por el partido en ese último drive. Eso, y decodificar los blitzes de Wilks y de su defensa partida por la mitad, así como su cansancio físico. Seguro que me dejo cosas que Mahomes vio y mis ojos no pudieron.

El caso es que llegó la prórroga y el entrenador de 49ers decidió recibir el primer balón, pensando que probablemente tendría un tercero para cerrar la función (como reconoció tras el partido). Por el mismo razonamiento que acabo de exponer, en mi opinión Shanahan no se equivocó por elegir tener el primer balón, sino por cómo lo usó. La nueva norma de la prórroga le garantiza una posesión a cada equipo. Eso hace que si quieres asegurarte el tercer balón, que te daría la victoria en caso de anotar, debes sumar los 8 puntos de un touchdown y la conversión de 2. Sobre todo si tienes a los Chiefs delante. Ahí creo que el genio ofensivo, que es un excelso táctico, demostró ser un mal estratega, que no es para nada lo mismo. Desencriptar a Kansas City nos ha mostrado que Andy Reid ha tenido un plan durante toda la temporada, durante todos los playoffs, y sobre todo en la Superbowl. En todo plan hay un momento para ganar, para ir a por todo, a por lo que quieres, porque lo crees tuyo. Y en el de Andy Reid siempre hay una jugada más para ese momento.

Estoy convencido de que los Chiefs habrían elegido igualmente la segunda posesión en caso de haber ganado el sorteo, porque sabían que Shanahan volvería a conformarse con los 3 puntos en una situación límite de 4º down medio o largo. Jugar a 4 downs con media prórroga por delante era una situación confortable para ellos. Por toda esa fase de tanteo en la que creímos que los 49ers dominaron a los Chiefs, estos habían descifrado el enigma de Shanahan y sabían que nunca le querrían devolver el balón. Fueron demasiados mensajes interceptados: su playcalling y decisiones con el 10-0, no rentabilizar el fumble y la interceptación del 3er cuarto, sus 4ºs downs no jugados,…  

Esos 4ºs downs no han dejado de recorrer cabeza de Purdy, que reconoció en rueda de prensa que deberían haber jugado a por los 7 puntos en ellos. En la vida debes elegir entre ser de los que conviven con sus errores valientes mientras se preparan para resarcirse, o ser de los que se atormentan con sus fallos pensando cómo podrían haberlos evitado. Aplazar tanto el ir a por la victoria le coloca a San Francisco en el lado desagradable de esta disyuntiva. En el otro, un Mahomes desatado en los últimos drives hundía barcos en la bahía completando un pase tras otro, muchos de ellos a su 'arma secreta' Travis Kelce.

Kansas City Chiefs tight end Travis Kelce (87) runs with the ball during the NFL Super Bowl 58 football game between the San Francisco 49ers and the Kansas City Chiefs, Sunday, Feb. 11, 2024, in Las Vegas. The Chiefs defeated the 49ers in overtime, 25-22. (Michael Owens via AP)

Para San Francisco ha llegado la hora de ser honestos y auditarse tras otro batacazo. ¿Cuántas decepciones más van a soportar los DeBartolo y la afición minera? La ventana de oportunidad podría estar cerrándose y pronto será hora de decidir sobre el contrato de Purdy y otras de sus estrellas. La guerra de Shanahan y los 49ers se está empezando a poner fea y empieza a ser tarde para este proyecto descodificar la forma de ganar a unos Chiefs a los que se les está poniendo cara de Real Madrid en Champions, cuerpo de Bulls de Jordan y mentalidad de Djokovic, currante en tierra y elegante en hierba. La NFL entera debe aliarse en búsqueda de la forma de evitar que la nueva dinastía del football invada la moral de todos y se prolongue por muchos mas años, porque pronto volverán a encriptar su juego y el resto tendrá que empezar otra vez de cero.