El fútbol americano es un deporte tan bello que, a pesar de las múltiples cuestiones que hay que entenderle para poder jugarlo de manera correcta, hay ciertos patrones que necesitan repetirse para poder ganar partidos. Y no importa a quien le preguntes, presionar al mariscal siempre va a ser uno de los factores clave.
En una NFL en la cual se está corriendo más y mejor el ovoide, la posición de mariscal ha ganado cierto perdón por parte de las estadísticas, no solo por la baja de oportunidades para lanzar -o lo inefectivo que resulta que un QB tire más de 40 o 45 veces el balón-, sino también por la mejora indudable del pass-rush.
La explicación lógica que le encuentra este servidor al constante aumento de la presión sobre los mariscales es una clara falla en el entrenamiento de la línea ofensiva. Los jugadores, independientemente de que parte de la OL ocupen, parecen llegar menos preparados desde el término de scouting… y eso hace que exploten más tarde. Vemos cada vez más normal que un liniero alcance su prime luego de los 30 años, mientras que para la gran mayoría de las posiciones esta es una edad casi que de coqueteo con el retiro.
El test visual es obvio: peores linieros, pass-rushers más preparados (otra realidad de la que se habla poco), mariscales poco efectivos a la hora de lanzar el ovoide. Esto es, claramente, un test visual para probar lo que vendrá a continuación: una explicación numérica, basada íntegramente en probabilidades, de por qué presionar más significa más éxito a la hora de capturar al QB, una de las jugadas más celebradas por cualquier entrenador o fanático en el fútbol americano.
A más presión, más capturas
Los últimos años la NFL ha vivido un aumento en la presión a los mariscales por parte de las defensivas, y eso se ha traducido en un aumento casi que paulatino en las capturas logradas por estas unidades a la hora de analizar los números. La muestra que se toma para este artículo son las últimas seis temporadas, y por obvias razones, solo se contarán las primeras semanas de temporada regular.
- 2019: 238 capturas
- 2020: 222 capturas
- 2021: 225 capturas
- 2022: 230 capturas
- 2023: 245 capturas
- 2024: 259 capturas
Como se ve, desde la pandemia en adelante hemos visto como la cantidad de sacks al mariscal ha aumentado paulatinamente hasta este año, en donde se ha pegado un salto sin precedentes y que no tenía registro desde, al menos, 2019. Hay una explicación lógica para este tipo de números, y que poco (y mucho) tiene que ver con los talentos de TJ Watt, Myles Garrett, Danielle Hunter o cuanta estrella del pass-rush se le ocurra al lector: la presión.
Ya sea por diseño o porque la cultura defensiva ha variado a estar mucho más encima del QB que antes, las ofensivas parecen menos preparadas para defender cargas, algo que puede verse representado con los números hasta 2023 (los números de esta temporada, lamentablemente, aún no están disponibles para ser calculados).
Veamos entonces el porcentaje de presión y de capturas de la temporada pasada: en un 30.82% de las veces, el QB fue presionado, siendo detenido atrás en el 6.79% de las jugadas defensivas. Ambas marcas son, desde 2019, los registros más altos utilizados en esta muestra de tiempo. Pero no solo es la cantidad de la cual hablaremos en este artículo, sino también de la efectividad.
Tomemos como ejemplo el 2020. La temporada de pandemia tiene el porcentaje de cargas más alto (presión con cinco o más jugadores) con 29.28% de los snaps en defensa, sin embargo, es también el porcentaje de capturas más bajo de los últimos cinco años (5.66%). Entonces, ¿por qué los equipos han conseguido más éxito si "presionan menos" al QB?
De la pandemia a esta temporada, el porcentaje de capturas logradas ha ido en incremento. Esto encuentra explicación en dos lugares. La primera es que los equipos logran ejercer más presión, aunque esta no está necesariamente ligada a la cantidad de cargas que mandan las defensas. Existen en la NFL moderna varios coordinadores fanáticos de enviarlas, como lo ha hecho Brian Flores en el espectacular inicio de temporada de los Vikings. Pero también hay equipos como Steelers o Browns, quienes sin necesariamente tener el porcentaje de blitz tan alto, logran llegar al QB. Es entonces el pressure rate el número al cual, como decimos en Argentina, "hay que darle bolilla".
A más presión, se logran más capturas. ¿Cómo se ejerce esa presión? Cada equipo tiene su fórmula mágica. Entonces, ¿qué conclusión le damos a este desglose de números complicados en el cual me han acompañado? Vikings, Jets, Texans y Bills son los equipos que más capturas han conseguido a lo largo de la joven campaña… todos tienen récord positivo. Al igual que el ataque terrestre, donde la efectividad manda (una efectividad afectada por las líneas rivales atentas al QB), la presión al mariscal ha virado para el mismo lado. El porcentaje de presión al mariscal rival debe de ser alto para garantizar el éxito de una defensa de una manera en que pocas veces se ha visto en la era de los pasadores.