Días atrás debatía con algunas personas en Twitter respecto a que no entendía en absoluto la obsesión del analista y el periodista por la predicción y el regodeo con el acierto en el pronóstico como medida legitimadora de su trabajo. Para mí, no hay nada que diga menos sobre la capacidad de un experto de cualquier clase que el vaticinio clarividente.
Evidentemente no hablo de profesionales del análisis de datos —precisamente este año descubrí conmocionado a Cynthia Frelund, colaboradora de NFL Network y absoluta referencia en la materia—, sino de los falsos profetas del análisis en general y el periodismo. Por eso, trasladándolo en clave NFL, no estoy muy de acuerdo con todos los espacios y foros destinados a predecir resultados y standings. Me parece absurdo y estéril. Es más, creo fervientemente en que uno de los denominadores comunes entre la gente que mejor entiende el juego es precisamente ese: huir a toda costa de las predicciones.
En lo que sí creo es en anticipar escenarios a partir de identificar tendencias —para muestra la primera versión del Tony Romo analista. Intuir qué tipo de juego se puede llevar a cabo a partir de ciertas pistas. Ese, pienso, es el verdadero trabajo del analista.
Algo similar ocurre con el post-partido. Nos llenamos de opiniones parciales y vacías, que no dejan un solo espacio para la duda y la reflexión. Son sentencias moldeadas a golpe de capricho. Lo único que vale es el titular. Entre más rotundo, mejor. Se emiten juicios a partir de gustos personales para empatizar con la audiencia. ¿El juego? No se asoma por ningún lado.
Hace un par de años, un comentario de Alvaro Martín —para mi gusto el mejor relator de futbol americano en habla hispana— provocó cierto escozor en un sector de la prensa deportiva, especialmente dentro de ESPN, el canal donde pasó buena parte de su vida profesional. El ahora narrador oficial de los Steelers en español sostuvo lo siguiente: "La mayoría de los analistas que conozco preferirían no emitir predicciones, pero sus productores insisten. Predecir es el derecho y deleite del aficionado, pero ser analista y ser adivino es contradictorio".
No se trata de ser fundamentalista y defender una única manera de abordar el juego, pero en este portal creemos que el mejor camino para entender y abrazar la complejidad del futbol americano es a partir de la reflexión y, desde luego, la duda.
En ese sentido, me reconforta constatar que la redacción de Mundo NFL no está compuesta por adivinos, sino por plumas reflexivas y descreídas.