Una nueva temporada de la NFL está a punto de comenzar. Todo el mundo está expectante por comprobar si los Kansas City Chiefs podrán realizar lo nunca visto en la era Super Bowl, ganar tres campeonatos seguidos. El final del curso lo tendremos en Nueva Orleans el próximo nueve de febrero de 2025, pero queda mucho aún para esa fecha. Hasta entonces me alegra decirles que volveré a estar con ustedes en Mundo NFL durante la campaña con esta sección en la que abordaremos los equipos y jugadores más destacados de la liga desde un punto de vista analítico. "La mirada táctica de Marco" tendrá una periodicidad quincenal y espera ser de su agrado. El objetivo es entender las claves del éxito de las grandes estrellas de la competición y explicar un poco más el juego que nos gusta tanto. Vamos allá.
Durante la pretemporada hemos tenido acceso visual a la gran novedad táctica de esta temporada, el "kickoff dinámico". Sin embargo, como todo lo que sucede en los encuentros de preparatoria, no podemos sacar ninguna conclusión real hasta que los duelos de verdad comiencen a producirse. Las franquicias no revelan nunca nada de sus esquemas en ataque y defensa, así que dudo mucho que lo hayan hecho con esta nueva faceta del juego. Así que para este primer artículo me quiero centrar en un aspecto que sí hemos viendo como poco a poco ha ido evolucionando en la NFL durante las últimas campañas. La figura del tight end, comprometida durante mucho tiempo, está año a año cobrando más importancia. Y no me refiero exclusivamente a los jugadores diferenciales que disfrutamos cada semana, como Travis Kelce, George Kittle o Mark Andrews, sino al peso que los equipos están poniendo para incluir esas piezas en su plan de juego.
Hace unas pocas temporadas, sobre los años 2015 a 2018, el personal 11 cobró una relevancia espectacular. No solo se convirtió en la formación más utilizada de la liga, sino que lo hizo en una ratio muy dominante. Algunas franquicias prácticamente jugaban todos sus snaps con ese personal 11 que consiste en un runningback, tres wide receivers y un tight end en el terreno de juego. El objetivo era ensanchar el campo al utilizar un juego terrestre más horizontal y exterior en lugar de la típica carrera más directa e interior. El plan funcionó contra defensas obligadas a quitar un linebacker del campo para estar en condiciones también de cubrir el pase. Todd Gurley en Los Angeles Rams fue el jugador más destacado y beneficiado de este desarrollo táctico. En 2017 fue nombrado jugador ofensivo del año y la temporada siguiente fue clave en el viaje de su equipo hasta el Super Bowl LIII.
Durante las últimas campañas las defensas han ido poco a poco ajustando contra el personal 11. Las franquicias han buscado jugadores atléticos capaces de defender la carrera y el pase. Equipos como los New England Patriots de Bill Belichick siempre marcaron tendencia en ese buscar hombres polivalentes dispuestos a ayudar a la causa de múltiples formas. El ahora head coach sin equipo fue uno de los primeros en proponer secundarias con un tercer safety, en lugar del tradicional tercer cornerback que la mayoría usaba cuando había que incluir un defensive back extra en la alineación. En ocasiones, introducía un tercer safety y un tercer cornerback en alineaciones con seis defensive backs.
La tendencia en las defensas fue también la de proteger el tercio profundo, manteniendo al menos de inicio un "look" de dos safeties que sacaran al ataque de la idea de buscar un pase largo. Así pudimos ver como grandes quarterbacks de la competición sufrían ante estos planteamientos. Fue el caso del mismísimo Patrick Mahomes en la primera mitad de 2021 o de Joe Burrow la temporada pasada en el mes inicial de competición. La cobertura "Cover 4" ha ido ganando popularidad como la más indicada para defender el personal 11 que es principalmente utilizado por las ofensivas actuales.
El siguiente paso en la evolución lo ha dado Andy Reid, el head coach tres veces campeón de la NFL con los Kansas City Chiefs. Tras el traspaso de su mejor receptor abierto, Tyreek Hill, en la "offseason" de 2022, el veterano entrenador ha optado por utilizar cada vez más personales más pesados, con dos e incluso tres tight ends el campo. En 2023, los Chiefs se alinearon en personal 12 (un runningback, dos wide receivers y dos tight ends) en casi el 30% de sus acciones. Además, en más de un 10% de sus snaps sacaron al campo a tres tight ends al mismo tiempo. Estamos pues hablando que Kansas City, un equipo caracterizado por lograr jugadas explosivas bajo el brazo de Mahomes, utilizó personal 12 ó 13 en más del cuarenta por ciento de sus snaps en ataque. Todo el mundo conoce las habilidades únicas y especiales de Travis Kelce, pero es que el segundo tight end, Noah Gray, se alineó en 2023 en un total de 749 de las 1080 jugadas de los Chiefs, un 69% que lo convierte en una pieza integral de la ofensiva. Solo Isiah Pacheco, Rasheed Rice y Kelce, entre los "skill players", jugaron más que él. Kansas City no se ha quedado ahí. En el pasado draft escogió a un tight end más en cuarta ronda, Jared Wiley, y hace unos pocos días, efectuó un traspaso con los Dallas Cowboys para añadir a sus filas un tight end extra, Peyton Hendershot.
Ya hay franquicias que están copiando el modelo de los campeones, el más cercano y directo ejemplo lo encontramos en su propia división. Las Vegas Raiders hizo una apuesta fuerte por el tight end de Notre Dame, Michael Mayer, en el draft de 2023. Doce meses después jugaron a doble o nada con la selección en primera ronda del draft de 2024 del tight end de Georgia, Brock Bowers. Si a estos dos jóvenes proyectos sumamos el fichaje en agencia libre de un veterano contrastado como Harrison Bryant, podemos asumir que veremos mucho a los Raiders este año usando personal con dos o tres tight ends en el campo.
No puede ser casualidad que los cuatro equipos finalistas de conferencia la pasada temporada: Chiefs, 49ers, Ravens y Lions, se caractericen por variar mucho su personal ofensivo y no depender del número 11 como pasaba hasta hace poco por toda la liga. Esas cuatro franquicias pusieron tres wide receivers en el campo en menos del 50% de sus snaps y en el caso de Baltimore y San Francisco ni siquiera fue su alineación predilecta. Pero, ¿qué es lo que da ventaja a estos equipos cuando añaden más peso con sus tight ends a la formación? Jugar ese personal 12 permite a los ataques ser más impredecibles para las defensas, especialmente en downs tempraneros o situaciones claras de carrera. En esas posiciones el rival está obligado a ajustar personal e incluir un tercer linebacker, que normalmente no suele ser uno de sus mejores once jugadores, o bien añadir un safety a la caja y perder ese "look" seguro de dos safeties que mencionábamos antes. Si defiende al hombre es probable que aparezcan emparejamientos favorables tight end vs linebacker como el del vídeo de Kittle que podéis ver un poco más arriba. En el caso de que sean defensas zonales se pueden crear situaciones de conflicto para determinados jugadores. Esto es especialmente relevante en la NFL actual por la cantidad de tight ends atléticos que pueblan la liga. Los Detroit Lions tienen uno de esos especímenes físicos en Sam Laporta, capaz de batir a linebackers por velocidad, pero con la agilidad suficiente para romper las caderas de un safety que se encuentre en mala posición. Esto es lo que ocurrió en el ejemplo que os presento a continuación de la temporada pasada.
Los Lions forman con el citado personal 12 en una situación de primer down y diez yardas. La defensa de Atlanta responde con una defensa más ligera de lo deseable, pues tiene cinco defensive backs en el campo. Fijaros en el círculo rojo los dos tight ends de Detroit, juntos en el lado izquierdo de la línea. Amon-Ra St. Brown se mueve en "motion" para añadir incertidumbre en la defensa.
El play-action en el backfield (círculo amarillo) va a ganarse toda la atención de la defensa, que espera una carrera por la situación de down y el personal en el campo del oponente. Fijaros como seis jugadores, más de la mitad de la defensa de Atlanta, está mirando el engaño en el backfield, entre ellos uno de los safeties que ha bajado a la caja para apoyar contra una previsible carrera. Esto lógicamente no son buenas noticias para los Falcons. Mientras esa media docena de hombres está congelada, Laporta (en rojo) corre como una centella en dirección del único safety profundo en la jugada (en azul), Richie Grant. Detroit ha generado el uno contra uno que buscaba. Es lo que os comentaba antes, cuando las defensas abandonan su ancla de seguridad de dos safeties profundos quedan expuestas al "big-play". Los equipos cada vez más están buscando atacar a esos safeties aislados con un tight end en lugar de con un wide receiver como había sido siempre la norma.
Cuando vemos la acción en marcha es evidente que Laporta es un jugador diferencial. Su movimiento de caderas para ejecutar un doble movimiento en la parte alta de su ruta que congela al safety está al alcance de pocos. Cuando nos referimos a la parte alta de la ruta queremos decir el punto en el que debe producir el corte el receptor, que en el caso de jugadas que atacan el tercer nivel es entre las doce y las quince yardas. Fijaros como el down arranca en la yarda 45 y como Laporta hace sus cortes entre la yarda 33 y 30. Absolutamente perfecto.
Las dos jugadas más largas de la campaña para Laporta llegaron en situaciones de primer down, con dos tight ends en el campo, la defensa con cinco defensive backs y solo un safety profundo post-snap. Sin duda, las defensivas todavía siguen mostrándose reacias a equiparar personal con el ataque porque la liga primordialmente se juega al pase, pero lo cierto es que los coordinadores más sagaces están sacando partido de estos jugadores. El cuarto domingo de octubre la liga celebrará el "Día Nacional de los Tight Ends", un evento que apadrinó George Kittle con la ayuda de NFL Films en 2019 y que cada campaña va a más. Si la tendencia continua puede que esta temporada no solo tengamos una semana especial para los tight ends, si no que podamos afirmar que será el año del tight end. Disfruten de la temporada. Por aquí les espero.