Eso es lo que ha pasado tanto con Philadelphia Eagles como con Dallas Cowboys. Ambos rivales divisionales, las aspiraciones altas de estas franquicias se vieron desplomadas por Tampa Bay Buccaneers y Green Bay Packers, respectivamente. Y dicen, en el mundo de los deportes, que las victorias tapan cualquier problema interno, pero cuando llega la derrota, todo sale a la luz.
La imagen de Jerry Jones o Jeffrey Lowrie tratando de que no se filtre ningún tipo de información o no se haga una declaración que desestabilice, como haciendo malabares con pelotas de hierro mientras se balancean sobre una cuerda floja a 100 metros de altura, es una muy visual y le entra perfecto a equipos con la vorágine que llevan en Philly y La Estrella. Pero, a pesar de todo, los procesos van a continuar.
Obviamente, es probable que haya cambios. Incluso, sería ilógico de pensar que ni Dallas ni Philadelphia han visto que han fallado esta temporada. Hasta cierto punto, y esto a opinión de este redactor, han decepcionado completamente con respecto a sus aspiraciones. Si no se mueven piezas, conformarse con la mediocridad será la interpretación más certera para dos de las franquicias con más hambre de gloria del último lustro. Pero, analicemos por qué han decidido continuar con estos procesos.
Dallas Cowboys: Una dupla que tiene que funcionar… pero una defensa que podría cambiar
No hay sorpresas a la hora de decir que, a pesar del poder de fuego que tenían los Cowboys en la ofensiva, el llamado de jugadas fue una aberración ante los Packers en los Playoffs. Un poco menos aberrante, pero feo al fin, fue el concepto general en las decisiones de juego de Mike McCarthy durante la temporada regular. Entonces, ¿por qué dejar a un entrenador que ha desaprovechado uno de los mejores mariscales de la liga con un grupo de receptores también en la parte alta de la pirámide?
Bueno, es una pregunta que, sinceramente, solo puede responder Jerry Jones: "Mike tiene el porcentaje de victorias en la temporada regular más alto de cualquier entrenador en jefe en la historia de los Cowboys y nos dedicaremos, en asociación con él, a traducir eso en alcanzar nuestras metas de postemporada", fueron parte de las palabras del dueño de la franquicia en el comunicado donde confirmó la continuidad del entrenador en jefe.
Hay una parte que es cierta: McCarthy, en temporada regular, tiene un récord intachable y una habilidad innata de conseguir clasificar a sus equipos a los Playoffs. ¿Dónde está el problema? Lo hago extensivo a su etapa en los Packers: a pesar de tener grandes mariscales, excelentes talentos en casi todas las líneas, siempre hay una excusa a la hora de jugar fútbol americano de enero. Eso, por las demandas que tienen en Dallas, ya no debe ocurrir. El 2024 será también una prueba de fuego en las capacidades del entrenador en guiar un equipo que pueda (y deba) ganar.
A lo que sí deberá estar atento el equipo es al futuro de Dan Quinn: a pesar de la debacle defensiva que fue el partido ante Green Bay, la unidad fue un punto fuerte durante buena parte de la campaña, y las entrevistas para convertirlo nuevamente en HC ya arrancaron. Sería una baja sensible, tal como lo fue en su momento la salida de Kellen Moore (nota no tan al pie para los fanáticos de Dallas: no está tan mal tener un buen coordinador ofensivo, ¿no?).
La mentalidad en los Eagles cambió… ¿También sus aspiraciones?
Este servidor no tenía a Philadelphia tan alto en sus consideraciones durante la temporada regular. ¿La razón? Si bien la defensiva parecía haber arrancado el año de una manera muy sólida, Jalen Hurts y la ofensiva tenían problemas en el cuidado del ovoide, y eso comprometía mucho más de lo debido los partidos.
La solución que le dieron en Philly para la parte final de la temporada es, por decir algo, poco ortodoxa: Hurts cuidó mucho más el ovoide e incluso llegó a acercarse a una conversación por el MVP en la cual no merecía estar, pero la defensa simplemente desapareció. Los Eagles intentaron hacer un cambio, ubicando a Matt Patricia como su coordinador defensivo, pero el partido ante los Buccaneers en los Playoffs es un fiel reflejo de lo que mostraron durante ese proceso: mal tackleo, errores de posicionamiento y desesperación al ver que no les salían las cosas. Si no ha jugado nunca el deporte, déjeme decir que todos esos problemas empiezan y terminan en el sideline.
Pero Nick Sirianni seguirá. Y tiene lógica, claro. Philadelphia viajó al Super Bowl el año pasado, y ha clasificado a la postemporada en las tres campañas a cargo de su entrenador en jefe. Este plantel es, a criterio (o pesar) de muchos, uno que puede competir por un anillo. Pero los Eagles han cambiado su mentalidad para bien, a criterio de quien les escribe. Si algo no funciona, no tendrán miedo en pegar el volantazo. Lo hicieron con Doug Pederson, que ganó el primer campeonato del equipo en 52 años, ¿por qué no lo harían con Sirianni? Su HC entra, silenciosamente, en un camino sinuoso que, si no es atravesado con determinación, podría encontrarlo sin trabajo el próximo enero. Él, al igual que Mike McCarthy en los Cowboys, tendrán el 2024 como su oportunidad.
