La NFL está poniéndolo muy difícil para creer en prácticamente ningún equipo, todavía no se ha cumplido un mes de competición y todos los teóricos favoritos han mostrado alguna costura, resultando complicado confiar ciegamente en casi nadie. De entre los que mejor lo están haciendo, destacan los Minnesota Vikings, que demuestran ser una realidad tanto en ataque como en defensa. Apenas quedan cuatro invictos, los Chiefs, sin jugar especialmente bien en ataque, siempre encuentran la manera de ganar; los Steelers lo están haciendo desde la defensa, dejando a sus rivales en menos de 10 puntos por partido; para Seattle, la mezcla de la implantación del sistema defensivo de Mike McDonald y un Geno Smith jugando al nivel de los mejores QBs de la liga, los mantiene sin conocer la derrota. Lo de los Bills es caso aparte porque, a la chita callando y sin llamar la atención, han construido uno de los ataques más sólidos y fiables de la NFL y su defensa está mucho mejor de lo que se podía esperar. Son ahora mismo, uno de los equipos más equilibrados de la NFL, cuyo nivel se eleva gracias a un Josh Allen superlativo.
Pero estos son la excepción, en la NFL lo normal está siendo fallar e incluso decepcionar en muchos casos. Vamos a revisar lo más relevante de entre lo bueno y lo malo:
Los Vikings asombran con su brillantez
Hay muchas preguntas sobre si los equipos que han sorprendido en el arranque de temporada son de verdad o solamente una afortunada casualidad que ha provocado que comiencen entonados. En el caso de los Vikings sobran los motivos para pensar que son toda una realidad. Las dos cosas que más llaman la atención son, sin lugar a dudas, el nivel mostrado por Sam Darnold y, por encima de todo, lo que Brian Flores está haciendo con una defensa sin superestrellas pero que como colectivo anula, confunde y revienta a los ataques rivales.
Con Darnold está sucediendo que por fin está mostrando el nivel que se suponía cuando llegó a la NFL. Tras su catastrófico periplo por Nueva York con los Jets, su testimonial aunque positiva etapa en Carolina –donde jugó bien– y su temporada como backup de Purdy en San Francisco, por fin ha llegado para él la oportunidad adecuada en Minnesota y hay que reconocer que la está aprovechando. Y digo que es la adecuada porque el contexto lo es todo. Lo que Kevin O'Connell le ofrece es un sistema ofensivo equilibrado, donde la carrera está siendo muy eficiente (poco se está hablando de lo buena que es la carrera de los Vikings) y a partir de ahí, un juego aéreo donde se está sacando lo mejor de Darnold. Su brazo es una de sus mayores virtudes y la están sacando a pasear, incluso en downs tempranos, sin rubor de disparar para buscar a Jefferson y poner a prueba a las secundarias rivales –en muchas ocasiones, batiéndolas– pero además, y aquí es donde se intuye la evolución de Darnold como Quarterback, todo el juego que tiene frente a sus ojos en las primeras yardas que viene tras la línea de scrimmage. Sam Darnold pecó siempre de precipitarse en el pocket, de forzar lanzamientos donde no había ventajas y de poner el balón en riesgo en demasiadas ocasiones. "Veía fantasmas" cuando le presionaban. Ahora nos estamos encontrando un QB mucho más sólido en el pocket, capaz de seguir la progresión de las rutas de sus receptores y tener paciencia para encontrar el pase adecuado, trabajando la zona underneath más y mejor de lo que lo hacía antaño. Aunque es cierto que todavía rifa el balón de vez en cuando, pero no tanto como hace unos años.
El contexto le ayuda pero él está jugando a un nivel excelso. Está siendo, sin exagerar, uno de los mejores QBs de la NFL en estos primeros compases de la temporada. Y para quien piense que la oportunidad le llega tarde y que ya no tiene recorrido en su carrera, ni podrá encontrar otro lugar donde poder ser un QB titular cuando JJ McCarthy se recupere y tome el relevo en el pocket de los Vikings, presumiblemente la próxima temporada, no está de más recordar que Sam Darnold es más joven que Joe Burrow, que Lamar Jackson o que Josh Allen, que apenas tiene 27 años y que su carrera en la NFL tiene todavía muchos episodios por delante. Por el momento, se está ganando la oportunidad de que alguien apueste por él como titular a largo plazo.
Que Darnold aguante a nivel MVP es complicado pero la candidatura de Kevin o'Connell a entrenador del año está cogiendo fuerza desde bien pronto. Estos Vikings no parecen los de hace un par de años, cuando acumularon victorias por encima de los dos dígitos y se llevaron un buen puñado de victorias por una anotación pero la impresión que daban era que, llegados los Playoffs, se irían a la primera de cambio (que fue exactamente lo que pasó), esta versión de los Vikings parece del todo sostenible.
Y si lo es, en buena parte es gracias a la defensa. Brian Flores está construyendo un ecosistema que disfraza pre snap lo que van a ejecutar y engaña constantemente a las ofensivas rivales, confunde a los QBs, los retrasa y los hace fallar. Es una defensa sin estrellas pero llena de jugadores que encajan en la propuesta y brillan en el papel que les es asignado. Si la pasada semana contra los 49ers, el blitz fue el protagonista; en esta ocasión contra los Texans, fueron las presiones simuladas las que volvieron loco a un Stroud al que no ayudaron desde la banda. Presiones simuladas que enseñaban blitz pero acaban en muchas ocasiones yendo solo con cuatro jugadores a por el QB pero creaban el mismo efecto que enviar jugadores extra y tenía a jugadores de línea ofensiva bloqueando sombras, mientras los Pass Rushers llegaban liberados y la protección en cobertura quedaba garantizada. Tres de los cinco sacks logrados por los Vikings fueron enviando solo cuatro jugadores a por Stroud.
Decía que Stroud recibió poca ayuda desde la banda porque Bobby Slowik no encontró respuestas para la propuesta de Flores, de hecho, incluso le facilitó el trabajo a la defensiva vikinga. Insistió en carreras previsibles en downs tempranos que desembocaron en situaciones obvias de pase en terceros downs, donde la defensa de los Vikings se da auténticos festines. En muchas ocasiones se vio cómo en primeros y segundos downs los jugadores del front7 de Minnesota sabían que tenían que correr hacia adelante porque esperaban la carrera de los Texans, se anticipaban creando carreras poco efectivas y acaban metiendo en un hoyo a Stroud en terceros y largos, de los que no le dejaban salir. En esta ocasión, hay que poner más en el debe del coordinador ofensivo de los Texans que a su QB, que fue más una víctima de la situación en la que lo metió su entrenador.
La vuelta a las raíces de los Pittsburgh Steelers
Si esta es una NFL donde lo que funciona es la defensa y la carrera, los Steelers están dando en el clavo. Siempre fue la identidad que en el pasado los hizo triunfar y esta temporada están apostando con todo por un estilo que saben que dominan. Realmente, los tres o cuatro mejores jugadores del roster de Pittsburgh son jugadores defensivos… TJ Watt sin duda es el mejor, Fitzpatrick, Cam Hayward y hasta Highsmith pueden ser lo mejor que tiene esta plantilla, por lo que es lógico que la apuesta sea por defender mejor que nadie y no meterse en líos en ataque. Y es justo lo que está sucediendo. La de los Steelers es, de largo, la mejor defensa de la NFL en lo que llevamos de temporada. Lo es porque encaja menos de diez puntos por partido, algo de por sí muy llamativo, pero también por su dominio en situaciones de tercer down. Los Steelers han afrontado 32 terceros downs en contra en las tres primeras jornadas de liga y solamente han permitido convertir 7 de ellos. Si brillas en un aspecto tan decisivo del juego como ese, tu vida es mucho más fácil. Vaya si lo es, cuando en el ratio de efectividad, la ofensiva acerera es la 31 de 32 en la NFL. Pero han sacrificado efectividad por seguridad, no se meten en líos. En eso, Justin Fields ha dado un paso enorme: No pone el balón en riesgo, es capaz de ejecutar lo que le piden con su brazo, de tirar de piernas cuando es necesario… Ahora mismo me cuesta mucho encontrar un argumento para pensar que Russell Wilson le pueda arrebatar el puesto de titular, al menos en el corto plazo.
Por el momento, los Steelers lideran invictos la durísima AFC Norte y tienen una buena renta de tres victorias. Tengo curiosidad por saber si serán capaces de lograr que esta fórmula funcione cuando lleguen rivales más exigentes, pero hasta el momento, no hay muchas pegas que ponerles. Tienen una identidad, un estilo y lo aplican con éxito.
Los Ravens son capaces de parecer aspirantes a todo y de arruinarlo en el mismo partido
Durante tres cuartos, los Baltimore Ravens lucieron como de ellos hemos esperado siempre. Apisonaron a su rival, le dejaron sin argumentos, marcaron el ritmo del partido y lo tuvieron dominado, al menos durante los primeros 50 minutos. En esos algo más de tres cuartos, pusieron en evidencia a los Dallas Cowboys, sí, especialmente a su defensa; sin embargo, el demérito de un equipo entregado como lo son los Cowboys, especialmente en su defensa, no puede opacar los ajustes y las mejoras que vimos en una ofensiva raven que todavía no nos había acabado de convencer. Pequeños ajustes como abandonar la RPO (Run-Pass Option) y sustituirla por zone read, consiguió activar al mejor Derrick Henry. ¿Por qué? Porque dejaron de jugar en función de lo que les dictaban las defensas y pasaron ellos a tener el control. Primero cebando con Henry para que fuera Lamar el que ejecutara tirando de piernas –con carreras explosivas y con big plays de pase saliendo del pocket– y una vez logrado el caos en la defensa rival, golpeando con la versión clásica de King Henry, que cuando alcanza el segundo nivel, se quita defensores como si fueran mosquitos.
En defensa, lo mejor para los Ravens fue limitar el número de penalizaciones, que en los anteriores partidos les resultaron costosas. Aunque aquí lo que llama la atención es la manía que han adquirido en Baltimore de complicarse la vida cuando tienen los partidos encarrilados. Ya metidos en el último cuarto, los Ravens ganaban 28-6 y la sensación de paliza y de superioridad era plena. No obstante, unos diez minutos después, el marcador en Arlington, Texas, reflejaba un preocupante 28-25 y si el desastre no se llegó a consumar fue gracias a un Lamar Jackson que acudió al rescate in extremis.
Son ya demasiadas veces las que los Ravens se han dejado remontar, desde 2021 acumulan 10 derrotas cuando en la segunda mitad ganaban por 7 o más puntos, el equipo que más veces ha perdido en esa situación en los últimos tres años y con diferencia. Hay que girarse a Harbaugh y si realmente Baltimore quiere ser campeón, ese es un defecto que deben corregir, porque en Playoffs nadie te perdona.
San Francisco, ¿tenemos un problema?
El recurso sencillo para explicar la derrota de los 49ers es que no contaban con McCaffrey, Deebo ni Kittle. Básicamente, como decir que les faltaba lo que les hace especiales. Lo que no podemos olvidar si afirmamos eso, es que enfrente estaban unos Rams con media plantilla en la enfermería. Y con ese tablero de juego y esas fichas, McVay fue superior a Shanahan. El planteamiento del entrenador de los Rams se entiende muy fácil: atacar evitando en todo momento a Fred Warner, correr lo más lejos del LB superestrella de los 49ers… y esa fórmula funcionó. Con el juego de carrera dieron aire a una OL completamente raquítica y a partir de ahí, pusieron el balón en manos de Stafford, que encontró los huecos en la secundaría de San Francisco.
En el otro lado, Purdy jugó a un altísimo nivel. Jennings hizo el partido de su vida mientras a Brandon Aiyuk aún se le está esperando. Pero esto no fue suficiente. Y esto te hace pensar qué pasará si a Purdy lo renuevan por 50 millones al año y eso implica desprenderse de alguna de las piezas clave. ¿Perderán los 49ers esa magia como sucedió el domingo en Los Ángeles? No podemos tener la respuesta a eso todavía. De momento, lo que sí debe preocupar es una defensa falta de energía, con una línea defensiva que no afectó al ataque de los Rams como de ella se podría esperar –y que además parece que pierde a Javon Hargrave para el resto de la temporada– y de un Nick Bosa muy lejos de la imagen imponente a la que nos tenía acostumbrados hace un tiempo.
Quizá es muy pronto para encender ninguna alarma, pero si los 49ers quieren ser de nuevo un equipo de Super Bowl van a tener que mejorar mucho.
Dallas es un proyecto fallido
Que el conato de remontada en el último cuarto no desvíe las miradas de una realidad muy incómoda para estos Dallas Cowboys: Los tejanos son un equipo blando, sin identidad ni respuestas, sin el empaque necesario para prosperar esta temporada. La defensa no es capaz de parar la carrera y eso la condiciona por completo. El ataque es incapaz de establecer la carrera y eso lo condiciona por completo. Prescott se fue ante los Ravens a las casi 400 yardas aéreas, dos pases de touchdown y ningún turnover en un partido en el que CeeDee Lamb estuvo muy poco afortunado. No es la ocasión de acudir al QB de los Cowboys a la hora de buscar culpables.
Lo que sí empieza a enseñar este equipo, nada más arrancar la temporada, es que no tiene lo que hay que tener para pelear por grandes cotas.
Los Eagles se encuentran a sí mismos aunque están lejos de la perfección
La victoria de los Eagles se explica por algo que nos viene sonando mucho esta temporada: Defensa y carrera. La que estaba siendo una de las peores unidades defensivas, especialmente contra la carrera, apareció a lo grande en Nueva Orleans contra el que venía como el mejor ataque del arranque de campaña en la NFL. Y Philadelphia dejó a los Saints en 12 puntos. Anuló el juego terrestre en downs tempranos, Kamara apenas pudo conseguir carreras exitosas y Jalen Carter dominó a placer a una OL de los Saints que perdió a dos jugadores por lesión. Complicando los terceros downs y forzando a los Saints a situaciones obvias de pase en las que eran más previsibles, la secundaria de Philly también elevó el nivel. Desde ahí se comenzó a fraguar la victoria, aunque durante muchos minutos el ataque no acompañó. Jalen Hurts volvió a caer en los turnovers, seis acumula en los tres partidos que llevamos de temporada y 26 si echamos la vista atrás al comienzo de la pasada campaña, más que ningún otro jugador en la NFL. Y eso que tuvo acciones de mérito, pero sigue llegando tarde a algunos pases, sigue abandonando el pocket sin un plan y sigue sumando malas decisiones. El que sí está al nivel y vino al rescate fue Saquon Barkley, que ahora mismo es el mejor RB de la NFL y también uno de los mejores jugadores. El ex de los Giants apareció para anotar un touchdown explosivo por tierra de 65 yardas, que cambió el partido y le dio a su equipo la confianza ofensiva que necesitaban.
Las cosas no son perfectas en Philadelphia y su entrenador Nick Sirianni y su toma de decisiones no ayuda, pero el equipo se coloca 2-1 y su división está muy al alcance, siendo los Eagles claramente el mejor equipo de la misma.
Los Chiefs no juegan bien pero ganan siempre
Con los Kansas City Chiefs es muy difícil diagnosticar lo que está sucediendo porque si los ves jugar, la sensaciones no son buenas; el ataque parece gripado, Mahomes tiene la mejor cantidad de yardas por pase de su carrera, Kelce de momento no existe y sin Pacheco el juego de carrera no es el mismo. Solamente Rashee Rice luce como una verdadera estrella: es el jugador con más yardas after catch de la NFL y el WR que más placajes ha roto, además de ser el jugador con más recepciones underneath de toda la NFL, con un total de 22. Los Chiefs han encontrado un socio para Mahomes que verdaderamente marca las diferencias.
Aun así, los Chiefs están 3-0. Están lejos de su mejor nivel pero saben ganar y lo hacen de diferentes maneras. Otros años empiezan mal y además se dejan partidos por el camino, este año, de momento, ni eso. Tan real es que, cuando se les ve jugar, es obvio que no están bien como que seguro que encuentran su ritmo y su nivel para cuando lleguen los meses decisivos de la temporada NFL.
Equipo Revelación: Los Green Bay Packers
Que nadie lo malinterprete, a los Packers los considero aspirantes al anillo desde antes de comenzar la temporada, lo que me deja boquiabierto es, no solo que hayan sido capaces de ganar los dos partidos en los que no han podido contar con Jordan Love, sino cómo lo han hecho. Para la inmensa mayoría de equipos, perder por lesión a su QB1 es sinónimo de derrota, que viene acompañada de un buen puñado de excusas porque no pueden contar con su estrella. No es lo que han hecho los Packers, que han sabido adaptarse y ganar dos partidos de maneras muy distintas. El primero, a base de carrera y de proteger a su backup, Malik Willis, al que se lo pusieron todo muy fácil. En la segunda semana sin Love, los Packers empezaron a funcionar en ataque cuando comenzaron a involucrar a Willis. No solo eso, todo lo que le rodeaba jugaba en su favor, Watson ganando yardas extra, Reed aportando de diferentes maneras… pero todo pasando por un Malik Willis al que se le vió cómodo y acertado. El partido tuvo además su dosis de justicia poética, al hacer esto, el ahora QB de los Packers, contra unos Titans que dejaron de creer en él la pasada temporada, lo colocaron como el tercer QB en el depth chart y lo acabaron traspasando prácticamente a cambio de nada.
Llegó el pasado domingo y Willis les demostró que quizá deberían haberle dado más oportunidades, aunque muchas veces el contexto lo es todo: En las tres titularidades de las que gozó Willis en los Titans, completó el 51% de sus pases, acumuló un total de 234 yardas con ningún touchdown y tres intercepciones, acumulando un rating de 39. En cambio, las dos veces que ha sido titular en Green Bay las dos últimas semanas, Willis ha completado el 83% de sus pases, para 324 yardas, 2 touchdowns y ninguna intercepción, para un rating de 131,7. ¿La explicación a esto? En dos palabras: Matt LaFleur.
Equipo Decepción: Los Cincinnati Bengals
Una cosa es acostumbrarse a empezar mal la temporada y otra bien distinta a complicarte la vida por completo y empezar, desde el primer mes, a condicionar tu campaña por completo con un 0-3 que ahora mismo probablemente obliga a los Bengals a ganar 10 de los 14 partidos que les restan para poder entrar en los Play Offs. Y ya sabemos que Burrow y su equipo son capaces de girar la temporada, se lo hemos visto hacer otras veces, pero en esta ocasión, hay alarmas muy preocupantes. El ataque ha mejorado las dos últimas semanas, involucrando por fin a Ja'Marr Chase, recuperando a Higgins, consiguiendo algo por tierra de Chase Brown… La ofensiva luce mejor y Burrow se ha parecido al QB diferencial al que nos tenía acostumbrados –también es cierto que la defensa de los Commanders es una de las peores de la NFL, especialmente contra el pase–. Lo que no se puede permitir Cincinnati es que su defensa tenga el número de Patrick Mahomes y sepa arrinconarle y cuando lleguen los partidos contra Patriots y Commanders, no sepan ofrecer soluciones válidas para que su equipo pueda llevarse la victoria.
Ahora mismo los Bengals están contra la pared y su temporada se ha puesto muy cuesta arriba, van a necesitar mejorar en todos los aspectos, algo de lo que son muy capaces pero el handicap del 0-3 va a pesar y su división (salvo por los desastrosos Browns) es muy exigente. Prácticamente no pueden permitirse más tropiezos como el de este Monday Night Football, porque siendo uno de los grandes aspirantes en la Americana, ahora mismo hasta sus posibilidades de Playoffs están en jaque.
MVP de la Jornada: Josh Allen
En una temporada en la que la mayoría de QBs están sufriendo para alcanzar su mejor nivel, Josh Allen dio todo un clínic de cómo adueñarse de un partido en Monday Night Football. La sensación de superioridad, de control absoluto de lo que sucedía, de hacer en cada momento lo que le daba la gana y abusar de la defensa de los Jaguars fue imponente. Tanto, que a Allen le sobró la segunda parte. Sólo en la primera mitad, Allen sumó 269 yardas totales, con 22/28 y 4 pases de touchdown. Todos y cada uno de los cinco drives que los Bills tuvieron a su disposición, acabaron en touchdown, infligiendo a los Jaguars la mayor diferencia de puntos en contra de su historia en una primera mitad, con el 34-3 que reflejaba el marcador. Tal fue la exhibición que antes del descanso, las casas de apuestas de Las Vegas cambiaron el favorito para el MVP de la temporada, sustituyendo a Patrick Mahomes por Josh Allen.
Ahora mismo es difícil discutir que Josh Allen está siendo el mejor QB de la NFL en lo que llevamos de temporada, por supuesto que Sam Darnold está jugando a un gran nivel, pero ni se acerca a la posibilidad de condicionar partidos de la manera en la que lo hace Josh Allen. En la primera jornada se puso la capa de superhéroe para remontar a unos Cardinals contestones, en las dos siguientes le han sobrado las segundas partes de los partidos porque ya estaban ganados… Pero la exhibición que dió la noche del lunes contra los Jaguars, cuya defensa sí estaba dando sensaciones positivas en los partidos anteriores (el ataque ya es otra película), fue verdaderamente imponente.
Los Bills no han hecho mucho ruido en las primeras semanas pero, sin llamar la atención, Joe Brady ha construído uno de los ataques más equilibrados y seguros de la NFL, que además se ve potenciado por la calidad de Josh Allen. Con la defensa de Buffalo había muchas dudas, pero, de repente, con una buena línea defensiva y un puñado de teóricos temporeros en los niveles del linebacker y la secundaria, están jugando a un nivel mucho más alto de lo que se esperaba. Cuidado con los Bills, que de momento en una Conferencia Americana llena de dudas, son el equipo más regular y más entonado del primer mes de competición.
Cambio de guardia en el puesto de mejor kicker de la NFL
Los kickers se habían convertido en protagonistas positivos del inicio de temporada, en las dos primeras jornadas, conectando el 91,3% de los intentos desde más de 50 yardas en la primera jornada y el 87,5% en la segunda. El acumulado les llevaba a un total de 35/39 más allá de las 50 yardas, números históricos que se vinieron abajo en esta última jornada: 7 de 16 para un discreto 43,8% cuando la media de la pasada temporada fue 68,7% en esas patadas de larga distancia.
El que no rompe su idilio con los palos es Brandon Aubrey, que no solo lleva 15/15 en su carrera desde más de 50 yardas, sin conocer todavía lo que es fallar desde esa distancia, sino que, además, anotó una patada de 65 yardas que supuso la segunda conversión de field goal más larga de la historia. Curiosamente, Justin Tucker, el considerado por muchos mejor kicker de todos los tiempos, es el dueño de la marca más larga, con 66 yardas, pero en este partido entre Cowboys y Ravens pudimos vivir una suerte de entrega del testigo al darnos cuenta de que a Tucker este año le está costando ser efectivo incluso en las patadas de cuarenta yardas (en este partido falló una de 46) mientras Aubrey es automático por detrás de las 50. Podemos empezar a considerar a Aubrey el mejor kicker de la NFL en la actualidad y este partido nos sirve como cambio de guardia.
Rookie de la Semana: Jayden Daniels y Malik Nabers
Por fin uno de los QBs rookies elegidos en primera ronda del Draft deja una actuación asombrosa. Jayden Daniels se fue a las 293 yardas totales, completó 21 de sus 23 pases y anotó un total de 3 touchdowns entre el pase y la carrera. El QB de los Commanders sometió a una entregada defensa de los Bengals, sumando sus mejores virtudes al juego de dink & dunk que hasta el momento estaba mostrando un ataque bastante plano para los Commanders. En Monday Night Football siguieron con ese juego de screens y checkdowns (con el que además consiguieron hacer daño a Cincinnati) pero Daniels le sumó su capacidad de soltar bombas en forma de big plays y añadió también el uso de sus piernas para correr de manera efectiva. Lo que dejó principalmente, fue una muestra de lo que puede ser capaz de hacer en la NFL y lo que se vio fue muy esperanzador de cara al futuro para Washington.
Daniels se lleva los focos pero me parecería injusto no premiar también a Malik Nabers. El receptor de los Giants se ha convertido en la pieza clave del ataque del equipo neoyorquino, con sus 23 recepciones para 271 yardas y 3 touchdowns, no está siendo solamente el mejor WR rookie de lo que llevamos de temporada, sino uno de los mejores de toda la competición. Tiene capacidad para generar separación, encuentra los espacios en la zona, gana yardas after catch y tiene una capacidad en la End Zone para asegurar touchdowns que le diferencia del resto. Estamos ante una auténtica estrella en ciernes.
Jugador Defensivo de la Semana: Jonathan Greenard
El Pass Rusher de los Minnesota Vikings aprovechó su particular partido de revancha contra unos Texans, que prefirieron fichar a Danielle Hunter antes que renovarle, y Greenard puso rumbo a Minnesota, donde la defensa está llamando la atención de toda la NFL. Él fue el jugador más destacado de esa unidad defensiva contra su ex equipo, acabando con un total de tres sacks a CJ Stroud, tres golpes al QB y otros tres placajes para pérdida de yardas. Greenard se hizo dueño del backfield, afectó constantemente el pocket con sus presiones y sembró el terror en la ofensiva tejana, aprovechando su velocidad en situaciones ventajosas gracias a la creatividad de Brian Flores a la hora de presionar como equipo. Jugador defensivo de la jornada y, de paso, hace efectiva su venganza contra quien no le quiso.