La rivalidad entre los Kansas City Chiefs y los Buffalo Bills se ha convertido en una de las más icónicas de la década. Estas franquicias se han enfrentado desde 2020 al menos una vez cada año, con el del domingo serán ya nueve enfrentamientos. En liga regular los Bills dominan 4-1, pero hasta el momento los Chiefs se han llevado cada uno de sus tres duelos en playoffs. Esta temporada parecía que Buffalo viviría una campaña de transición, al menos eso se habló en primavera cuando traspasaron a Stefon Diggs a Houston. Sin embargo, Josh Allen ha elevado su juego de tal forma en 2024 que ha sobrepuesto al equipo de todas las adversidades. Junto a Lamar Jackson es el gran favorito para ganar el MVP. Después de eliminar a los Baltimore Ravens de Lamar, ahora se presenta el enemigo más complicado, el doble campeón de la NFL.
Josh Allen y Patrick Mahomes se tienen el máximo respeto posible. Sus cara a cara están empezando a cobrar tintes legendarios, al nivel de Tom Brady vs Peyton Manning o Jim Kelly vs Dan Marino. Desde sus respectivas bandas estarán bien atentos a lo que haga el otro, especialmente en los minutos finales que esperamos lleguen con el marcador apretado. Sin embargo, aunque ambos quarterbacks viven su pelea particular, la guerra de Allen el domingo será la que libre con Steve Spagnuolo, el coordinador defensivo de los Chiefs, cuyo palmarés está ya al nivel de los más grandes y que sigue en lo más alto de su juego. Será una batalla a nivel físico, pero también a nivel mental.
Aunque la idea generalizada es que Allen se quedaba muy solo en ausencia de Diggs, lo cierto es que el quarterback no está tan mal acompañado. El asunto radica en que donde brilla Buffalo en ataque es donde menos se habla en los medios, en la línea ofensiva. Allen solo ha encajado catorce sacks en toda la regular season, con diferencia la marca más baja de su carrera. El grupo de "gordos" de los Bills es efectivo en la protección de pase, pero también hace un gran trabajo en el juego terrestre. Por segundo año consecutivo James Cook ha generado más de mil yardas por tierra, pero esta temporada ha subido su número de touchdowns de 2 a 16, cifra líder de la competición. Cook es conocido por su agilidad, pero también puede ganar yardas con potencia, por esa razón también ha sido Buffalo el segundo mejor equipo en zona roja. Además, los Bills encabezan la liga en snaps con seis hombres de línea ofensiva. El tackle Alec Anderson es ese hombre extra, que puede rondar entre las diez y veinticinco jugadas por encuentro. Ha habido partidos en los que Buffalo ha salido a golpear claramente por esta vía con el juego de carrera, más recientemente en el choque de wild card ante Denver. No obstante, también aprovechan la atención de la defensa a esta carta estratégica para atacar con el juego de pase a partir de play-action, como vemos en el siguiente ejemplo.
En el círculo rojo tenemos al hombre que comentamos, el tackle extra Alec Anderson (número 70 en el campo). En el backfield los Bills alinean a su wide receiver más productivo, Khalil Shakir (en amarillo), añadiendo más incertidumbre a la jugada. Shakir recibe balones saliendo desde el backfield, lo que supone una alerta más para la defensa. Kansas City forma con personal base (tres linebackers) y mete hasta ocho jugadores en la caja, esperando una carrera en primer down como es el caso.
Buffalo va a sacar crédito de una acción en la que tan solo envía dos hombres a ruta. El play-action en el backfield, junto a la salida a la flat de Shakir captan la atención de los defensores del segundo nivel, que no ganan la profundidad necesaria para la llamada de la ofensiva. El wide receiver exterior (en amarillo) va a arrastrar la cobertura profunda, generando un espacio natural en la defensa zonal que va a atacar el tight end Dawson Knox (en rojo) con su ruta corner.
Gracias al amago en el backfield se ralentiza el pass-rush de los Chiefs y Josh Allen tiene así un pocket perfecto para leer el desarrollo del concepto de rutas y enviar un pase de gran ganancia de yardas para su compañero.
Spagnuolo es un auténtico mago a la hora de diseñar blitzes, especialmente aquellos en los que involucra a un defensive back. Es muy común ver colarse uno de sus jugadores del tercer nivel para cazar al quarterback rival o al menos obligarle a moverse en el pocket y caer así en los brazos de otro compañero. En el partido de noviembre Spags envió blitz sobre Allen en el 38% de sus lanzamientos, cambiando la estrategia del divisional del año pasado en el que solo lo hizo en seis ocasiones. Allen ha sido el tercer quarterback a nivel numérico contra blitz esta campaña. Mi sensación es que el coordinador no será tan conservador como en los playoffs de 2023 y buscará acelerar las lecturas de Allen para que incurra en un error. En el choque de la semana 11 hubo varias instancias en las que el blitz de Kansas City hizo daño.
Pre-snap observamos el motion de Curtis Samuel para dar pistas a Allen sobre la cobertura. El cornerback de su lado original no viaja con él, mientras que el del lado opuesto retrocede su posición, una clara señal de defensa en zona.
El look de los Chiefs es muy agresivo justo antes del snap, hasta ocho hombres presentan la amenaza de entrar al rush. Allen ajusta los bloqueos en la línea, el runningback (en amarillo) se empareja con el linebacker número 32, Nick Bolton.
Con la jugada en marcha se revela el plan de Spagnuolo. Efectivamente, Bolton entra el blitz y será bloqueado por el runningback. Sin embargo, también entra al rush el cornerback del lado fuerte de la formación (en azul), dándole ventaja numérica a Kansas City en ese flanco. En el contrario, dos de los jugadores que estaban en la línea retroceden en cobertura. Es una clásica defensa zonal "fire" 3-3, con tres hombres en la zona profunda y otros tres en la media. El toque particular viene de los jugadores que hacen el rush, que no suelen ser los habituales y por tanto confunden al ataque.
El defensive back sin bloquear entra al rush impedido y fuerza el pase incompleto de Josh Allen.
El pasado domingo vimos al quarterback de Buffalo lanzar muy rápido, hasta el punto que registró su marca más veloz de la campaña y tercera de toda su carrera al desprenderse de la pelota en un promedio de 2.43 segundos. Allen conectó nueve de sus diez lanzamientos rápidos ante una defensa de Ravens predominantemente zonal. El número 17 se ha convertido este año en un pasador mucho más paciente y controlado. No le importa recorrer el campo poco a poco con envíos cortos y efectivos, aunque eso suponga renunciar en ocasiones a su descomunal potencia de brazo y facilidad para crear "big-plays". Los Bills han sido esta temporada el equipo con menos turnovers en la liga desde al menos 1950, tan solo ocho. Antes podías ser más conservador contra Allen y esperar que cometiera un error, pero esa versión ha desaparecido por completo en 2024. En los últimos ocho encuentros de Buffalo solo ha cometido un turnover, una cifra difícil de creer hace un año. De esta forma, Spagnuolo sabe que la estrategia más prudente que adoptó Baltimore probablemente no le sirva el domingo. Así, espero que lleguen los blitzes que hemos visto antes, especialmente en situaciones de tercer down y zona roja. En el duelo de la semana 11 hubo varias ocasiones en las que Allen sufrió contra este rush, pero también otras en las que sacó tajada del mismo.
De nuevo los Bills van a utilizar motion antes del snap para identificar la defensa rival. Aquí, aunque el cornerback (en verde) no viaja con el motion, sí que avisa a uno de sus compañeros (en amarillo) para que tome su marca en el otro lado. Esa señal es un anticipo de una defensa individual. El defensive back que entrará ahora al rush os lo marco con el círculo azul.
Buffalo realizará un concepto "mesh" clásico de rutas cruzadas en el primer nivel, complementado por una ruta más profunda a la espalda del cruce (en verde). Con esta combinación, el quarterback puede tener un receptor abierto en la zona media en caso de cobertura zonal, y si es "man" trabajará con una de las rutas cruzadas.
Al ser una cobertura individual el cruce de rutas ("mesh") es lo que va a funcionar. Fijaros como uno de los cornerbacks, Nazeeh Johnson (en verde, el número 13), se queda enganchado y pierde su asignación. Curtis Samuel tiene el camino libre para llegar a la end zone, pero antes Allen tiene que evitar al cornerback que ha penetrado en el backfield sin oposición.
Aquí es donde entra en juego la grandeza de Allen, que gana un poco de tiempo retrocediendo en el pocket, y envía un balón perfecto pese al golpe que recibe. Touchdown Bills.
La marca de Johnson fue una de las más buscadas por Allen en el partido de noviembre. Aunque la semana pasada contra Houston volvió Jaylen Watson, el cornerback 2 de Kansas City, Johnson no desapareció de la alineación, pues se mantuvo como número 3 y jugó muchos snaps en el encuentro de playoff divisional. Buffalo probablemente le busque de nuevo cuando monte personal 11 con tres wide receivers en el campo. Es uno de los pocos puntos débiles en la defensa de Spagnuolo.
Ya sea con blitz o sin blitz, con cobertura zonal o al hombre, defender a Josh Allen supone un punto extra de dificultad por su capacidad para salir por piernas y romper el partido con una carrera, saltándose de esta forma cualquier estrategia o plan de juego. En noviembre ya nos dejó así una de las acciones de la temporada y la logró en cuarto down, el down del todo o nada. Javier López lo comentó en su narración, "hay que ser valiente para ganar a quien no gana nadie". Los Chiefs están a dos pasos de hacer historia y Allen y sus Bills son quizás el mayor obstáculo para impedirlo. El domingo veremos si son capaces de conseguirlo.
