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La previa de w10: la ventana de playoffs está por cerrar

El límite de traspasos nos ha dejado grandes refuerzos en equipos que empiezan a tener claro que la puerta para hacer algo grande se ha abierto de par en par. Estas franquicias no quieren dejar pasar esta oportunidad, así que se preparan para un final de curso trepidante. Para ello, en esta semana 10, os dejo tres partidos que tienen un componente de drama en alguno de los equipos que aparecen en esta previa. Vamos a ello.


La semana de descanso en los Steelers ha servido para estudiar bien su plantilla y para buscar refuerzos con los que poder disputarle la división a unos Baltimore Ravens que siguen mostrándose muy fuertes. Las seis victorias cosechadas en el inicio de temporada coloca a los de Mike Tomlin, de momento, como líderes de la AFC Norte. La titularidad de Russell Wilson les ha dado un plus en el ataque vertical, y George Pickens se ha erigido como el gran baluarte que todos pensábamos que podía llegar a ser. Además, la llegada esta semana de Mike Williams aumenta las posibilidades en ese juego tras play action que tanto le gusta desarrollar al quarterback ‘acerero’. En la imagen de abajo, tenéis un ejemplo de esto que os estoy comentando.

Imagen Steelers

Los Steelers están siendo capaces de correr bien con Najee Harris, por lo que las posibilidades de jugar play action aumentan exponencialmente. Arriba, los de Pittsburgh alinean con una formación pesada, lo que provoca estrés en la defensa ante la amenaza de juego terrestre. Sin embargo, lo que quieren los Steelers es ir al pase. Una vez que se inicia el snap, Wilson finta la entrega de balón y se lo queda para buscar a Pickens en el exterior. Aunque el receptor no está separado de su defensor, Wilson le da la opción de atacar el ovoide y de ganar en ese pase 50/50. En este tipo de acciones, George Pickens brilla por encima del resto. Es excepcional localizando el envío, ajustando su cuerpo y demuestra unas manos fuera de lo común. Por eso, la confianza de Wilson en estos lanzamientos va a más, y es algo que puede replicar Mike Williams en el lado contrario. Ante esta amenaza profunda, los rivales pueden dejar más espacios para el juego de carrera, que es lo que realmente quieren los Steelers.

Enfrente estarán los Commanders, quienes son, ahora mismo, el mejor equipo de la NFC Este y están empatados con los Detroit Lions en el primer puesto de la Conferencia Nacional. Los de Washington también han ido al mercado buscando reforzarse en una posición dónde eran algo débiles. Marshon Lattimore llega para ser ese cornerback dominante que le dé un plus a una defensa que funciona bien, pero que necesitaba más contundencia en la secundaria. Además, su llegada no podía venir en mejor momento, ya que su duelo con George Pickens de este domingo puede ser un autentico espectáculo. Dicho esto, lo que puede desnivelar el encuentro es la capacidad de la defensa de Steelers para frenar el ritmo anotador que impone, día tras día, el ataque de Kliff Kingsbury. Los de Mike Tomlin han añadido a su grandísimo pass-rush a un Preston Smith que, como jugador de rotación, sube aún más el nivel de esa línea defensiva. El que pierda este partido, puede perder también el liderato de su división, así que será un duelo a cara de perro entre dos conjuntos a los que poca gente colocaba en la posición que ostentan en este momento de la temporada.


Poco han necesitado en la Gran Manzana para volver a ilusionarse. La victoria frente a los Texans del pasado jueves parece haber sido una gran inyección de moral en un conjunto que parecía estar en depresión. La segunda parte frente al equipo texano mostró todo lo bueno que tienen en la plantilla neoyorquina, pero es algo que no se ha visto habitualmente en este 2024. Aún así, siguen necesitando de un milagro para meterse en playoffs, y no pueden permitirse muchos más tropiezos. Con eso en mente, la presión de jugar contra un gran equipo como son estos Cardinals, puede hacer que los viejos errores vuelvan a aparecer. Porque eso es lo que son los chicos de Jonathan Gannon, un equipo que compite realmente bien.


Desde el año pasado, los Cardinals han mostrado cosas muy buenas. A pesar de no contar con grande nombres en la parcela defensiva, la identidad de Gannon está muy presente, y son capaces de hacer jugadas cuando el partido lo necesita. Además, en el último día de traspasos, fueron agresivos en el mercado y se hicieron con Baron Browing, un edge rusher que puede subir el nivel de la línea defensiva, buscando ser más eficientes en la presión al quarterback. Es verdad que el pasado domingo, frente a los Bears, llegaron con facilidad a Caleb Williams, provocando el caos en el ataque de Chicago, sin embargo, no es algo que hayamos visto con asiduidad en sus anteriores encuentros. 


En ataque, los Cardinals son capaces de hacer daño en distintas situaciones. Es evidente que Marvin Harrison Jr les ha dado un juego aéreo mucho más dominante, y genera espacio para que otros secundarios aparezcan con peligro, como es el caso de Michael Wilson o de Greg Dortch. De igual forma, Trey McBride, su tight end, va aumentando la productividad a medida que ha ido avanzando el curso. Ahora mismo, el juego en el segundo nivel es mucho más peligroso por el buen hacer de McBride.

Imagen Cardinals1
Imagen Cardinals2

En la secuencia de arriba, tenemos a los Cardinals formando con tres tight ends y un solo wide receiver (Harrison Jr). Cuando se inicia el snap, Murray juega el play action para quedarse el balón y leer cómo se esta moviendo la defensa ante esta acción, ante la ruta vertical de Harrison Jr y ante la ruta cruzada de uno de los tight ends. McBride finta que va a bloquear, pero sale en ruta hacia el otro lado, jugando el leak concept, un concepto de ataque que busca mover a la defensa hacia un lado y atacar el espacio que se genera en el otro. El play action y posterior roll-out de Murray hacia su derecha mueve a los defensores del segundo nivel, y la ruta profunda de Harrison Jr ocupa al único safety profundo. Cuando McBride ataca el lado izquierdo de la ofensiva, se encuentra con un espacio enorme para que la jugada acabe con una gran ganancia de yardas.

El imponente juego de carrera de los Cardinals, con James Conner a la cabeza, favorece todo este tipo de acciones, dónde se estresa mucho a los linebackers y se generan grandes espacios a su espalda. Si la defensa de los Jets no consigue frenar a su rival por tierra, van a tener muchos problemas en el partido. Minimizar daños aquí y mantener a Murray dentro del pocket es el objetivo prioritario de los de Jeff Ulbrich. Si el partido se convierte en un tiroteo, es posible que no les dé a los de Nueva York para seguir soñando con jugar los playoffs en enero.


En la NFL, una de las cosas más importantes es la capacidad de los jugadores para mantenerse sanos. En multitud de ocasiones, vemos a buenos equipos acabar el curso con muy mala imagen por culpa de las lesiones, dejándoles sin opciones y con proyectos acabados cuando todo parecía estar bien construido. La suerte, en esta competición, también tienen grandes dosis en la búsqueda del éxito, y los dos equipos que cierran la semana 10 son una buena prueba de esto que os estoy contando.


Miami Dolphins partía como uno de los equipos favoritos para ganar su división, pero la temporada se ha ido al garete por culpa de estas lesiones. La principal lesión ha sido la última conmoción de Tua Tagovailoa. Sin el quarterback, el fantástico ataque de Mike McDaniel fue una sombra y los resultados favorables cayeron en picado. Una vez que Tua volvió a los terrenos de juego, los Dolphins han demostrado ser un equipo peligrosísimo, hasta el punto de poner contra las cuerdas a los Buffalo Bills en su propio feudo. Sin embargo, es un conjunto que, defensivamente, permite muchos puntos a sus rivales, y ahí es donde no les da para cerrar los partidos. 


Enfrente estará un conjunto que sabe, de primera mano, lo importante que son las lesiones. Puka Nacua y Cooper Kupp han estado en el dique seco durante muchas semanas, lo que ha restado potencial a una ofensiva que ha visto como todo encaja cuando ambos han vuelto a estar sobre el terreno de juego. Matthew Stafford sigue mostrándose como uno de los mejores quarterbacks de toda la liga, por lo que McVay sigue haciendo magia para ganar partidos y seguir en la pelea por la división. Sin embargo, lo que realmente llama la atención es cómo los Rams han sido capaces de reconstruir su línea defensiva tras la retirada de Aaron Donald. El curso pasado llegaron, vía draft, Byron Young y Kobie Turner. Este año, los dos refuerzos para esa línea defensiva fueron Jared Verse y Braden Fiske. Con estos cuatro chicos, la defensa del equipo angelino ha subido una barbaridad su nivel.

Imagen Rams

En la secuencia de arriba tenemos una acción de Jared Verse que deja claro esto que estoy diciendo. Verse alinea en el exterior de la línea defensiva en dos puntos (de pie, sin la mano en el suelo). Cuando se inicia el snap, su primer paso es muy explosivo hacia el interior y el tackle izquierdo reacciona en consecuencia. Acto seguido, Verse cambia de dirección, usa sus manos y bate con mucha facilidad al bloqueador para adentrarse en el pocket. Con los ojos en la entrega de balón, Verse no sigue corriendo por fuera, si no que vuelve a cambiar de dirección y ataca con un ángulo maravilloso la carrera del running back. El defensor de los Rams evita el tráfico y llega hasta el portador de balón con una velocidad fuera de lo común.

Ante un equipo que corre muy bien, los Rams necesitan que sus líneas defensivos sean muy disciplinados y sepan leer todo lo que ocurre en el backfield. Los continuos movimientos por detrás de la línea de scrimmage de los Dolphins, confunden a los defensores y generan muchos errores en las lecturas del balón. Si Tua puede lanzar con comodidad a su primera o segunda lectura, los de Miami se recorren el campo con cierta facilidad, siendo muy capaces de poner anotaciones altas en el marcador. Algo que no se pueden permitir estos Rams si quieren seguir teniendo opciones para jugar en enero.

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