La NFL es una máquina de generar hype. Pero también es una máquina de desmembrarlo. Es capaz de encumbrar a cualquiera a lo más alto de la cima. Pero también de destronarte cuando empiezas a demostrar los primeros signos de fatiga. Y ya ni los quarterbacks elegidos en la primera selección del Draft se libran.
El lunes nos encontramos con la noticia de que los Carolina Panthers sentarían a Bryce Young tras solo 18 titularidades en Carolina para darle los mandos del equipo al veterano Andy Dalton. 18 partidos. Dieciocho. Tras haber traspasado por aquel pick #1 del Draft de 2023 una colección de talento casi sin precedentes:
- DJ Moore
- Primera Ronda de 2023 (Pick 9)
- Segunda Ronda de 2023 (Pick 61)
- Primera Ronda de 2024 (Pick 1)
- Segunda Ronda de 2025
Con una inversión de tal calibre uno esperaría que la gestión del chaval hubiese sido, por lo menos, un poco más amable. Pero, tras una primera temporada donde los Panthers cometieron una auténtica negligencia al rodearle de uno de los peores cuerpos de receptores que se recuerdan y una línea ofensiva absolutamente incompetente (Bryce Young recibió 62 sacks y recibió 150 presiones) fue recompensado esta offseason con un nuevo esquema ofensivo, un nuevo staff ofensivo distinto y le pidieron que reestructurase el footwork con el que llevaba trabajando desde Alabama.
Y Dave Canales le dio para adaptarse a todo ello un único drive en la pretemporada antes de sentar al chaval tras el segundo partido. ¿Justo? Puede no parecérnoslo, pero la nueva NFL es así.
La pregunta clave es, ¿tan mal ha jugado Bryce Young? ¿Era tan insostenible mantenerle en el campo pese a la inversión hecha en él?
Pues, lamentablemente para Bryce, la respuesta está más cerca del sí. Independientemente del pobre trabajo que hicieron los Panthers rodeándole, los números son deprimentes:
Bryce Young fue el año pasado el quarterback 39º de 41 en Grade de pase para PFF, solo por detrás de Bailey Zappe y Mac Jones. Esta temporada es incluso peor, siendo el peor quarterback de los 33 que han tenido snaps en la NFL, incluso por detrás de Bo Nix y Will Levis.
Estos números, además, se magnifican sabiendo que la ofensiva que Young ha manejado durante estos dos partidos en los Panthers se ha caracterizado por ser ultra conservadora. En 2023 el ex de Alabama fue el quarterback 57º en yardas aéreas por intento (con 3.3 yardas aéreas por intento) junto con Tommy DeVito, Taylor Heinicke, Daniel Jones y Cooper Rush. Y en 2024 iba camino de ser el peor en esta categoría, bajando su registro hasta 2.8 yardas aéreas por intento.
Desde 2018, 67 quarterbacks han jugado más de 500 snaps en la NFL. Solo Josh Rosen tiene peores números en cuanto a efectividad que Bryce Young (-0.211 EPA/jugada) y es el 8º peor quarterback en cuanto a porcentaje de pases completos por encima de lo esperado, junto a nombres como Blake Bortles, Zach Wilson o Drew Lock.
No os quiero aburrir con más números, pero lo de Bryce Young fue duro de ver. Todas las debilidades que se desprendían de su juego en Alabama se confirmaron en la NFL: nunca tuvo un gran brazo, nunca fue un gran corredor y aunque sí fue un gran procesador del juego, la NFL se le hace demasiado rápida.
Debido a su tamaño, además, cuando le ves sobre el campo cerca de su línea ofensiva simplemente no parece un jugador NFL.
Parece que no volveremos a ver a Bryce Young como quarterback titular en la NFL, por lo menos en un futuro próximo, y la espada de Damocles ya se cierne sobre otros quarterbacks de ese Draft de 2023. ¿Veremos a Will Levis y a Anthony Richardson acabar la temporada como titulares en sus equipos? Solo el tiempo lo dirá. Lo que está claro es que el pábulo que tenían los quarterbacks de las primeras rondas del Draft solo por el mero hecho de serlo ya no existe nunca más en esta nueva e impaciente NFL.