Los dos mejores equipos de cada conferencia, en la temporada regular, hacen su aparición en estos playoffs. El pasado fin de semana tuvimos partidos con poca historia en casi todos los campos, pero eso no será lo que ocurra en esta ocasión. Quizás, tanto Ravens como 49ers se esperaban a otro tipo de rival en su primer encuentro de post temporada, pero a buen seguro que estarán preocupados por lo que puedan ofrecer unos Texans y unos Packers que llegan en el mejor momento del curso. De estos dos encuentros, y del tremendísimo Bills-Chiefs, os hablo en esta previa de la Ronda Divisional.
Si os han sorprendido los Texans en su partido del pasado sábado, quizás es que no habíais estado prestando demasiada atención a lo que os he ido contando semana tras semana. El equipo de DeMeco Ryans es un muy buen equipo de football en los dos lados del campo, con un buen game plan para cada partido y con unos jugadores que ejecutan ese plan con mucho acierto. Todos los focos, como no podía ser de otra manera, se los lleva CJ Stroud, pero estos Texans son mucho más que un gran quarterback.
Los de Ryans complican a sus rivales con una gran defensa contra la carrera. Su front defensivo es brillante mezclando experiencia (Rankins y Collins) con juventud (Anderson Jr), y su cuerpo de linebackers, desconocido para el gran público, se complementa de la mejor manera con una secundaria dónde el talento es muy alto. Blake Cashman y Harris juegan muy rápido de lado a lado en la zona media, siendo peligrosos tanto entrando al blitz como cayendo en coberturas zonales. Evidentemente, este sábado van a tener que jugar contra un quarterback muy distinto al resto y que ha llegado a este curso mucho más maduro y con un juego aéreo más peligroso que en anteriores años. Controlar a Lamar en el pocket y no permitir jugadas rotas donde pueda ser diferencial, será la misión número uno de la defensa de Ryans.
Pero si la defensa de Texans es buena, la de los Ravens lo es incluso más. Mike McDonald se ha convertido en una pieza codiciada por las franquicias que están buscando head coach para la próxima temporada. Y es lo más normal del mundo.
Su sistema defensivo es una maravilla, alterna la presión con solo los cuatro de la línea defensiva con un esquema de blitzes muy versátil e imprevisible. Su misión es la de hacer cometer lecturas erróneas a un CJ Stroud el cual parece que lleva jugando en la liga más de diez años. Es asombrosa la capacidad del rookie para generar jugadas explosivas con su reconocimiento de la defensa antes y después del snap. Sin embargo, la prueba que le espera este sábado es mayúscula.
En la imagen de arriba, tenéis una situación defensiva bastante habitual en estos Ravens. El equipo de Harbaugh forma con cuatro hombres de la línea defensiva y con Roquan Smith incrustado en el medio de ellos, amenazando el blitz. Además, presentan dos safeties en la zona profunda y a Patrick Queen por detrás de Smith. Una vez que se inicia el snap, los Ravens juegan cobertura individual con Smith patrullando la zona media y con uno de los dos safeties (el de la derecha en la imagen) rotando para convertirse en el jugador más profundo. Stafford busca la ruta de Kupp, pero no puede lanzar con Smith jugando muy cerca de esta ruta. Mientras el quarterback va cambiando de lectura, la línea defensiva es capaz de colapsar el pocket y de conseguir el sack. En muchas ocasiones, el segundo extra que le proporciona McDonald a sus pass-rushers, con las rotaciones en cobertura, son fundamentales para que el quarterback termine siendo golpeado.
En su primer partido de playoffs como profesional, Stroud hizo parecer a los Browns una defensa cualquiera, pero esto será un desafío distinto. Lo bueno para él es que, en la banda, cuenta con otro de esos genios ofensivos que siguen saliendo de debajo del paraguas de Kyle Shanahan. Bobby Slowik tiene que volver a diseñar un gran game plan si no quiere ver a su joven pupilo pasarlo mal. Enfrente estará el mejor equipo de la AFC, pero estos Texas no le tienen miedo a nadie. Bendita juventud.
Si lo de los Texans es una de las historias más bonitas del año, algo parecido se podría decir de los Green Bay Packers. Mucho se ha hablado del relevo generacional que se ha producido en la franquicia de Wisconsin, y muchas dudas se generaron en los dos primeros meses, cuando parecía que el equipo iba sin un rumbo adecuado para lo que se exige en la NFL. Sin embargo, Matt LaFleur se presenta como el gran triunfador de esta temporada. Su trabajo ha hecho que todo lo que no funcionaba en octubre se haya convertido en una máquina de jugar en ataque. El cambio de cara en estos dos últimos meses es gigantesco y se basa en la capacidad que ha tenido el head coach de dar tranquilidad y respuestas a sus chicos. Ahora mismo, pocas ofensivas juegan con la fluidez con la que lo hacen los queseros. Y, por encima de todos, Jordan Love.
El equipo de Kyle Shanahan, por el contrario, se ha mantenido muy regular en casi la totalidad de la temporada. Aquel bache de juego y resultados a mitad de curso parece ya olvidado, y solo la derrota frente a los Ravens deja alguna duda con un conjunto que ha rayado a un nivel excepcional frente a todo tipo de rivales. Las dos semanas de descanso les ha venido muy bien para dar descanso a sus jugadores y para ir sanando alguna pequeña dolencia en miembros importantes de la plantilla. Sin embargo, esto también puede ser algo en su contra, ya que los Packers llegan con el estado de ánimo por las nubes y con ese ritmo de juego que, quizás, se haya perdido un poco en las filas mineras.
Para mí, hay dos claves por encima del resto para este partido. La primera es la línea ofensiva de los de Matt LaFleur. No se habla lo suficiente de cómo esta unidad está dominando cada partido que juega. La protección de pase es excepcional a un Jordan Love al que vemos, muchas veces, con todo el tiempo del mundo para ir leyendo el campo. Además, y con la vuelta de Aaron Jones, los bloqueos para la carrera son igual de fantásticos. En el partido de Wildcard frente a los Cowboys, la OL de los Packers hizo lo que quiso con el que había sido uno de los mejores fronts defensivos de la temporada. Aquí es donde estará gran parte de las posibilidades de éxito de los queseros. Si Steve Wilks no encuentra la manera de bajar ese rendimiento tan extraordinario, los de LaFleur pueden subir con cierta facilidad muchos puntos al marcador.
La otra clave será, sin duda, la capacidad de Niners para anotar cuando lleguen a la red zone. La defensa de Green Bay ha mejorado desde aquel partido infame en Carolina. Joe Barry parece haber encontrado con la tecla y se ha vuelto más agresivo en su play calling, siendo habitual ver bastante más blitz del que se había visto durante el resto del curso. Sin embargo, el ataque de Shanahan es uno de los más poderosos de toda la liga y es muy posible que se recorran el campo hasta llegar a las puertas de la zona de anotación, que es donde la defensa quesera se tendrá que hacer fuerte para minimizar daños.
Kyle Shanahan tiene multitud de recursos para darle buenas lecturas a Brock Purdy y así sumar seis puntos cuando se meten en las últimas diez yardas del ataque. La versatilidad y polivalencia de casi todos sus atacantes le permite variar formaciones y generar ventajas con los movimientos antes y después del snap. En la imagen de arriba, los Niners forman con McCaffrey en el backfield junto a Purdy. Al lado derecho están Deebo Samuel, Jennings y Aiyuk. Justo antes del snap, Deebo sale en motion hacia el otro lado para rodear a Purdy y volver al sitio original mientras se inicia la jugada. Ese movimiento, más el play action y salida de McCaffrey en esa misma dirección, hace que la defensa arranque a parar una posible carrera de Samuel. En el mismo momento del play action, Jennings y Aiyuk juegan rutas hacia el lado opuesto, con el primero yendo por detrás de la línea de scrimmage y con el segundo atacando la espalda de la defensa. Purdy se queda el ovoide, juega un roll-out y lee a los dos defensores que quedan. La lectura es sencilla y su lanzamiento cae en las manos de Aiyuk, quién está completamente abierto en la zona de anotación.
Este será el tercer duelo en playoffs entre Shanahan y LaFleur. Los dos anteriores tuvieron dos historias muy distintas, pero con resultado idéntico. La última de ellas fue el principio del fin de la era Aaron Rodgers, por lo que su sucesor querrá cambiar una maldición que se mantiene ya desde muchos años atrás: la derrota de los Packers a manos de los 49ers en playoffs. No será nada fácil, pero la irreverencia juvenil tiene estas cosas. Al otro lado estará un equipo construido para ganar y para ser dominante. El partido tiene un claro favorito, pero esto es la NFL y aquí puede pasar de todo.
El recuerdo de ese Divisional de enero de 2022 en Arrowhead, aún se mantiene intacto en la memoria de los aficionados a este maravilloso deporte. Aquel duelo de gigantes entre Josh Allen y Patrick Mahomes es uno de los más sonados de la última década y, posiblemente, de la historia más reciente de la liga. Este año, volveremos a tenerlos a ambos frente a frente en otro divisional, aunque con un escenario distinto al de aquella noche.
Los Bills parece que han encontrado su momento cuando más lo necesitaban. Acabaron la temporada regular dejando sensaciones buenas y con un Josh Allen cada vez más diferencial. Lo siento, querido lector, no voy a entrar en el tema de las pérdidas de balón, porque lo que hace Allen en un campo de football es algo extraordinario. Joe Brady ha cambiado la manera de jugar de este equipo respecto a su antecesor en el cargo. Sin embargo, y aunque vaya a mejor, siguen siendo excepcionalmente dependientes de las capacidades de su quarterback para mantener un ritmo productivo de anotación, algo que no parece importar mucho a su líder en el campo.
Los Chiefs, por su parte, van a jugar su primer partido fuera de casa en playoffs desde que Patrick Mahomes es titular. La temporada de los de Andy Reid ha sido floja. Los problemas en ataque se han ido acrecentando a medida que avanzaba el curso y ni el quarterback ni el entrenador han podido arreglarlo. Frente a los Dolphins se vio una mejor versión de la ofensiva, pero no parece suficiente si quieren poner en aprietos a la defensa de Sean McDermott. Otra cosa distinta es el trabajo de la unidad defensiva, donde Steve Spagnuolo está haciendo maravillas.
El blitz y la agresividad para atacar al quarterback rival está intrínseco en la manera de ver el football que tiene Spags. Esta temporada, la defensa de los Chiefs ha dado un paso adelante y se ha convertido en un verdadero problema para sus rivales. En la imagen de arriba, vemos una de estas acciones donde la amenaza del blitz confunde asignaciones y permite a Karlaftis llegar hasta el quarterback para finalizar la jugada con un sack. Los Chiefs forman con dos safeties profundos, con cuatro hombres en la línea defensiva y con cinco jugadores en zona media. Cuando se inicia el snap, dos de estos hombres atacan al quarterback y Bolton cae en cobertura individual de pase. La línea ofensiva falla en sus asignaciones y deja el camino libre a Karlaftis por el exterior, haciendo imposible que Tua pudiese lanzar a un receptor.
Ser agresivo contra Allen conlleva el riesgo de que éste pueda escaparse de la presión por su atleticismo y generar muchas yardas en scramble al tener a toda la defensa de espaldas a él jugando en individual. En mi mente está que Nick Bolton haga de spy durante todo el encuentro para evitar estas situaciones y poder controlar las jugadas fuera de la estructura ofensiva. Sin duda, Spagnuolo debe encontrar la manera de mantener un tanteo bajo y un ritmo de anotación corto si quiere que su equipo tenga opciones de ganar. Ahora mismo, y aunque parezca increíble, el ataque de Reid no parece capacitado para mantener un duelo de pistoleros como vimos aquella noche de hace dos años. Si sucede algo así, les voy a ser sincero, pienso disfrutarlo de la misma manera que lo hice en aquella ocasión. Espero que ustedes también lo hagan.
